domingo, 3 de septiembre de 2023

REALIDADES Y FICCIONES

—Revista Literaria—

Nº 55 – Septiembre de 2023 – Año XIV

ISSN 2250-4281 – Edición trimestral


Inscripción gratuita como LECTOR o COLABORADOR
si escribe a zab_he@hotmail.com
indicando nombre y apellido, ciudad y país
(se le avisará cada nuevo número trimestral).

“Pareja de colibríes”

Mónica Villarreal (2023)

(Acrílico sobre panel, 41 cm x 31 cm)

 

Sumario

• Agustín Romano, i.m. (Héctor Zabala)
• Un nuevo libro de Nora Nardo: “Salvar el olvido. Salvare l’oblio”. (Alicia María Neira)
• Annie Ernaux o la escritura autobiográfica. “Memoria de chica” de Annie Ernaux. (Anna Rossell)
• Romper la ortodoxia: una novela negra diferente. “La niña de las tinieblas” de Laird Koenig. (Anna Rossell)
• “Eva en barricada”, de Sandra Flores Ruminot: Poesía a la altura de estos tiempos. (Luis Benítez)
• “Los sueños de la eternidad en el tiempo”, de Alejandro Bovino Maciel. (Luis Benítez)
• ¿Quién ofrece las manzanas? (Adán Echeverría)
• Antisemitismo. (David Alejandro Rosenthal Villamizar)
Nueva colaboradora de Realidades y Ficciones:
        Alicia María Neira, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

  

 AGUSTÍN ROMANO i.m.

Héctor Zabala ©

Cuando un amigo se va

Alberto Cortez (1969)


Cuentan que en África al morir un anciano su gente dice que desaparece una biblioteca. Creo que en el caso de mi amigo Agustín Romano se perdieron varias bibliotecas juntas. Y de las más grandes.

Porque Agustín tenía una cultura como pocas veces he visto. Y una imaginación para asociar cosas —en apariencia disímiles— como tampoco es común. Era capaz de encontrar relación entre dos hechos o dos libros donde nadie lo había pensado. Y quienes lo conocieron saben bien de lo que estoy hablando. Era un verdadero filósofo, uno de verdad.

Sus conferencias —impecables— las decía con apenas algún apuntecito hecho medio a las apuradas. Unas diez palabras le eran más que suficientes como guía general. Después era todo Agustín; sacando tesoros de su propia cabecita, de sus múltiples y variadas lecturas. Su casa era un mar de libros. Poco le importaba dar la conferencia frente a un puñado de personas o que la sala se viniera abajo. No se parecían para nada a los discursos de esos “sabios” que con frecuencia se ven en la tele engolando la voz o que se los lee en revistas de opinión jugando a ser eruditos. No, Agustín sabía de literatura, de historia, de mitología, de todo, y sabía en serio. Tenía la palabra de un grande hombre y la sonrisa de un niño.

No esquivaba ninguna pregunta durante o después de sus disertaciones, no se hacía el tonto jamás, como se suele decir. Y cuando no sabía algo —cosa muy rara— lo confesaba con calidez socrática. Nunca trató de aparentar erudición ni sabiduría. Las tenía.

Tuve la suerte de conocerlo allá por 2003. Desde el primer día congeniamos como si nos hubiéramos conocido de siglos, como si hubiésemos sido hermanos de toda la vida. No había forma de enojarse con él. Su humor era proverbial, su buena onda increíble. Abierto, accesible como pocos. Gracias a él, me dediqué casi de lleno a la actividad literaria.

Estudiar cualquier asunto con Agustín era una fiesta. Era llegar a un planeta desconocido. Era obligarte a ver desde distintas facetas. Nunca se conformaba con analizar una o dos variantes. No, él trataba de mirar el asunto desde todos los ángulos posibles. O como yo a veces le decía en broma: … y desde alguno más de los posibles también. Era asombroso.

Trabajamos juntos en el Boletín de la Sociedad de Escritores de San Martín (SESAM) en cuanto lo nombraron presidente de esa asociación. Con rapidez la transformó en Revista SESAM. Logró mantenerla como revista oficial entre 2007 y 2010, hasta que acabó su mandato. Poco después de entregar la presidencia, tanto la revista SESAM como esa sociedad de escritores desaparecieron.

Mientras tanto fui conociendo a su familia. Su esposa, sus hijos Javier y Gabriel siguen siendo amigos muy queridos. A la par, él conoció a mi familia. Por ese tiempo (mediados de la década pasada), mi hija Alicia y Diana Decunto conducían un programa literario en una radio por internet. Entrevistaron tanto a Agustín Romano como a su esposa Isabel Llorca, también escritora, y luego a varios otros autores que el propio Agustín les fue recomendando.

Nos seguimos viendo con Agustín para tomar un café y pergeñar proyectos. Así nació Polis Literaria, entre otros, con él y su esposa, y del que quedan testimonios en la web. Hablábamos por teléfono varias veces por semana, pues vivíamos en barrios algo alejados. Nos consultábamos cuestiones de literatura, cambiábamos opiniones sobre tal tema o tal otro. Cuando pasaba una semana sin hablarnos, al levantar el tubo oía su voz risueña: “¿La casa del señor Héctor, el domador de caballos?” Y al echarme a reír, escuchaba cosas como “Bueeeno, al fin te encuentro… porque, ¿sabés?, yo tenía un amigo que se llamaba tal como vos, pero hace un siglo que no me llama; aunque, es cierto, yo tampoco lo llamo...” Lo que se dice un tipazo. La pandemia hizo que nos comunicáramos casi a diario, cuando lo del café nos fue imposible. Pero, lamentablemente, este gran amigo nunca dijo que se sentía mal en lo físico… ni a mí ni a sus otros amigos.

Estaba más allá de mezquindades, celos profesionales, envidias, tan propio de las relaciones humanas. Se decía ateo (a veces agnóstico), aunque nunca le creí del todo. De ahí mis bromas al desafiarlo con cariño: “Serás muy ateo, pero tu forma de ser está demasiado cerca de cierta humildad recomendada por un tal Jesús desde un monte de Galilea. Así que, querido Agustín, ¿en qué quedamos?” Después ya no podíamos parar de reír, porque sabíamos que era cierto: un hombre humilde de corazón y generoso como nadie.

Respecto a la trascendencia de un autor, alguna vez me dijo algo así: “No te niego el valor de la escritura, pero eso de ‘comprometerte’ en una causa no lo veo muy serio. Algunos de esos ‘comprometidos’ te hablan como desde un púlpito, como si fueran la voz de Dios. Y lo peor, es que no pocos de ellos se lo creen. ¡Mirá si vamos a cambiar el mundo porque garabateemos unos textos por acá o por allá!” Ese escepticismo también hablaba de su humildad.

Sin embargo, esos “garabatos” de Agustín eran oro de Ofir. La lista que pongo al cierre de estas palabras es apenas un pálido reflejo de todo lo que escribió.

Todavía mantengo en carpeta varios textos de Agustín que continúan inéditos, algunos recibidos en los últimos meses de su vida. Los pondré a disposición de los lectores tras la debida autorización de sus familiares.

Solo me resta decir: ¡Gracias, amigo!

 

 

AGUSTÍN ROMANO


(San Fernando, Buenos Aires, Argentina, 7/7/1940 - Ciudad de Buenos Aires, 16/6/2023)

Ensayista, narrador, estudioso del teatro, profesor en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires. Investigador de la obra borgeana, docente filosófico y literario. Ha dictado cursos sobre Borges y Cortázar en la Escuela de Magistrados de la Nación y conferencias y seminarios en el Palacio Municipal, el Museo Rosas y la Casa Universitaria de General San Martín. En el año einsteniano (2005) disertó como panelista en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Ha sido jurado junto a María Rosa Lojo y Marta Braier del Primer Certamen Nacional de Novela “Municipalidad de Gral. San Martín”. Fue coordinador en colaboración del Taller Literario Abierto SESAM, presidente de esa institución y director de su revista. Condujo programas culturales en emisoras de San Martín y de la ciudad de Buenos Aires (FM Cultura y AM Tradición).

Ha publicado La letra que faltaba en la revista Para Entender a Borges.

Otros ensayos que se fusionan con la ficción han sido publicados en Dialogantes (revista de psicoanálisis): Confesiones de un lector de Borges; Una rosa es igual a otra rosa, a otra rosa, a otra rosa...; La patria kafkiana; El tiempo cero, algo de historia y un poco de Joyce. Dejó inédita una novela y varios textos más.

Más sobre su trayectoria y obra en:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2016/09/realidades-y-ficciones-revista.html

http://polisliteraria.blogspot.com/

 

Obras publicadas:

• Diálogos con Ricardo Asmas - Revista SESAM Nº 76

• Así hablaba Zaratustra (Discurso preliminar - Parte 1), de F.Nietzsche - Revista SESAM Nº 77 [1]

• Diálogos con Tito Gelfman - Revista SESAM Nº 77

• Enrique Santos Discépolo (Discepolín) Un poeta que no pedía permiso - Revista SESAM Nº 77 [1]

• Diálogos con Eduardo Arcuri - Revista SESAM Nº 78

• Carlos Gardel: Tres versiones de un mito - Revista SESAM Nº 78

• Textos pequeños de grandes autores: Jorge Luis Borges - Revista SESAM Nº 79

• Confesiones de un lector de Borges - Revista SESAM Nº 79

• Diálogos con Silvia Ferrante - Revista SESAM Nº 80

• Salomón: el cantar de los cantares - Revista SESAM Nº 81 [1]

 

• Roberto Arlt y la Biblia del infierno - Revista SESAM Nº 82

http://elblogdesesam.blogspot.com/2008/08/

http://elblogdesesam.blogspot.com/2008/08/revista-sesam-n-82.html

 

• Diálogos con Jorge Sombra - Revista SESAM Nº 82

http://elblogdesesam.blogspot.com/2008/08/

 

• Chabuca Granda - Revista SESAM Nº 83 [1]

http://elblogdesesam.blogspot.com/2009/02/

 

• Tres monólogos de Shakespeare - Revista SESAM Nº 84

http://elblogdesesam.blogspot.com/2009/05/

 

• Diálogos con Gustavo Piñeiro - Revista SESAM Nº 85

http://elblogdesesam.blogspot.com/2009/12/

 

• Para una teoría estocástica del relato - Revista RyF Nº 05 y Revista SESAM Nº 86

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2011/06/

http://elblogdesesam.blogspot.com/2009/12/

 

• Algunos apuntes para la literatura de un tal Julio Florencio - Revista RyF Nº 06 (y Revista SESAM Nº 75)

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2011/09/

 

• La gran patria kafkiana - Revista RyF Nº 07 (y Revista SESAM Nº 80)

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2011/12/

 

• Un fantasma recorre... - Revista RyF Nº 09.

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2012/06/

 

• Fascinación y misterio de Santiago Caruso: ilustrador - Revista RyF Nº 12.

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2013/03/

 

• Las Antígonas y La Verdad - Revista RyF Nº 26.

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2016/09/

 

• Literatura y enfermedad - Revista RyF Nº 34.

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2018/09/

 

• Belgrano o lo que se cifra en el nombre - Revista RyF Nº 43.

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2020/09/

 

• Estela Barrenechea: una escritora de aquellas - Revista RyF Nº 48. [1]

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2021/12/

 

[1] En colaboración.

 

 

 

UN NUEVO LIBRO DE NORA NARDO

Alicia María Neira ©

Nora Patricia Nardo
Salvar el olvido. Salvare l’oblio
Buenos Aires, Generación Abierta, 2021,
84 pgs. (20x14 cm)
ISBN 978-987-88-2046-0. Poesía argentina. CDD A86

 

El importante emprendimiento cultural Generación Abierta concretó la edición de este nuevo poemario de la autora bilingüe español-italiano. Traducción: Doménico Muratore

Nora P. Nardo


Al abordar su lectura, ya desde el título tan sugerente nos vemos invitados a adentrarnos en una temática plena de significado. En el transcurso de la misma impacta el sentimiento que se desprende de cada uno de sus versos. En el comienzo evocando a sus padres y ancestros desde aquel lejano pueblo itálico, su travesía atlántica hasta Argentina y el reencuentro generacional en los viajes de búsqueda y reconocimiento.

Interesante el concepto de Celaya [1] que Nora Nardo hace propio al citarlo: “el poeta asume la pena de todo lo existente y habla por los otros”. Así el lector se va identificando con las expresiones tan logradas de la autora evocando la pérdida de las personas amadas o el desamparo de los niños que viven en la calle: en sus palabras, “la herida […] lloviznó nuestros corazones”.

En la serie de poemas titulados Amanecer, Atardecer, Anochecer, evidencia su canto al amor, la belleza y el encuentro, con una depurada estética en la palabra justa y precisa.


Con la virtuosidad propia de una pluma destacada, su poesía va secuenciando imágenes y situaciones impregnadas de afecto, matizadas con sabias metáforas.

Finalizando, tomo uno de sus versos que representa el hondo sentido, la riqueza verbal y expresividad afectiva del poemario de Nora Patricia Nardo:

“Esta lírica sublime es imperecedera”.

En su trayectoria poética Nora Patricia Nardo publicó los libros: “Relatos de la piel” (Ed. Generación Abierta 2010); Pretextos de la oscuridad (Buenos Aires, Ed. Generación Abierta 2012); Umbrales posibles (Buenos Aires, Ed, Generación Abierta 2016); “Storie di pelle” (D.M. Edizioni, Italia, 2021.  

Participó de las Antologías: Café con Letras, la re-evolución de la palabra (2013); Antología del lector cómplice (2014); Antología Grupo Alegría X aniversario (2005-2015); Antología Café literario Antonio Aliberti, 25 años con el arte (1992-2017); 24 Mujeres Poetas hoy (2019).

La autora es poeta, licenciada en Ciencias de la Educación, jefa de redacción de la Revista Generación Abierta, coconductora de los programas radiales de Generación Abierta y responsable del espacio Poetas en el Recuerdo del café literario Antonio Aliberti.

https://www.generacionabierta.com.ar

noranardo@hotmail.com

 

[1] Gabriel Celaya: poeta español de la generación de la posguerra. Su nombre completo era Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta. (Hernani, Guipúzcoa, 18/3/1911 - Madrid, 18/4/1991). Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Gabriel_Celaya.

 

 

 

ANNIE ERNAUX O LA ESCRITURA AUTOBIOGRÁFICA

Anna Rossell ©


Annie Ernaux
Memoria de chica
Traducción de Lydia Vázquez Jiménez
Ed. Cabaret Voltaire, 2016, 197 pp.

 

Un descubrimiento, esta autora francesa, que explora un género basado esencialmente en la autobiografía. La reflexión sobre la escritura autobiográfica es un campo vasto y explorado desde diversas ópticas, desde la literatura de ficción basada en la vida propia hasta los ensayos que versan sobre la autobiografía misma o la escritura del diario personal.

Annie Ernaux

Catalogar como novela la mayoría de las obras que Annie Ernaux (Lillebonne, Francia, 1940) ha escrito tras abandonar sus primeros pasos como ortodoxa escritora de ficción no parece corresponderse con el género que ella cultiva desde hace tiempo. Más adecuado es referirnos a ella como escritora autobiográfica, si bien lo que escribe tampoco es una autobiografía. Porque lo que Ernaux hace es desplegar en forma de escritura, en un ejercicio de memoria, los episodios más flagrantes y sobrecogedores de su vida, en varias narraciones.

Su último libro, Mémoire de fille (Gallimard, 2016), traducido también al catalán por Angle Editorial este año 2020, en versión de Valèria Gaillard, con el título Memòria de noia, es un texto paradigmático para introducirse en esta peculiar y sugestiva forma de escritura.

Y si bien la autora se plantea la pregunta sobre el objetivo que persigue el hecho de poner sobre papel con la intención de publicarlo una parte más que significativa de su vida, la incógnita no se acaba de resolver del todo con una respuesta clara y contundente. Leemos que tiene «Una sospecha: quién sabe si no he querido, oscuramente, desplegar este momento de mi vida para experimentar los límites de la escritura, empujar al límite el tira y afloja con lo real [...]. Quizá también poner en juego la figura de escritora que me devuelven [...], denunciar una impostura del tipo 'no soy la que pensáis'».

Cuando hablamos de autobiografía o de diario personal nos preguntamos hasta qué punto podemos dar por hecho que el texto sea absolutamente sincero por parte del autor o autora (siempre nos queda la duda sobre la intención más o menos consciente de presentarse de manera agradable —también a los propios ojos—, aunque no haya en principio voluntad de publicación). Sin embargo, el texto de Ernaux parece escrito con una sinceridad y una autenticidad estremecedoras. No tendría sentido no escribir con honradez cuando uno de los objetivos que sopesa es librarse de un «yo» que quiere dejar para siempre atrás, del que se avergüenza, con el que no quiere identificar el «yo» del momento actual en que escribe, que considera otro.

En el transcurso de la lectura y teniendo en cuenta los hechos narrados —que arrancan con unos acontecimientos que en el momento en que ella los vivió le produjeron vergüenza y orgullo—, relacionados con su primera experiencia sexual en el verano de 1958 y que terminan en 1963, cuando ella es estudiante de Letras en la universidad de Rouen, nos parece llegar a la conclusión de que el primer objetivo de la autora es recuperar para sí misma una memoria que le ha dejado una huella ignominiosa, que la ha seguido acompañando demasiados años y que tiene la esperanza de superar con la escritura. Y, si leemos con atención, parece que lo consigue. Porque desde que comienza el relato hasta que lo concluye, la seguridad de la autora y el sentimiento de autoafirmación y de identificación con su último «yo» parecen irse consolidando paulatinamente. La autora considera la memoria como una forma de conocimiento. Lo que parece perseguir es reubicar la memoria.

La temática narrativa que trata es sencilla y frecuente en literatura: la vida de una chica en los años más cruciales desde su primera experiencia de libertad a los dieciocho, que le proporciona también la sexual, hasta que empieza a encauzar su futuro como mujer joven, más segura de sí misma. Esto la emparentaría, en el campo de la ficción, con muchas novelas juveniles o con las novelas de aprendizaje. Lo que hace especial el relato es el cómo, su calidad autobiográfica, que equivale a una confesión, a una liberación. Y lo que le da un valor añadido impagable es la posibilidad que ofrece al lector de reflexionar sobre la escritura autobiográfica, a pesar de que este no sea, al menos no en primera línea, el tema (consciente) del relato.

Ernaux escribe lo que leemos en el año 2003, con una distancia de cuarenta y cinco años en relación con aquel verano de 1958, en el que arranca su historia, cuando pasará las vacaciones como monitora en unas colonias infantiles. Y escribe manifestando inseguridad en cuanto a su intención. No la abandonarán las preguntas, que salpican el texto y lo acompañan constantemente a medida que se desarrolla. A veces afirma directamente que la memoria le falla, pero manifestaciones indirectas de incertidumbre son recurrentes: las expresiones como «seguramente», «quizá», «me pregunto si», «[...] lo que hoy me parecen las primeras señales de aquello en que me convertiré después —o en lo que creo haberme convertido», dan a entender su honradez y el sentimiento de imposibilidad de tomar la necesaria distancia de los hechos para referirlos con perspectiva. Sus herramientas: la memoria, que ella provoca contemplando fotografías y releyendo cartas y anotaciones hechas en aquella época en libretas.

Ella, hija única, nacida en el seno de una familia católica de tenderos (el padre proveniente de agricultores), pasó su infancia en Yvetot, pequeña población de la alta Normandía. El ambiente católico que la acompañó desde niña, en la familia y en la escuela, así como el fuerte control al que estaba sometida por parte de los padres, probablemente cultivaron en la joven un deseo de libertad que marcó fuertemente su primera experiencia sexual y los sentimientos antagónicos que esta experiencia le desencadenó. Sin embargo, Ernaux no hace ninguna hipótesis en este sentido, sencillamente describe el ambiente de catolicidad que ella conocía, contraponiéndolo fuertemente con el de los «otros». La diferenciación «yo» vs. «otros» constituye un leitmotiv que hace patente su sentimiento de aislamiento y de rareza en relación con el resto de monitores y el fuerte deseo, a menudo expresado, de pertenencia al grupo, del que se siente siempre excluida.

Los planteamientos que se hace a sí misma la autora relativos a sus intenciones, al funcionamiento de la memoria, a su percepción de varios «yo», en función de la etapa vital en que se encuentra... sirven al lector para hacerse preguntas esenciales sobre la objetividad, la verdad, la parcialidad de la memoria, la capacidad para la autopercepción, la función de la escritura, los límites entre géneros literarios...

Formalmente el relato está escrito en primera y en tercera persona; Ernaux emplea la tercera para ganar distancia entre el «yo» actual y el «yo» del verano del 58 sobre el que escribe. El registro lingüístico es juvenil y refleja el lenguaje fresco y desenfadado de la chica de aquellos años. De vez en cuando emplea estilísticamente el listado para hacer relación de recuerdos o de objetos, lo que transmite la sensación de espontaneidad, como si la autora hubiera trasladado literalmente las anotaciones de sus libretas de chica de aquel tiempo a la narración del texto.

La autora recibió el premio Renaudot (1984) por La Place y el Formentor de las Letras (2019) por el conjunto de su obra, gran parte de la cual ha sido traducida al español.

Una lectura recomendable.

 

 

 

ROMPER LA ORTODOXIA: UNA NOVELA NEGRA DIFERENTE

Anna Rossell ©

Laird Koenig
La niña de las tinieblas
Trad. Sebastián Martínez Mas
Círculo de Lectores, 1978, 232 pp.

 

 

Romper la ortodoxia comporta siempre riesgo, tanto más cuanto más rígida es la norma y más establecida está. La novela negra ha fraguado a lo largo de su historia características que han configurado un prototipo difícil de alterar. Pero hay quien lo intenta y lo consigue con éxito. Laird Koenig lo hace en La niña de las tinieblas.

Laird Koenig

Y ello repercute en beneficio del producto, porque las diferencias que el autor introduce potencian el atributo más genuino del género, el suspense. Así el personaje principal de la historia es una niña de trece años, la trama prescinde de los clásicos interrogatorios entre policía y sospechosos, el acento de la intriga está absolutamente dislocado: no se centra en el autor de los hechos, sino en la posibilidad de que la verdad salga a la luz (cuando para el lector ya ha salido), la tensión se mantiene por la expectativa de si se conseguirá descubrir la autoría del suceso objeto de denuncia policial y el final es sugerente. Y aún así el lector va sabiéndolo casi todo sin respetar los tiempos clásicos —la autoría se hace evidente en el primer tercio del relato— y aún así la incertidumbre se mantiene hasta el mismísimo final.

La joven protagonista, Rynn Jacobs, y su padre, un poeta galardonado, ambos británicos, se han mudado a Long Island, Nueva York, donde han alquilado por tres años una casa al final de una calle solitaria. Esta situación es el núcleo del que parte la intriga: un padre, omnipresente en boca y mente de la niña, pero al que el lector nunca llegará a conocer, y una espabilada muchacha que despierta la empatía del lector.

Este escenario apartado, donde padre e hija llevan una existencia recluida y aislada, sirve al autor para desarrollar una historia acerca de una desaparición, con pocos personajes bien caracterizados, y urdir una trama donde cada movimiento es una insinuación, cada palabra una posible pista. Y no es la originalidad en la construcción atípica de la trama el único mérito de la novela, Koenig es muy hábil en el arte de la insinuación: él no dice, sugiere. Diríase que el autor desarrolla un lenguaje a la justa medida del género negro para favorecer el suspense y dar juego a la imaginación del lector. Esta depuración lingüística otorga calidad literaria a la escritura de Koenig, cuyo texto por lo demás hace guiños a clásicos consagrados de la literatura universal.

La niña de las tinieblas, publicada originalmente en 1974, The Little Girl Who Lives Down the Lane, es la novela más conocida del autor estadounidense. Fue adaptada al cine dos años más tarde, protagonizada por Jodie Foster, bajo la dirección de Nicolas Gessner y guión del mismo Koenig. En España se dio a conocer con el título La niña del sendero.

Laird Koenig (1927, Seattle, Estados Unidos) es autor de otras novelas policíacas y algunos textos teatrales, guionista de muchos largometrajes y series de televisión. En español se ha publicado también Niños vigilan, Noguer Ediciones, 1974.

 

 

 

“EVA EN BARRICADA”, DE SANDRA FLORES RUMINOT: POESÍA A LA ALTURA DE ESTOS TIEMPOS

Luis Benítez ©


El sello argentino Fractura Ediciones ha publicado la segunda edición de este poemario de la destacada poeta, dramaturga, editora y actriz local, incluido en su serie Jardín de Agua.

 


“Lo personal es político”
Carol Hanisch

Aquellos que esperan leer una poesía inocua, carente de contacto con lo contemporáneo y plagada de lugares comunes, deben renunciar de inmediato a abrir las páginas de Eva en barricada [1], de Sandra Flores Ruminot, porque así se ahorrarán la frustración de no encontrar en ellas lo que buscan.

Este poemario que ya transita por su segunda edición —algo bastante inusual en el género nacional— es diametralmente opuesto a esa demanda referida en el párrafo anterior y la clave ya la da en la página liminar la editora, Melissa Carrasco, ella también una conocida poeta del país, cuando describe con acertadas palabras el sentido de su serie Jardín de Agua: “dedicada a difundir el trabajo poético de mujeres e identidades disidentes, como un modo de poner en valor voces alternativas al canon”.

Y cuando hablamos de canon, no nos referimos exclusivamente al archiconocido y súper-criticado (con toda razón, generalmente) The Western Canon: The Books and School of the Ages [2], del crítico estadounidense y profesor de Humanidades de la prestigiosa Yale University, Harold Bloom (1930-2019), quien señalaba sin mayores ambages que solo 26 nombres componían el eje central de la literatura de este hemisferio, incluyendo en su discutido listado apenas a 3 mujeres y todas ellas de origen anglosajón, como la aplastante mayoría de los escritores por él canonizados.

Habla Carrasco en su prosa liminar, y luego lo concreta muy bien en poesía Ruminot, de un sistema de valoraciones muy anterior al nacimiento de Bloom y que lamentablemente le ha sobrevivido: aquel que negó siempre, dentro del campo de lo literario y fuera de él también, la capacidad de las mujeres para ser consideradas no ya solo escritoras y tener los plenos derechos para que sus obras sean estimadas en paridad con las producidas por sus colegas masculinos, sino para ser concretamente admitidas como seres humanos, tan crudamente como esto suena.

Llamativamente, si las tres escritoras incluidas por Bloom en su restrictivo canon de “lo mejor que nos dio Occidente” hubiesen tenido la oportunidad de leerlo: las británicas Jane Austen (1775-1817) y Adeline Virginia Woolf (1882-1941) y la estadounidense Emily Elizabeth Dickinson (1830-1886), no hubiesen dudado en criticarlo duramente. Jane Austen, que en 1811 cuando logró que se publicara su primera novela, Sense and Sensibility [3], fue obligada por su hermana mayor, otra mujer, a firmar la edición como By a Lady (“Por una dama”), para evitarle a su familia la “deshonra” de contar con una escritora entre los suyos. Virginia Woolf, que en vida no titubeó en declarar: “Para la mayor parte de la historia, ‘anónimo’ era una mujer”. Y finalmente la Dickinson, una adelantada a su época que revolucionó la poesía en lengua inglesa en cuanto a temas, puntuación y ritmo y murió inédita y olvidada, hasta que años después de su fallecimiento Lavinia, su hermana menor, descubrió por mera casualidad 1.800 poemas de su autoría… y bregó por hacerlos conocer. ¡Pero recién en 1955 se publicaron sus Complete Poems [4]!

Valientemente, Sandra Flores Ruminot se suma a la rebelión generalizada ya en Occidente y todavía más peligrosamente en el Oriente archipatriarcal, contra la supervivencia a ultranza de un canon que arroja a la mujer fuera de nuestra especie, lo mismo que a las disidencias sexuales —la elección sexual también es política, tanto como todo lo personal señalado por Carol Hanisch (1942) en el acápite a este artículo—.

Su Eva en barricada es un canto fluido a la necesidad de tomar las armas literarias para enfrentar al poderío del canon, que posee (sigue poseyéndolo) todo el arsenal político, social, económico y cultural a escala mundial para continuar dominando cada uno de los campos de la actividad humana, esto es, la cultura en su acepción más amplia, como la suma de todas realizaciones de la humanidad, tamizadas minuciosamente para no dejar pasar al terreno de la acción ni la más mínima discrepancia.

Si la estrategia favorita del poder, del poder real, ha sido siempre la de pasar lo más inadvertido posible para mejor actuar sobre la realidad, moldeándola a su conveniencia, es desde la literatura que elige la Flores Ruminot alzar su barricada opositora, que no por estar hecha de palabras —palabras cuidadosamente elegidas y combinadas entre sí para darle al obstáculo toda la cohesión y consistencia necesarias— deja de ser menos resistente que la acción política propiamente dicha.

Y lo hace desde formulaciones propias y no solo muy de nuestro tiempo, sino también de nuestro suelo. Flores Ruminot posee el don de combinar hábilmente lo universal y lo nacional, lo colectivo y lo individual, lo que da por resultado una contundencia poética relevante y notoria desde las primeras páginas de su libro. Su Eva se desprende del mito donde se asegura que fue creada para ser la mera dama de compañía de Adán, una suerte de acompañante terapéutica para el primer macho solitario y pedigüeño de alguien o algo que lo entretenga en medio de sus rutinas paradisíacas. ¡Eva, encima, creada de una costilla de Adán, para confirmar que hasta su mismo origen le pertenece a una parte del macho abandónico! No, la Eva de Flores Ruminot es una que le da la dentellada con gusto a la fruta del árbol del conocimiento del Bien y del Mal —vaya símbolo: es el acting que nos volvió humanos, dotándonos del discernimiento— y a partir del momento fundacional se atreve a demandar su derecho al Dasein [5], al ser en el mundo.

Definitivamente, para la lectura patriarcal la Eva de Ruminot es mucho más identificable con la Lilit [6] denigrada a demonio, que con la sonrosada y sumisa acompañante secundaria del Adán clásico.

El arte de Flores Ruminot conjuga lo mítico evocado desde su particular punto de vista con las reivindicaciones individuales y colectivas de la mujer contemporánea, con una destreza tal que es imposible separar, al leer Eva en barricada, una imagen de la otra. Ambas acuden en simultáneo a la sensibilidad y el intelecto de las lectoras y los lectores de esta obra con una potencia que refuerza todavía más el mensaje tanto político como estético que destilan, prácticamente sin fisuras, las 74 páginas de su obra.

 

La autora

Sandra Flores Ruminot es una escritora, profesora de teatro y actriz nacida en 1970 en Chile y radicada en la provincia de Mendoza, República Argentina. Ha publicado poemas en revistas y medios digitales. Premio Nacional Argentores 2010 por la obra Cuando seamos libres. En 2015, publica Ella tenía sabor a manzanas. Integrante de la Colectiva P.A.P. con la que ha publicado las plaquetas Demoliciones, Gula y Relave. Forma parte de Escritorxs por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) Mendoza, junto a quienes ha publicado Cuerpos Urgentes. Poemas, relatos y reflexiones por el Derecho a Decidir (2020). Gestora de "Payana”, librería autogestiva e independiente que difunde y vende, a través de ferias y eventos, literatura mendocina contemporánea y feminismos. Forma parte de la organización del Contrafestival Internacional de Literatura y otras Artes de Mendoza. Ha colaborado como columnista en las revistas culturales Literatta y Palabras Macabras. Dicta talleres de teatro y literatura en distintos espacios.

 

NOTAS

[1] Eva en barricada, Fractura Ediciones, ISBN 978-987-86-7211-3, 74 pp., Mendoza, Argentina, 2da. Edición, 2022. https://www.facebook.com/people/Fractura-Ediciones/100068648606078/

[2] Bloom, Harold, traducido al español como El canon occidental: La escuela y los libros de todas las épocas, edición estadounidense original por Harcourt Brace, Nueva York, 1994.

[3] Austen, Jane, traducido al español como Sensatez y sentimientos, Thomas Egerton, Military Library, Whitehall, Londres, 1811. Austen tuvo que pagar de su bolsillo los 750 ejemplares de esta primera edición.

[4] Dickinson, Emily, traducido al español como Poemas Completos, Little, Brown & Company, Boston, 1955.

[5] Dasein: En alemán, literalmente significa “ser-allí”. Es un término empleado por Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) y Karl Theodor Jaspers (1883-1969), pero fundamentalmente por Martin Heidegger (1889-1976), para señalar el medio en que se genera la apertura personal hacia el Ser en su genuina condición de tal.

[6] Lilit: Personaje oscuro —u oscurecido— que en la mitología hebrea medieval es considerada como la primera esposa de Adán. Aparece en el primer capítulo del Génesis la afirmación de que la deidad creó a la humanidad inicialmente “macho y hembra”, mientras que el origen de Eva es mencionado recién en el segundo capítulo. Para el imaginario popular, Lilit es una criatura demoníaca aficionada a dañar a los infantes de sexo masculino y dotada de los “atributos más detestables de lo femenino”, como la inclinación a la hechicería, la lujuria y la práctica del adulterio. Se cree que Lilit estaba en conflicto constante con su asignado esposo debido a que ella le negaba radicalmente toda obediencia; como castigo, fue desterrada del Paraíso antes de darle a Adán una “versión mejorada” de la mujer, más acorde con lo que se esperaba de su conducta. Otra versión no menos interesante es que, harta de Adán, Lilit se fugó del Edén y prefirió vivir entre los demonios antes que seguir aguantándolo.

 

 

 

“LOS SUEÑOS DE LA ETERNIDAD EN EL TIEMPO”, DE ALEJANDRO BOVINO MACIEL

Luis Benítez ©


El sello argentino Librería de la Paz acaba de distribuir el primer tomo de un erudito trabajo del destacado autor local, con introducción del Prof. Oded Balaban, del Departamento de Filosofía de la Universidad de Haifa, Israel.

 

“Hay tres o cuatro cuestiones que me mantienen

insomne a veces: el tiempo, su sombra llamada

movimiento, los sueños y el espacio.”

A.B.M.

 

Prevista como de largo alcance —un total de seis tomos son proyectados por el autor— la serie se inicia con este título, Los sueños de la eternidad en el tiempo [1], donde Alejandro Bovino Maciel despliega su ya reconocida erudición acerca de múltiples ramas del conocimiento, aspirando a plantear tanto interrogantes como posibles respuestas a tópicas fundamentales que hacen al meollo mismo de la civilización en nuestro hemisferio.

No en vano, el subtítulo que abre el volumen adelanta: “Notas y ensayos sobre la triple obsesión del tiempo móvil, de los sueños y del mayor sueño que tramaron los tiempos: la eternidad”.


El discurso ameno y por momentos cargado de ironías que tan bien le conocen sus numerosos lectores de un lado y otro del Atlántico (es un creador de nutrida obra en el campo de la ensayística, la dramaturgia, la poesía y la narración) torna de fácil acceso el más de un centenar de páginas de Los sueños de la eternidad en el tiempo. Ello, pese a que Bovino Maciel no teme adentrarse en temas de extrema complejidad, que sin embargo resuelve con una soltura conjugada con atenta y minuciosa investigación, lo que vuelve a este volumen inicial tan de valor para el estudioso como para aquel que desea adentrarse por primera vez en los interrogantes más acuciantes que cimentan nuestra imagen del mundo.

La historia eclesiástica desde sus albores mismos es examinada agudamente por el autor correntino, como clave que resulta ser para entender cómo se conformó paso a paso esa visión que tenemos de las cosas las mujeres y los hombres comunes de nuestro tiempo, dado que la Iglesia fue, desde sus inicios, creadora de sentidos y valores simbólicos de fuerte impronta sobre la población mundial, influencia que perdura hasta nuestro presente mismo, bien que discutida su propuesta de la realidad desde múltiples corrientes filosóficas, políticas y sociales.

Es que la discordancia entre la visión eclesiástica y la secular en cuanto al sentido de la existencia, el papel de la humanidad en el tiempo y el espacio, con sus numerosas secuelas de intentos de rebatimiento, desmentidas e impugnaciones, resulta ser la médula misma o al menos parte primordial de lo que anima a las diferentes sociedades que conforman lo occidental. Este volumen lo toma ampliamente en cuenta, abriendo un abanico de referencias al conflicto milenario que recorren sus páginas.

Doctrinas envejecidas, pero no ausentes del pensamiento general aunque sea como remanentes, son examinadas por Bovino Maciel con la paciencia y la potencia del serio estudioso que es, contraponiendo unas a otras, exhibiendo sus paradojas y contradicciones, señalando con meridiana claridad cómo la pregunta esencial por el ser, el ser en el tiempo, sigue siendo, entre muchas otras cuestiones de igual importancia y peso específico, uno de los interrogantes fundantes de nuestra cultura.

Una cultura erigida sobre la base no de respuestas definitivas —ninguna alcanzó ni alcanza a serlo, ninguna puede aspirar a lo unívoco y total— es una edificación movediza desde sus mismos cimientos y Alejandro Bovino Maciel nos muestra cabalmente cuáles han sido y son esas oscilaciones, ese contenido sismo al que mide con precisión de topógrafo.

Cabe insistir en la fácil lectura de este tratado del autor nacido en Corrientes, Argentina, en 1956, para entender que, no por tratar temas tan complejos como los que abarca este primer tomo de su ambiciosa empresa escritural, deja de darle la bienvenida a cualquiera interesado en saber quién es en el tiempo y qué nociones y propuestas, de antigua o más reciente data, lo han llevado a autopercibirse como lo hace.

Una encomiable labor de divulgación, que trasciende el terreno de lo específicamente filosófico, anima esta propuesta que ya hace esperar a muchos la continuidad prevista de la saga.



 

El autor


El poeta, ensayista, dramaturgo y narrador argentino Alejandro Bovino Maciel nació en la provincia de Corrientes, Argentina, en 1956. Entre otros, ha publicado los siguientes títulos: La salvación, después de Noé (cuentos y ensayos, Editorial Ocruxaves, Buenos Aires, 1989); Los conjurados del Quilombo del Gran Chaco (relatos, en coautoría con Augusto Roa Bastos, Omar Prego Gadea y Eric Nepomuceno, Edit. Alfaguara, Buenos Aires, 2000, Editorial Record, Brasil, Río de Janeiro, 2001); El trueno entre las páginas (conversaciones con Augusto Roa Bastos, Editorial Intercontinental, Asunción, Paraguay, 2002); Polisapo (narración en coautoría con Roa Bastos, Ed. Servilibro, Asunción, Paraguay, 2002, Editorial Libresa, Ecuador, 2005, Editorial Laberinto, España, 2006); La Bruja de oro (nouvelle infanto-juvenil, Servilibro, Paraguay, 2004); Prostibularias-1 (en coautoría con otros autores paraguayos y argentinos, Editorial Servilibro, Paraguay, 2002); Diários de um rei exiliado (Editorial Landmark, Sao Paulo, Brasil, 2005); El señor es contigo (en coautoría con Gloria Rubin, investigación sobre feminicidio en Paraguay, Servilibro, Paraguay, 2005); 20 poemas de humor y una canción disparatada (en coautoría con Pepa Kostianovsky, Servilibro, Paraguay, 2005); Culpa de los muertos (novela, Editorial Rubeo, Barcelona, 2007); Cuentos en la guerra y en la paz (Servilibro, Paraguay, 2011); La faute des morts (novela, Editions La Derniére Goutte, Estrasburgo, Francia, 2014); Teatro Político-1 (Editorial Intercontinental, Asunción, Paraguay, 2012); Enero. Los perros de Dios (Editorial Servilibro, Asunción, Paraguay, 2013); Teatro Político-2 (Editorial Nueva Generación, Buenos Aires, 2015); Teatro Político-3 (Editorial EUDEBA, Buenos Aires, 2016). Es director de Palabras Escritas, revista-libro, diálogo cultural entre Brasil e Hispanoamérica, Edit. Servilibro, Paraguay. Es miembro de SAL-REDAL, centro de estudios de la Universidad de la Sorbona, París, Francia.

 

[1] Editorial Librería de la Paz, ISBN 978-987-8964-60-7, volumen 1, con estudio preliminar del Prof. Oded Balaban, Departamento de Filosofía de la Universidad de Haifa, Israel, 132 pp, Resistencia, provincia argentina del Chaco, 2023. https://www.libreriadelapazediciones.com.ar/

 

 

 

¿QUIÉN OFRECE LAS MANZANAS?

Adán Echeverría ©

Aquí están los rencores.
Los escribí pensando en ti.
Juan Domingo Argüelles

Siempre hay un peligro incierto en la búsqueda de la igualdad. Los aires de libertad a perseguir nos producen sueño. La pesadilla amanece sobre los cuerpos y, así como una noche dos se prometen amor en ceremoniales arcaicos, en otro sitio se suda la gota gorda cuerpo a cuerpo, o hay alguien detrás de la estufa mirando a su madre sufrir los improperios que deja la borrachera, o crece el absurdo de sentirse menos en esta cotidiana vida que nos antecede: un hombre le dispara a su mujer, y luego se quita la vida en medio de la calle. Imberbe suicidio en que hombres y mujeres se enajenan por sus voluntades sexistas del sufrimiento pasional a que son susceptibles.

Alexandra Botto
Mucho se dice sobre la violencia doméstica, y nadie puede dudarlo. La tradición nos cuenta de una madre que miró a su hijo morir en la cruz luego de seguir paso por paso el río de sangre de su criatura, y nos la hemos creído. Quién que se diga madre puede permitir en silencio que su hijo sea torturado. Una espada te atravesará el corazón. Me quedo con las mujeres presentes en el Decamerón, la Beatriz que tanto tiempo nos ha infundido la locura del amor imperecedero, círculo a círculo, de arriba hacia abajo de las tradiciones. Porque no será la primera vez que miramos brillar por las noches la luz del cuchillo de Judith mientras en la mano lleva la cabeza de algún estúpido rey. Todos sabemos el ignominioso acto de Eva, al pie del manzano, con aquel lenguaje viperino seduce al tímido y responsable macho primerizo que nos representan.

Cuánto habría de odiar a mi madre si la mirara huir en lugar de luchar por que me suelten los torturadores. ¿Acaso no la mujer cría los pensamientos cuando apenas caminamos el mundo? Tiene que buscarse con cautela, sin hablar de fes y desvaríos; de ahí colgamos el mito de Lilith, creada junto con Adán en el principio. ¿Cuáles son las bestias que me pertenecen, esposo mío? Expulsada del paraíso por no ser mujer florero. Extraer de la costilla a la sumisa Eva, que todo lo consume, hasta la vida eterna. Pero no pudiendo huir a su destino, lleva en el vientre sus vicios, sus propias intenciones, su búsqueda constante de la inteligencia. Su igualdad a todas luces necesaria.

Alguien inventó el amor en algún punto de la prehistoria para que la fidelidad permitiera a los genes fuertes heredarse en las poblaciones humanas. Si no se hubiese inventado el amor, el sexo por si mismo hubiera sido cubierto por aquellos hombres débiles que no iban de cacería, y la simiente genética hubiera decrecido. Todo lo demás han sido tan sólo tradiciones.

Eso puede uno concebir al tener ante los ojos el poemario “Días de viento” de Alexandra Botto. La visión de la igualdad en este rodaje del amor. Una postura estética más allá del reclamo o el odio significativo de una batalla insulsa por la dominación del género. La mujer que dicta a su pareja: si estoy contigo es porque se me da la gana, tengo deseos de matar, de violar, de gritar, de amar hasta que el hueso se desgaste. Saberse llorosas y cabronas y de nuevo pa delante. Saber el destino simplista de los vicios y condecoraciones sobre el macho contemporáneo, ese que puede detenerse a morir entre las piernas, en esa persecución del orgasmo con que hay que premiar a cada hembra que se aduce necesaria. El erotismo desgajado verso a verso, en el sudor de la letra: A la fuente han ido todos a besarse / bajo un cielo plomizo de semen, nos dice la autora.

Con un lenguaje cotidiano, Alexandra va destejiendo el análisis de las vivencias humanas, para armar su entramado poético: Él me dejaba dormir sobre su hombro / sin anunciar la fosa abierta de su noche. La mujer que se deja seducir en la ternura y genera conciencia ante el cambio de las máscaras que siempre se producen. Pero el personaje que la autora nos presenta va más allá. Marca en su relación de pareja las igualdades que tienen que quedar esclarecidas: Tuvieron nuestras risas el mismo canto subversivo / nuestros cuerpos el aroma de los amantes satisfechos.

La autora maneja su ideograma con una soltura necesaria para brindar el toque lúdico a su poética: Al que llama se le abre la puerta / al que pregunta se le responde: / Antes que tú hubo otro.

El poemario “Días de viento” se encuentra dividido en tres apartados, lo que nos permite ir entrando en la psicología con que la autora nos quiere enriquecer el pensamiento y el conocimiento mutuo; entre su forma de mirar el mundo, y lo que podemos sentir desde dos aspectos: el confrontarnos con sus tesis, y el disfrute por sí mismo de los poemas. En el primer apartado nombrado Álbum, la autora plantea de golpe la figura refulgente en la que hará hincapié al adentrarse en su universo: Aunque no suelo ser perversa… dónde firmo? Es desde este punto de partida con que la autora comienza a desnudarnos su entusiasmo por no ceder en esa búsqueda; sin embargo, se da el espacio para que en este primer momento, el lector pueda ir sopesando los mundos que fueron conformando su ser; es en el poema El hogar puro donde esboza con arte sus memorias de la familia, de aquella mirada niña que comienza por analizar el mundo, las primeras sensaciones que conllevan al retiro hacia su propio mundo Qué hubiera sido de mí en el escaparate de un balcón?, a su ensimismamiento tan cerca de mis recuerdos de gitana triste, y el tener conciencia que siempre hay un sitio a dónde se puede volver cuando se agitan los demonios internos, el primer hogar: Ésta es mi habitación, la de la Luz Siemprencendida.

Esta añoranza de la juventud temprana, del reconocimiento primero del amor y del amor constante en que se ha ido reflejando, dan lugar a la aparición del segundo apartado Ellos y yo, en el cual la autora se vuelca toda para y por la poesía experiencial y sale bien librada de esta entrega: Qué / No me mires así. / Aún es un maleficio desearnos, / y volver a morir / en el mismo recuerdo que nos incendia. La poeta se ofrece ella misma como símbolo de pertenencia hacia su propio mirar el mundo de sus relaciones, de las pertenencias en estas batallas inconclusas entre sexos, entre cuerpos, en que todos caminamos siempre de puntitas hacia la muerte, la muerte pequeña de no mirarnos solos. Yo era aquella y ahora soy esta piedra. En este verso está definido el destino de su postura: antes era esa niña tierna y ahora no hay distancia entre nosotros, grita en su dulzura ingobernable. Somos apenas la cicatriz que otros / miran con curiosidad. La autora puede reconocerlo y lo discute: no hay diferencia entre el nosotros y el aquellos, todos pasamos por los mismos aspavientos y la separación siempre ha de estar presente. Habrá que saber aceptarla. Hombro con hombro / algo comienza a doler. El abandono, y el recuperarse en el siguiente punto exacto del enamoramiento venidero, el esperar construir otra historia. Conozco el amor, / todos sus trucos. No claudicar, no sentirse derrotada. Saberse presente construyendo hacia adelante. Detrás de un hombre no hay una mujer ardiente, ella siempre debe permanecer adelante: qué me van a importar a mí los lugares comunes, / o que mi silencio te desangre.

Alexandra Botto se detiene en la contemplación de ese mundo que ha construido en sus poemas, se ha revisado completa, desde la punta de los dientes, hasta la luz en la entrepierna. Y a partir de ese lenguaje cotidiano en el cual todos nos hemos inmerso alguna vez, al recordarnos el rostro de nuestras propias pasiones, es donde ella, con esa capacidad creativa nos ofrece la voz intensa de su poesía.

Y es desde esta reflexión donde la autora se detiene para cerrar el libro con el apartado Apocalipsis en el cual, su personaje lírico mira el mundo desde la experiencia vital y asume la derrota de los tiempos, la derrota social en la que todo espacio de libertad para ser uno mismo se mira clausurado. Era mi muerte el rapto de una historia, / la hipnosis compartida de una flor cortada. Y así, con los versos últimos la autora nos muestra el decadente final de la esperanza: amar la muerte como último principio de vida. El saber que no ha sido fácil la aceptación de esa tesis de igualdad entre los géneros. El saber que Lilith acabará siempre siendo desterrada del paraíso. Y que la promesa que se le hizo a Eva, la inconsciente, tardará los años en ser encaminada: Pondré enemistad entre tú y la serpiente. Tú le pisarás la cabeza, mientras ella te morderá el talón. Nuestra autora sabe que su mordida ha quedado bien marcada. Esa mordida de luz en que se ha vertido la palabra.

 

Botto, Alexandra. (2007). Días de viento. Poesía. Homo Scriptum. Colección Suite. Monterrey, Nvo. León. 61 pp.

 

 

 

ANTISEMITISMO

David Alejandro Rosenthal Villamizar © [1]

 

El antisemitismo nunca es un fin, siempre es un medio;
es un criterio para medir contradicciones que no tienen salida”.
Vasili Grossman

 

Antisemitismo tal vez sea el vocablo que más coerción ejerce dentro del pueblo judío. De forma involuntaria, claro está. De forma ajena, pero no en todos los casos. Esa coerción que incide de forma directa en la voluntad y la conducta de los individuos. Sin embargo, ese proceso coercitivo forma una cohesión. La cohesión como relación estrecha entre un grupo de individuos forma la identidad necesaria para sobrevivir en el tiempo.

El antisemitismo hace que los judíos sean especiales. La persecución que se ha enfocado en contra de los judíos convierte al morboso espectador en un aficionado, un “amateur” de las tribulaciones de Israel.

Asimismo, el sentimiento como tal del antisemitismo se alimenta de los individuos judíos que están fuera del grupo o que cometen errores visibles ante la sociedad, en principio en el exilio fuera de Israel, pero que en el mismo Israel también tiene un lugar para esto. Hay antisemitismo dentro de Israel, algunos no lo podrán creer hasta que perciben que, si lo hay, pero de una forma enmascarada en cuanto al autoodio se trata. También el conflicto interno entre los unos con los otros, que, siendo judíos, no pueden tolerarse entre sí.

Sin embargo, el antisemitismo, es decir, el odio hacia el pueblo de Israel, casi siempre gratuito, ha cobrado las vidas de muchas personas a lo largo de la historia. Personas inocentes, niños, ancianos, mujeres embarazadas, bebés, etc., mártires y más mártires es lo que tiene el pueblo del libro. La Tora advierte a los hijos de Abraham de forma temprana sobre estos sucesos tan desafortunados. Pero, dentro de una colectividad, que, a pesar de no ser grande en cantidad, es una colectividad y además que se hace notar, los judíos transitan caminos arriesgados, contracorriente y decisorios.

El Diccionario de la Real Academia Española define antisemita como: “que muestra hostilidad o prejuicios hacia los judíos, su cultura o su influencia”. Sin embargo, este concepto se queda corto, pues los prejuicios, la hostilidad y el rechazo es algo casi innato del ser humano.

Antisemitismo va más allá de hostilidad y prejuicios, la historia reciente lo demuestra y la no tan reciente también. Querer erradicar de la faz de la tierra a un pueblo, querer exterminar a todas las personas de una colectividad no es normal. Como no es normal tampoco que, ante tantos agravios, persecuciones, exilios, asesinatos y en general mermas poblacionales, aun exista pueblo judío y además luego de un exilio tan remoto en tiempo como en espacio, exista un estado judío bajo el nombre Israel y en el territorio donde otrora fue.

Otra definición, mucho más completa, es la acuñada el 26 de mayo de 2016, en la que los 31 países miembros de la IHRA [2] adoptaron una definición práctica, jurídicamente no vinculante, de «antisemitismo»: «El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto».

Con la definición de la IHRA, se puede comprender de forma más clara lo que es antisemitismo, aunque tal vez no haya una definición perfecta del término, pues el antisemitismo como cualquier expresión de odio, no es racional sino pasional o emotiva.

Y cuando los términos o situaciones no tienen una explicación racional, es bastante difícil lograr comprenderlos y encasillarlos en un concepto o referencia. Mas, tener un término casi universal sobre el abstracto concepto permite que se pueda juzgar y hasta prejuzgar lo que en potencia podría desencadenar terribles hechos como los que ya sabemos y no hacen falta mencionar.

El antisemitismo es como un lobo hambriento que se esconde entre los bosques y sale en el fulgor de la noche a cazar a su presa. Siempre latente y siempre al acecho. No duerme, pero tampoco se le ve continuamente. Va y viene, ataca cuando puede, se esconde cuando no. Pero, siempre está ahí.

Otra definición es la de la Liga Antidifamación [3] (ADL por sus siglas en inglés) que promulga: es antisemitismo “la creencia o el comportamiento hostil hacia los judíos sólo porque son judíos. También adopta la forma de enseñanzas religiosas que proclaman la inferioridad de los judíos, por ejemplo, o de esfuerzos políticos para aislarlos, oprimirlos o perjudicarlos de otro modo. También puede incluir opiniones prejuiciosas o estereotipadas sobre los judíos”.

Así las cosas, las diferencias entre definiciones sobre antisemitismo no son muchas ni muy diferenciales. Y ninguna definición es universal de momento, además, hay lugares donde no va a existir una definición sobre antisemitismo pues son por naturaleza antisemitas.

Sobre definir algo como antisemitismo la tarea no es fácil, mas es necesaria. Sino ¿cómo se va a juzgar a los antisemitas y a los hechos de esta índole?

Hay sinnúmero de “libelos de sangre” o “calumnias de sangre” que son alegatos antisemitas contra los judíos de la Europa medieval principalmente, aunque también fueron víctimas los judíos en Rusia, en el norte de África y en el mundo árabe.

La calumnia y juicio de deshonra al capitán Alfred Dreyfus y los Protocolos de los Sabios de Sion son los más relevantes casos del antisemitismo moderno previo a la propaganda antisemita nazi que acabó con millones de almas judías. El antisemitismo contemporáneo es el rezago que quedó del antisemitismo de la ultraderecha, junto al antisemitismo de la izquierda y la ultraizquierda, sumado al antisemitismo “visceral-religioso” del mundo islámico radical. Esto principalmente, conforma el nuevo antisemitismo que a la final no tiene nada de nuevo.

Los judíos son los culpables de la Covid-19, eso también. Israel es un estado de apartheid, terrorista dicen algunos. De vez en cuando hay atentados en sinagogas en diferentes lugares del mundo, incluso no hace mucho una fue detonada (el caso de la AMIA [4] en Buenos Aires, Argentina).

El antisemitismo pareciera convivir con los judíos sin explicación. Donde hay un judío hay antisemitismo e incluso donde no los hay. El antisemitismo no es inerte y no está erradicado, late dentro de miles de corazones, pero Israel es más que eso y prevalecerá sobre ello. Es preocupante ver cómo personajes antisemitas se multiplican cada día más y observar cómo toman el poder de naciones incluso. Bajo la bandera del antisionismo o de estar en contra de Israel, ejercen un nuevo antisemitismo. También entidades transnacionales, todo tipo de organizaciones no gubernamentales, etc., son focos de antisemitismo. Son cifras que pueden llegar a ser alarmantes, sumado a lo que se puede llegar a apreciar en las redes sociales en contra de Israel y los judíos, pero ¿en qué momento se sale de las manos? Ahí es donde debe haber respuestas, medidas preventivas, criterios y nuevas políticas para frenarlo a tiempo.

 

[1] David A. Rosenthal es politólogo, periodista y analista internacional.

[2] IHRA (International Holocaust Remembrance Alliance. En español: Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto).

[3] ADL (Anti-Defamation League. En español: Liga Antifdifamación).

[4] AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina). El autor se refiere al cruel atentado terrorista de que fue objeto la AMIA el 18 de julio de 1994.

 

 

 

Nueva colaboradora

 

ALICIA MARÍA NEIRA

Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Escritora. Licenciada en psicología por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Libros publicados: “Estar, entre pérdidas y pandemias”, “Cosa de locos. Acuarelas manicomiales”, “Educación y psicología. Investigación-creatividad”, entre otros.

Fundó la RED GIA (red de grupos de investigación y acción en 2013) en el sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires y en varias provincias argentinas. Fundó y condujo el programa radial “Tiempos para investigar y crear” desde 2013 a 2020.

Es autora de libros académicos de su especialidad como “El psiquismo del niño enfermo orgánico” y “Valores en el proceso educativo, otra mirada”.

almneira@gmail.com

 

 

 

REALIDADES Y FICCIONES

—Revista Literaria—

Nº 55 – Septiembre de 2023 – Año XIV

ISSN 2250-4281 – Edición trimestral

EX-2022-110593089- -APN-DNDA#MJ del 18/10/2022, incorporado a RL-2018-52429319-APN-DNDA#MJ, Dirección Nacional del Derecho de Autor / República Argentina.

Propietario y director: Héctor Zabala
Av. Del Libertador 6039 (C1428ARD)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
zab_he@hotmail.com
http://hector-zabala.blogspot.com/
Currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 40:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2019/12/realidades-y-ficciones-revista.html
 

Colaboradores

Corrección general:
Noelia Natalia Barchuk Löwer
Resistencia (Chaco), Argentina
alfana79@hotmail.com
http://noelia-barchuk-literatura.blogspot.com.ar/
Currículo en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 88:
https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2020/12/suplemento-derealidades-y-ficciones-n.html



Ilustración de carátula y emblema:
Mónica Villarreal
Scottsdale (Arizona), Estados Unidos
Monterrey (Nuevo León), México
monvillarreal@hotmail.com
@mon_villarreal
https://www.facebook.com/monvillarreal22
Currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 17:
http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com.ar/2014/06/
 

 

COLABORARON EN ESTE NÚMERO:

 Noelia Natalia Barchuk, Resistencia (Chaco), Argentina

Luis Benítez, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Currículo en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 64:https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com.ar/2015/03/suplemento-64-realidades-y-ficciones-en.html
lb20032003@gmail.com

Adán Echeverría, Mérida (Yucatán), México
Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 26:
http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2016/09/realidades-y-ficciones-revista.html
adanizante@yahoo.com.mx

Alicia María Neira, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 55:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2023/09/realidades-y-ficciones-revista.html
almneira@gmail.com

David Alejandro Rosenthal Villamizar, Bogotá, Colombia (reside en Israel)
Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 49:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2022/03/realidades-y-ficciones-revista.html
david.rosenthal@urosario.edu.co
@rosenthaaldavid

Anna Rossell, Barcelona (Cataluña), España
Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 11:
https://ca.wikipedia.org/wiki/Anna_Rossell_Ibern
https://www.annarossell.com/
https://es.wikipedia.org/wiki/Anna_Rossell_Ibern
https://twitter.com/Raboliut
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Mónica Villarreal, Scottsdale (Arizona), Estados Unidos – Monterrey (Nuevo León), México

Héctor Zabala, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

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Las opiniones vertidas en los artículos de esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor pertinente.

 

“Realidades y Ficciones”
Mónica Villarreal (2014)
acrílico y óleo sobre
papel-lienzo, 30 cm x 30 cm
 

2 comentarios:

  1. Excelente el artículo dedicado a Agustín Romano. Muy emotivo, de la mano de su amigo y compañero de aventuras intelectuales, Hector Zabala. Besos al cielo para Agustín! Un grande!

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  2. Que maravilla. Nos acerca tanto a la cultura del arte como a los escritores. Con Anna Rossell, he coincidido varias veces. Gran persona. Un placer pasar por vuestro trabajo literario. Una revista muy interesante. Un abrazo

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