miércoles, 1 de diciembre de 2021

REALIDADES Y FICCIONES
—Revista Literaria—
Nº 48 – Diciembre de 2021 – Año XII
ISSN 2250-4281 – Edición trimestral 

Inscripción gratuita como LECTOR

si escribe a zab_he@hotmail.com

indicando nombre y apellido, ciudad y país

(se le avisará cada nuevo número trimestral).

“Mariposa plateada”
Mónica Villarreal (2021)
(Mixta sobre tela, 16" x 20")
Serie Mariposas


Sumario
• Estela Barrenechea: una escritora de aquellas. (Agustín Romano y Héctor Zabala)
• Un haiku en el silencio del mundo. (Jack Farfán Cedrón)
• Duelo por Cuba. “Turcos en la niebla” de Enrique del Risco. (Anna Rossell)
• “Colores primarios”: lo nuevo de la poeta argentina Patricia Rodón. (Luis Benítez)
• Ciencia ficción: tecnología para lo onírico. (Héctor Sommaruga)
• El ajedrez ¿un juego popular? (Omar Roldán Rubio)
• “El hombre de Rupak Tanta” de Melacio Castro Mendoza y el encuentro de dos mundos. (Gonzalo Pantigoso Layza)
• La importancia del trabajo arduo del escritor. (Mario Guzmán Pérez)
• Nuevos colaboradores de Realidades y Ficciones:
    Jack Farfán Cedrón, Cajamarca, Perú
    Héctor Sommaruga, Montevideo, Uruguay / Toluca, México
    Omar Roldán Rubio, Tulancingo (Hidalgo), México
    Mario Guzmán Pérez, ciudad de México, México

 

ESTELA BARRENECHEA: UNA ESCRITORA DE AQUELLAS

Agustín Romano © y Héctor Zabala ©


Lamentablemente, nos toca informar que falleció nuestra entrañable amiga Estela Barrenechea. 

Su trayectoria habla por sí sola. Poeta, narradora y estudiosa de la filosofía. Contadora Pública Nacional por la Universidad de Buenos Aires (UBA), ejerció la docencia en filosofía a partir de sus ensayos y de su condición de miembro de grupos de investigación, tanto en instituciones públicas como privadas. En 1984 completó el curso de Metodología de la Investigación, en la Universidad de Belgrano. Profesora de filosofía en el CBC de la UBA. Colaboradora de instituciones filosóficas, publicó artículos de la especialidad en diarios y revistas. Como expositora presentó distintas ponencias en jornadas de filosofía y poesía (Jornadas de Filosofía Nietzscheana, 2000, y III Congreso Binacional de Escritores - Centenario del nacimiento de Pablo Neruda, 2004).

Además de organizadora de jornadas de filosofía, fue expositora en la especialidad durante el lapso 1991-2000.

Obtuvo primeros premios y otros reconocimientos de orden literario, tanto en Argentina como en el exterior.

 

Obras:

Filosofía: La ilusión en la paradoja del sujeto (Buenos Aires, Ed. Catálogos, 1994), La formación del filósofo (Buenos Aires, Ed. Sociedad Filosófica, 1994), Nietzsche en la filosofía actual. El eterno retorno como acontecimiento del pensar (presentado en las Jornadas Nietzsche, año 2000), El nacimiento del humor en la obra de François Rabelais (presentado en el seminario de Doctorado de Filosofía, dirigido por el Dr. Ricardo Maliandi).

Tenía en preparación el libro Nietzsche, una ontología trágica, del cual adelantó a Realidades y Ficciones - Revista Literaria el primer capítulo: La posición genealógica en la filosofía de Nietzsche. El pathos de la verdad, texto que fue publicado en la revista Nº 45 de marzo de este año.

Poesía: La distancia y el foco (Buenos Aires, Editorial De los Cuatro Vientos, 2003), En los confines (Buenos Aires, Editorial Tsé Tsé, 2005), plaqueta Clinamen y otros poemas (Buenos Aires, Editorial Metáfora, 2007), Del Silencio (Buenos Aires, Ediciones El Mono Armado, 2009), El filo de la grieta (Buenos Aires, Editorial Vinciguerra, 2012), El revés de la luz (Córdoba, Alción Editora, 2014), De claros y de sombras (Córdoba, Alción Editora, 2016).

Narrativa: El inmigrante y otros cuentos (Buenos Aires, Enigma Editores, 2018), Castora, un cuerpo de mujer (Buenos Aires, Ediciones Elemento, 2019).

 

Además:


• Participó en los volúmenes: La filosofía en los laberintos del presente (1994), El pensamiento en los umbrales del siglo XXI (1994) y La filosofía, los filósofos, las instituciones filosóficas. Una perspectiva generacional en la Argentina de fin de siglo (1995), y

Fue incluida, entre 2001 y 2018, en diversas antologías poéticas: Homenaje a Oliverio Girondo, No toda belleza redunda en felicidad, XXVIII World Congress of Poets (Acapulco, México, 2008), Ceremonias de la luz, Poetas sobre poetas IV, y varios otros.

Nos queda, como homenaje póstumo, recordar los últimos poemas que nos enviara para su edición, poemas que hoy mismo publicamos en el Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 92 (https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2021/12/suplemento-de-realidades-y-ficciones-n.html) cumpliendo con su voluntad. Los acompañaremos con un resumen de referencias respecto de todo lo que aportó a Realidades y Ficciones, tanto para la revista como para el suplemento.

 

 

 

UN HAIKU EN EL SILENCIO DEL MUNDO

Jack Farfán Cedrón ©

 

“Nadie ha recorrido este camino, salvo el crepúsculo”, reza el famoso haiku de Matsuo Bashō, maestro del haiku, quien recorría los campos en busca de inspiración. Se dice de él que sus discípulos le pidieron en su lecho de muerte, que compusiese su último haiku, a lo que responde que el último haiku no estaba escrito todavía.

El arte del zen, como el arte del arquero y de la trayectoria que sigue la flecha para dar con el blanco, es tan milenario como la misma existencia del Buddha. La preciosidad del haiku reside en lo que no dice, más que en lo dicho. La poesía de la ausencia, del punto en blanco que deja el universo en cada uno de sus meteoros incinerándose para constelada fortuna.

El haiku corresponde a una composición poética cuyo primer verso consta de cinco sílabas, el segundo de siete y el tercero, que es un rayo luminoso indicando el desenlace del rayo inspirador, de, nuevamente, cinco sílabas.

Se dice que el haiku representa el paisaje que viene sucediendo en el ahora vívido que está transcurriendo; es presencia real, táctil, de cada uno de los movimientos fluyentes de la naturaleza. Lo mismo sucede con los pequeños relatos zen, a diferencia de que estos llevan siempre una moraleja como desenlace; nos dan el precioso legado del buen actuar de los seres humanos en pos de esa liberación del cuerpo, a través de un espíritu mucho más calmado, que aspira, mediante el satori o rayo luminoso, al despertar de la conciencia, al nirvana.

Cuando un alma muere, todas las almas de la esfera celeste mueren; cuando el oleaje revienta en rompiente furia sobre las rocas de los acantilados, todos los mares del mundo hacen lo mismo, al unísono, en una música silenciosa que percibe el ahogado.

Borges decía que al pronunciar un verso de Shakespeare, somos el mismo Shakespeare. El flujo de los estigmas cambiantes se unifican en el lastre rosáceo ondulando en la línea del horizonte que hace el equilibrio de todo cuanto acaece.

Todos somos uno, todos respiramos bajo el mismo ritmo de las respiraciones. Si oscilas junto con las arboledas, serás esa cadencia universal que te lleva junto a todas las cosas del mundo, a una música arrulladora, como una adormidera ludiendo un instrumento fantasma.

El haiku es separación del espíritu para compenetrarse con la naturaleza que sucede en el momento presente. Somos el diente de luna que derrama un hilo de sangre incolora en los ojos entornados.

Podría ser esa línea en blanco que sólo sucede en una suposición fantasiosa que no podemos aprehender con la escritura, lo que realmente encierra la cábala del elemento designándose a sí propio, para separarse de su cosidad y refulgir la luz del espíritu que evoca.

Ahí que lo no dicho deje el vacío temporal de ese espectro que se va sin dejar rastro. Ese monje que tocando la divinidad, se inmola de cuerpo y espíritu hasta trascender las barreras espirituales que entraña el nirvana.

Un apunte ciego, un minimalismo arquitecturado con la sombra de una gema y la luz trascendida en la distancia de la gota royendo la geoda interior del fuego alquimista que cada ser lleva consigo, hasta los límites ultraterrenos de lo aún no designado.

Mito y transgresión, sublimidad recorrida al toser de un demiurgo, ¡recorre los caminos! El haiku es sombra de la luz, piedra lunar espaciando geiseres rutilantes a través de un paisaje incendiado por suaves tormentas escamadas de oro.

Decir, mejor, que un objeto, como un pimiento, posee alas para vivificarlo para siempre en libélula; ensalzar la piel del crepúsculo en una línea que se confunde con la grafía que estamos tratando de que ocurra, al trazarla sobre el papel en blanco.

El haiku es candil quieto por un instante de eternidad, así como su oscilación que lo hace suceso, acción flameante, emérita causa flotante de la llama que designa su luz, que ilumina la oscuridad de la senda.

Así como se sublima el acto de andar deslizados durante esa belleza del campo que ha apagado todos sus objetos de búsqueda humanos, las lámparas prodigadas por Dios en lo alto encienden la luz interior de los hombres.

Qué bueno que cada cíclico destino y lo que encierra en sus actos, se repita, como el destino circular del mejor amigo del hombre, el perro.

Las costumbres, por pequeñas, si son hechas con amor, tienen la propiedad de hacer de quien las ejerce, personas felices.

El ritual desaparece, y cada vez que practicamos el mismo acto con amor, hay como una variación de los actos que se bendicen a sí mismos, para bendecir, a su vez, al ser que los practica.

Karenin, la perra de Tomás, en la novela de Milan Kundera, La insoportable levedad del ser, encontraba todos los días dichosos al llevar desde la panadería, junto a su amo, el pan de cada día. Ese acto ritual de repetición diurna que el ojo nocturno entrevé durante el sueño, acaecerá en la vigilia, se ve.

Cada hombre es la más bella creación; cada criatura salvaje y sus berridos, el milagro más fabuloso sobre la tierra.

Si estás cansado, detener tus fuerzas en pos de otros nuevos ideales y creaciones, merece contemplación.

¡Qué real es todo, cuando repasamos todo lo trajinado!

Hay pasajes que uno se los había pasado por alto, por la premura de nuestras creativas obligaciones. Hay recuerdos, palabras como historias abriendo otros pequeños mundos escondidos; crípticos, sublimes, improvisados, reapareciendo, que se esfuman con la sobriedad de una mirada bien disimulada.

Ella reaparece, durante el instante más inesperado; ella juega con los ritmos salvajes que la corriente del cuerpo transmite en el otro: esa luz desvelada, como cuando al cerrar la puerta de un vehículo la electricidad del cuerpo nos hormiguea el brazo, esa luz indagadora es omnipresente.

         El rayo caerá durante la tempestad, calcinará un árbol, un cristiano o un perro flotante en un charco.

Y quedará siempre el espíritu que ha obrado con bien durante toda su vida.

Ese momento que casi siempre se resume en la última frase pronunciada, durante el sueño moribundo de los justos.




DUELO POR CUBA

Anna Rossell ©


Enrique del Risco

Turcos en la niebla

Alianza Ed., 2019, 451 págs.

 

Enrique del Risco

Merecido el XX Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones a Turcos en la niebla. Los hechos relatados provienen de un conocimiento íntimo y un profundo sentimiento de ternura hacia sus protagonistas. Por ello sus historias resultan creíbles; sus personajes, entrañables.

Enrique del Risco (La Habana, 1967), historiador, doctor en literatura latinoamericana, emigrado a España en 1995 y luego a Nueva York, en cuya universidad es profesor, aborda en esta, su primera novela, un tema que le afecta directamente: la emigración cubana en los Estados Unidos. Sin embargo —no es detalle menor—, su objetivo no es dar cuenta de la oposición al régimen castrista en general, intención abocada fácilmente al fracaso. Tampoco adentrarse en la colonia cubana de Miami, donde hubiera podido elegir entre una amplia palestra temática. Miami no le interesa como tampoco interesa a los cubanos de su novela, gente de la segunda generación de la revolución de Castro, desencantada, emigrada a los Estados Unidos entre los años ochenta y noventa del siglo pasado, pero en modo alguno vendida al capitalismo. Del Risco evita lo que podría hacerle caer en burdo maniqueísmo: instala su foco en el condado de Hudson (Nueva Jersey) y parte del atrincheramiento armado del primer personaje, Wonder, en su taller de carpintería, dispuesto a todo ante la amenaza de embargo por la autoridad local —también los Estados Unidos son objeto de crítica: «Mucho hablar de democracia y de derechos, pero en este país, una vez que pones en marcha ciertos resortes del Gobierno, no les queda otra opción que la de usar la fuerza»—.

Para dar una visión amplia del ambiente del exilio cubano crítico y fiel a sus principios, Del Risco echa mano de las nuevas tecnologías: los personajes, amigos entre sí, se conectan grupalmente a Skype o a Facetime mientras Wonder espera el fatal desenlace. La autobautizada Banda de los Cuatro: Wonder, Alejandra, British y Eltico toman alternativamente la palabra para dar cuenta de su vida anterior y actual. En primera persona, cada uno de ellos aporta una parte de la historia desde su perspectiva y va sumando un número considerable de personajes indirectos al relato: el Cenizo, amigo de Eltico; Deyanira, artista visual, hermana de Wonder; Juan Carlos, marido de Alejandra; April, amante de British… Bien diferenciados por carácter, los cuatro tienen mucho en común (Dios los cría, y ellos se juntan): su inconformismo visceral con la hipocresía, su humanidad y la necesidad de calor de quienes sienten como ellos. La autenticidad de su esencia aboca sus vidas al naufragio, pero la dialéctica de su espíritu auténtico los mantiene asimismo a flote.

El relato de cada uno compone un puzzle que proporciona al lector una idea de la entraña oscura del aparato cubano desde los años ochenta hasta la actualidad: Wonder, hijo de revolucionarios, cuyo padre, falso preso en Cuba, sirvió como chivato del Gobierno, dedicado luego al tráfico sexual y renegado ideológico hasta acabar como preso real; Eltico, hombre bueno, antiguo voluntario en las filas de la Contra nicaragüense; Alejandra, psicoterapeuta argentina, huída a Cuba de la dictadura de Videla con su familia y emigrada después a los Estados Unidos; British, profesor universitario de Historia del Arte con falso título de licenciado, experto en pintura, buen conocedor de la Escuela del río Hudson. Sus conocimientos, el mundillo de galeristas y comerciantes de arte que frecuenta, así como el excéntrico personaje de Deyanira abren una notable ventana adicional al funcionamiento de los círculos artísticos relacionados con el exilio cubano y dejan entrever el esnobismo añadido en su recepción por un público que vive del conocimiento superficial de la realidad cubana.

El sentido del humor, común a todos los personajes hace de la lectura una delicia.

 

 

 

COLORES PRIMARIOS: LO NUEVO DE LA POETA ARGENTINA PATRICIA RODÓN

Luis Benítez ©


El sello argentino Ediciones Peras del Olmo, para su colección de poesía Uvas de Niebla, acaba de publicar un nuevo poemario de la reconocida autora local Patricia Rodón. Colores Primarios [1] es una colección de 39 poemas de la poeta mendocina, que llega a los lectores después de que han pasado casi dos décadas desde la publicación del volumen anterior de Rodón, Estudio Voyeur (2002).

Es siempre sorprendente cómo el talento creativo resulta capaz de devolverle su viveza y potencia originales a tópicas que han sido abordadas desde el comienzo mismo de un género, recorridas hasta el hartazgo y cuando ya aparentemente fueron exploradas todas sus posibilidades. Si de temas poéticos se trata, indudablemente el amor se lleva todos los premios en cuanto a repetidas incursiones en toda la gama de sus variedades, posibilidades y planteamientos.

Sin embargo, este nuevo poemario de Patricia Rodón viene a desmentir esa noción, restituyéndole al asunto amoroso en muy buena parte su capacidad de deslumbramiento y novedad. Ello, porque el enfoque multidireccional que establece la autora mendocina abre nuevos horizontes para la cuestión relacional, indagando en los diferentes matices de lo erótico y lo amoroso. No por capricho ella dividió Colores Primarios en tres secciones: Blanco, Rojo y Negro. La paleta muy completa de la poeta es capaz en estas páginas de dibujar y darle color apropiado a las distintas tonalidades que puede ofrecer la materia general, desde los subidos acentos que le imponen la dicha y la celebración del sentimiento y de los cuerpos, hasta las tonalidades más apagadas que dictan el desengaño, la pérdida de las ilusiones y el hastío.

Invariablemente Rodón recorre esas escalas desde una perspectiva que no deja de lado la reflexión, si bien la potencia emocional de sus versos ocupa por lo habitual el primer plano.

La capacidad evocativa de la que hace gala la breve pero contundente obra publicada de Rodón hasta la fecha tiene una nueva cumbre en Colores primarios, conjugada con la originalidad de sus enfoques y la fluidez constante de sus versos, entre los que se destaca uno de los mejores trabajos del volumen y uno de los más extensos, el titulado El poeta (tres) (Off the record):

 

“Nunca te acerqués a un escritor

no dejés que te mire a los ojos y se

quede en allí investigándote

huí de su constante play de su zapping de sus ojos de leer

porque esos ojos sueñan en thriller en poema en guion

Un escritor cuando te mira te ve y no te ve

sus ojos te traspasan como un flash

te sacan fotos del alma y nunca te las muestra (…)

 

Tu cara tu sonrisa tu pelo tu cuerpo

ya no dicen lo que decían sino lo que él decide que digan

y empezás a dejar de ser una persona sin darte cuenta

te vas convirtiendo en personaje sin enterarte

Los ojos de los escritores están en libertad condicional”

(fragmento, pág. 21)

 

Inscripta ya en la historia del género local con voz propia, Rodón sabe interrogarse a sí misma y responderse al mismo tiempo, en un juego continuado que conoce muy bien cómo abrir puertas a la polifonía de significados y sus reverberaciones, así como sabe cuándo entrecerrar esa entrada al sentido para subrayar todavía más las connotaciones de cada palabra. Colores primarios, su nueva colección de poemas, vuelve a confirmar la presencia de una genuina autora del género, cuya valiosa obra esperamos que sea publicada con mayor asiduidad, para beneficio de todos los que estamos bien atentos a la aparición en librerías y accesos virtuales de la mejor poesía argentina.

 

 

La autora

 

Patricia Rodón
Patricia Rodón nació en la ciudad de Mendoza, capital de la provincia argentina del mismo nombre, en enero de 1961. Es Licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Cuyo con especialización en Literaturas Modernas.

Como poeta ha obtenido numerosos premios provinciales y nacionales. Ha publicado anteriormente los poemarios Tango Rock (Mendoza, Ed. Diógenes, 1998) y Estudio Voyeur (Primer Premio Vendimia, Mendoza, Ediciones Culturales, 2002). Participa con poemas y relatos en diversas antologías publicadas en Mendoza, San Juan, San Luis y Buenos Aires, en Argentina; Santiago de Chile, México DF, California (Estados Unidos), Barcelona, Londres y Montreal. Fundó e integró el grupo parapoético Las Malas Lenguas (1989-1992) junto a Teny Alós, Rubén Valle, Luis Ábrego y Carlos Vallejo, con quienes realizó innumerables recitales y actos poéticos en Mendoza. Ha sido expositora y/o panelista invitada en múltiples actos culturales desde 1989 hasta la fecha. Se desempeña como jurado en numerosos concursos literarios provinciales, tanto de poesía como de prosa. Poemas de su libro Estudio Voyeur fueron incluidos en antologías bilingües del Reino Unido y Francia.


[1] Ediciones Peras del Olmo (ver: www.perasdelolmo.com.ar), Mendoza, provincia de Mendoza, Argentina, ISBN: 978-987-88-1491-9, 68 pp., 2021. Es de descarga gratuita a través de este link: https://perasdelolmo.com.ar/colores-primarios

 

 

 

CIENCIA FICCIÓN: TECNOLOGÍA PARA LO ONÍRICO

Héctor Sommaruga ©


 
El escritor de ciencia ficción es un poeta

que dice que hoy y mañana son uno, que son iguales. *

Ray Bradbury

 

¿Qué ser humano no sueña con aventuras? Y qué mejor para recrear esas aventuras, que leyendo ciencia ficción.

No es nuevo el tema, relatos que nos llevan a lo fantástico, desconocido e irracional, se nos revelan desde la misma Biblia, demás está enlistarlos. Lo incomprensible para la “lógica” de la vida diaria se nos hace realidad a través de un buen texto en donde la fantasía se convierte en un ingrediente más, sazonado con algo de tecnología, valor inconmensurable y mucha imaginación derivada de la simbiosis autor-lector, fórmula inefable en el difícil arte del recreo mental.

De una forma u otra, la ciencia ficción de las diversas épocas parece siempre adelantarse en cuanto a que —años más o menos— la situación se cristaliza en realidad, por más fantástica que nos parezca.

Como con aquel niño que, entre rodar y rodar de las canicas en el piso de largas maderas de su cuarto, se sentaba recostado al borde de la cama con un libro de Julio Verne…

“Viaje al centro de la Tierra… ¡Órale!”.

Mira el globo terráqueo de hojalata, antes de volver la vista hacia el texto. Ciertamente los preparativos son bastante mundanos, la suma de personajes en la historia mantienen un cuadro socio-psicológico algo predecible… ¿Con cuál identificarse? No… Mejor cierra el libro y regresa la mirada hacia el pequeño globo terráqueo de hojalata, multicolor, especie de rompecabezas con quién sabe cuántos países y nombrecitos, cada uno de tono distinto….

“¿Un volcán en el océano?”, piensa… “¿Y dónde está ese volcán del océano?”. Vuelve a revisar el libro para encontrar el nombre de la isla con su volcán… “Mmh…”. Al dejarlo, las canicas amontonadas se desparraman por el suelo. Su atención se pierde debajo de la cama, las sillas y hasta el closet… Faltan canicas ¿dónde estarán? Gateando o acostado de panza, revisa cada centímetro y rincón del cuarto, en busca de las faltantes… El libro espera abierto, mientras el globo terráqueo observa desde lo alto de la repisa los movimientos gatunos del niño.

La última canica aparece. Vuelve a contarlas por si acaso, pero están todas, no hay de qué preocuparse. Su madre le ha prohibido juntar las canicas sobre la cama, así que las vuelve a colocar sobre el suelo, lo mejor amontonadas y quietas posible.

Toma el libro otra vez… “Isla…”. Se levanta abruptamente directo a la repisa que sostiene el globo terráqueo. Lo trae hasta el suelo, colocándolo a un costado del montón de canicas… Observa una y otra vez, girando el globo de hojalata… Se distrae un poco con el color de los países y en ubicar el suyo, pero no pierde concentración al celeste de los océanos, con la esperanza de encontrar la isla. Busca una y otra vez sin suerte. Regresa al libro, que continúa la explicación sobre cómo llegar al centro de la Tierra y la máquina que debe construirse para ello.

La mente del niño dibuja cada forma de la máquina y cómo será capaz de bajar entre la lava volcánica hasta llegar al corazón del planeta. Vuelve la vista al globo terráqueo de hojalata y sus montones de océanos celestes. Lo coloca entre sus piernas sin dejar de girarlo, cada vez con más lentitud. Al fin, lo levanta hasta la altura de su vista, para ver con más detalles. Sí, tiene una unión justo en el centro. Ahora la meta es abrirlo…

Julio Verne
Una voz chillona lo saca de concentración, es su mamá llamándolo para la merienda. Deja el globo, revisa que las canicas no rueden, para lo cual, hace una presa con el libro de Julio Verne. Se levanta y corre hacia fuera del cuarto, antes de enfilar veloz por las escaleras hasta la cocina.

Engulle rápido la merienda porque la disección de ese globo terráqueo no puede esperar. ¿De qué otra forma llegaría hasta el centro de la Tierra antes que los personajes del libro?

A su regreso al cuarto, con presura vuelve a sentarse en el suelo, al borde de la cama, toma el globo terráqueo entre sus manos y comienza la odisea por abrirlo a la mitad.

Está bien duro… “Con razón necesitan esa máquina para llegar hasta el centro de la Tierra”, se dice a sí mismo, mientras sus ojos bambolean de un lado a otro sin suerte, en busca de la fórmula para abrirlo de una vez. Lo deja a un lado y toma el libro, con cuidado de que las canicas no se desparramen.

La noche envuelve al niño mientras lee página tras página para encontrar el método exacto con el que pueda llegar al centro de la Tierra. Pero el sueño aparece, también su mamá que entra al cuarto para prepararle la cama y dejarlo acostado, sin olvidarse de apagar la luz.

Isaac Asimov

En la “Nota preliminar” a sus “Cuentos breves y extraordinarios”, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares afirman: “Uno de los muchos agrados que puede suministrar la literatura es el agrado de lo narrativo”. En el mundo de la Ciencia Ficción, la narración, amante y cómplice de la inventiva del autor, se convierte en un vagón de tren que recorre, paralela y fielmente, las vías de la ciencia y la literatura, en armonía perfecta hacia el infinito, con la única variante que marcan tiempo y velocidad.

Hoy tenemos los primeros prototipos de robots que realizan tareas y hasta razonan y deciden de acuerdo a ciertos estímulos más o menos primarios para la complejidad de la mente humana. Sin embargo, respecto del futuro uso de robots caseros para actividades aún difíciles de imaginar debido a las infinitas posibilidades del avance tecnológico, dos grandes de la Ciencia Ficción, Ray Bradbury e Isaac Asimov, no se pusieron de acuerdo. Mientras el genio de Asimov, a través de su clásico, “I Robot”, describió un mundo en donde los autómatas llegarían al punto de decidir por sí mismos su futuro, y por lo tanto se rebelarían contra los humanos; la lógica de Ray Bradbury afirma: “Hay muchos clisés intelectuales sobre los robots. Una máquina es tan buena o tan diabólica como la queramos hacer”. *

Ray Bradbury

Para el escritor de Ciencia Ficción, el futuro tecnológico es la herramienta principal de los engranajes de su imaginación. Paradójicamente, el área no involucra necesariamente al futuro, sino que, como en el Viaje al centro de la Tierra de Verne, la acción puede desarrollarse en el presente; o como en Las doradas manzanas del sol de Bradbury, donde el tema es una máquina que nos transporta al pasado. Como sea, la Ciencia Ficción nunca olvida el factor humano que no ha cambiado a lo largo de la historia, y más allá de los artefactos y avances tecnológicos, denuncia la psicología de los personajes tal y como la conocemos.

De ahí el talento para recrear una ciencia ficticia (cuando menos hasta el día en que se escribe el texto), en la lógica sempiterna de “la razón de la sinrazón” humana. Y más, el genio para exponer nuestras interrogantes más inverosímiles, al grado de que, a partir de la lectura, pasen a formar parte de nuestro baúl de curiosidades existenciales. He ahí el arte de la Ciencia Ficción: una combinación exacta de buena literatura con posibilidades remotas (posibilidades al fin) de inventos tecnológicos que nos permitan conocer y curiosear más allá de nuestras más caras fantasías.

 

Epílogo

 

Ajeno a la Ciencia Ficción y al curioso interés de Julio Verne por tema aparentemente tan insulso como un viaje al centro del planeta, aquel niño pasó un día normal de escuela y actividades con sus amigos, antes de regresar entusiasmado por la tarde a su casa. Su activa mente, había pensado durante las clases cómo hacer para abrir el globo terráqueo de hojalata y conocer su interior, antes que los personajes de Julio Verne llegaran con aquella extraña máquina y se lo contaran a través del libro. Pronto recordó la caja de herramientas, y hasta se avergonzó por no haberlo pensado antes, siendo que hasta Julio Verne tuvo que crear una máquina para cumplir tal misión.

El niño llegó directo a buscar las herramientas de su padre. Revisó una y otra vez, en el afán por encontrar algo que le diera la idea sobre cómo abrir el globo sin destruirlo. Pronto dejó el martillo y un cincel cerca de la caja, para buscar algo más sutil e inteligente, afín con la labor. Pasó el tiempo y no encontró nada en la caja. Decepcionado, se levantó para tomar el martillo y el cincel. Al hacerlo, divisó, colgados en la pared tras un mueble, un largo serrucho y una segueta. Sus ojos se llenaron de alegría. Dejó las herramientas nuevamente en el suelo y fue hasta la segueta, para rápido correr a su cuarto…

Rato después, sucio y jadeante, comprendió lo difícil de la tarea, ya que, amén de la falta de práctica, era bien difícil cortar una esfera de hojalata con la segueta sin que a cada momento se le resbalara, además de la dureza.

Decepcionado, volvió al libro de Julio Verne para continuar leyendo la historia.

Pasaron las horas, el niño cada tanto saltó algunas páginas porque le aburrían las discusiones personales entre los protagonistas. Hasta que por fin llegaron al centro de la Tierra. ¡Vaya sorpresa: un mundo prehistórico! ¡Con lo que le gustaban los dinosaurios!

Y claro, el niño volvió la vista a su pequeño globo terráqueo de hojalata tirado en el piso, y comprendió que era un juguete: imposible pensar que allí pudiera encontrar el fascinante mundo real, y más si el fabricante, que era lo más seguro, jamás leyó la novela para incluir ese mundo jurásico dentro del globo. Sonrió para sí mismo, subió a la cama con el libro abierto, y pronto se quedó dormido soñando, ahora sí, con la necesaria máquina para lograr tan complicada misión.

La Ciencia Ficción atrapó un aficionado más y, quién sabe, tal vez un científico capaz de crear la tecnología necesaria para algún día embarcarse hacia lo desconocido.

 

* Revista de revistas. Diario Excelsior Nº 4151, 18 de agosto de 1989.

 

 

 

EL AJEDREZ ¿UN JUEGO POPULAR?

Omar Roldán Rubio ©

 

Aunque ahora está de moda, ya que el estado de Hidalgo acaba de entrar al Libro de Récord Guinness, por la realización de la simultánea más grande (alrededor de doce mil participantes), es innegable que el ajedrez no es para todos. Hay razones para decir esto si aceptamos que, principalmente para este juego se requiere de paciencia y de imaginación. Dos elementos o virtudes imprescindibles en todo aquel que participe en este tipo de batallas y de los cuales carecemos la mayoría de comunes, quizá no por falta en sí de ellos sino, además, por otros asuntos cotidianos e incontrolables.

Si lo que se establece en cada partida, según el espíritu esencial de este juego violento y fatídico, es la conquista del reino enemigo bajo el exterminio lento o pronto pero placentero de cada uno de quienes son defensores de su territorio y a la vez ofensores del otro, la misión de ambos es cercar y finalmente eliminar al Rey, último vestigio de fuerza que imposibilitaría la posesión total del territorio en cuestión.

Por eso es necesario para el jugador contar con ineludibles características físico-mentales, tales como el estudio constante del manejo de las piezas, además de una constante práctica basada en la tenacidad de la observación y agilidad mental para tomar decisiones rápidas y efectivas, como también una dedicación completa y una forma de vida congruente a las exigencias que marca este juego.

En suma, se requiere tener tiempo para ejercerlo, dinero que sustente la práctica y la dedicación al ajedrez, y un enorme empeño para ir avanzando. Nada sencillo en estos tiempos en que nuestra dinámica socioeconómica nos ahorca cada vez más.

Sin embargo, ojalá y el haber logrado una distinción por acuñar tantos participantes en una práctica simultánea sirva para que el gobierno estatal promueva y apoye la apertura de escuelas o talleres a cargo de verdaderos maestros del ajedrez, y que estos realmente enseñen a sus alumnos no solo cómo se mueven las piezas, sino la profundidad y el espíritu que cada una de ellas tiene. Que les enseñen a observar y, sobre todo, a usar la imaginación, elemento que cada vez se aleja más del ser humano, aunque toda esencia ajedrecista esté visualizada en el violento poder de la destrucción, muerte y posesión territorial.

 

 

 

EL HOMBRE DE RUPAK TANTA DE MELACIO CASTRO MENDOZA Y EL ENCUENTRO DE DOS MUNDOS

Gonzalo Pantigoso Layza [1]


Hay un conjunto de escritores peruanos que están en diferentes lugares del mundo que realizan la labor literaria y que por esa transitividad no son considerados de manera contundente en el proceso literario de nuestro país, salvo algunos casos excepcionales. Tal es el caso de Fernando Cueto, Braulio Muñoz, Miguel Rodríguez Liñán, Iván Blas Hervias, Wálter Lingán, entre otros. En ese conjunto de escritores se halla Melacio Castro Mendoza oriundo de Caín, lugar perteneciente a la Provincia de  Pacasmayo, La Libertad y quien hace treinta y un años radica en la ciudad de Essen, una de las siete ciudades más pobladas de Alemania, en la cual ha logrado establecer una permanencia después de haber forjado un alma viajera por diferentes lugares del mundo, durante varios años.

Melacio Castro
Melacio Castro Mendoza tiene estudios en Ciencias sociales, Filosofía e Historia en la Universidad Nacional de Trujillo (Perú) y en la Universidad de Essen (UDE), en la cual también ha ejercido la docencia. En su labor literaria ha publicado El hombre de Rupak Tanta (2015) [2], Batallas y sueños de Uchku Pedro (2016), Malu. Tierra adentro y tierra afuera (2017) y La última marinera (2017). A estas publicaciones hay que agregar su libro Perú staat und soziale Klassen editado en alemán y que aborda un análisis político e histórico del Perú desde 1893 hasta 1993 y que le ha servido para configurar una visión que ha de utilizar en su producción literaria.

Su primera novela El hombre de Rupak Tanta es la historia de Pureq Kañiwa quien es un ciudadano indígena de América Latina, identificado con la lucha por un mundo más justo. Es apresado y encarcelado injustamente, pero logra salir de su país ayudado por una fuerza mágica emanada por la luna. Ella se humaniza y lo guía por diversos países. A lo largo de su fantástica travesía, efectuada a través de portales, va constatando que, bajo la luz del sol, la vida se desarrolla dominada por las injusticias. Al parecer, su protectora, la Luna, de quien se ha enamorado, le facilita llegar a Alemania, instalándose en el Parque Municipal de Essen, donde conoce a mucha gente de distintas nacionalidades, cuyos testimonios revelan la diversidad de pensamientos y actitudes propios de los países. Finalmente, en compañía de la luna, en medio de una tormenta, se encamina a fundar un Nuevo Mundo, que espera sea alumbrado por la luz de su amada.

La conjugación de la realidad con lo fantástico y lo mágico es el aporte del escritor sudamericano hecho una constante y que en esta novela Melacio Castro nos vuelve a mostrar. Las experiencias vivenciales sumadas a la carga folklórica y a la visión del mundo, enriquecida con la visión y asimilación de la cultura foránea, logran ser la base de una simbiosis creativa, plasmada a lo largo de su obra.

La novela se inicia con un hecho cotidiano, casi sin trascendencia, dado por el encuentro entre el narrador y el personaje principal, Pureq Kañiwa, en el Jardín Municipal de Essen, el cual va a ser el espacio físico donde se desarrollarán los hechos centrales, dicho encuentro es en el fondo el desdoblamiento del autor en narrador y personaje, otorgándole a esta novela un carácter testimonial personal que a su vez recoge testimonios de comportamientos y pensamientos culturales que van revelando la diversidad cultural que confluye en solo punto como demostración de esta época de globalización.

Pureq Kañiwa es un ex catedrático que desarrolla una vida casi mística, relacionada con  algunos valores sociales, cuya práctica le originan acontecimientos nefastos, pero que le dan la oportunidad de tener experiencias singulares en un viaje con rasgos esotéricos, reafirmando la visión de su mundo de origen, como es el de Rupak Tanta que es “un  lugar en que coinciden los tres mundos: el de arriba, el de aquí y el de abajo… pese a sus entornos malignos conviven la cadencia del mundo de arriba, la oscuridad destinada a ser luz del mundo de abajo y la complejidad del mundo de aquí”. (p.8) Y además es un pueblo al cual se llega “guiado por la necesidad de cultivar lo justo” (p.8).

Es de Rupak Tanta de donde parte su viaje Pureq Kañiwa hacia Essen, atravesando siete etapas, siete puertas y siete escenarios diferentes, cuyas experiencias y testimonios son contadas al narrador en siete encuentros. Además, al final de la novela, su bastón, el cual también tiene la forma de un número siete, bajo la claridad de la luna   se convierte en transmisor de luz y esclarecedor de pensamiento.  Esta incidencia numérica, tanto a nivel de estructura y a nivel de connotación, le da a la novela un carácter misterioso que se une a la visión mágica de un pensamiento arraigado en lo mítico con los pensamientos posmodernos de una humanidad, que cada vez va perdiendo el sentido espiritual.

(versión reciente en alemán)
La travesía es el eje común con el objetivo de instaurar la fundación de la Nueva Rupak Tanta, la cual fue arrasado por una lluvia tipo diluvio, y en esa travesía van surgiendo los personajes, entre ellos una gama de animales con ciertas características especiales unidos a una exaltación de la naturaleza. Agregado a todo esto los poderes que posee Pureq Kañiwa, como el de volverse invisible cuando está desnudo o poder conversar con los animales y las plantas, además de tener una relación especial con la Luna. La sumatoria de todos estos elementos y la manera de presentarlos en la secuencia narrativa le dan un carácter barroco por el amalgamiento de hechos mágicos, fantásticos y reales haciendo de esta novela una muestra de una escritura donde el objetivo supremo es narrar a partir de lo coloquial sin que medie la necesidad de una unidad estructural, temática o técnica. Es una obra que transmite la libertad de escribir sin tratar de ser homogéneo.

En el fondo del planteamiento temático la lucha del bien y del mal es una constante en donde intervienen los seres de la naturaleza y la cosmogonía del hombre, aunque el pensamiento soterrado es un contraste del pensamiento europeo con el pensamiento del buen salvaje, que en un tiempo marcó un interesante espacio de confrontación de ideas.

Es necesario ampliar nuestro espectro en el momento de realizar, al menos, la relación total de todos los peruanos que realizan una labor literaria, que como el caso de Melacio Castro Mendoza, se ha asimilado al mundo europeo llevando el pensamiento latinoamericano con todo ese mundo mágico, fantástico y realista que    caracteriza a nuestra literatura.

 

[1] Profesor Principal de la Universidad Nacional del Santa.

[2] Castro Mendoza, Melacio. El hombre de Rupak Tanta. Editorial Club Universitario. San Vicente (Alicante), España, 2015. Se trata de una edición agotada. En Lima, Perú, el libro ha sido editado por  Hipocampo Editores, julio 2019.

 

 

 

LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO ARDUO DEL ESCRITOR

Mario Guzmán Pérez ©


Hasta el día de hoy sigo con las dudas de qué es lo que se necesita para escribir una novela, un cuento, un poema un guion o una obra de teatro. Hay muchos consejos, algunos fáciles otros complicados. Unos para seguir avanzando en la narración, otros para salir del estancamiento. Hasta yo mismo he caído en esa tentación de aconsejar, porque se nos hace fácil dar el consejo. Alguien de Facebook, por ejemplo, me comentaba que estaba estancado, que ya no avanzaba en su novela, que si le podíamos dar algún consejo, que ¿qué podía hacer? Le sugerí algo que yo había hecho hace unos días con un cuento, le comenté que podía hacer toda su narración en primera persona y que después cuando terminara, repitiera ese ejercicio, pero ahora que la llevara a segunda persona y así sucesivamente a la tercera. Al parecer le funcionó. Pero mandé mi cuento a la editorial y el editor volvió a dejar el texto como se lo había entregado por primera vez. Y así lo dejó.

Lo que entiendo de mi texto que quedará así para la posteridad por la casualidad. Por eso ahora me gusta combinar la vida cotidiana de mi acontecer con la escritura. Por eso me parece atractivo lo que propone Robledo:

 

Existe entonces una lectura creativa, así como existe una escritura creativa. Primero comemos, después engendramos. Primero leemos, después escribimos. Eres lo que comes. Eres lo que lees. Leer activamente ya es en sí un acto creador. El escritor debe considerar su propia vida como un texto, que exige ser leído y anotado cada día. Eso que somos, solo eso podemos ver. Eso que eres, solo eso puedes leer. Emerson, por su parte, afirma: “Si un hombre lee un libro porque le interesa y lee en todas las direcciones por la misma razón, su manera es pura y me interesa” (Richardson, 2011, p. 50). // (Robledo, 2013 P.2)

 

Lo que nos dice este autor es que debemos enfrentar la escritura de un texto leyendo. Así es como me imagino realmente el escribir y el vivir o el alimentarme. Inició el año y fuimos al volcán Xitle a caminar con mi pequeña hija y nos tomó por sorpresa unas ventoleras que levantaban mucho polvo. Se me hizo una experiencia muy linda para iniciar el año. Nos agazapamos en un árbol que tiene unas formas caprichosas y nos sentamos a esperar a que pasara el viento. Ahora estoy leyendo El extranjero de Albert Camus y ya me encuentro preparado para enfrentar seguir mi próxima narración. Hay que comer, hay que leer…

Realmente esto de hacer apuntes y llevar carpetas no me va muy bien, me he acostumbrado más a la computadora de escritorio y a la portátil, aunque por cuestiones de trabajo tengo que regresar al apunte porque no me permiten el uso del celular o del equipo de computación. Al iniciar nuestros escritos de creación literaria se dan muchos interrogantes: ¿Qué voy a escribir? ¿Voy a escribir un cuento, una novela, un poema? En mi experiencia no hay manera de decidirlo. Uno escribe buscando la originalidad:

Decimos que un autor es original cuando ignoramos las ocultas transformaciones que hicieron que la investigación se cambiara en él. Queremos decir que la dependencia de lo que hace con respecto a lo que ya se hizo es excesivamente compleja e irregular. Hay obras que son semejantes a otras, las hay que solo son inversiones, las hay tan complejas que perdemos el hilo de la investigación y la creación precedentes y entonces las hacemos proceder directamente del genio o de los dioses. (p. 4)

Lo que he revisado de fonología y fonética me ha llevado a entender que, en realidad, todos somos originales. Es muy difícil copiar a un autor, nunca seremos realmente como nuestro autor preferido, siempre habrá alguna marca que nos diferenciará de uno, de otro o de todos nuestros contemporáneos por un asunto sincrónico. A mí me puede parecer que la novela de La vorágine, de José Eustasio Rivera, es una verdadera obra maestra, pero es muy farragosa para leer. Actualmente el español moderno es otra cosa. Ítalo Calvino en su libro Seis Propuestas para el Próximo Milenio nos menciona sobre la ligereza de la novela. Lo vital del ejemplo del gran Eustacio es que no poseo ni su sintaxis ni su gramática por las razones sencillas de lo diacrónico.

De las ideas más interesantes que he encontrado, esta de exponer una sola idea me parece buenísima y es la que me ayudará a mantener el ritmo en mi quehacer cotidiano. La “idea controladora” me permite mantener una constante sobre mi trabajo narrativo.

No te confundas, cuando escribes un documento, sea un breve informe, una columna para un periódico o un libro entero, lo que estás haciendo es exponer y explicar una única idea. No dos, no tres; sólo una. No es que sólo haya una idea en todo vuestro escrito, sino que todas las demás ideas están subordinadas a esa una que queréis contar. Esta idea recibe diferentes nombres. Muchos la llaman la tesis del escrito, pero nosotros, para enfatizar que la idea regula y controla a las demás, la llamaremos la idea controladora. (Miró, 2005, p. 13)

Aunque no es precisamente un trabajo de investigación, nos permite mantener el largo aliento en la narración, se parece un poco al leitmotiv, aunque “la idea controladora” es más intrínseca del tema en general.

Por otro lado, siempre será fácil iniciar una narración, pero ¿será fácil terminarla? Todos tenemos una historia inconclusa. No sé si le pasa a alguien más, pero me es difícil concebir la literatura como un esquema de inicio, clímax y desenlace. En el ejemplo de Camus, de su novela El extranjero, Mersault, el personaje principal, termina vociferando en contra de toda la chusma y exige que disfruten, que se extasíen de su ejecución. No es fácil esa previsión del final de Camus porque lo natural es que un asesino sea juzgado y condenado a la cárcel, pero, de manera extraordinaria, es “desterrado a París”.

El final de una novela es un verdadero quebradero de cabeza. Es la parte más difícil y delicada. En el final se decide la suerte del lance. Sea abierto o cerrado, se resuelva o no la crisis del personaje, o su objetivo, debe contener alguna conclusión implícita o explícita, o la podemos deducir. En un final a la manera clásica, todas las tramas convergen y llegan al clímax. Es un punto de máxima intensidad, donde se decide todo, y el círculo se cierra. Esta es solo una de las muchas maneras de entender el final. En todo caso, como mínimo podemos decir que el final debe ser un momento, si no vibrante, al menos, emotivo. Debe provocar una emoción. Es la emoción que queda flotando cuando terminas un libro y lo cierras. ¿Se debe saber el final antes de escribir una novela? Esto es discutible. Tenerlo nos es de gran ayuda, pero a menudo al final cambiamos el final que habíamos previsto. Porque la novela nos ha llevado fuera de nuestros cálculos. Por eso, el final se suele ir descubriendo sobre la marcha. Pero cuando empiezas una novela, al menos debes saber algo: adónde quieres ir a parar. (Bardales, 2016, p. 7).

Así, de esta manera, hay novelas que aparentemente llegaran al final y cuando ya todo está perdido, el héroe es salvado o sufre una tragedia inconmensurable. En las novelas de Jorge Ibargüengoitia ocurre todo el tiempo, el ejemplo per se es la novela de Dos crímenes.

A manera de conclusión, hago énfasis en un asunto que no lo veo abordado en nuestra exposición, pero que le tengo una gran confianza en estas cuestiones. Para mí la mejor manera de lograr lectores o fama o trascendencia es la calidad del lenguaje que usamos. Si tenemos un buen uso del lenguaje en este sentido, un lenguaje que abarque los usos de diferentes naciones de habla hispana, este uso nos permitirá tener mayor influencia de nuestras obras.

 

Referencias

• Bardales, Juan. Cómo escribir un libro (Universidad CLEA, 2016, pp. 3-9).

• Comellas Aguirrezábal, Mercedes. Cualquier memoria es literatura (Philología Hispalensis. Vol. 15, Nº 2, 2001, pp. 31-51)

• Miró Juliá, José. Manual de escritura técnica (Capítulo 1, 2 y 3, 2005, pp. 1-25)

• Robledo, Juan Felipe. Apuntes sobre el acto creador (creación literaria e investigación). (Pontifica Universidad Javeriana, 2013, pp. 1-4).

©CDMX, 13/ene/2020. Mario Guzmán.

 

 

 

 Nuevos colaboradores

 

JACK FARFÁN CEDRÓN

 

(Cajamarca, Perú, 28/12/1973). Ha publicado, entre otros, los siguientes poemarios: Pasajero irreal (2005), Vironte (2005), Cartas (2006) y la serie de plaquettes Al Castor (2006), Ángel (2007), Las ramas de la noche  (2007) y El leve resquicio del amor (2007); Ángeluz (2009), La Hendidura del Vacío (2009) y Series absurdas (2009); Gravitación del amor”, “Aves pestañas vaticinando el horror de las lágrimas” (2010), “El Cristo enamorado”; “Amar en la desaparición innombrable” (2011) y “Las consecuencias del infierno” (2013). En algunas obras figura como Javier Farfán Cedrón.

En 2012 dio a conocer un volumen de reseñas literarias alrededor de célebres novelas “El fragor de las quimeras”, bajo la producción de Kcreatinn Organización, de la cual forma parte.

Modera los blogs ‘El Águila de Zaratustra’ & ‘Exquioc’. Edita la revista on-line Kcreatinn.

Entre otras revistas virtuales, textos suyos han aparecido en Periódico de poesía (UNAM, México); Letralia (Venezuela); Revista de Letras; La comuna de los desheredados; La comunidad inconfesable (España); Los poetas del 5 (Chile); Sol Negro, El Hablador (Perú); Destiempos (México); Letras hispanas (Estados Unidos), Síncope (México), Resonancias (Francia). Hoy lo tenemos en las páginas de nuestra revista Realidades y Ficciones (Argentina) con su interesante ensayo sobre haiku.

jackgofri@rocketmail.com

https://elaguiladezaratustra.blogspot.com/

https://revistadeletras.net/author/jack-fc/

Twitter: @gofriucho

 

 

 

HÉCTOR SOMMARUGA


Montevideo, Uruguay, 1959. Naturalizado mexicano. Músico concertista, periodista, escritor y editor. Ha sido productor, guionista, programador y locutor de radio.

Premio a la mejor crónica en el II Encuentro de Escritores de Ciudad Nezahualcóyotl, 1993. Segundo lugar en el Concurso de Texto Narrativo de la Agencia de Seguridad Estatal del Gobierno del Estado de México, 2008.

Publicaciones: plaqueta Dos engaños (plaqueta, Colección La Hoja Murmurante, 1991), Tormenta en el páramo (novela, IMC-UAEM, 1997; Biblioteca Mexiquense del Bicentenario, 2008; y Conaculta-IMC, 2010); Mozart en las aulas (ensayo, UAEM, 2000), Grises —relatos para el insomnio— (Ediciones de Autor, 2012, 2015 y 2019).

Reseñado en el libro Nostalgias. Ensayo sobre la novela en el Valle de Toluca, 1950-2000, de Luis Miguel Vargas (IMC, 2006).

Antologías: Roda mundo, roda gigante (poemas, Sao Paulo, Brasil, 2005). Letras del desamor (poemas, Montevideo, Uruguay, 2006), Antología digital “El árbol de la vida” (Sonora, México, 2014), y La antología universal (agenda de Poetas del Mundo, Chile, 2015).

Editor de la revista musical Huéhuetl, 1994-1995. Director y Editor de la revista ZonAlta, 1995-2006.

Columnista y colaborador de diversas publicaciones: revistas La Troje, La Colmena, Castálida, Litoral, entre otras; diarios y semanarios: El Universal, El Centro, La Abeja Dorada, Cambio, entre otros.

zonalta2012@gmail.com

 

 

 

OMAR ROLDÁN RUBIO


Poeta, narrador, tallerista literario y promotor cultural nacido en Tulancingo (Hidalgo), México. Su nombre completo es Omar Cristóbal Roldán Rubio.

Ha publicado cuento, relato, ensayo y poesía en las revistas mexicanas Umbrales (Tamaulipas); Crónicas del Emir (México DF); Eclosión, Escafandra, El Reloj, Revista 13 y Terraplén (todas de Hidalgo); Va de Nuez (Sonora); Tercer Ojo (Michoacán), Alterna Palabra (Jalisco) y en la argentina Realidades y Ficciones – Revista Literaria, así como en su Suplemento. [*]

También ha publicado los poemarios Sueño de miércoles y mayo (Ediciones El Aduanero, México DF, 2002), Del viento y la mirada (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, 2009), Para acabar el año (Literaria Editores, Guadalajara, 2010), Éxodo hacia ninguna parte (Conaculta y Cecultah, 2014); y poemas sueltos en las antologías 100 Poetas del Mundo (Cultura, Arte y Tradición A.C., Zamora Michoacán, 2006), El sol desmantelado (W.H. Auden Revisitado, Ediciones Alb@tros Press, Pachuca, Hidalgo, 2006), Del silencio hacia la luz (Ediciones Sur, Mérida, Yucatán, 2008), La mujer rota (Literaria Editores, Guadalajara, 2008), Tributo a Sabines (Ediciones Fridaura, México DF, 2010).

Desde el año 2017, a través de las redes sociales, ha publicado en Amazon.com los siguientes e-books: Sueño de miércoles y mayo Versión X (poemario); Otredades, bitácora de travesías inconclusas e inconexas (cuentos y relatos); Anacrónicas de lo perverso cotidiano (ensayos breves y crónicas humanopolíticosociales); y Utopía el juego final (cuento utópico sobre fútbol).

omaroldan_r@yahoo.com.mx

funhdar@gmail.com

 

 

 

MARIO GUZMÁN PÉREZ

 

(Veracruz Llave, México, 1969). Vive en ciudad de México. Estudió en una universidad pública. Escribió para “hey tabasco.com”. Edita una hoja de poesía, “Humo Sólido”, además de “Dos tres, bachita cultural”.

Fue incluido en la antología poética Humo sólido (2018) junto con Daniel Olivares Viniegra y varios otros poetas mexicanos, como así también en 40 buques de guerra. Autor de la plaqueta Seis rostros de mar y del poemario Flores tan violentas (Ciudad de México, Editorial Arlequín, 2002), seguidamente reproducido en parte.

Obras de este escritor fueron publicadas en el Suplemento de Realidades y Ficciones en las ediciones:

https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2019/06/ (Nº 82)

https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2020/06/ (Nº 86).

 

marioguz62@gmail.com

https://www.facebook.com/profile.php?id=100004846697092&lst=100001436722605%3A100004846697092%3A1558376623&sk=timeline

 

 

 

REALIDADES Y FICCIONES

—Revista Literaria—

Nº 48 – Diciembre de 2021 – Año XII

ISSN 2250-4281 – Edición trimestral

EX-2021-99302904- -APN-DNDA#MJ del 20/10/2021, incorporado a RL-2018-52429319-APN-DNDA#MJ, Dirección Nacional del Derecho de Autor / República Argentina.

 

Propietario y director: Héctor Zabala
Av. Del Libertador 6039 (C1428ARD)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
zab_he@hotmail.com
http://hector-zabala.blogspot.com/
Currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 40:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2019/12/realidades-y-ficciones-revista.html

 

Colaboradores

Corrección general:
Noelia Natalia Barchuk Löwer
Resistencia (Chaco), Argentina
alfana79@hotmail.com
http://noelia-barchuk-literatura.blogspot.com.ar/
Currículo en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 88:
https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2020/12/suplemento-derealidades-y-ficciones-n.html



Ilustración de carátula y emblema:
Mónica Villarreal
Scottsdale (Arizona), Estados Unidos
Monterrey (Nuevo León), México
monvillarreal@hotmail.com
@mon_villarreal
https://www.facebook.com/monvillarreal22
Currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 17:
http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com.ar/2014/06/
 

COLABORARON EN ESTE NÚMERO:

 

• Agustín Romano, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 26:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2016/09/realidades-y-ficciones-revista.html

 

• Jack Farfán Cedrón, Miami, Estados Unidos

Currículo en este Nº 48 de Realidades y Ficciones – Revista Literaria:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2021/12/realidades-y-ficciones-revista.html

 

• Anna Rossell, Barcelona (Cataluña), España

Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 11:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com.ar/2012/12/blog-post.html

http://www.annarossell.com/

https://es.wikipedia.org/wiki/Anna_Rossell_Ibern

https://www.facebook.com/annarossellliteratura

arossellib@gmail.com

 

• Luis Benítez, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

Currículo en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 64:

http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com.ar/2015/03/suplemento-64-realidades-y-ficciones-en.html

lb20032003@gmail.com

 

• Héctor Sommaruga, Montevideo, Uruguay / Toluca, México

Currículo en este Nº 48 de Realidades y Ficciones – Revista Literaria:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2021/12/realidades-y-ficciones-revista.html

 

• Omar Roldán Rubio, Tulancingo (Hidalgo), México

Currículo en este Nº 48 de Realidades y Ficciones – Revista Literaria:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2021/12/realidades-y-ficciones-revista.html

 

• Gonzalo Pantigoso Layza,

Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 31:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2017/12/realidades-y-ficciones-revista.html

gonpl10@hotmail.com

 

• Mario Guzmán Pérez, ciudad de México, México

Currículo en este Nº 48 de Realidades y Ficciones – Revista Literaria:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2021/12/realidades-y-ficciones-revista.html

 

• Héctor Zabala, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

• Noelia Natalia Barchuk, Resistencia (Chaco), Argentina

• Mónica Villarreal, Scottsdale (Arizona), Estados Unidos – Monterrey (Nuevo León), México

 

El listado completo de colaboradores se encuentra a la derecha del blog bajo el acápite COLABORADORES de Revista REALIDADES Y FICCIONES.

 

REVISTA: http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/

 @RyFRevLiteraria

 

SUPLEMENTO: http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/

 @RyF_Supl_Letras

 

Las opiniones vertidas en los artículos de esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor pertinente.

 

“Realidades y Ficciones”
Mónica Villarreal (2014)
acrílico y óleo sobre
papel-lienzo, 30 cm x 30 cm
 

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