domingo, 2 de marzo de 2025

REALIDADES Y FICCIONES

—Revista Literaria—

Nº 61 – Marzo de 2025 – Año XVI

ISSN 2250-4281 – Edición trimestral

 

Inscripción gratuita como LECTOR o COLABORADOR
si escribe a zab_he@hotmail.com
indicando nombre y apellido, ciudad y país
(se le avisará cada nuevo número trimestral).

“Sueños de mar”
Mónica Villarreal (2024)
(Mixta sobre canvas, 24" x 18")

 

Sumario

• Jorge Carrera Andrade: Poeta de la luz. (Sara Vanégas.Coveña)
• Borges: destino ineludible y lo paranormal. (Antonio Las Heras)
• Una magna obra sobre el holocausto, un documento con mayúsculas “In nomine AUSCHWITZ. Antología de la poesía del Holocausto”, de Carlos Morales del Coso (ed.). (Anna Rossell)
• “El hombre increíble”, de Raúl Cristián Aguirre. (Luis Benítez)
• “La última marinera”: A propósito de la nueva literatura latinoamericana. (Alejandro Dulio Medina Ycochea)
• “Vivir lejos”, de Patricia Severín. (Luis Benítez)
• “Nos vemos en agosto”, libro póstumo de Gabriel García Márquez. (Héctor Zabala)

Nuevos colaboradores de Realidades y Ficciones:

           Sara Vanégas.Coveña, Azulay, Ecuador

Alejandro Dulio Medina Ycochea, Lima, Perú

 

 

JORGE CARRERA ANDRADE: POETA DE LA LUZ

Sara Vanégas Coveña ©

 

Jorge Carrera Andrade es, probablemente, el poeta más conocido de Ecuador y uno de los más representativos de la patria.

Con múltiples traducciones de poemas y poemarios, se revela como el poeta cosmopolita por excelencia, con una obra que gira, básicamente, alrededor del hombre y la naturaleza americanos.

Nacido en Quito, en 1903.

 

A continuación, un rápido acercamiento a la obra de este gran autor, patrono de uno de los más importantes Premios Nacionales de Poesía en Ecuador.

 

LA MIRADA

Jorge Carrera Andrade es, ante todo, el poeta de la mirada, el poeta de la luz. Él mismo lo corrobora, cuando declara: “La poesía no es solamente un trabajo de inteligencia sino una suma de impresiones recibidas por los sentidos y en donde la facultad visual tiene la supremacía”. [1]

Y descubre, enamorado, los más bellos secretos de la manzana, el eucalipto, la chirimoya; del grillo, la luciérnaga o los pájaros; del aire, las olas o los astros. Así, en su poema Definición de la gaviota, nos dice:

 

Gaviota: ceja de espuma

de la ola del silencio.

Pañuelo de los naufragios.

Jeroglífico del cielo

(De Microgramas)

 

LAS COSAS

Carrera Andrade incorpora el mundo de las cosas a su quehacer poético (rasgo característico del posmodernismo que comparte con sus coetáneos postmodernistas). Sobre el tema, comenta: “En el Romanticismo y en el Modernismo se concedió poco lugar a las cosas, y éstas servían sólo de ocasión para probar la maestría del lenguaje, efectuar juegos musicales o presentar la decoración de fondo del poema. Únicamente en la época moderna —para ser más precisos, después de la primera guerra mundial— se ha llevado a cabo tentativas más o menos felices para dar a las cosas el sitio que les corresponde en el mundo de la poesía”. [2]

Pero su arte de mirar va más allá de captar las cosas, los seres en su apariencia, y quiere llegar a aprehender su esencia, tarea en la que se abre camino de mano de la metáfora, principalmente, en cuya utilización se revela como un verdadero maestro.

Su simbología se desenvuelve, básicamente, alrededor de la luz, el ojo, la ventana, los espejos. Así:

 

La tarde lanza su primera edición de golondrinas

anunciando la nueva política del tiempo,

la escasez de las espigas de la luz,

los navíos que salen a flote en los astilleros del cielo,

el almacén de sombras del poniente,

los motines y desórdenes del viento,

el cambio de domicilio de los pájaros,

la hora de apertura de los luceros.

(De Edición de la tarde)

 

Pero, si en una primera etapa de su obra Carrera Andrade canta la hermosura de la creación, más tarde, en su madurez, luego de haber recorrido tantas geografías terrestres y espirituales —el poeta desempeñó importantes cargos diplomáticos en Francia (donde dirigió El Correo de la UNESCO), Inglaterra, Japón, Venezuela, Nicaragua...—, su voz, sin renunciar del todo a este enamoramiento inicial de las cosas, adquiere nuevas profundidades, dando paso a la exigencia de incorporar su tierra al mundo:

 

Yo vengo de la tierra donde la chirimoya,

talega de brocado, con su envoltura impide

que gotee el dulzor de su nieve redonda,

 

y donde el aguacate de verde piel pulida

en su clausura oval, en secreto elabora

su substancia de flores, de venas y de climas.

(De Lugar de origen)

 

 

Así como a la necesaria solidaridad entre los humanos:

 

Yo soy el habitante de las piedras

sin memoria, con sed de sombra verde;

yo soy el ciudadano de cien pueblos

y de las prodigiosas Capitales,

el Hombre Planetario,

tripulante de todas las ventanas

de la Tierra aturdida de motores.

(De Hombre planetario)

 

Al amor:

 

Tu cuerpo es templo de oro

catedral de amor

en donde entro de hinojos.

 

Esplendor entrevisto

de la verdad sin velos:

¡qué profusión de lirios!

(De Cuerpo de la amante)

 

Y aun a la angustia, la soledad, la presencia del abismo ...:

 

Estaba cerrado el número del guijarro y la nube,

Sellada la alcancía de memorias y de años,

El saco de las cosas bien atado y sin rótulo.

Yo había para siempre extraviado la llave

de la almeja, la luna y la toronja

y eran vanas las señas de un tenaz dios de espuma

mostrándome su oráculo en la arena

(De Mundo con llave)

 

Entonces aparecen en su obra símbolos nuevos, como son la espuma (fugacidad, falta de consistencia), la llave (anhelo de llegar al secreto íntimo de las cosas)...

Mas su vocación no es dejarse arrastrar por la oscuridad ni las simas. Siempre logra evadirlas con una sonrisa entre dolorosa y optimista, como en estas líneas, que nos recuerdan el inmortal soneto de Quevedo *:

 

Fui una sombra en el muro,

pero una sombra de árbol

constelado de frutos.

(De Sombra en el muro)

 

Porque, como asegura José Olivio Jiménez en su Antología de la Poesía Hispanoamericana Contemporánea 1914-1970, “Lo original de su visión poética /…/ radica en la entereza de su esfuerzo por encontrar un asidero de salvación frente a la angustia, y en su voluntad de restablecer la rota unión del hombre con la naturaleza”. [3]

 

* Nos referimos a Amor constante más allá de la muerte.

 

Notas:

[1] Citado por Hernán Rodríguez Castelo en Tres cumbres del Postmodernismo, Clásicos Ariel # 98, Guayaquil-Quito, Publicaciones Educativas Ariel, s.a., p. 61.

[2] Op. cit., p. 8.

[3] Jiménez, José Olivio. Antología de la Poesía Hispanoamericana Contemporánea 1914-1970, Madrid, Alianza Editorial, 1977, p. 275.

 

 

BORGES: DESTINO INELUDIBLE Y LO PARANORMAL

JORGE LUIS BORGES. Sus variadas percepciones, a través de diferentes obras.

Antonio Las Heras © *

 

Jorge Luis Borges (1899/ 1986), es autor de sugerentes enigmáticos relatos como “Las ruinas circulares” o ese poema “El ajedrez” donde concluye preguntándose ¿quién mueve las piezas detrás de la mano de Dios?


 

Curioso escrito para alguien que se autodefinió como ateo convencido de que Dios no existe. Empero, en sus versos no sólo convoca al Creador para que guíe la mano del ajedrecista, sino que enuncia que hay un alguien más detrás guiando las decisiones de la divinidad.

En el cuento “Las ruinas circulares” lo paranormal surge con precisión: Cierta persona arriba a un antiguo templo, originalmente de forma circular, que se encuentra en ruinas. Su objetivo es nada menos que el de crear un humano surgido desde el ámbito de los sueños para convertirlo en realidad perceptible.

Es decir, que un humano nacido del universo onírico obtiene entidad verdadera y concreta pudiendo pasearse entre los demás mortales.

Pero, ¿alguien nacido de un sueño es un mortal más? Lo cual remite al nacimiento misterioso que, como bien explicara Carl Gustav Jung, es el primer paso en el sendero del Arquetipo del Héroe Solar.

A medida que seguí leyendo escritos y poemas de Borges fui enfrentando con diversas propuestas que sumergen al lector en temas que van desde la existencia de un destino ineludible y que, por ello, en modo alguno puede evitarse, hasta cuestiones que transitan lo que hoy se conoce como “lo paranormal.”

Importa mucho la mirada del doctor Alejandro Vaccaro (ver recuadro) al explicar: “Borges estaba convencido que, si uno está frente a dos puertas y decide entrar por una de ellas y no por la otra, eso ya estaba predeterminado; uno hizo lo que la puerta indicó y no fue por acto humano”.

Es exactamente lo opuesto a lo que yo pienso, pues estoy convencido que no existe destino, ni cifra prefijada, ni nada escrito de antemano; sino que lo que habitualmente llamamos destino, esta vez escrito con primera letra minúscula, no es otra cosa que el resultado de las decisiones que hemos tomado tanto como de las que no hemos tomado.

En el mismo sentido, el periodista y escritor Osvaldo Ferrari señalaba, hace tiempo, que Borges le había dicho: “Cuando yo escribo algo es porque he recibido algo. No se puede dar si no se ha recibido.” ¿Acaso se refería a esa entidad que imaginaba presente detrás de Dios mismo? Queda claro que el poeta estaba convencido de la existencia de algo trascendente, más allá de la razón y los cinco sentidos, que podía ejercer decisiones sobre las personas.

Quizás ayude algo que continuó diciendo: “Creo en la inspiración. Es decir, creo que todo escritor es un amanuense. Un amanuense no se sabe de quién o de qué. Podemos pensar, como pensaban los hebreos, en el espíritu; o en la musa, como pensaban los griegos, o en “la gran memoria” en la que creía el poeta irlandés William Buttler Yeats.”

Borges nos permite afirmar que el ámbito metafísico fue parte inherente e integrante de la existencia borgeana. De allí cierta evidente y reiterada actitud de “dejarse estar”, permitirse llevar por los acontecimientos que se entramaban y sucedían fuera de sus propios intereses o deseos. Para comprender más claro sus ideas, ante otra pregunta de Ferrari, el poeta expresó: “Es que quizá seamos eternos. Todo es posible.”

“Hay algo en nosotros que está más allá de las vicisitudes de nuestras historias. Hay algo en mi eterno, que es ajeno a mis circunstancias, a mi nombre y a mis aventuras o desventuras. Creo que eso lo hemos sentido todos, y creo que es un sentimiento verdadero: el de una raíz secreta que uno lleva, y que está más allá de los hechos sucesivos del vivir.”

Incluso puede llamar la atención que este escritor hasta se interesaba por leer informes referidos a “la sensibilidad de las plantas”; es decir, la posibilidad de que los vegetales sean influenciados —como se ha demostrado que lo son— por las facultades parapsicológicas humanas. Así se lo comentó a la escritora Liliana Heker, autora de “Diálogos sobre la vida y a muerte.”

Borges fue un gran conocedor de lo que se entiende en el budismo por “karma”, lo cual le permitía reforzar su idea de que todo está determinado de antemano.

Así le dice a Liliana Heker: “si usted nace inteligente, es porque ha merecido nacer inteligente; si nace, por ejemplo, dentro de una de las castas de la India, es porque usted ha merecido esa casta; si usted ha nacido desdichado, eso presupone siempre una causa anterior; si cada vida presupone una vida anterior, esa vida anterior presupone otra, y esto sigue hasta el Infinito.”

Borges se refirió también a eso que yo he denominado “brechas en el espacio tiempo” en “El jardín de senderos que se bifurcan” (publicado en 1.942) donde refiere la existencia de un laberinto temporal en el cual cuando la persona se enfrenta a las varias posibilidades de opción ofrecidas, en lugar de decidir por una específica, opta por todas en forma simultánea generando de este modo la inesperada y enigmática situación por la cual tengan lugar diferentes porvenires, distintos tiempos a la vez, todo lo cual genera nuevas y por lo cual antes inexistentes opciones, las cuales a su vez también habrán de bifurcarse generando un movimiento eterno de permanentes nuevas aperturas.

Algo así como aquel “movimiento permanente” que buscaron hace siglos algunos alquimistas, al parecer sin lograrlo. De alguna manera esto mismo surge en el verso “Detrás del nombre hay lo que no se nombra” que pertenece a su poema “Una brújula.”

Lo más notable de todo esto es el hecho de que -años después de publicado este cuento- fueron varios los especialistas en Física que advirtieron que lo enunciado en ese escrito hace referencia a los hallazgos que ha hecho la Física Cuántica.

Tanto en el hecho de las llamadas partículas acausales, que nacen en el futuro para disolverse en lo que para el observador es su presente como aquellas que siendo la misma ocupa diferente lugar, según quien sea el observador. Por sólo poner dos ejemplos.

* Doctor en Psicología Social, filósofo y escritor. Magister en Psicoanálisis. Pte. Asoc. Arg. Parapsicología y de la Asoc. Junguiana Argentina.

 

OPINIÓN CALIFICADA: LA MIRADA DE VACCARO

Muy interesado por aumentar mis conocimientos en los aspectos biográficos de Borges, concurrí al Club Europeo a una muy concurrida disertación del doctor Alejandro Vaccaro quien, además de presidir la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), es el máximo biógrafo mundial del autor de “Inquisiciones”, en la ávida búsqueda por conocer al Borges del que no suele hablarse.

Me interesó muchísimo cuando Vaccaro comentó que Borges vivía con lo que yo he de llamar “idea del Destino ineludible.”

Destino escrito así, con “D” mayúscula, como nombre propio. ¿Por qué afirmo esto? Porque el expositor aclaró que Borges estaba convencido de que los humanos no tomamos decisiones, sino que estas ya están tomadas de antemano.

 

 

UNA MAGNA OBRA SOBRE EL HOLOCAUSTO, UN DOCUMENTO CON MAYÚSCULAS

Anna Rossell

 

Carlos Morales del Coso (editor)
In nomine AUSCHWITZ.
Antología de la poesía del Holocausto
CITMA-Última Línea, 2022, 506 pp.

 

Un verdadero tesoro, esta magna obra, editada por Carlos Morales del Coso, quien ha dedicado casi veinticinco años de su vida a recopilar poesía sobre el Holocausto. El libro es hasta el momento la obra más extensa que se haya publicado de poesía de esta temática. Un documento con mayúsculas.

Carlos Morales del Coso
Pero el volumen, que cristalizó como proyecto por el deseo expreso del sacerdote católico y poeta Carlos de la Rica en su lecho de muerte, en 1997, y que asumieron Carlos Morales y Jaime Vándor, no recoge solo los poemas. Lo precede un extensísimo ensayo de doscientas treinta y tres páginas de su editor, que incluye dos breves prólogos, del periodista, crítico literario y novelista Rafael Narbona y del presidente de CITMA (Centro de Investigación sobre Totalitarismos y Movimientos Autoritarios) Fernando Navarro García. El conjunto es pues también de gran interés para el estudioso del Holocausto y de su recepción en cualquiera de sus manifestaciones. Porque Morales del Coso considera en su dilatada introducción todo el espectro de aspectos: la investigación histórica, los testimonios de los supervivientes, el cine y la ficción que se ha publicado sobre la Shoah. Reúne una ingente cantidad de información, que difícilmente puede encontrarse compendiada.

El texto de Carlos Morales no es aséptico, no se limita a recopilar datos. El recorrido que hace por la historia de la recepción es objetiva y crítica, pues analiza y desenmascara las razones interesadas que mantuvieron los escabrosos hechos silenciados durante mucho tiempo y comenta detalles sensibles de publicaciones y filmografía, orientando al lector sobre características, acentos y perspectiva, haciendo uso de una prosa contenida y precisa. Y repasa los factores que influyeron en la conciencia de quienes no vivieron la Shoah para despertar su voluntad de escribir en clave poética sobre ella. Quien escribe conoce profundamente el objeto de su comentario y no faltan prolijas notas a pie de página cuando el rigor lo exige.

Con la misma rigurosidad y hondura de conocimiento, Morales desgrana lo que considera más destacable de los poetas que antologa y consigue condensar admirablemente, con la parquedad que exige un prefacio, lo esencial y definitorio de cada uno de ellos. Es insólita su sensibilidad en la lectura y su capacidad de precisión y concisión es excepcional. Desglosa en tres capítulos los apartados en que aglutina los poetas y sus poemas memorialísicos —Poemas de quienes no pudieron sobrevivir a la Catástrofe, Poemas de quienes lograron sobrevivir a la Catástrofe y Poemas de quienes no vivieron la Shoah. En ellos dedica una semblanza a cada uno de sus autores y comenta en general —y con frecuencia sobre poemas concretos— su estilo y su lenguaje poético, además de hacer referencia a su respectivo posicionamiento ideológico ante el sionismo y la Shoah. Sin embargo, no todos los nombres que menciona en su prólogo están después representados en el apartado de los poemas, probablemente por la dificultad de encontrar traducción al español (p. ej., Ruth Klüger).

Como bien subraya Carlos Morales, el ingente conjunto de poemas que reúne el proyecto no permite hablar de poesía del Holocausto de modo similar a como la historia de la literatura usa expresiones relativas a una época o a una tendencia estética: poesía del romanticismo o poesía expresionista. La vastedad, la percepción, el grado de intensidad de las experiencias y de escenarios de quienes experimentaron en primera persona la Catástrofe —significado de la palabra hebrea Shoah— no lo permite. El espectro de autores es demasiado diverso y plural. Ello puede afirmarse tanto de quienes no sobrevivieron como de los que pudieron escapar a la muerte. Lo mismo puede decirse de quienes no la vivieron, pero a lo largo de los años han escrito sobre ella en forma poética. Su común denominador es únicamente el tema.

Carlos Morales, que es también poeta —lo cual se echa de ver en el riquísimo léxico y la hondura metafórica de su prosa—, es autor de diversos libros de poesía algunos de los cuales le han reportado premios. Es además autor de estudios sobre otros poetas y antólogo. Actualmente dirige el proyecto editorial «El Toro de Barro», al tiempo que codirige con la poeta hebrea Margalit Matitiahu la colección «Kuadrinos sefardíes» y ha codirigido con el poeta austriaco Jaime Vándor, hasta su muerte, en 2014, la «Biblioteca Internacional del Holocausto». Mantiene asimismo un bloc imprescindible Poesía del Toro de Barro: https://poesia-del-torodebarro.blogspot.com/

La monumental obra objeto de esta reseña merece también monumental difusión. A buen seguro será reeditada. En este caso, es recomendable una minuciosa revisión, dado que la probable urgencia en la publicación de la primera ha dado lugar a errores tipográficos, sintácticos, morfológicos o de concordancia, sobre todo en el prefacio (alguno de acentuación o traslocación de letras, ciertas incoherencias morfológicas y sintácticas, discordancia de género o número entre artículo y sustantivo o entre sujeto y verbo, olvido o repetición de algunas palabras…) que conviene corregir.

 

 

“EL HOMBRE INCREÍBLE”, DE RAÚL CRISTIÁN AGUIRRE

Luis Benítez©


El sello argentino Ediciones en Danza ha publicado un nuevo poemario del escritor, poeta, actor, emprendedor y conferenciante radicado en Barcelona desde 1988.

 


Para las mujeres que fueron deseables / Y dejaron de serlo. /
Para las mujeres que me amaron / Y que yo no pude amar.
Toda mi ternura, Manuel Carneiro de Sousa Bandeira Filho (1886-1968)

Dividido por su autor en dos partes, tituladas respectivamente Resuelto a exprimir lirios de las bellotas y Yo no elegí escribir una elegía, esta quinta entrega del poeta argentino, El hombre increíble [1], abarca casi cuarenta piezas, en su mayoría de marcada brevedad, aunque definitivamente poseídas por un espíritu de hondura conceptual buscado y encontrado por Aguirre.

De las tópicas clásicas del género, esos pares de opuestos transitados a través de toda su tradición milenaria, atrevidamente Raúl Cristián Aguirre se anima con el amor, posiblemente la más difícil de encarar en nuestros descreídos tiempos posmodernos. Tantas veces puesto en letras de molde, el tema del amor parece algo tan repleto de apelaciones de variopinta calidad escritural que a estas alturas del siglo XXI sería imposible intentar una más.

Pero el poeta nacido en Buenos Aires en 1964 aceptó el desafío y cabe subrayar que sale airoso de tamaño reto en la mayor parte del volumen.

El secreto de esta victoria de Aguirre sobre los remanidos discursos acerca de lo amoroso parece residir en el desenfado y la frescura expresiva de la que hace gala en El hombre increíble, donde trata (y a veces maltrata) al objeto del deseo tanto con conocimiento de causa como sin concesiones al sentimentalismo, aunque los necesarios toques nostálgicos por la pérdida no dejan de salpimentar convenientemente todo el asunto, siempre sin abusar de materia tan picante, no vaya a ser que impregne y arruine lo ofrecido al lector.

Desde luego, bien sabemos que la genuina poesía es absolutamente autorreferencial y elige siempre hablar de sí misma, empleando como caballo de Troya cualquiera de sus aparentes “temas” a modo de pretextos. Esta característica del género se cumple y muy bien en El hombre increíble. Aguirre no pierde el hilo del trasfondo de su discurso, lo medular de cuanto dice, tanto cuando se permite evocar las dulces horas tan propias de la dicha pasada como el pesar post mortem de esta. Y que el eje axial de El hombre increíble sea el amor en sus múltiples etapas, las vividas, las imaginadas y las perdidas, no es obstáculo para que el autor encuentre los medios para referirse a tópicas secundarias que, por su potencia intrínseca, con ser meramente aludidas ya amplían notoriamente el alcance del verso donde saltan a la cara de quien lee. La alusión a la muerte, la injusticia omnipresente en una realidad que no quiere saber nada con eso de la ética, lo cierto y lo falso, la certeza y la duda, entre otras revisiones, también tienen cabida en este volumen, sabiamente dosificado en su decir por Cristian Aguirre: el cálculo preciso dentro del desenfado al que nombré antes hace mucho a favor de la eficacia de la fórmula discursiva que ha elegido.

Por otra parte, es de señalar que mi compatriota residente en Barcelona desde fines de los ochenta utiliza con gran soltura nuestro voseo rioplatense, lo que suma un acertado toque coloquial a las formalidades de su estilo. Al respecto, tengo que referir que me permití hacer un pequeño experimento: pasé al tuteo peninsular varios fragmentos de El hombre increíble y, efectivamente, al hacerlo se tornan más rígidos sus versos y pierden, al menos para un lector de su procedencia y la mía, mucho de su poder de convicción inmediata, esa elasticidad que les posibilita ingresar tan velozmente al torrente sanguíneo de la imaginación y la sensibilidad.

En resumen: un logro de Cristián Aguirre, que ya parecía casi increíble poder alcanzar.

 

El autor

Raúl Cristian Aguirre nació en Buenos Aires en 1964. Formado en Análisis de Sistemas, es escritor, poeta, actor, emprendedor y conferenciante. Está radicado en Barcelona desde 1988, donde estudió cine y morfopsicología. Es hijo, nieto y sobrino de escritores, poetas y profesores de literatura. Su padre, autor de más que merecido culto en la Argentina, Raúl Gustavo Aguirre (1927-1983), dirigió la célebre revista Poesía Buenos Aires. Su madre, Hebe Monges, fue catedrática de Literatura y autora de novela, cuento y poesía. Raúl recibió premios y distinciones en diversos certámenes literarios. Sus poesías han aparecido en diversos medios especializados en Argentina y el exterior. Dirigió la revista subterránea Caro Kann. Condujo el programa de entrevistas Vos y Yo en una radio de Barcelona. Creó el unipersonal Poesía, ¿estás ahí? en 2019, y lo representó en varios países. Publicó Mamá y otros poemas (Barcelona, 2015), A Sívori se lo comieron los escorpiones (Ediciones en Danza, 2019), La vida videoclip (Ediciones en Danza, 2023) y en la otra orilla de la noche (Ediciones en Danza, 2024). La compositora Patricia Caicedo musicalizó varios poemas suyos en el CD Nuestros días. Es autor de una vasta obra poética que aún permanece mayormente inédita.

 

[1] Ediciones en Danza, ISBN 978-631-6520-32-6, 70 pp., Buenos Aires, 2024.

 

 

“LA ÚLTIMA MARINERA”: A PROPÓSITO DE LA NUEVA LITERATURA LATINOAMERICANA

Alejandro Dulio Medina Ycochea ©


Hoy siento la urgencia de reclamarle al Perú escritores que renueven el panorama contemporáneo de la literatura. A mi parecer, y por razones que hacen amado a un escritor, adicionalmente a los méritos de su obra, el mejor novelista peruano de todos los tiempos es el taita José María Arguedas. Escritor al que literatos y científicos sociales, allá por el año 1964, denostaron de su obra “Todas las sangres”, y hoy es la novela insignia del indigenismo y, por consiguiente, de la identidad del Perú; un país que, si bien es cierto, es una mixtura de razas y pueblos costeños y amazónicos, netamente y poderosamente: es andino.

Melacio Castro Mendoza
Y en esa mirada veo esa sangre nuestra, en metaforismo referido a nuestras letras, congelada, coagulada. Hay que considerar que cada tiempo histórico debe renovar su arte, su ideario y su derrotero. De esta suerte, se necesita sangre nueva, urge sangre renovada, necesitamos nuevos escritores que no escriban –o intenten escribir– como Vargas Llosa, nuestro premio Nobel. Así como en un plano paralelo, en la poesía, ojalá sea que los poetas dejen de poemar como Vallejo. Y allí, en la búsqueda de esos cambios, de nuevas lecturas, es que me encuentro con un escritor peruano radicado en Alemania, Melacio Castro Mendoza, un hombre cosmopolita que no ha perdido sus raíces peruanas. Y de esa raigambre escribe sobre nuestra tierra, con una voz nueva, polifónica, con un neorrealismo mágico, o dicho de otra manera: un real maravilloso de estos tiempos (donde si Gabriel García Márquez tuvo su Macondo, el autor tiene su pueblo imaginado llamado “Amargura”). Me refiero a su novela intitulada “La última marinera”.

La historia narrada no es lineal, en su modernidad se cuenta en planos diferentes que toman unidad cada que el lector continúa leyendo, cincuenta y siete capítulos que divergen y convergen en los capítulos finales. Dueño de un buen manejo verbal y asumiendo el habla peculiar de cada personaje, logra el cometido sublime de contar bien y con ello atraparnos en las páginas de su novela. Su obra transcurre en el norte del Perú y en Alemania; pero la vida de los personajes nos muestra al país en su completa extensión, esto es, la sierra y la selva. Lo mismo ocurre en el tiempo, remitiéndonos a los moches, a los incas, a la colonia aristocrática y nos conduce a lo largo de nuestra penosa vida republicana, siempre acotando reflexiones que salen de boca de sus personajes, pues, con cacumen nos da un paseo por nuestra historia, siempre sin dejar de novelar. Su novela va en búsqueda de la novela total, aquella que explora o trata de abarcar la supuesta realidad en todos sus niveles.

Esta obra es un espejo de nuestra realidad, realidad que Melacio Castro sabe plasmar en su exquisita prosa. Un discurso narrativo que versa sobre aquella heterogeneidad cultural de la que nos hablaba Antonio Cornejo Polar, intelectual peruano especializado en literatura hispanoamericana. Y nos trae un mensaje de paz, en tiempos donde el mundo se cubre con un manto de muerte, debido a los conflictos bélicos entre naciones. El Perú, una tierra hermosa, de belleza natural incomparable, también se vistió de luto en la época del conflicto armado interno, y el pueblo pagó con su vida los errores de la ideología política y los errores del Estado al enfrentarla. Pero, en contraparte, la novela rescata el valor resurrecional de nuestro pueblo. Así, siendo la marinera un baile garboso, festivo y elegante del norte peruano, es la metáfora de lo que somos, de la alegría que se sobrepone por sobre la tragedia. Y es la última marinera, pues acaba una vida, la del chalán que le baila; al tiempo que dos amantes: Lorenzo Claros y Sol Dorado Del Valle se reencuentran para ya no perderse el uno al otro, lo que significará el punto de inflexión de la historia, la luz al final del túnel, el triunfo del amor por sobre las ideologías, aún por sobre la muerte misma, un amor que se contagia al prójimo, la promesa de una nueva vida sin discriminación, sin racismo, en un mundo donde la justicia nos conceda una benéfica paz.

 

 

“VIVIR LEJOS”, DE PATRICIA SEVERÍN

Luis Benítez ©

El sello argentino Palabrava acaba de editar una nueva novela corta de la reconocida narradora, poeta y editora santafesina, cuta extensa obra ha recibido importantes reconocimientos nacionales e internacionales.

 

Suele remarcarse negativamente que la crítica literaria posee la manía de catalogar empecinadamente cualquier obra en tal o cual tendencia escritural, adscribiéndola a determinada categoría como si fuese este su deber primero. Sin embargo, esa práctica no deja de ser útil y orientativa para el lector, cuando es realizada de manera objetiva y acertada. En el caso de Vivir lejos [1], el título que nos ocupa, no está de más señalar que esta nouvelle podría muy bien inscribirse en una suerte de realismo sucio, como el tan profusamente representado por tantos autores correspondientes a la literatura estadounidense, aunque con una necesaria salvedad. El realismo sucio desarrolla sus diégesis habitualmente en ambientaciones urbanas, mientras que la novela corta de la argentina Patricia Severín elige hacerlo en un ámbito marcadamente rural.

Asimismo, la autora opta por una protagonista que, básicamente, es una persona común, sin relieves que podríamos destacar como “extraordinarios”, fuera de lo común, que en sí mismos suman peripecias y conflictos relevantes a la historia en curso. Sucede que Severín, tal como lo entendió en su cuento Un cœur simple o Le perroquet [2] el gran novelista francés Gustave Flaubert (1821-1880), comprendió que el buen arte literario posee la virtud de destacar elementos fundamentales de la condición humana a partir de personajes que no necesariamente atraviesan por circunstancias excepcionales. Por el contrario: el factor que subraya todavía más lo medular que se alberga en la figura protagonista de este tipo de discursos es que su vida, en lo general y también en lo particular, no difiere de la de la mayoría de las personas que conocemos.

Tal es la existencia de Berta, la figura central de Vivir lejos, signada por azares y penalidades afines a colectivos característicos de las capas sociales más bajas de la sociedad, una desheredada que crece poco menos que en la miseria, en el norte de la provincia argentina de Santa Fe. Discriminada desde su infancia por su condición marginal, la pobreza de su origen, la falta de recursos no le impide sin embargo obtener un título de maestra, aunque sobrellevando esfuerzos mucho mayores que aquellos que deben afrontar sus compañeras de estudios más afortunadas.

En la década de los ’70 del siglo pasado, la protagonista, todavía joven y ya con dos hijas de corta edad, se ve forzada a dejar su provincia natal por un paisaje absolutamente distinto. Debe sobrevivir y a duras penas, en el gélido sur del país, la inmensa Patagonia argentina, donde consigue ejercer el magisterio y vivir de su profesión, aunque no por ello mejoran demasiado sus condiciones de vida. Apenas posee una vieja bicicleta para recorrer la considerable distancia que separa su humilde vivienda de la escuela donde trabaja, bajo el crudo invierno patagónico. Sigue siendo alguien rechazado por su entorno, sometido a la soledad, abandonado a su propia suerte, que no es mucha. Sin abusar del patetismo implícito en la historia que desarrolla con extremo cuidado, sabe Severín pintar acabadamente tanto los sufrimientos de su Berta —personaje muy logrado, por cierto— como las luchas internas de la mujer contra las trabas que le impone su pasado y su indetenible voluntad de superación, la valentía extrema con la que afronta una existencia que deja todo por desear. El ansia de amor, repetidamente no correspondido, es otra de las desdichas que afronta la protagonista, sin que Severín exalte la nota al punto de cambiar de rumbo su relato. Es un elemento más, aunque convincentemente insertado y en su medida justa en Vivir lejos.

La voluntad de progreso y la fuerza interior de la mujer, continuadamente en pugna con un destino que parece irremediablemente ya trazado, es uno de los núcleos de sentido de toda la obra, referido siempre de modo por demás verosímil, a la altura del equilibrio que demuestra todo el discurso literario dispuesto por la autora en el centenar de páginas de esta, su nueva entrega en el género narrativo.

Obra de muy notable oficio, su desarrollo mantiene la tensión y la intriga acerca de cómo Berta logrará o no torcer el rumbo de su vida, reconstruyéndola cada vez que el sino negativo de su desamparo la desmorona nuevamente.

 

La autora

La poeta, narradora y editora Patricia Severín reside en la ciudad de Santa Fe, capital de la provincia argentina homónima. Su prolongada tarea escritural ha brindado, hasta la fecha, ocho títulos de poesía, destacándose entre ellos Poemas con bichos, Muda, El universo de la mentira y Eclipses familiares. En cuanto a su narrativa, publicó anteriormente las novelas Salir de cacería, La Tigra y Te quedan lindas las trenzas, así como las colecciones de cuentos Las líneas de la mano, Sólo de amor, Helada negra y Mamá quiere ver las rosas. La autora ha recibido reconocimientos por su obra literaria de peso, tanto a nivel nacional como internacional. Entre ellos, citemos el Premio del Fondo Nacional de las Artes, el de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y el correspondiente al XXIV Certamen de Poesía Marta del Villar Berruezo, en España. Una porción de sus trabajos fue publicada en los Estados Unidos, Italia y España y parte de su obra traducida a la lengua inglesa y la italiana.

 

[1] Vivir lejos, Editorial Palabrava, ISBN 978-987-4156-77-8, 104 pp., Santa Fe, provincia de Santa Fe, Argentina, 2024.

[2] Flaubert, Gustave: Un cœur simple o Le perroquet, traducido habitualmente al español como Un corazón sencillo, incluido en el volumen Trois contes, Louis Conard, Libraire-Éditeur, París, 1877. Felicité, la protagonista del cuento de Flaubert, se emparenta con la Berta de Severín por la energía y la capacidad de superar el dolor y las amarguras de su existencia, la resiliencia que demuestra ante la adversidad.

 

 

“NOS VEMOS EN AGOSTO”, LIBRO PÓSTUMO DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Héctor Zabala ©

 

El copyright indica 144 páginas, pero Gabo escribió desde la página 13 a la 122. El resto es un corto prólogo de sus hijos y una nota del editor, acompañada de algunos facsímiles del original con correcciones en tinta. *

Es un libro sencillo de leer. Se trata de la historia de una mujer casada que visita la tumba de su madre en agosto de cada año y aprovecha para tener relaciones sexuales con un amante circunstancial y distinto en cada viaje, del que ni siquiera quiere conocer su nombre. Relaciones tipo “toco y me voy”; touch and go, dirían las personas de habla inglesa y aquellos hispanoparlantes que gustan anteponer ese idioma a otras genuinamente castellanas, como cuando usan la palabra sponsor en vez de patrocinador.

No voy a revelar el final —y no estoy adelantando nada que no se diga en la contratapa de la misma edición—, pero puedo señalar que su desenlace se presta a conjeturas, que quizá sea motivo de futuras especulaciones por parte de la crítica.

No coincido con lo dicho en esa misma contratapa de que se trata del “estilo inconfundible” de García Márquez. Sí coincido en que las historias allí contadas tienen bastante de fascinantes. Pero los que leímos Cien años de soledad no encontraremos en este texto a ese Gabo sino a otro, aunque eso no lo desmerece para nada. Simplemente no es el estilo literario por el que se hizo famoso y el que nos gustaba a sus seguidores. En sus obras más significativas, el realismo mágico surgía reiteradamente. Acá no. Nos vemos en agosto trata historias bien encuadradas, pero dentro del género realista. En todo caso, la fantasía habría que buscarla en la mente del personaje principal (aunque citando a Dalmiro Sáenz, toda relación sexual tendría algo de eso), pero no en la historia en sí.

Quizá lo más interesante, a mi juicio, sea que hay una historia no contada —al estilo de Ernest Hemingway— y es la historia de la madre de Ana Magdalena Bach, la protagonista. En el libro se la sugiere, pero no se la relata.

Un libro recomendable, aunque no se trate del clásico estilo que le conocimos. Quizá este detalle no menor haya sido lo que Gabriel García Márquez temía, pues se sabe que estuvo muchos años trabajando en el texto, aunque no se decidía a publicarlo.

 

* En agosto nos vemos (Buenos Aires, Sudamericana / Penguin Random House Grupo Editorial, S.A., 2024 – 4ª edición). ISBN: 978-950-07-7022-4.

 

 

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


(Aracataca, Departamento de Magdalena, Colombia, 6/31927 - Ciudad de México, México, 17/4/2014). Extraordinario escritor, unos de los representantes del llamado realismo mágico. Premio Nobel de Literatura (1982), además de multiples distinciones literarias y periodísticas de diverso origen. Mucho antes, en 1972, había recibido el Premio Rómulo Gallegos por su novela Cien Años de Soledad. También la Legión de Honor francesa en 1981, entre los más destacados. Doctor honoris causa por la Universidad de Columbia en Nueva York, Estados Unidos (1971). 

Es curioso que, aunque mucha gente siga creyendo a García Márquez muy izquierdista, él mismo negó categóricamente en varios reportajes no adherir al comunismo y no haberse afiliado nunca a un partido político. ¿Acaso una muestra más de fanatismo político de ciertos sectores sociales y medios de comunicación que ven fantasmas donde nunca los hubo?

 

Obras:

Novelas: La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961), La mala hora (1962), Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975), Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985), El general en su laberinto (1989), Del amor y otros demonios (1994), Memoria de mis putas tristes (2004), En agosto nos vemos (2024).

• Cuentos: Los funerales de la Mamá Grande (1962), La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972), Ojos de perro azul (1972, recopilación de sus primeros cuentos), Doce cuentos peregrinos (1992).

• Narrativa de no ficción: Relato de un náufrago (1970), La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile (1986), Noticia de un secuestro (1996).

• Memorias: Vivir para contarla (2002).

Teatro: Diatriba de amor contra un hombre sentado (1994).

Tiene también varios discursos, guiones de cine, entrevistas concedidas y artículos periodísticos.

 

 

Nuevos colaboradores

 

SARA VANÉGAS COVEÑA

Embajadora Universal de la Paz (París/Ginebra). Embajadora de la Palabra (Madrid). Miembro correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. PhD. en Filología Germánica (Múnich). Profesora de Lengua y Literatura Española (Madrid). Magíster en Docencia Universitaria (Cuenca). Exbecaria de Alemania y España. Exprofesora en las universidades de Cuenca, Múnich y Bielefeld. Profesora invitada del Programa de Verano Leonir Rhyne College. (2023). Consultora Internacional de Castellano como segunda lengua. Docente-investigadora de la Universidad del Azuay, Ecuador.

Su obra consta en la Biblioteca Básica de Autores Ecuatorianos. Presidió el I Encuentro Internacional de Literatura, Cuenca 2007. Directora-fundadora de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo Cuenca. Directora en Ecuador de la revista internacional de literatura y arte Francachela, y de revistas nacionales. Consta en múltiples antologías. Se han escrito tesis de maestría y doctorado sobre su obra poética.

Reconocimientos y publicaciones: Condecoración Matilde Hidalgo de Prócel al Mérito Cultural, Asamblea Nacional del Ecuador, 2017. Varios premios y homenajes a su trayectoria literaria en Ecuador. Consta en el Archivo de Poesía Mundial la Voce Regina (Bolonia, Italia). Diploma de Excelencia (Madrid, 2010). Premio Hoja de Encina (Madrid, 2011). Mención Especial Pegaso Editores (Rosario, 2008.). Pluma de Plata (Universidad del Azuay, Ecuador, 2024). Melhor Poesia del año 2024 (Recife, Brasil).

Publicaciones: 42 libros (poemarios, antologías literarias críticas, una novelita para niños, un diccionario de autores ecuatorianos) y decenas de ensayos. Poemas traducidos al inglés, alemán, portugués, italiano, francés, rumano y kichwa.

svanegas@uazuay.edu.ec

 

 

ALEJANDRO DULIO MEDINA YCOCHEA

(Lima, Perú, 1967) Es abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, politólogo, artista plástico, escritor, conferencista, investigador histórico y gestor cultural.

Director de la revista y asociación Poesis Abditus. Ha participado en Encuentros de Poesía en el Perú y el extranjero. Primer lugar en poesía del Concurso La Pluma de Oro II (2017) por la Municipalidad del Callao, Primer lugar en poesía del Concurso Nacional CONALL de la Universidad de Huamanga (2019), Premio a la cultura por la Municipalidad de Carmen de la Legua – Reynoso (2022), entre otros. Ha publicado en Estados Unidos, México y Chile. También es miembro de academias literarias en México y diferentes colectivos de escritores.

Como artista plástico ha realizado diversas exposiciones colectivas e individuales y ha obtenido premios importantes en pintura y dibujo.

poesisabditus@gmail.com

 


REALIDADES Y FICCIONES
—Revista Literaria—
Nº 61 – Marzo de 2025 – Año XVI

ISSN 2250-4281 – Edición trimestral
EX-2024-113685608-APN-DNDA#MJ del 17/10/2024, incorporado a RL-2018-52429319-APN-DNDA#MJ, Dirección Nacional del Derecho de Autor / República Argentina.


Propietario y director: Héctor Zabala
Av. Del Libertador 6039 (C1428ARD)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
zab_he@hotmail.com
http://hector-zabala.blogspot.com/
Currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 40:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2019/12/realidades-y-ficciones-revista.html
 

Colaboradores

Corrección general:
Noelia Natalia Barchuk Löwer
Resistencia (Chaco), Argentina
alfana79@hotmail.com
http://noelia-barchuk-literatura.blogspot.com.ar/
Currículo en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 88:
https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2020/12/suplemento-derealidades-y-ficciones-n.html



Ilustración de carátula y emblema:
Mónica Villarreal
Scottsdale (Arizona), Estados Unidos
Monterrey (Nuevo León), México
monvillarreal@hotmail.com
@mon_villarreal
https://www.facebook.com/monvillarreal22
Currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 17:
http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com.ar/2014/06/
 


COLABORARON EN ESTE NÚMERO:

• Noelia Natalia Barchuk, Resistencia (Chaco), Argentina

Alejandro Dulio Medina Ycochea, Lima, Perú
Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 61:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2025/03/realidades-y-ficciones-revista.html
poesisabditus@gmail.com


• Anna Rossell, Barcelona (Cataluña), España
Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 11:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2012/12/blog-post.html
https://ca.wikipedia.org/wiki/Anna_Rossell_Ibern
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https://es.wikipedia.org/wiki/Anna_Rossell_Ibern
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arossellib@gmail.com

• Luis Benítez, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Currículo en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 64:
https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com.ar/2015/03/suplemento-64-realidades-y-ficciones-en.html
lb20032003@gmail.com

• Antonio Las Heras, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 45:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2021/03/blog-post.html
alasheras@hotmail.com


• Sara Vanégas Coveña, Azulay, Ecuador
Currículo en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 61:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2025/03/realidades-y-ficciones-revista.html
svanegas@uazuay.edu.ec


• Mónica Villarreal, Scottsdale (Arizona), Estados Unidos – Monterrey (Nuevo León), México


• Héctor Zabala, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


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Las opiniones vertidas en los artículos de esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor pertinente.

“Realidades y Ficciones”
Mónica Villarreal (2014)
acrílico y óleo sobre
papel-lienzo, 30 cm x 30 cm


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