Nº 27 — Diciembre de 2016 — Año VII
ISSN 2250-4281
Inscripción gratuita como
LECTOR
si escribe a zab_he@hotmail.com
indicando nombre y
apellido, ciudad y país
(se le avisará cada nuevo
número trimestral).
“Eurípides”
Mónica Villarreal (2016)
(Técnica mixta sobre papel,
30 cm x 22 cm)
Serie
“Poetas Clásicos Griegos” |
Sumario
• “Book of Pieces”, nuevo
libro del estadounidense Robert Roth. (Luis Benítez)
• De
la utopía socialista a la reunificación alemana. Eugen Ruge, “En tiempos de luz
menguante. Novela de una familia”. (Anna Rossell)
• Una
península en continuo desarrollo literario. Segunda parte. (Adán Echeverría).
• El aporte histórico en la narrativa de Manuel
Mujica Lainez. (María Amelia Díaz)
• Publicar para el público. (Jorge Alberto Collao
Galleguillos)
• José Gaos: Pasajero en tierra. (Alberto Espinosa
Orozco)
• Nuevos colaboradores de Realidades
y Ficciones:
• Jorge Alberto Collao Galleguillos, La Serena (Coquimbo), Chile.
• Alberto Espinosa Orozco, Victoria de Durango
(Durango), México
BOOK OF PIECES, NUEVO
LIBRO DEL
ESTADOUNIDENSE ROBERT
ROTH
Luis Benítez ©
La editorial And Then Press, de Nueva York, acaba de
publicar un nuevo libro del autor estadounidense Robert Roth (1943), titulado Book of Pieces (en idioma inglés, ISBN
978-0692747858). Sus 324 páginas, además de los textos propios de Roth,
incluyen un prefacio de la poeta, escritora, artista, pensadora, periodista y
productora de medios Carletta Joy Walker y un epílogo de la escritora, activista
cultural y educadora Myrna Nieves, así como colaboraciones de Anne Forer, Tobin
Simon, Bernie Tuchman, Kato Laszlo Roth y Arnold Sachar.
A Robert Roth le debemos los lectores un libro anterior, Health Proxy (ISBN 978-0-938999-23-0,
Yuganta Press, Stamford, Connecticut, Estados Unidos, 2007, ver: www.yuganta.com), donde ofrece el relato
directo de su encuentro con diferentes tipos humanos, residentes en la Gran Manzana ; una
interesante recopilación de apuntes sobre la desesperación, la enfermedad, el
dolor y la esperanza en el mundo contemporáneo.
Robert Roth |
Más allá del apretado resumen del autor, Book of Pieces ofrece un dilatado
panorama de impresiones, precisiones, observaciones, descripciones y
narraciones realizadas por Roth a lo largo de casi cuatro décadas, cuyo
escenario principal es Nueva York, la ciudad donde nació, aunque también
intervienen otros escenarios, incluyendo los propios de algunos de sus viajes
(como ejemplo, la sección titulada Argentine Journal, págs, 144-152, que
refiere el viaje realizado por el autor a la Argentina , en agosto de
1992). Así es posible captar, a medida que avanza la lectura, las
modificaciones producidas en el modo de vida de los múltiples protagonistas de
las historias referidas en el libro, personas comunes que son atravesadas en su
personalidad y su conducta, en sus circunstancias particulares y en sus
interacciones con el medio y los demás por la agudísima mirada de Roth,
invariablemente atenta a los mínimos detalles, pues bien sabe el escritor que
son esas señales las que develan el conjunto.
Es difícil y hasta innecesario definir el género literario
al que pertenecen estos escritos, notas sueltas, glosas completas, que componen
Book of Pieces: de mejor modo podemos
señalar que pertenece claramente a la prosa posmoderna, que se saltea
definitivamente las antes tradicionales diferencias de género, para brindarnos
un ágil vistazo de la realidad no aparente, la escondida detrás de las fachadas
del mundo contemporáneo. El dolor, la angustia, la enfermedad, el humor, el
desconcierto, las ansias de libertad, las contradicciones políticas y sociales,
la sexualidad, el arte y el deseo de las mujeres y los hombres de nuestro
tiempo (así como las mutaciones que han sufrido esas particularidades con el
paso del tiempo, como ya referimos) están presentes en Book of Pieces, sin que la narración general se convierta en un
mero relevamiento de sujetos y circunstancias. Es que, aquello que eleva el
contenido de todo el volumen a territorios que definitivamente pertenecen al
campo de la literatura es la capacidad de Roth para interpretar los resortes
secretos del espíritu actual, labor que ejerce merced a un permanente trabajo
de alusión y elusión. Del buen uso de este procedimiento proviene el hecho de
que Roth no incurra jamás, en las más de 300 páginas del libro, en ese grave
defecto discursivo que contamina buena parte de otros textos que intentan lo
que Book of Pieces: la enunciación directa de los criterios del autor, la
explicitación forzada de su imagen del mundo desde el punto de vista de lo
político, lo social y lo específicamente humano.
De particular interés para el lector resultarán las páginas
consagradas a la sección Notes of an
Unknown Writer (págs. 14-37), tomadas de un diario personal escrito por el
autor entre agosto de 1988 y marzo de 1989, donde la prosa de Robert Roth va
describiendo el día a día de su existencia, en su doble condición de persona
propiamente dicha y de escritor, ya promediados sus 40 años de vida.
En resumen: se trata de una obra altamente recomendable, si
es que queremos comprender en profundidad el sentir y el modo de vivir el mundo
de nuestros contemporáneos, sin que las diferencias de país, idioma, costumbres
y referencias sean ningún obstáculo para ello. El alcance de lo escrito por
Roth en Book of Pieces es
definitivamente universal y quien lea su libro así lo confirmará.
Para acceder al volumen, ver: https://www.amazon.com/Book-Pieces-Robert-L-Roth/dp/0692747850
[1] La Ópera de Tres Centavos (en
alemán, Die Dreigroschenoper), es una obra teatral en un prólogo y tres actos,
con música de Kurt Weill y libreto en lengua alemana de Bertolt Brecht, en
colaboración con la traductora Elisabeth Hauptmann y el diseñador de escena
Caspar Neher. Fue adaptada de la ópera de baladas del siglo XVIII británico
titulada La Ópera del Mendigo, de
John Gay, y constituye una crítica marxista del mundo capitalista. Se estrenó
en Berlín el 31 de agosto de 1928, en el Theater am Schiffbauerdamm.
Currículo
de Luis Benítez en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 64:
Email: lb20032003@gmail.com
DE LA UTOPÍA SOCIALISTA
A LA REUNIFICACIÓN
ALEMANA
Anna Rossell ©
Eugen Ruge, En tiempos de luz
menguante. Novela de una familia.
Traducción de Richard Gross,
Anagrama, Barcelona, 2013, 394 págs.
Encomiable esta novela de inspiración autobiográfica de
Eugen Ruge (Sosva, Urales, 1954) que, de modo parecido a La Torre ,
de Uwe Tellkamp —publicada también por Anagrama—, narra la evolución de la República Democrática
Alemana (RDA) a través de cuatro generaciones de una saga familiar
perteneciente a la nomenklatura. Partiendo de una historia que es la propia,
Ruge arma con maestría la trama novelada de la que fue su vida y la de su
familia, desde la emigración de los abuelos comunistas a México, su regreso
para contribuir a la construcción de la nueva república alemana, hasta poco
después de la caída del muro y la reunificación, ambientada ya en la nueva
Alemania, en la que crecerá el biznieto. El autor reúne a sus actores en
escenarios idóneos para su fin, las fiestas familiares a las que asisten
representantes gubernamentales, para mostrar la diferencia ideológica entre
personajes y sobre todo entre generaciones. Medio siglo de historia desfila
ante nuestros ojos: la construcción de la RDA , la huída de los hijos a Moscú, la
deportación a un campo siberiano, la restalinización, la perestroika y el final
del sueño socialista.
Eugen Ruge |
Si bien Ruge se integra a sí mismo en la ficción bajo la
figura de Alexander Umnitzer —Sasha—, nacido como él en 1954 y como él emigrado
al oeste en 1989, la narración no adopta como eje su punto de vista. Uno de los
méritos de la novela es precisamente su arquitectura perspectivista, que no
responde a un tiempo lineal, sino que organiza los capítulos saltando
cronológicamente hacia delante y hacia atrás, sirviéndose para cada uno de un
personaje central distinto.
Ruge, que a partir de 1989 se dedicó exclusivamente al
teatro, hace gala de sus conocimientos dramatúrgicos, tanto en la organización
escénica del material narrativo como en el virtuosismo que despliega en el
dominio del estilo indirecto libre y de los diferentes registros que maneja en
función de la edad y el carácter de sus protagonistas, estilo que vierte con
muy buen arte al español la traducción de Richard Gross.
Cuando se publicó en su país de origen, en 2011, la novela
había sido merecedora del premio alemán de literatura más prestigioso, el
Deutscher Buchpreis. Eugen Ruge, que acaba de publicar en su país su segunda
novela, Cabo de Gata (Rowohlt), es
autor de numerosas obras dramáticas para la escena y la radio, así como
traductor especializado en Chéjov.
Currículo
de Anna Rossell en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 11:
UNA PENÍNSULA EN CONTINUO DESARROLLO
LITERARIO
Adán
Echeverría ©
SEGUNDA PARTE
(La primera parte de este artículo puede leerse en Realidades y
Ficciones Nº 26:
AGONIZANDO
En la uniformidad de mis recuerdos
en parámetros superpuestos híper-puestos
de mi ser consciente de sí mismo
de sus extremidades reflejas
del jugo de tu sexo y tus dedos en mi boca estallando
de mi luz tu luz tu miedo
con las manos húmedas de frio turbulento
el temblor nocturno nos sostuvo
Una secuela entona llanto en violines deslizándose
suavemente
por la eternidad de las cobijas mojadas
apretando el puño el grito mudo y el desglose del sentido se
alarga
He de gritarte desde el centro de todo
para sobrevivir nos
—recoge mis restos en tiritas dispersas se han volado
pronto dejaremos de temblar—
¿Y si mis pensamientos son tintineantes acordes de piano en
pentatónica?
¿Y si temo perderte espuma rosa flor de loto atisbada por el
tiempo?
porque al perderte
me ahorro el capítulo
del desagrado
II
La consecuencia de mirar hacia atrás ha sido placentera
los círculos de luz que emanan de la puerta del cuarto
expanden luminosidad al viento
Cierro los ojos
la cabeza es antena de neuronas
torcidas entre su propia nitidez de luciérnaga explosiva
noche
así el flash back
así la neurona palomita de maíz
¡pop!¡Pop! ¡POP!
Te vi manosear mis piernas
mientras mi vagina temblaba
tartamudeante estrella en firmamento placentera
la verdad es que nunca había llegado tan lejos
la verdad es que nací flotando en universo paralelo
la verdad es que no hay verdad ni mentira
oídos sordos
sordo momento cuando sonaron las botellas en el suelo
otra vez silencio cuando
tus ojos
cuando tu mano en todo hueco mi lengua en todo hueco
penetraste agonizando
vimos que se fragmentase el cielo
mis caderas en escurridizas vibraciones destellos siderales
abro los ojos continuamos
desnudos
las sábanas aun mojadas
se refracta por
la ventana
el cielo
la observo y
de cabeza
bocarriba
se refractan cargadas
de grises
las nubes
se refractan cuando
pasan
las aves
¿A dónde irán?
III
Cantan cuando caen
las gotas de lluvia en el tejado
el chorro de agua salpicando el suelo
mojando el pavimento
mi rostro
ensangrentado se deshace como gota submarina en pecera de
asfalto
A veces la analogía de la verdad no es agradable
ninguna metáfora haría que se viera más bella
¿a dónde la vida de locos? ¿a
dónde el soñador?
en el escusado se sentó a llorar escondido tras una ciudad de
roedores
que ególatras despellejan todo alrededor
¿a dónde la tumba del pasado los traidores y los desolados?
¿a dónde la vida sin compasión sin alma?
Los intestinos de la tierra se deslizan
en nuestros pasos bajo mi cuerpo mordaza
sufro la precipitada muerte mientras grita de dolor pero
nadie se da cuenta
caminan demasiado rápido para percatarse como
de a poco se queda sin vida
SUS LATIDOS SE ALEJAN DE SU PROPIA SUPERFICIE
mis latidos se acercan al vacío
¿Qué ocurre con la desgracia?
¿Qué ocurre con uno mismo?
Maldición ¿qué le ocurre a este mundo que perdido se va
hacia la nada?
¿Qué se ha hecho a sí mismo el hombre que ha quedado hueco?
¿Qué se derrumba qué muere qué dispara?
Todo podría tener
sentido
Todo podría ser un engaño
Una silueta temblorosa desvanece en mi memoria ríe mientras
se aleja
se convierte en insecto moribundo petrifica a sus presas
Se las come
¿Qué pasa
qué ha sucedido?
electrones que forman fuego queman
mañana la incertidumbre
el pasado turbio enloquecerá a la luna
a los que caminan a media noche bajo su agonía
Es abrir a la noche por las patas y perdernos en su orificio
evaporar sentidos en olores ambiguos
es como regresar a abrir los ojos
recordar ensimismar gritar con rayos y luces de sabores
es desconocer temer reír desquiciar y turbar
masacrar
perseguir
amar
perder
seguir
olvidar
traspasar
Agonizando en los tobillos
pensando grieta
piedra lobo
aullido
SE VUELCAN ASTROS
De espaldas boca abajo la vía acuosa del recuerdo
ensordecido viento acicala un trozo de alucinación
Se Parece a Ti
cuerpo del cuerpo voz de voz
corrosión de fluidos y voltaje
roen desde el sitio desconocido
herirpenetraresconder
caerá desnuda la tarde celeste de un cuadro en un balcón
una escena de dos cuerpos translúcidos
colores adentrados
colores en la piel del planeta que grita
insoportablemente tiembla
en la profundidad del cuarto
en el espejo
donde ya no reconozco mi rostro
donde ya no me hace sombra tu cuerpo
en el sofá donde te esperé diez años
un florero roído por el viento
lleno de cenizas
PAISAJE NEGRO AZUL
la boca repleta del
viento que atardece
a lo lejos un muelle con luces
(verdes y rojas)
¿Quién estará gritando al otro lado?
¿Quién permanece desnudo sobre el muelle? —quién—
¿Qué deviene la materia del sol y de la aurora?
Se encajan los zumbidos de mil hombres enroscándose en el
agua
el aroma del azar
la nostálgica llamada
ensangrentada luna que revienta
cayendo sus pedazos en el agua
Estoy perdida en mi propia mente
en mis paisajes
En
lo
oculto
Estoy trotando en el viento y lluevo
y me deshago
y los hombres
y las mujeres
son igual de grandiosos
se encapullan y se besan se
despiertan entre ellos
No callan pertenecen
a un gemido perpetuo
un grito melódico
una sinfonía letal
un susurro de los dioses
un canto una alabanza
una imagen
La corteza del mundo
flotando
ce e
cor do r
tán en
i
el a
ENAMORAMIENTO
DÍA LUNES
Hace un buen de mal
que no me escribe
ni yo le hablo
pero hace más de un buen de bien
que callo muchas cosas
que me las guardo
aquí en el corazón
en el hígado
aquí en los pulmones
y que no se escapa para nada
ni quiere paraqué
solo hace un buen de mal
que no la miro
que no la espero
que no la olvido.
DÍA MIERCOLES
Esta soledad no es mía
ni esta tristeza tampoco
ni esta nostalgia, abrazadora; puta, coqueta.
Ni estos versos a lado mío
ni esta mujer desnuda
que me empierna la vida con su cuerpo,
con su risa sonrisa, sus labios,
con sus besos y mis besos.
Esta mujer nunca será mía
ni queriendo, ni soñando,
nunca será mía, solo mía, siempre, jamás.
Pero, obvio que sí,
yo siempre seré suyo, siempre,
y en casos generales que me olvido,
triste y borracho,
en algún recuerdo como este.
DÍA JUEVES
Si bien, esta noche es una sola noche
pareciera que al cerrar los ojos
fueran muchas noches en un solo sueño.
Pareciera más allá de aquí
que todo fuera una sola tristeza
para muchas nostalgias
hasta un solo recuerdo el que me jode
con su existencia y su insistencia.
Pero no, amor que duermes y sueñas sin mí,
nada es una sola cosa, ni tu ausencia,
ni la noche, ni mi insomnio.
DÍA DOMINGO
Qué triste es estar solo
refugiado en los brazos del frío
haciéndole el amor al tiempo
fumando la ausencia
bebiendo gota a gota el silencio
el espantoso silencio que amena la llegada del olvido.
Qué triste es estar solo.
Saberse solo, sentirse solo, mirarse solo.
Caminar por los pasillos
mirando el reloj (como si se esperara algo)
muriendo de nada, soñando contigo.
Qué triste es estar solo
refugiado en los brazos del frio
buscándote a mi lado, esperando tu cuerpo desnudo.
Pero es aun más triste darse cuenta
despertar al otro día y lo mismo.
Daniela Eugenia. Mérida, México, 1980. Profesora de
literatura a nivel bachillerato. Columnista en el portal de noticias Encuentro Digital. Practicante de yoga,
y aprendiz de fotógrafa, escritora y editora. Ha publicado narraciones y poemas
en portales y revistas electrónicas delatripa: narrativa y algo más; en la
revista Arché (Colima); Diario del Sureste (Mérida, Yucatán), Blanco Móvil y Xilote (Ciudad de México), Agitadoras
y Almiar (de España).
MATICES
Un edifico alto, vigoroso
asoma a la distancia
y los matices de la ciudad me abruman.
Tanto sufrimiento, tanta miseria
me pregunto ¿seré parte de ello?,
¿alguien me mirará con pena?
En cada esquina las flores se marchitan
el niño con la caja de chicles y cigarros
ese anciano que todas las mañanas
me pide una moneda
la mujer del bastón mastica un pan
y lo ciegos agitan sus canastas.
Todas las mañanas los mismos caminos
la pobreza desprendiéndose
y el ruido de mis tacones
hacen eco a cada paso.
ES VIERNES
las gotas de lluvia golpean la ventana
la humedad danza entre mis piernas
como tus dedos lo hicieron alguna vez.
¿Recuerdas?
días de agua interminables
de aquella mujer limpiando la azotea
y tus manos trémulas recorriendo
los espacios de mi cuerpo.
Es viernes y llueve.
Recuerdo…
nuestra existencia se unía en el sofá
y el ruido de las goteras
se perdían con los suspiros,
aquella casa sus filtraciones
y los libros a salvo sobre la mesa.
Esta mañana gris
tú no comprendes la tristeza de mi alma
que se dibuja con cada gota que cae
no es martes, ni jueves…
y mi multiplicado amor evoca tus sentidos
cerraré los ojos y pensaré…
Es viernes y solo llueve.
TOCARTE ES LO QUE SE NECESITA
Podría dejarte morir al declinar el día.
Olvidarte sobre una banca en una noche de abril.
tan frío y tan lejano como te siento ahora
¡qué importa!
Tocarte es lo que se necesita,
fumarnos un cigarrillo a las diez de la noche
o mirar dilatadas tus pupilas cada mañana
Tocarte es lo que se necesita,
sentir en mis manos el bullir de tu sangre
y preparar el café de las siete.
Son las nueve y me río de mí
me fumo el cigarro y me bebo el café
podría dejarte morir
pero te envuelvo con el calor
de mis piernas
y el dolor de las horas caídas
de ausencia.
Yo lo sé
eso de no sentir nada, tener en vez de un corazón,
sombras, rumores
olvidar el beso de despedida
qué más da.
No tiene sentido prolongar la caricia
la mañana empieza a clarear y las sabanas son frías.
Yo lo sé
algo en la noche nos miente
nos hace pensar en un vago sentimiento olvidado
pero nuestras espaldas lo dicen todo
tan cerca y un abismo entre ellas.
Yo lo sé
cuando todo es metódico, sombrío
y se besa la caricia sin sentir nada.
Una noche quédate en la soledad de mi océano
seamos uno,
uno con la caricia, con el beso, actuemos,
y después, al despertar, vivamos desde el abismo del olvido
vivamos sin saber el uno del otro
así, tan lejanos,
que si sabemos más morimos
que si leo en tus ojos un poco de luz, me pierdo.
Yo lo sé
es aún noche, mi ombligo cobija tus dedos complacido
hagamos,
hagamos como que somos uno
como que es lo cotidiano mi cuello sobre tu brazo
mi pelo haciéndote cosquillas en la nariz.
Ahora lo sé
lo siento, el palpitar de un corazón gris
perdido sobre unos pasos que hacen eco
en una calle vacía
de una mañana como todas.
Anel May Salazar. Mérida, Yucatán, México. 1980. Licenciatura en Inglés y Maestría en Español de
JURAMENTO
Juro por Dios, por mi vida
Y por todo lo que soy,
Que haré oídos sordos a tus palabras,
Que haré inmune mi cuerpo a tus caricias...
que mis labios renieguen de tus besos...
que mis ojos ya no busquen más tu imagen...
Que haré lo posible, por sacarte de mi alma,
y hasta lo imposible, por dejar de amarte.
RINCÓN DE LUNA SE LLAMAN TUS BESOS,
que encienden la luz de mi alma,
triste y sombría y
derrama lágrimas de plata a la noche.
Rincón de luna le llamo a tu cuerpo
que habla el mismo idioma que el mío
y siempre responde a su llamado.
Rincón de luna llamo a tus notas
que inundan mis oídos
me transportan a mundos del peyote
me hablan de tus tiempos...
del mar la vida el silencio.
Y extasiada por la luz de la luna
bailo alrededor de ti
ataviada del color de los sueños
emprendo la carrera a tu mirada
al compás del firmamento
convirtiéndonos en huracán tornado,
nos confundimos y nos deshojamos...
Cuando la calma llega
me quedo dormida en un rincón de la luna
soñando de nuevo con tu cuerpo...
SERPENTINA DE ASFALTO
Te miro serpenteante y caliente
mientras las ruedas del vehículo
atraviesan tus entrañas.
El viento me golpea el rostro
mas no mitiga el calor
—bochorno—
El vapor que tú despides
ante el sol del mediodía.
mientras avanzo y te miro
Otro conductor me rebasa
y pienso ¿será que te observa?
¿que te siente? ¿será que a él también
le haces fiestas?
Mientras te observo
parece que me retas
tu poder me invade
y quiero dominarte
dominar la velocidad
del silencio
El acelerador se hunde bajo el peso
de mi pierna hasta el fondo.
Quiero vencerte
para que me admires
y no sentirme menos
a tu lado.
Y comprendo
que eres noble y bondadosa,
similar a ese destino...
tendré que atravesarte
divago conduciendo.....
María Jesús Méndez. Mérida, Yucatán, México. 1980.
Ingeniero en electrónica por el Instituto Tecnológico de Mérida (ITM).
NO.
No, si las risas estruendosas son maullido de mi gato.
No, si soy quien olvida ¿de verdad pasó? la que inventa
sensaciones
de noches pasadas.
No, si tengo que insistir en limpiar paredes impregnadas de
últimos abrazos.
No, si quiero esconderme y apagar el sonido de las horas.
No, si quiero gritar:
¡el sol quema demasiado, el mar escupe, el viento solo es
brisa!
No, si digo adiós y camino pisando mis huellas,
retorno continuo.
REDES
Este cerebro mío,
masacre con desvelos recurrentes.
Neuronas sin lágrimas miran el sepelio,
mis piernas no se mueven,
mi mente en otra sintonía.
Telarañas se pegan a mi piel,
lo ignoro porque no es tendencia.
Aguardo una posición del GPS, que el otro responda,
que su corazón lleno de sangre, escupa humanidad.
Por momentos, ingenua
me visto de sobreviviente.
Es inútil, ingresó “Enter”,
el telón abre de nuevo a 32 pulgadas .
REALIDAD
Frente a mí, un closet,
a la izquierda, un pedazo de cielo.
Las casas de interés social arrasaron el canto del gallo,
aun las lágrimas por el cambio de pañal,
no topan un minuto de mi reflexión.
¿Soltar las sábanas?
¿Por agua caliente, por días libres?
No
mejor funcional como ayer,
nada de maquillaje,
antitranspirante en las axilas,
uniforme,
clotch,
y acelera.
Pasadas las nueve
los niños ya no desfilan al colegio,
y mi trabajo sigue siendo
un contrato de ocho horas.
Roberto Cardozo. Yucatán, México. 1975. Es profesor
de matemáticas. Ha publicado la plaquette de poesía En los ojos la noche (El drenaje, 2011). En revistas de poesía como
Rojo Siena (2014) y se le puede leer
brevemente en la antología de Microrelats
Negres del Centro Cultural La
Bòbila (Barcelona, 2012). Participa en el Consejo Editorial
de la revista delatripa: narrativa y algo
más. Incursiona en el cine como realizador y guionista con el cortometraje Espejo Retrovisor (2014) y en el marco
del FICMY 2016, como el Festival de Cannes, estrenó el cortometraje En Venta, que marca su debut como
director de fotografía.
DECIR ADIÓS
Cuando agitas las manos para decir adiós, estás borrando los
recuerdos.
EL FRÍO MUERDE
a veces más allá de la piel
y yo me refugio en la calidez de tu boca.
YO ASESINÉ AL DIABLO
y me amarré su cola en la cintura
para espantar a las buenas conciencias.
UNA NUBE
al sur de la ciudad
relampaguea incesante
malhumorada
solitaria
y no quiere anunciar la lluvia.
INÚTIL.
“Escribir poemas es
tan inútil como la vida misma”
Marco Fonz
Y yo escribo para el día
inútil también
en que la muerte y yo compartamos la taza de café
cuando de mí quede una fotografía triste
que no puede huir de la veladora.
En esta vida en la que todo es en vano.
DEJÉ DE SONREÍR
a los que me visitan
y no me conmueve
una lágrima
y una flor
depositada
sobre mi cabeza
de piedra.
SALA DE ESPERA
Esta es una sala de espera
es una herida abierta que los doctores no detectaron
dicen que estoy enfermo de algo
el medicamento no funciona
cierro los ojos
duermo
finjo que duermo
camino por el jardín de cerezos que un día me dijiste
me pregunto qué pasaría si estas personas
se dieran cuenta que mueren
cada vez que se alejan
y me quedo con el frío
y con mis muebles incómodos
Esta es una sala de espera
los verdaderos enfermos llegarán a la hora de visita.
TRAICIÓN.
Comenzaron a brotar flores en mi cabeza
carnívoras
dolorosas hormigas marchando sin prisa
cada una con mil historias
que me he negado a escribir.
Ahora devoran mi cuerpo
desbordan mi piel sobre ríos de lava
me reclaman
me enjuician y declaran culpable
me castigan explotando por los poros
como dolorosos partos epidérmicos
Son las palabras
y las he traicionado.
GÉNESIS
Cuando la rabia desborda
salpica sangre mierda semen
y esas cosas que ustedes llaman lágrimas
cuando la rabia comienza salpicar tinta
desgarra la hoja en blanco
en la herida se abre la boca
el dolor fecunda el espacio vacío
de las cicatrices nacen libros.
Currículo
de Adán Echeverría en Realidades y Ficciones – Revista Literaria Nº 26:
Email:
adanizante@yahoo.com.mx
EL APORTE HISTÓRICO EN LA
NARRATIVA
DE MANUEL MUJICA LAINEZ
María Amelia Díaz ©
En la década de 1980 ante los
avances de la lingüística, algunos académicos comenzaron a plantearse el
problema de que el relato histórico estaba en crisis y que su problema básico
era justamente la relación entre el discurso narrativo y la representación
histórica. Esta ruptura se haría evidente cuando las teorías sobre el discurso
disolvieron la distinción entre el discurso ficcional y el real.
Manuel Mujica Lainez |
Hayden White |
Paul Ricoeur |
Ambas comulgan en el relato, que
hemos definido como no objetivo, ya que toda obra literaria no fantástica, se
apoya siempre en un contexto al que también podemos denominar histórico.
Con el boom de la novela histórica
este debate se ha profundizado y podemos afirmar que muchas novelas poseen un
trasfondo verosímil que ha llevado a su autores a largas investigaciones
tendientes a sustentar la obra, estas investigaciones suponen la mayoría de las
veces una indagación y un trabajo de campo que se emparientan con el trabajo
del investigador histórico, con la diferencia de que a través del documento, el
historiador se somete a lo que en determinado momento sucedió y el novelista
puede moverse por el tiempo a su antojo haciendo además el aporte estético del
lenguaje.
Podemos afirmar entonces que la
diferencia entre el discurso de la ciencia histórica y el de la novela
histórica consiste en que en esta, la organización de los hechos es descriptiva
más que analítica y su interés primordial es el ser humano y no las
circunstancias en la cual la organización del material es una secuencia
cronológica centrada en el contenido, el resultado de una historia coherente.
Claude Bremond |
“.... De esta forma se trata más lo particular y específico que lo
colectivo y estadístico. La narrativa es una forma de escribir la historia pero
también está determinada y afectada por el contenido y el método”, dice Patricia Fumero en Historia y Literatura.
Patricia Fumero Vargas |
Cuando de novela histórica y valor
de la investigación para llevarla a cabo se habla, no debemos obviar que hubo
en nuestro país un escritor injustamente olvidado, o al menos ya no tan leído,
un escritor que figura escasamente en los libros de literatura
hispanoamericana, donde se repiten los nombres de Cortázar, Paz, Vargas Llosa,
Carlos Fuentes, Roa Bastos y García Márquez, es decir, los principales
exponentes del boom.
Manuel Mujica Lainez (Buenos Aires,
1910 - Córdoba, 1984), descendiente de un linaje patricio que remonta su
apellido a épocas coloniales, accedió a la historia a través de las anécdotas
familiares y fue alguien para quien esta ciencia obró como un material
literario mucho antes de que se produjera dicho boom de la narrativa histórica.
Alberto Ginastera |
En 1950 vuelve con “Misteriosa Buenos Aires”, obra que
contiene una serie de cuarenta y dos cuentos sobre Buenos Aires y sus
personajes que van desde la hambruna y antropofagia en la reciente ciudad
fundada por don Pedro Mendoza (1536) hasta la época de la organización
nacional. El ciclo termina en 1904 con la historia de la despótica señorona
arruinada que representa la caída de las clases aristocráticas. Desfilan en
esta obra, basada toda ella en la historia de nuestra patria desde sus raíces
coloniales hasta fines del siglo XIX, costumbres, leyendas, hechos históricos,
historias de seres humanos con sus virtudes y errores. Es una obra literaria
que demuestra un profundo trabajo de investigación y un conocimiento profundo
sobre los hechos históricos por parte del autor, combinado con una escritura
elegante y rica en léxico y semántica.
“La casa” (1954)
es el título de otra novela donde Mujica Lainez, asumiendo la primera persona,
cuenta la historia de una vieja mansión señorial construida a fines del siglo
XIX, un edificio de la calle Florida. Es este un libro que no puede ser
comprendido cabalmente fuera del contexto histórico-político en el cual fue
escrito, es la voz de la propia casa, lacerada por la demolición, jalonada por
hechos sociales y políticos, quien nos narra su historia, entretejida con las
voces de aquellos que la han habitado y las de los objetos que la pueblan.
Hubo en Mujica Lainez también un
interés por el período medieval europeo reflejado en obras como “El unicornio” donde la protagonista es
el hada Melusina, personaje de una antigua mitología europea, víctima de una
maldición por la que, todos los sábados, adopta cuerpo de serpiente y alas de murciélago.
Testigo de los avatares de la época de las Cruzadas, el hada sigue las
peripecias de su prole de Lusignan hasta la toma de Jerusalén por Saladino.
Como vemos también aquí, haciendo uso de un anticipado realismo mágico, aparece
la historia real.
Pero podemos decir sin lugar a dudas que el ciclo de narraciones en el género de la novela histórica erudita de Mujica Lainez culmina con éxito en “Bomarzo”.
Pero podemos decir sin lugar a dudas que el ciclo de narraciones en el género de la novela histórica erudita de Mujica Lainez culmina con éxito en “Bomarzo”.
“Bomarzo” es
una historia situada en el Renacimiento italiano narrada por un muerto, Pier
Francesco Orsini, un noble jorobado que dio nombre a los famosos y
extravagantes jardines italianos de Bomarzo. A través de esta novela se asiste
a la coronación de Carlos I de España, a la batalla de Lepanto, pasando por lo
poco edificante de las costumbres de papas y personajes de la época y los
crímenes de intriga palaciega.
Honoré de Balzac |
La obra dio argumento a una ópera
homónima cuya música pertenece al maestro Alberto Ginastera, con libreto
compuesto por el mismo Mujica Lainez. Se estrenó en Washington en 1967 y fue
prohibida por la dictadura militar, por lo que en la Argentina no se estrenó
hasta 1972.
Durante un agasajo a Manuel Mujica
Lainez, su colega Jorge Luis Borges afirmaba, “una de las misiones del escritor es la de rescatar el pasado”. En
efecto, la recuperación del pasado ha sido la mayor preocupación de este
prolífico y estudioso escritor argentino.
Rigor, investigación, conocimiento,
unidos a un exquisito vocabulario y un insuperable sentido de la estética han
legado a la literatura nacional las más bellas páginas descriptivas, a las que
suma su aporte la historia de hechos pasados, son premisas que consagran a este
gran escritor argentino. Sus obras transparentan el trabajo, el estudio en
profundidad y un método riguroso —que incluye el uso de documentación— de los
temas tratados.
Podríamos afirmar sin lugar a dudas
que en Mujica Lainez se cumple aquello que afirmara Balzac en cuanto a que la
novela “es la historia de la intimidad de
los pueblos”.
Bibliografía
Genette,
Gérard: Fiction et diction. París, Editions du Seuil, 1991,
capítulo 1.
Mujica Lainez, Manuel: Aquí vivieron. Buenos Aires,
Sudamericana, 1995.
Mujica Lainez, Manuel: Bomarzo. Buenos Aires, Sudamericana,
Colección Grandes Novelistas, 1962.
Mujica Lainez, Manuel: La casa. Buenos Aires, Sudamericana, 1975.
Mujica Lainez, Manuel: El unicornio. Buenos Aires, Sudamericana, 1969
Mujica Lainez, Manuel: Bomarzo. Buenos Aires, Sudamericana,
Buenos Aires, 1979.
Vázquez, María Esther: El Mundo de Mujica Lainez. Buenos Aires,
Editorial de Belgrano, 1983.
Stone,
Lawrence: The Revival of Narrative:
Reflections on a New Old History. Oxford University
Press, 1979.
White,
Hayden V.: The Content of the Form:
Narrative Discourse and Historical Representation. Baltimore, John Hopkins
University Press, 1987, IX.
Currículo
de María Amelia Díaz en Realidades y Ficciones - Revista Literaria Nº 15:
Email: mariaameliadiaz@hotmail.com
PUBLICAR PARA EL
PÚBLICO
Jorge Alberto Collao Galleguillos ©
El último atrevimiento iconoclasta que impulsó a los jóvenes
escritores chilenos en un ataque desenfrenado en busca de público, creo que fue
aquella tensión Bayly-Fuguet con el desenfadado MacOndo (1996), aunque podrá discutirse si el atrevimiento superó a
la literatura. O venía ya desde antes con los exitosos escarceos entre la
literatura y el cine con importantes autores chilenos (La muerte y la
Doncella , 1994; La Casa de los Espíritus, 1993; De Amor y de Sombra, 1994). O Machuca, 2004 (Brodsky-Wood) y en fin,
abriendo posibilidades a las exitosas rupturas del encasillamiento de géneros y
escuelas, para ir en busca del público masivo. Aderezado también más tarde por
el enorme éxito mundial de novelas llevadas al cine como El Señor de los Anillos (estrenada en 2002 como superproducción) o Harry Potter (estrenada 2001), sin duda
contribuyeron a crear un clima de posibilidades en el siempre inconforme gueto
de creadores locales, apiñados entre Santiago y Valparaíso. Y mientras la élite
de literatos chilenos andaba a los codazos disputándose el Premio Nacional de
Literatura —con polémicas aún no acabadas— Baradit obtenía el premio con Ygdrasil en 2005 (Premiado en España en
2006) y Marcelo Novoa lanzaba la antología en 2006 titulada Años Luz, y Francisco Ortega, que con Logia (2014), se convertía en
superventas dividiendo en dos este panorama mezquino y violento de la
literatura chilena que Brodsky describiera en Veneno, pero demostrando también que un grupo de autores podía
romper la norma y pasar directamente al público, sin la venia ni de las
editoriales ni de grupos sacrosantos. Así y todo, avalados por el enorme empuje
de las editoriales independientes, cada vez más profesionalizadas, y un grupo
de autores novedosos, entretenidos y accesibles —al menos en cuanto al lenguaje
de los nuevos medios se refiere, en las nuevas generaciones— comenzaron desde
cero, a ganarse un lugar casi de golpe (Meier, Baradit, Ortega, Muñoz
Valenzuela, Bisama, Amira, Zambra, etc.), demostrando que es una absoluta
estupidez encasillarse en un género, temática o soporte, pasando desde el
realismo psicológico, a la ciencia ficción, la novela histórica, el steampunk,
el cyberpunk, el space opera, la fantasía o la novela gráfica, y sirviendo de
inspiración a la eclosión de dos editoriales especializadas como son Puerto de
Escape, liderada por Marcelo Novoa, y Austrobórea, bajo la dirección de Aldo
Astete. Así, toda una nueva horneada de autores al alero de estas editoriales
(Rosselot, Muñoz Kaiser, Hatanatsuki, Deb, Hanning, Dracon, Briceño, Flores
Fica, Torres Salazar, Madariaga, Cortez, Bertelsen, Núñez Torres, Tejada
Urbina, M.L. Sandoval, Bustos Ponce, Collao, J.P. Coudeu, Evans, Riedeman,
Vargas Aguilera, Trabucco, Adam & Sven Schott, Salem Gesell, Páez, Espinoza
Bardi, el mismo Astete, en fin, varios más que inexcusablemente se me pudieran
escapar), han creado por lo menos, una densidad de textos que están produciendo
un fenómeno a mi parecer nuevo y muy interesante, en un país que grava al libro
con un impuesto que se empina cercano al 20%, logrando que por vías
inesperadas, nuevas generaciones se acerquen al fenómeno del libro mediado por
la gráfica, el comics, el cosplayer, las comi-con, la perfomance, de la mano de
fanzines, blogs, facebuqueo, donde se cuelan por cualquier intersticio de la
actual y compleja sociedad chilena, en la búsqueda de nuevas formas de dialogo
con el público, pero si pudiese adolecer este fenómeno de madurez literaria —si
se quiere— no se queda atrás en la manera de entender y generar industria, a
contrapelo incluso de las instituciones que dicen apoyar estos esfuerzos.
No sé ni tengo suficiente información de lo que ocurre en
otras latitudes cercanas. Argentina parece ser un fenómeno bastante similar, y
nos han llegado noticias también de Perú, Bolivia, Uruguay, Paragua, Ecuador…
de esa búsqueda de todos estos desprejuiciados autores ingeniándoselas
creativamente para acercarse a un público cada vez más hastiado de los mass
media, más empoderados de sus posibilidades con las nuevas tecnologías, cada
vez más dispuestos a probar y experimentar. A lo menos en Chile, el fenómeno
que parecía circunscrito a los centros culturales tradicionales —léase La Capital y la Quinta Región — se va
ampliando casi como una conspiración.
Así, a esto que llamo densidad de autores, se suma la
profesionalización cada vez más patente de las pequeñas editoriales
independientes, de los derechos y deberes de los autores —interesante es el
proyecto Tinta Negra en este sentido— y tratando de resolver ahora lo que
podría ser el tercer gran escollo de la triada autor-editorial-distribución,
antes de llegar plenamente a enormes públicos no lectores, que es,
precisamente, más y mejores canales de distribución, más allá de las cadenas de
librerías tradicionales. Las ferias de fanzines, las ferias del libro de
editoriales independientes, los lanzamientos imbuidos en cosplay y perfomances,
etc., intentan resolver este último escollo, para que se pueda hablar
propiamente tal de industria, aunque sea primigenia, aunque sea básica, pero
industria al fin. Y sabemos, finalmente, que será el público quien decidirá, y
en buena hora, a sus autores, y no la crítica elitizada ni las cofradías de
poder, grandes y pequeñas, quienes decidirán el panorama literario en este
futuro cercano, agobiado ya por la pobredumbre mezquina del poder, y la chatez
mediocre de los grandes medios de comunicación.
Currículo
de Jorge Alberto Collao Galleguillos en Realidades y Ficciones - Revista
Literaria Nº 27: http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com.ar/2016/12/realidades-y-ficciones-revista.html
Email: jcollao65@yahoo.es
JOSÉ GAOS: PASAJERO EN
TIERRA
Alberto Espinosa Orozco ©
I. PREÁMBULO
La obra de José Gaos se eleva al borde de nuestro horizonte
como una montaña soleada y como un recuerdo de las alturas a las que llegó
nuestra tradición filosófica en una época, a la que hoy día ni siquiera podemos
atrevernos a aspirar. [1] Por su conocimiento enciclopédico de la
historia de la filosofía, por su originalidad y autenticidad creadora, por su
reiterado e incansable aliento de ir a la médula, a la esencia misma del
filosofar, José Gaos representa la imagen misma de lo insólito, de lo
extraordinario, de lo escaso, de lo que no se da. Aún menos en nuestro medio
filosóficamente adolescente: al hombre de pensamiento puro empeñado en la
extraña tarea vocacional de construir un sistema, una casa al ser, de edificar
la arquitectura de la totalidad dando una solución antropológica al problema
cardinal de la Filosofía :
la infinita bóveda de la
Metafísica. Quiero decir que representa la asombrosa imagen
del filósofo auténtico: vasto, complejo, profundo, coherente e... inactual, que
lentamente madura una idea del mundo habitable por ese extraño ser histórico
que es el hombre. Realizando, a la vez, la entelequia de la palabra, de la
expresión verbal, de la esencia humana, a través de una biografía personal y de
una circunstancia (de un carácter y de una cultura), al dar razón de ser, describiendo,
analizando y explicando el dilatado imperio de lo que hay, hasta llegar a la
semilla y suelo fértil, al a priori mismo del ser humano y de su constitutiva
sed de trascendencia.
José Gaos |
José María Enrique Esteban Gaos y González Pola nació en
Gijón, España, un 26 de diciembre del año 1900 a las tres de la tarde; el
lugar, un primer piso de la calle de San Antonio, número 13, en cuyo bajo,
detalle acaso surrealista, había una paragüería. Murió el 10 de junio de 1969 a
las siete de la noche, a los 68 años de edad, en El Colegio de México,
presidiendo el examen del último de sus doctorados. Entre las dos abstractas
fechas y las mínimas circunstancias emblemáticas, se desarrolló el círculo
existencial de un hombre singular, que tuvo, nada menos, la capacidad de
expresión del mundo mediante la creación de una filosofía determinante. Lo
contrario, pues, al caos; pues mundo significa primariamente limpieza, orden,
belleza, organización, jerarquía. Garbanzo de a libra no dado a cada época, ni
siquiera a cada cultura. En los albores del centenario de su nacimiento se
vuelve imperativo volver a las aguas del manantial más claro de nuestra
tradición filosófica y empaparnos, otra vez, con las aguas cristalinas del
origen.
Gaos escribió una filosofía personal que es también un
sistema. Quiero decir que se trata de un dilatado programa filosófico
parcialmente realizado y abierto constitutivamente a su reelaboración —pues la
historia de la filosofía es, como actitud sistemática, una reiteración ab
initio de... lo mismo en el fondo; un perpetuo proyecto de reconstrucción,
reiterada constantemente por autoconcepción; tarea de interpretar, de
conformidad consigo mismo, toda la filosofía. Tal es su esencia o naturaleza
histórica inalienable. Lo cual entraña estar proyectada siempre al futuro, como
un horizonte de sentido, como un “más allá”, donde operar la reconstrucción ab
integrum del ser humano o de la esencia de las personalidades —como una “promesa”,
pues, de sistema.
II. ANTECEDENTES DEL SISTEMA
Georg W.F. Hegel |
Edmund Husserl |
José Ortega y Gasset |
En cuanto filósofo de la filosofía consciente de sí, Gaos
empezó a profundizar en una filosofía de la personalidad filosófica,
caracterizándola por su afán de trascendencia y de personalidad individual
absoluta —siendo la historia de la filosofía, y la historia en general, el
fenómeno de una metafísica personal. Gaos fue el primero entre nosotros en
tener plena conciencia de que la filosofía había llegado a un punto histórico
en la que tenía que dar razón de sí misma. El problemático supuesto filosófico
de la universalidad, de la unidad de la realidad universal, contrastante con el
hecho histórico de la pluralidad de las filosofías, es compuesto por Gaos en
una visión de la realidad tan plural como singular, donde la unidad lo es
justamente de una pluralidad —pues las personas somos en plural (con elementos
comunes y relaciones esenciales que nos unen). La realidad es, a la vez, una y
plural, sin contrasentido: pluralidad de realidades al ser para cada uno,
unidad de esa pluralidad al ser de nosotros. Realidad plural, pues, que ha de
contar con filosofías o cuerpos de pensamiento... plurales, para ser conformes
con ella, siendo la verdad plural e histórica o temporal —conforme con la
realidad de su tiempo y la pluralidad de las personas. [3]
El “historicismo-filosófico”
gaosiano es una filosofía más, consistente en el desarrollo del “sentido
histórico”: es la profundización de la sensibilidad y perspicacia para
comprender lo idéntico o semejante de la visión de un filósofo respecto a otras
filosofías, pero también lo peculiar de ella. Su filosofema cardinal: la
filosofía debe ser de la circunstancia y toda filosofía ha sido, es y será de
la circunstancia. Los temas de los filósofos han sido temas de sus
circunstancias y, en este sentido, circunstanciales. Se trata del empeño de ver
en las distintas filosofías expresiones de las distintas visiones del mundo,
peculiares por obra de la distancia temporal o histórica —pero tomando en
cuenta, y radicalmente, otras distancias: especialmente las irreductiblemente
personales (por lo que el “historicismo” gaosiano es, más que nada, un “personalismo-historicista”,
cercano al “perspectivismo” de su maestro Ortega).
El tan repetido “escepticismo” de Gaos distaba mucho de ser
total o extremo. Es cierto que en su “historicismo filosófico” puede
encontrarse un ingrediente relativista —concepto intermedio para concluir el
escepticismo de su visión historicista. Pero el escepticismo propiamente
consiste en la negación total (escepticismo extremo) o parcial (moderado) de la
verdad o el conocimiento de las filosofías.
Por lo contrario, el “historicismo” de Gaos, aunque en
efecto niega que una filosofía sea verdadera y todas las demás del todo falsas,
afirma claramente que todas son verdaderas, aunque solo lo sean en parte: en la
parte en que se presentan como verdad personal o “proposición” de la visión del
filósofo correspondiente. Simplemente, hecho de experiencia, porque la realidad
no se limita a lo idéntico o semejante de las visiones personales, sino que también
se integra de lo peculiar de las mismas —dependiendo del lugar histórico y ontológico
de las filosofías. Lejos, pues, del escepticismo (parcial o moderado), de ese
nómada que aborrece el asentamiento duradero. La posición de Gaos es un peñasco
de estabilidad y de quietud sustancial donde salvar en la filosofía y en el “historicismo”
la verdad: la conformidad de las proposiciones con la realidad propuesta por
ellas. En efecto, Gaos reconoce desde la verdad totalmente intersubjetiva de
las ciencias exactas, pasando por la verdad más o menos subjetiva de las
ciencias humanas, hasta la verdad personal, puramente subjetiva, de la
filosofía —en su región más cordial, la metafísica. Así, la perfección del “historicismo”
estriba en el reconocimiento de que entre filósofos no cabe sino el cambio de ideas
e impresiones, donde comprensión e incomprensión, acuerdo y desacuerdo serían
función de la cercanía o lejanía temporal, mental y cordial de las
personalidades. [4]
En congruencia con esa postura, José Gaos adoptó por esos
años el ideal filosófico del “liberalismo”. El liberalismo filosófico sostenido
por Gaos consistió en señalar concretamente la importancia de la convivencia de
las principales direcciones o escuelas de la filosofía dentro de la Facultad —amparándose en
la libertad de cátedra como primer principio de la UNAM. Principio y
convivencia a que no son afectas y favorables todas las filosofías. Solo le son
favorables las filosofías que implican una razón filosófica de antidogmatismo:
no solo de negativo respeto para toda divergencia (tolerancia), sino la positiva
estimación por la riqueza de la creación, por la diferenciación de las
creaturas, y de la que se desprende el imperativo de ayudarse mutuamente las
personas individuales y las personalidades colectivas a ser cada una ella misma
con toda la posible plenitud. [5]
En suma: rechazo al ideal de la “unidad de la filosofía”, de
pensar y ser lo mismo, de la “identificación” filosófica, desechando el
principio de la “unidad de la realidad” (parasitado por el gregarismo y la
voluntad de poder), y adopción de un querer lo mismo: la plurificación
filosófica, donde la voluntad de entenderse permita en cada uno atisbar lo
irreductible de cada otro, comprendiendo con ello la pluránime naturaleza
humana, el valor de la riqueza del universo y de las personalidades
individuales y colectivas, dando lugar a la expansión de la idea de la realidad
y del ánimo filosófico —ideal donde radica el progreso histórico y el
significado cultural de la filosofía misma.
Sin embargo, Gaos nunca perdió de vista el principio de
razón filosófica, el imperativo de dar razón de todo, en especial del hombre,
de su naturaleza o esencia, especialmente de las “exclusivas del hombre” —grabadas
con un destino histórico. Nunca vio en el hombre un existente meramente de
hecho, sin razón de ser, sin sentido, un ser contingente e irracional, sujeto a
la facticidad pura, sujeto a la posibilidad de ser de otra manera, de ser otro,
de no ser (“existencialismo”). Por el contrario, buscó infatigablemente un tipo
de hombre más humano, donde en la dignidad y nobleza de las esencias se
revelara la necesidad de ser el mismo, de ser (“esencialismo”). Gaos se confesó
repetidamente como un preexistencialista: “No
soy un existencialista de hueso colorado” llegó a formular alguna vez
irónicamente. Era más bien un “esencialista-existencial”, o un “racionalista-situacional”.
Como su maestro Ortega, que se anticipó no solo al existencialismo, sino al
estar de vuelta de él (“ni vitalismo, ni racionalismo”), Gaos puso su distancia
al existencialismo profesando una doctrina de la naturaleza humana como
perpetuo oscilar entre contrarios extremos. El hombre: ser oscilante entre el
ser y la nada, entre la esencia y la existencia. [6] En efecto, cada
cual va confeccionando en su individual existencia su esencia —en la que circularmente
cada cual va decidiendo su existencia. Como buen fenomenólogo, Gaos se dio a la
tarea de describir esencias, especialmente la esencia humana —desde su posición
histórica personal (de acuerdo a la “momentaneidad” de la filosofía). Pero esta
tarea la llevó a cabo a partir de un “eclecticismo” esencialista-existencial,
que halla su perfección al concebir al hombre con las dos categorías opuestas y
complementarias, en una filosofía del hombre forzosamente esencial-existencial.
[7]
III: EL SISTEMA: ESTRUCTURA Y UNIDAD
Martin Heidegger |
Aristóteles |
Immanuel Kant |
Desde esta perspectiva el sistema de Gaos realiza una “nueva
crítica de la razón pura”, cuya posición no solo es “existencialista” por la
concepción de la individualidad del sujeto, sino también “rekantiana” por la
idea de que la Metafísica
(hecha para Kant de una ilusión trascendental de uso regulativo que fuerza al
sujeto a un uso tan constitutivo como paradójico) no puede ser ciencia. En
efecto, la única filosofía hacedera “a estas alturas de la historia” debe
rechazar los sistemas del universo en lo que tienen de
metafísico-seudocientíficos, o en cuanto a sus pretensiones de objetividad, pero
no en lo que tienen de fenomenología, razones del corazón, ciencia conducente
al ideal del “liberalismo filosófico” (única comunión estimada como unanimidad
valiosa) y visión metafísica entendida como visión sistemática de conjunto,
llevada a cabo por un solo hombre y presentada como “confesión personal” de
verdad absolutamente subjetiva.
Johann Gottlieb Fichte |
La antropología filosófica se presenta entonces como la
única forma de metafísica a la altura de los tiempos, consistente expresamente
en la explicación de la metafísica por la constitución del hombre. Se trata de
una vuelta peculiar a la metafísica que, por el camino de la fenomenología,
intenta, con un especial cuidado “moderno”, no desligar nunca un problema
concreto de todos los demás problemas, mostrando en sus implicaciones mutuas
que tienen un sentido, dando razón de su sentido metafísico. Se trata, justamente,
de la arquitecturación de las “exclusivas del hombre” derivables de su esencia,
entendidas como una serie de fenómenos que encuentran copiosamente los unos en
los otros su razón de ser (psicológica, sociológica, histórica, etc.). En
efecto, la antropología filosófica no es sino la teoría o el desarrollo de la
definición de la esencia del “hombre” y de las “exclusivas” derivadas de ella.
De acuerdo con la tradición, el hombre es definido como “animal
racional”, donde lo propiamente diferenciante y deslindante de la esencia
humana es la razón —que tiene su entelequia en la filosofía. Esto hace de la Antropología Filosófica
gaosiana una teoría de la razón —razón que no se da sino como pensamiento de un
sujeto expresado verbalmente por esencia a otros sujetos, por lo que hay que anteponer
a esa teoría una fenomenología de la expresión verbal —que se completa y
extiende hasta la mímica.
Lo que la esencia de la fenomenología de la expresión mímica
mostrará es que esta es un órgano articulador de situaciones de convivencia
entre sujetos y destinatarios, cuya función es la de comunicarse sus estados de
ánimo (emociones y mociones) —primera constitución de la estructura “metafísica”
de la realidad. Por su parte, la fenomenología de la expresión verbal (que
desarrolla toda una filosofía del lenguaje de la enunciación, exclamación,
interrogación, imperativo, y de las expresiones afirmativas y negativas)
muestra que estas son órganos articuladores de convivencia de los sujetos con
los objetos —por intermedio de los conceptos.
La fenomenología de la expresión verbal, unida a la idea de
que la filosofía debe partir de los textos mismos de la disciplina, conduce a
una teoría de los objetos (surgida a partir de la clasificación de las partes
de la oración) y esta a una teoría de los conceptos correspondientes —con lo
cual se tiene una primera armazón de los conceptos integrantes del pensamiento
discursivo, es decir, de un primer sentido de la razón. La teoría de la razón
avanza, a partir de este punto, hacia el orden jerárquico de los conceptos,
donde se destacan las categorías como los géneros sumos (trascendentales y “existenciarios”
del hombre) —segundo sentido de la razón entendida como facultad de aplicar las
categorías. Las categorías de las obras absolutamente culminantes de la historia
de la metafísica son, de acuerdo con Gaos, los conceptos de ente, existencia y
esencia, sustancia, indefinido e infinito. Con lo que el análisis descubre las
categorías negativas, que llevan a entender la razón en un tercer sentido: como
la facultad de negar con conceptos. Y aun en un cuarto sentido: como la
facultad de concebir lo infinito, o facultad de lo infinito, que es la facultad
de concebir a Dios. La definición del hombre por la razón entraña una teoría de
la razón crítica, que tiene que examinar los conceptos principales de la
historia de la metafísica —explicados en relación con la constitución del
hombre.
El análisis riguroso de esos conceptos lleva al punto final
de la teoría: dar razón de lo que la fenomenología describe. En efecto, la
filosofía consiste en dar razón del ser, dando razón de la existencia de los
entes. Así, si la objetivación es la función del concepto, la filosofía puede
dar razón de los conceptos positivos por los objetos correspondientes
(empirismo y realismo de los conceptos positivos). La existencia se revela por
estar presentes los entes ante un sujeto. Pero el punto fundamental de la
filosofía es dar razón de la existencia de los entes que no existen siempre o
pura y simplemente no existen: es la inexistencia de tales entes lo que mueve a
pedir y dar razón de la existencia de sus conceptos; se trata de un problema no
de la ontología, sino de la meontología, la cual se revela como la metafísica
fundamental. En el otro gozne jerárquico de las categorías lo mismo pasa con el
concepto de infinito o de existencia indefinida o infinita —concepto incomprensible
que acaso se concibe para eludir la incomprensibilidad del paso o relación
entre la inexistencia y la existencia, y entre la existencia y la inexistencia.
Como quiera que sea, los conceptos negativos (inexistencia,
nada) no tienen objeto propio, sino que son conceptos con los que concebimos
objetos concebidos con otros conceptos como inexistentes. Mientras que el
concepto de infinito tiene por objeto propio un objeto concebido como no
pudiendo ser objeto de experiencia posible (como en general los conceptos de
objetos metafísicos). La teoría radical de Gaos estriba en considerar que los
conceptos negativos en general y los objetos metafísicos en general, no pueden
tener su origen o fundamento (su razón de ser) en la presencia o presentación
de estos objetos en la experiencia, por lo que deben tener su origen y
fundamento (su razón de ser) en los motivos íntimos del sujeto humano que los
piensa, es decir, en la constitución moral del sujeto. La constitución del
sujeto que mueve a pensar tales conceptos, no es la racional o intelectual,
sino su naturaleza irracional afectiva y activa (idealismo emocional y mocional
de los conceptos negativos y metafísicos).
Gaos plantea la génesis erótica y misológica de los
conceptos de infinitud e inexistencia. En efecto, el amor motiva la volición de
la satisfacción, del bien de lo amado —que es aquella persona en cuyas
satisfacciones están las propias. Cuando el amor es suficientemente intenso
motiva la volición de la felicidad infinita —volición que requiere pensar el
concepto de infinitud... de la felicidad o estado de satisfacción infinita de
lo amado, tanto entitativa como existencialmente. Por su parte la negación no
es simplemente una forma de contemplación, sino una actitud, en el sentido de
una conducta práctica, un acto negativo de la voluntad. En su extremo de rencor
o resentimiento el sentimiento de odio motiva la volición de insatisfacción,
del mal de lo odiado (aquella persona en cuyas satisfacciones están las propias
insatisfacciones, o en cuyas insatisfacciones están las propias satisfacciones).
Cuando es lo suficientemente fuerte motiva la volición de infelicidad absoluta,
de aniquilación de lo odiado, aunque sea solo in mente —lo que requiere pensar
el concepto de inexistencia de lo odiado.
Así, la volición de la existencia del Bien infinito estará
motivada por el amor a los existentes, que mueve a querer el bien infinito de
ellos, pudiendo concebir a Dios. Por el contrario, la volición de la existencia
del Mal (de la inexistencia de Dios) estaría motivada por el odio a los
existentes, que mueve a querer la inexistencia de ellos, pudiendo concebir la Nada. En conclusión: si
no fuésemos los sujetos de amor y de odio que somos (de satisfacción e
insatisfacción, de bien y mal que somos), jamás hubiésemos concebido las
categorías cardinales de la razón pura, ni seríamos los seres racionales, puros
y prácticos, que somos. Pero el antinomismo del amor y el odio (del bien y el
mal) es un hecho radical, un fenómeno último del que ya no se encuentra razón
que dar. El vivir como bienes o males la existencia o inexistencia de unos u
otros entes, y radicalmente del propio, o el vivirlo todo bajo la forma de
irracionales motivos de preferencia, de amor u odio a la presencia o ausencia
de unos u otros entes, constituye la forma a priori, el humus fundamental, el
suelo irreductible del hombre.
El sistema gaosiano es el de un irracionalismo antinómico
entre realismo e idealismo. Su núcleo: la consideración de que la filosofía, en
tanto sistema del pensamiento, es el ápice de la razón humana... pero la razón
estaría motivada por lo irracional del hombre. En efecto, la filosofía no se
profesa, o se deja de profesar, sino por motivos irracionales. Gaos sostiene
una idea de la filosofía cuya más honda raíz radica en la idea de que la metafísica,
entendida como concepción del mundo, se halla enlazada y fundamentada con los
conceptos clave de la vida moral. En efecto, dependiendo de la idea que nos
hagamos del mundo, nuestro comportamiento en la vida —y acaso, conversamente,
dependiendo de nuestra posición moral en la vida, nuestra concepción del mundo.
Así, la filosofía de Gaos toma la forma metódica y sistemática requerida por
una verdadera filosofía, asumiendo la tesis de la subjetividad de toda
filosofía —tesis que pretende ser objetiva.
Esta filosofía tiene la grandeza y las implicaciones
comparables solo a las más imponentes arquitecturas metafísicas sistemáticas, a
las más conspicuas “fábricas del mundo”, como las de Aristóteles, Tomás de
Aquino, Kant o Hegel —y es incomparable con los esfuerzos de la filosofía
actual que, por su ambición de ser científica, de ser humildemente solo
ciencia, o no ofrece una “promesa” de sistema, disolviendo a la filosofía en
las disciplinas particulares, o la ofrece de modo equívoco (inconsciente) o
vergonzante. La filosofía gaosiana puede leerse, en efecto, como una nueva
crítica de la razón pura donde, a partir de principios, se intenta decidir la
posibilidad o imposibilidad de una metafísica general, señalando las fuentes
como la extensión y los límites de la misma. Crítica, pues, que desemboca en
una filosofía de la negación, en una filosofía de la religión y en una
metafísica —de verdad personal. La posición de Gaos en su sistema es
consecuencia y expresión de reconocer fundamentalmente a la filosofía todo lo
que tiene de idea o visión personal del mundo, de confesión personal, dimanante
de la realidad radical de la persona y de la personalidad del filósofo —conforme
con una realidad objetiva que... incluye al sujeto.
Por otra parte, el motor de la filosofía estaría cifrado así
en la compleja actitud sentimiental de la soberbia, que es una pasión
contradictoria: por un lado, visión total del universo, por el otro,
exclusivismo de esa visión.
También anhelo de una personalidad absoluta —con paradójica
tendencia de renuncia a ella. La magna visión gaosiana de la filosofía
(filosofía de la filosofía) no puede menos que ingerir en su momento una
sociología del saber filosófico y una antropología caracteriológica que devela
una “metafísica personal”: la del filósofo como el extremo de la humanidad en
que este pone a prueba el afán de trascendencia, de superhumanidad (y de
superhombría), en algún sentido de deificación. Prueba que, al someterlo a los
ácidos corrosivos de su limitación, al fuego combustible de su finitud, lo hace
retroceder, fijándolo a un centro más estable de la persona —proporcionando su “ensayo”
una experiencia regulativa de la humanidad.
Heredero de una casa de acreditada alcurnia, la concepción
metafísica de Gaos implica algo que aterra al pseudoindividuo socializado de la
modernidad: el abandono de una verdad universal (apelmazadora de masas), que
arroja a la verdad personal, a la soledad ontológica, y que obliga a hacerse
responsable de sí, por sí solo, ante el misterio del universo. [10]
Notas
[1] La mayor parte de la obra que dejó Gaos, inédita a su muerte, está
publicándose en la colección de sus Obras
Completas por la UNAM.
Entre otros libros y múltiples notas, aforismos,
fenomenologías, cartas, etc. por darse a la estampa, habría que destacar su Tratado de meontología, la Metafísica de nuestra vida, El siglo del esplendor en México, Jornadas filosóficas, las Lecciones
de metafísica (perdido), un libro sobre Las
relaciones de 1968, diversos ensayos circunstanciales y doctrinales (como la Prosopopeya del filósofo), así como sus copiosas Monadologías y Reflexiones de fin de
año. Hay que señalar, empero, que otros de sus manuscritos han sido dispersados
o destruidos por manos réprobas.
[2] Luis Villoro: El valor y el
poder. México, FCE, 1998.
[3] José Gaos: La filosofía actual y
el personismo” (1940), en “Filosofía de la filosofía e historia de la
filosofía”. Obras Completas, México,
UNAM, 1987, volumen Vil.
[4] José Gaos: ¿Es el historicismo
relativismo escéptico? (1947), en Discurso
de Filosofía, Xalapa, Universidad Veracruzana, 1959.
[5] José Gaos: Los transterrados
españoles de la filosofía. Revista Filosofía y Letras Nº 36,
octubre-diciembre 1949.
[6] El yerro de considerarlo un existencialista se fraguó a partir de la
idea de que quien expone con preferencia e insistencia, con afán de comprensión
y justifica una filosofía, la profesa como la verdad. Las filosofías que, por
su importancia histórica, Gaos difundió y expuso en la cátedra, en la
traducción y en la crítica por escrito, especialmente la de Heidegger, no eran,
evidentemente, su filosofía. Véase José Gaos, Los transterrados españoles de la filosofía.
[7] José Gaos: Existencialismo y
esencialismo (1943). Obras Completas,
México, UNAM, 1987, volumen Vil.
[8] Fernando Salmerón: Introducción a
la filosofía de Gaos. Diánoia – Revista de Filosofía, 1990.
[9] José Gaos: Curso de antropología
filosófica. Diánoia – Revista de Filosofía, 1958 (también en Discurso de filosofía, Universidad
Veracruzana, 1959).
[10] José Gaos: La vida intelectual -
El tapiz por el revés (1962), en De
antropología e historiografía. Universidad Veracruzana, 1967. págs. 278 y
279.
Currículo
de Alberto Espinosa Orozco en Realidades y Ficciones - Revista Literaria Nº 27:
Nuevos colaboradores
JORGE ALBERTO COLLAO GALLEGUILLOS
Nació en La Serena en 1965. Estudió
Licenciatura en Educación en Física y Química en la Universidad de La Serena , y Análisis Químico
Industrial en la
Corporación Santo Tomas, La Serena. Actualmente
se desempeña como Administrador de Contrato para Empresa Alfred H. Knight Chile
Ltda., para TECK CDA. Ha obtenido los premios Concurso de Poesía Interliceos,
Concurso Nacional Silvia Villaflor Rivera de la SECh IV Región, Concurso
DDHH IV Capitulo en poesía y Cuento, Primer Lugar Concurso Nacional Festival
Todas Las Artes en Poesía, Concurso Gobernación Marítima de Los Vilos, Concurso
Poesía Corporación Santo Tomas. Además, parte de su obra poética fue Publicada
en la Antología
“Cuatro Poetas y sus Libros” en 1999
por el Fondo de La Lectura
y el Libro. Es miembro de la red Poetas del Mundo, y de REMES. En 2014 lanza su
primera novela de especulación científica “Aunque
tal vez solo seamos los dioses de las hormigas” a través de la Editorial especializada
Puerto de Escape, con lanzamientos en la Biblioteca de Santiago, Castillo Wulff en Viña
del Mar, y Edificio de recepción de Cruceros en Coquimbo, además de participar
en coloquios, presentaciones, y charlas en La Casa de la Cultura de España en Santiago, La Feria del libro de Coquimbo
2015, y la XXX Feria
del Libro de la Serena
2015. Asimismo, ha escrito ensayo y critica para las revistas Escarnio,
Critica.cl, El Hablador (Perú), Poemas y Relatos, Cinosargo, Añañuca, El Mundo
al Instinto, etc. Poeta, dibujante, dibujante de historietas, ha escrito
cuentos, microcuentos, cuento breve, ensayo y crítica, reseña de libros, que ha
publicado esporádicamente a través de la red en distintas iniciativas de
difusión cultural.
ALBERTO
ESPINOSA OROZCO
Nació en Mérida y reside en Victoria (Estado de Durango),
México. Ensayista y poeta. Docente. Estudió Maestría en Ética en la Universidad Nacional
Autónoma de México (USAM) y en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda ”. Profesor de
artes plásticas. Coordinador general en Terranova Durango. Obtuvo el segundo
puesto y mención especial en el III Concurso de Poesía de El Boulevard
Encantado (2014), en México. Colabora en diversos medios literarios.
REALIDADES Y FICCIONES
—Revista Literaria—
Nº 27
— Diciembre de 2016 — Año VII
ISSN 2250-4281
Exp.
5316576 del 20/10/2016, Dirección Nacional del Derecho de Autor / República
Argentina.
Av. Libertador 6039 (C1428ARD)
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Currículo en Suplemento de RyF Nº 56:
Colaboradores
Noelia Natalia Barchuk Löwer
Resistencia (Chaco), Argentina
alfana79@hotmail.com
http://noelia-barchuk-literatura.blogspot.com.ar/
alfana79@hotmail.com
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Currículo en Suplemento de RyF Nº 72:
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Mónica Villarreal
Scottsdale (Arizona), Estados Unidos
Monterrey (Nuevo León), México
@mon_villarreal
Currículo en revista RyF Nº 17:
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Benítez (poesía)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
(Currículo
en http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com.ar/2015/03/suplemento-64-realidades-y-ficciones-en.html
- Suplemento Nº 64)
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Martín (Pcia. Buenos Aires), Argentina
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Agustín
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México
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Unidos
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Goya
Gutiérrez Lanero
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Panamá
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Maximiliano
Reimondi
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Livia
Díaz
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Pablo
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José
Antonio Cedrón
Buenos
Aires, Argentina / Cuernavaca, México
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Echeverría
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Jorge Alberto Collao Galleguillos
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en Realidades y Ficciones Nº 27)
Alberto Espinosa Orozco
Victoria de Durango (Durango), México
(Currículo
en Realidades y Ficciones Nº 27)
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