REALIDADES Y
FICCIONES
—Revista
Literaria—
Nº 63 – Septiembre
de 2025 – Año XVI
ISSN 2250-4281 – Edición trimestral
si escribe a zab_he@hotmail.com
indicando nombre y apellido, ciudad y país
(se le avisará cada nuevo número trimestral).
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“Owl” Mónica Villarreal, 2025 (Mixta sobre tela, 10" x 8") |
Sumario
• “Carpe diem: puntos de vista”. (Fernando Sorrentino)• “Escaleras al mar” de Trinidad Casas. (Anna Rossell)
• “Mecanismo destinado al simulacro”: mucho más que homenajes. (Luis Benítez)
• Secretos de Buenos Aires: La habitación de Federico García Lorca. (Antonio Las Heras)
• Reseña de “La historia sin fin” de Eva María Medina. (Stefania Agoglia)
• Enrique Jaramillo Levi: «Sin escribir, moriría». Entrevista por Roberto Pérez-Franco.
• El Cantar de los cantares, la Biblia y la censura. (Héctor Zabala)
Nuevos colaboradores de Realidades y Ficciones:
Stefania Agoglia, La Matanza (Provincia de Buenos Aires), Argentina
Roberto Pérez-Franco, Chitré, Panamá / Melbourne, Australia
CARPE DIEM: PUNTOS DE VISTA
Fernando Sorrentino ©
En el siglo I (a.C.) el poeta romano Horacio escribió Carpe diem, quam minimum credula postero, lo que significa, en modo lato, algo así como “Aprovecha el día, y no confíes demasiado en el futuro”.
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Quinto Horacio Flaco Venusia, 8-12-65 a.C. - Roma, 27-11-8 a.C. |
Consejos dulces y vaticinios tristes
Ambos se dirigen, cada cual a su manera, a una muchacha describiendo sus hermosos atributos físicos actuales: rostro, ojos, cabello, cuello, frente, labios…
Una vez que Garcilaso ha enumerado, con sabia serenidad, los bellos atributos de la mujer, consigna la exhortación a aprovecharlos ANTES QUE el paso del tiempo haga estragos en su beldad:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado…
Al mismo procedimiento recurre Góngora, aunque con vena más hiperbólica y tremendista, pues su ANTES QUE va más allá de la decadencia física y se extiende hasta la total aniquilación, con el contundente nada que da fin a su soneto:
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Haciendo deliberada abstracción del aciago pronóstico con que Garcilaso y Góngora concluyen sus poemas, podemos decir que, al menos, hay cierta “buena onda” en la actitud de aconsejar a la joven que aproveche el momento presente, ANTES QUE …
Mirada severa y vaticinios tristes
En cuatro de sus primeros tangos Enrique Cadícamo (1900-1999) desarrolla una especie de, digamos, anticarpediemismo.
Pues, a diferencia de los dos clásicos españoles, se halla lejos de elogiar el carpe diem adoptado como estilo de vida por cuatro despreocupadas señoritas. Veamos…
Che papusa, oí (1927). Una chica terrible:
Milonguerita linda, papusa y breva,
con ojos picarescos de pippermint,
de parla afranchutada, pinta maleva
y boca pecadora color carmín,
engrupen tus alhajas en la milonga
con regio faroleo brillanteril
y al bailar esos tangos de meta y ponga
volvés otario al vivo y al rana gil.
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Luis de Góngora Córdoba, España 11-7-1561 - 23-5-1627 |
Pero debería pensar en el futuro y no dejarse seducir por el presente, puesto que
Si entre el lujo del ambiente
hoy te arrastra la corriente,
mañana te quiero ver…
Esta Callejera (1929) es apostrofada:
Esos trajes que empilchás
no concuerdan con tu cuna,
pobre mina pelandruna
hecha de seda y percal.
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Garcilaso de la Vega Toledo, ¿1491?-1503 - Niza, 14-10-1536. |
Y, no conforme con ello, se le pinta un futuro atroz:
Despilfarrás tentación,
pero también, callejera,
cuando estés vieja y fulera
tendrás muerto el corazón.
Seguí nomás, deslizá
tus abriles por la vida,
fascinada y engrupida
por las luces del Pigall,
que, cuando empiece a tallar
el invierno de tu vida,
notarás arrepentida
que has vivido un carnaval.
Muñeca brava (1929). Reproches sobre el alegre presente:
Tenés un camba que te hace gustos
y veinte abriles que son diqueros,
y muy repleto tu monedero
pa’ patinarlo de norte a sud…
Te baten todos “Muñeca Brava”
porque a los giles mareás sin grupo.
Y pronóstico sobre el infausto futuro:
Meta champán, que la vida se te escapa,
Muñeca Brava, flor de pecado…
Cuando llegués
al final de tu carrera,
tus primaveras
verás languidecer.
Pebeta de mi barrio, papa, papusa,
que andás paseando en auto con un bacán,
que te has cortado el pelo como se usa,
y que te lo has teñido color champán.
Que en los peringundines de frac y fuelle
bailás luciendo cortes de cotillón.
El funesto porvenir:
Pensá, pobre pebeta, papa, papusa,
que tu belleza un día se esfumará,
y que, como todas las flores que se marchitan,
tus locas ilusiones se morirán.
El mishé que te mima con sus morlacos
el día menos pensado se aburrirá
y entonces, como tantas flores de fango,
irás por esas calles a mendigar…
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Enrique Cadícamo Gral.Rodríguez, 15-11-1900 - Buenos Aires, 3-12-1999. |
Todo es según el color…
Garcilaso y Góngora, en lugar de recriminarles sobre el disfrute de la juventud, exhortan a las muchachas a hacer precisamente lo que están haciendo, ANTES QUE…
Por el contrario, Cadícamo opina que, puesto que el futuro será nefasto, las jubilosas damas tendrían el deber de no dejarse seducir por los actuales placeres del carpe diem.
ESCALERAS AL MAR
Anna Rossell ©
Se dice que en poesía está todo dicho, que hay que buscar lenguajes nuevos. Y si bien ello es meta encomiable y necesaria, no es cierto que todo esté dicho en poesía. Nunca lo estará.
Los temas son universales; pertenecen al eterno universo humano, pero el modo de decirlos pertenece al individuo: es irrepetible.
Solo lo auténticamente sentido es capaz de producir la imagen nueva que emociona. Porque solo transmitimos de piel a piel lo que verdaderamente somos. El lenguaje poético ofrece diversos registros para generar sabiduría y belleza. Ninguno de ellos excluye la calidad. La clave está en la autenticidad. La construcción forzada constituye el polo opuesto.
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Trinidad Casas |
Dividido en tres partes, Los pájaros de la inocencia, Salir a la lluvia y Derrotas y esmeraldas, la poeta rememora su niñez a lo largo del poemario. Aunque no exclusivamente, Escaleras al mar parece surgir de la necesidad de la voz poética de revivir la infancia, la infancia sencilla, pero emocionalmente rica, de una niña libre en parajes preñados de la sensualidad de olores y la calidez de las vivencias, que han dejado una huella profunda e imborrable. Recorre el poemario la nostalgia contemplativa, ausente de pena casi siempre, la certeza de haberse forjado en un tiempo feliz.
Y la felicidad se manifiesta en lugares que en su acepción más común relacionamos precisamente con su carencia: en la soledad y en el silencio, por ejemplo: «Me levantaba temprano / para estar sola. / En esa quietud del alba / las cosas se descubrían / ante mí, únicamente. / El silencio con cara de niño / y la playa solitaria de invierno / me acogían. Yo era paisaje.» (Hija de la soledad). Sin expresarlo directamente, Casas reivindica la vida en expansión en el medio natural como un derecho, un azul que no se agota en los veranos de la serie televisiva de los años ochenta del siglo pasado, y la libertad infantil como una necesidad para el pleno desarrollo de los niños, lejos del permanente control de los adultos: «Cuando acababa el verano, / las casas abandonadas / tenían un aire de melancolía. / En los jardines vacíos crecían, / sin rumbo, hierbas y matorrales. / Entonces, / octubre olía a mandarinas. // […] // Un caserón oscuro y vacío, / con su misterio dentro, / nos hacía sentir protagonistas / de Enid Blyton. / […].» (Inviernos azules).
Y si bien la rememoración de la niñez no es el único tema del poemario, los poemas que no atañen directamente a ella parecen ser su fruto indirecto. Como cuando el sujeto poético rinde sentido homenaje a quien supo conmoverlo. Así dedica A Manuela, in memoriam: «Nació al olor del pan / amasado con agua del pozo, / cocido con ramas de olivo y de encina. // […] // En aquellos años de escasez / me regalaba melocotones / de olor profundo y aterciopelado / que sabían a tardes de estío. // […]» (Faro). Y manifiesta devota admiración hacia la gente sencilla, víctima inocente de la historia: «Desposeída de todo, / pasó su infancia en un nido de ametralladoras, / refugio en otro tiempo / de estrellas envenenadas / que caían desde un cielo / sin piedad. // […]» (Todavía).
También los haikus clásicos (5-7-5) que intercala en cada una de las tres partes del poemario parecen impregnados de los aprendizajes de la niñez, aunque capturen momentos del presente en el que se expresa la voz poética o sean instantáneas atemporales: «Olía a lilas / aquel día azulado / cuando soñabas. // […] // Las golondrinas / huelen a primavera / que siempre llega. // […]» (Con promesas de lirios). O bien: «[…] // La flor enseña / palabras esenciales: // Vivir, morir. // […] // Solo deseo, / como flor de cerezo / palabras blancas. // […]» (Hanami).
Escaleras al mar nos invita a un viaje plácido a un tiempo feliz en el que solazarnos sin prisas. Como en todo viaje que merece la pena, hacerlo nos incita a detenernos a menudo en el camino para dejar reposar las imágenes que suscita.
Sin duda es en los poemas que remiten directamente a la infancia donde radica la mejor poesía de Casas.
Casas utiliza el verso libre y el haiku; la prosopopeya y el símil son, entre otras no tan frecuentes como la sinécdoque, figuras retóricas de su preferencia.
Acompaña el poemario un prólogo de Ana Isabel Camacho, también poeta.
“MECANISMO DESTINADO AL SIMULACRO”: MUCHO MÁS QUE HOMENAJES
Luis Benítez ©
La Municipalidad Metropolitana de Lima, Perú, editó el poemario “Mecanismo destinado al simulacro” [1], del escritor, investigador literario y editor Daniel Rojas Pachas, actualmente radicado en Bélgica.
La originalidad y el muy buen manejo de nuestra lengua distinguen, prima facie, a esta flamante entrega del autor limeño, aunque sus méritos no se detienen allí. El breve pero condensado volumen en cuestión consiste en quince poemas titulados con los nombres de algunos de los más destacados poetas peruanos, de cuyas obras y figuras Rojas Pachas sabe extraer medularmente los puntos de partida para desarrollar un discurso singular, pleno de referencias y planos, detalle donde se alternan el verso libre y la prosa poética, para abarcar un universo de significados que trasciende —y mucho— el mero homenaje, la alusión o la paráfrasis.
Una característica biográfica, muy conocida o no; la evocación puntual de algún título del autor referido por el título; la anécdota real o imaginaria —en terrenos genuinamente literarios, lo mismo da—, así como el hábil empleo de la ironía más ajustada a los fines del conjunto, le permiten a Daniel Rojas Pachas proyectar cuanto dice acerca de individualidades sobre la pantalla común de la especie, universalizando el contenido de cada verso.
Rojas Pachas acciona poema tras poema sus menciones a cada autor como fichas en un juego múltiple, ya que cada texto se eslabona con los demás y va modificando lo anteriormente expresado a la vez que anticipando lo siguiente. En esta construcción fractal, el conjunto adquiere una dimensión mucho mayor, que derrama sus ondas hasta construir un universo que definitivamente trasciende los límites supuestos de cada página tematizada. No es un menudo logro el alcanzado y, sin embargo, no cabe soslayar que la polifonía desatada por Mecanismo destinado al simulacro jamás se pierde en ecos impensados. Por el contrario, la estructura general sugiere y confirma inmediatamente que se trata de un orden premeditado y concienzudamente llevado a cabo en la escritura, la “aventura del orden” que marcaba como de su preferencia Jorge Luis Borges.
Se trata de un trabajo literario que no puede ser obviado por el lector, a riesgo de perderse la oportunidad de acceder a una de las novedades más valiosas que nos depara, hasta la fecha, el corriente año.
Párrafo aparte para el buen tino de la Municipalidad Metropolitana de Lima, que pone al alcance de todos los interesados este volumen poético, accesible desde el link correspondiente (ver nota 1). Sintetiza la entidad editora su propósito en un párrafo concluyente incluido en la introducción a la obra: “La Municipalidad de Lima, a través del programa Lima Lee, apunta a generar múltiples puentes para que el ciudadano acceda al libro y establezca, a partir de ello, una fructífera relación con el conocimiento, con la creatividad, con los valores y con el saber en general, que lo haga aún más sensible al rol que tiene con su entorno y con la sociedad”.
El autor
Ha recibido los siguientes premios y reconocimientos: Premio del Concurso de Cuentos de la Universidad de Tarapacá - Cuadragésimo aniversario Departamento de Español, 2007; Concurso internacional de Poesía Erótica: Bendito sea tu Cuerpo, 2008; Beca de creación literaria del Fondo del Libro y la Lectura, Ensayo, 2008; Concurso de Poesía de la revista Internacional Heptagrama, 2010; Beca apoyo a tesis de postgrado en Chile o el extranjero -Maestría. Otorgado por el Ministerio de las Culturas, las artes y el patrimonio de Chile, 2010; Premio de poesía de la Fundación Pablo Neruda - Predicar en el desierto 2013; Beca apoyo a tesis de postgrado en Chile o el extranjero -Doctorado. Otorgado por el Ministerio de las Culturas, las artes y el patrimonio de Chile, 2013; Beca de creación literaria del Fondo del Libro y la Lectura, novela, 2014; Premio a la Gestión Cultural de las Artes y el Patrimonio del Ministerio de las Culturas y las Artes y el Patrimonio de Chile, 2015; Beca Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología - Estudios de posgrado Literatura Hispanoamericana - México, 2017 y la Beca CLACSO para estudios de posgrado, 2018.
NOTA:
[1] Edición de la Municipalidad Metropolitana de Lima, 1a edición, Lima, mayo de 2022, 50 pp., Depósito legal N° 2022-02546. Puede descargarse desde: https://www.descubrelima.pe/general/mecanismo-destinado-al-simulacro/fbclid=IwAR13b2_ULyK5z7pS4rfIfYJgK34g83sT4M07deNCTbiKX3vpZwfYtOhApEM
SECRETOS DE BUENOS AIRES: LA HABITACIÓN DE FEDERICO GARCÍA LORCA
Antonio Las Heras ©
El escritor llegó a Buenos Aires con 35 años de edad el 14 de octubre de 1933. Se alojó en la habitación 704 del Hotel Castelar. Durante seis meses gozó de gran fama, “la fama de un torero”.
La ciudad de Buenos Aires alberga secretos conmovedores. Uno de ellos es la habitación del hotel en el que se hospedó el poeta, dramaturgo y escritor Federico García Lorca.
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Federico García Lorca 1898-1936 |
Federico García Lorca fue el poeta de mayor influencia y popularidad de la Literatura de habla castellana de la primera mitad del siglo XX.
En Buenos Aires, con la "fama de un torero"
Llegó a la ciudad de Buenos Aires con 35 años de edad el 14 de octubre de 1933, invitado por la actriz Lola Membrives y su esposo, el empresario español Juan Reforzo, quien lo había contratado para presentar la obra “Bodas de sangre”, con la cual Lorca vivenció el éxito. También dirigió otras dos de sus obras: “La zapatera prodigiosa” y “Mariana Pineda.”
Buenos Aires fue un momento cumbre en su vida. Según reconstruye Daniel Feliu (autor de “García Lorca, el duende en Rosario”), el escritor había venido sólo por unos días y se quedó por seis meses, en los que atravesó un verdadero boom de popularidad.
“Tuvo que contratar un secretario porque la gente se agolpaba en la puerta de la habitación 704 del Castelar”, cuenta. “Hasta ese momento, García Lorca gozaba de cierto éxito menor en España, pero lo que vivió acá fue inaudito”; agrega el investigador, quien reconstruyó su historia en Buenos Aires y en Rosario gracias a una copiosa cantidad de artículos y crónicas que contaban las peripecias de la bohemia de esa época. Fue un lapso de poca escritura, pero de muchas vivencias para García Lorca. Desde su habitación escribió a sus padres, de quien todavía entonces dependía económicamente, que aquí gozaba de la “fama de un torero”.
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Las Heras entrando a la habitación 704. |
En su inauguración se llamó Hotel Excelsior, y en su subsuelo funcionó la peña “Signo”. Por allí desfilaron Oliverio Girondo, Alfonsina Storni, Norah Lange, Raúl Gonzales Tuñón, Vicente Ruiz Huidobro, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, David Siqueiros, y muchos más.
El Castelar siguió funcionando durante décadas y aquella habitación que fuera residencia de García Lorca se transformó en un museo al cual podían acceder tanto los hospedados como la gente interesada en conocer aquel histórico ámbito.
Empero, durante la pandemia (2020-2022) el hotel cerró y al día de hoy continúa sin funcionamiento, guardando, oculta, esa valiosa reliquia. Lorca participaba de la peña y recitaba poesías en la Radio Stentor, que transmitía desde los sótanos del hotel. “No se encontraron los archivos de audio de ese momento, solo hay una filmación sin sonido dando vueltas”, advierte Feliu.
El video está en YouTube: son 40 segundos en los que se lo ve sonriente, de mirada penetrante, engominado, saludando a cámara y enfundado en una polera con saco de traje, acompañado de Reforzo, a quien le entrega un libro. [1]
Federico García Lorca fue el poeta de mayor influencia y popularidad de la Literatura de habla castellana de la primera mitad del siglo XX.
El día de su despedida, por los micrófonos de “Radio Stentor”, cuyo estudio estaba ubicado en el subsuelo del Hotel Castelar, Federico García Lorca se despedía de Buenos Aires de esta manera:
“Cuando llegué a Buenos Aires, me pidieron que saludara al público desde el balcón invisible de la radio, y rehusé porque, dentro de mi carácter sencillo, encontré desorbitada la proposición. Tengo miedo siempre de ser molesto y me da rubor la popularidad adquirida siempre a costa del paisaje tranquilo de nuestra vida íntima.
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Las Heras en la habitación 704. |
Yo sé que existe una nostalgia de la Argentina, de la cual no me veré libre y de la cual no quiero librarme porque será buena y fecunda para mi espíritu.
Adiós a todos y salud. Dios quiera que nos volvamos a ver y desde luego yo, siempre que escriba mis nuevas obras de teatro, pensaré siempre en este país que tanto aliento me ha dado como escritor. Hasta la vuelta.”
Como conocemos, García Lorca no volvió a la Argentina, puesto que el 18 de agosto de 1936, fue fusilado por las milicias falangistas en el barranco de Viznar, en la carretera que une las localidades de Víznar y Alfacar, a diez kilómetros de Granada.
[1] Este video se encuentra en: https://www.facebook.com/watch/?v=369052143616470
Nota: Antonio Las Heras es autor del libro “Las búsquedas espirituales de Ricardo Güiraldes y otros escritos sobre sobre escritores y escrituras.” En 2024, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires lo designó “Personalidad destacada en el ámbito de la cultura.” email: alasheras@hotmail.com
RESEÑA DE «LA HISTORIA SIN FIN» DE EVA MARÍA MEDINA
Stefania Agoglia ©
La historia sin fin es una novela escrita por Eva María Medina (Madrid, 1971). Salió publicada a fines del 2024 por la editorial argentina Odelia, y destaca en la portada que fue uno de los textos finalistas del Premio Herralde en 2019. La sinopsis escrita por el escritor argentino Pablo Ramos, nos advierte: «esta es la narración del infierno más cruel que está adentro del infierno de ser alcohólico: la mirada ajena».
«Todo en ti fue naufragio» son los versos que cita el personaje principal de esta novela en la última página. Gerardo es adicto y no se arrepiente de nada, de ninguna de las cosas que hizo bajo los efectos del alcohol; ni antes ni después. Ya sea terminar en un parque tirado, solo, lastimado, sin sus pertenencias, hasta engañar repetidamente a su esposa y a su familia quienes intentaron apoyar su recuperación. Los blackouts, esos apagones en su memoria, son cada vez más seguidos y así se estructura el texto, a los saltos, entre borrachera y borrachera.
La novela se centra entonces en las reiteradas recaídas de un adicto al alcohol que narra en primera persona sus vivencias. El lector es testigo de sus sensaciones, pensamientos y las consecuencias que acompañan sus decisiones. No es una novela fácil de digerir, es una historia incómoda, en la que su personaje principal es complejo y está pasando por un momento del que no puede salir.
«Me eché hacia atrás, sintiendo asco y pena de mí mismo. Preferible el asco a la pena, me dije alejándome del cristal. [...] No era mío, aquel rostro no era mío». (pg. 83)
Me encantan los libros que nos dan una cachetada de realidad, en la vida no hay finales felices ni personas que logran superar los obstáculos mágicamente. Damos dos pasos hacia adelante y tres atrás. Gerardo es lo que puede ser y probablemente muchas personas pasan por estas situaciones, así es la vida. ¿Por qué la literatura no intentaría acercarse a eso también?
No siempre es fácil y no siempre tenemos las herramientas o la voluntad de cambiar actitudes que nos dañan. Creo que hay que entrar al libro con esta precaución, de saber que hay escenas explícitas en donde todo se va por la borda, duele, enoja y frustra. Creo que allí está lo enriquecedor de la novela, el abordaje de un punto de vista que desafía tanto a quien escribe como a quien lee.
Le preguntamos a Eva María Medina por qué traer este tema a la literatura y nos dijo que «quizá fuese por haber vivido, tan de cerca, el problema del alcoholismo, o quizá porque esta es mi manera de afrontar la literatura, como ya hice en mi primera novela, al abordar el tema de la enfermedad mental, también narrada en primera persona y desde las entrañas. Realmente no lo sé. Cuando escribo una historia, suelo dejarme llevar por lo que el personaje principal quiere contarme: sus pensamientos, deseos, su sufrimiento, sus obsesiones».
«La historia sin fin tuvo numerosas reescrituras —señala su autora—, el proceso de escritura fue lento. De hecho, todos mis proyectos de escritura requieren períodos largos de trabajo. Aunque el texto en sí, tardé en escribirlo unos cuatro años, con sus recesos —ese tiempo en barbecho tan necesario para que las historias reposen y maduren nuevas ideas—, ya había empezado a darle vueltas a ese tema. De hecho, escribí un relato de un alcohólico que sufre un delirium tremens».
Eva reafirma que su idea era explorar este tema desde la literatura, «pero no desde una escritura terapéutica que tratase de aliviar mi sufrimiento personal, sino desde un proyecto literario serio que me alejara de mis propios fantasmas y me hiciera entender mejor esta terrible enfermedad». Esta intención es clara para quienes leímos y para quienes leerán esta novela, acercarse a un libro sobre una problemática social tan terrible como una adicción puede ser abrumador, pero son temas necesarios para abordar desde el arte, crear puentes, presentar puntos de vista diversos y acompañar desde sus páginas es lo que nos trae este libro.
Sinopsis:
La novela nos sumerge en el desmoronamiento de un hombre atrapado en una espiral de autodestrucción, donde la cotidianidad más vulgar se mezcla con las sombras de la adicción. Gerardo, su protagonista, intenta escapar de la asfixia de su vida familiar y laboral refugiándose en la bebida, pero cada vaso lo arrastra más hacia el abismo. Entre charlas triviales sobre fútbol y toros, noches perdidas en tabernas y amaneceres inciertos, Gerardo pierde el control de su propia vida. Elsa, su mujer, lucha por salvarlo, por aferrarse al hombre que amo, pero la batalla parece perdida desde el principio.
«Gerardo empieza su relato sentado a la mesa de su familia política sin beber, desesperado por beber, sentado como frente a un tribunal que más tarde será pelotón de fusilamiento.
Porque Gerardo es alcohólico, y lo juzgan y condenan por ser alcohólico. Y esos mismos que lo condenan no solo beben delante de él, sino que le refriegan el alcohol por la cara. Porque lo saborean, y le ponen una exagerada parsimonia y lentitud al hecho de beber, un hecho que en él es un torbellino, un hecho que en él es un volcán desaforado.
Escrita con maestría, sin vueltas y con una bellísima violencia, La historia sin fin narra el infierno más cruel que está adentro del infierno de ser alcohólico; un infierno que va más allá de la bebida y que es y siempre será la mirada de los otros.
Festejo esta novela y festejo a Eva María Medina. No se la pierdan».
Pablo Ramos
EVA MARÍA MEDINA
El libro puede adquirirse en papel tanto en las librerías de Argentina, como a través de la web de la editorial, y ahora también en Amazon, donde puedes leer el primer capítulo. Si prefieres el formato electrónico, puedes encontrarlo en distintos sitios de internet como google books, fnac, apple books...
https://www.odeliaeditora.com/product-page/la-historia-sin-fin-eva-maria-medina
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ENRIQUE JARAMILLO LEVI: «SIN ESCRIBIR, MORIRÍA»
Entrevista por Roberto Pérez-Franco ©
Una vista panorámica sobre la carrera del escritor y gestor cultural más tenaz de Panamá.
1. Introducción
Agradezco al estimado Jorge Ávalos, versátil escritor salvadoreño, la oportunidad que me brinda de entrevistar para La Zebra a Enrique Jaramillo Levi, mi querido amigo, brillante e incansable escritor, antologista, crítico y promotor literario, posiblemente el más activo y prolífico de mi patria, Panamá.
Conocí a Enrique hace un tercio de siglo, en un encuentro de escritores realizado en 1991, al que asistí como estudiante de secundaria, sentado en el público. Recuerdo todavía mi emoción cuando intercambié con el gran hombre algunas palabras y pedí su autógrafo. Nos hicimos amigos hace un cuarto de siglo, en 1999, cuando Enrique identificó en mí algún talento y público en su colección Cuadernos Marginales mi tercera colección de cuentos.
Desde entonces hemos compartido la mesa en varias ocasiones y hemos sido cómplices en varias iniciativas culturales, incluyendo la fundación de la Asociación de Escritores de Panamá. El año pasado tuve la oportunidad de regresarle el favor, facilitando la publicación de su más reciente “Manual para la creación de cuentos y minicuentos imaginativos”. Enrique es para mí, y para toda una generación de escritores panameños, una especie de figura paterna. Un verdadero patriarca de las letras.
2. Entrevista
• Enrique, gracias por la oportunidad de entrevistarte. Mi primera pregunta es sobre tu prodigiosa actividad literaria. Es bien conocido que manejas, desde tus inicios como escritor, múltiples géneros literarios, a los cuales se suma tu actividad de crítico y antologista. Quiero enfocarme primero en tu actividad como autor. ¿Sientes especial afinidad por alguno de estos géneros, como tu vehículo preferido para expresarte, o te sientes igualmente cómodo en cualquiera de ellos?
E.J.L.: Muy joven empecé escribiendo poemas y obras de teatro, algunas de las cuales se representaron en Panamá, incluso en el Teatro Nacional (La cápsula de cianuro, Mención Honorífica en un Concurso Ricardo Miró). Pero poco a poco me fui decantando por el cuento, desde mi primer libro en ese género, Catalepsia, de 1965 (otra Mención en el Premio Miró), obra que por cierto revisó Rogelio Sinán, siendo Director de Cultura y Publicaciones del Ministerio de Educación en esa época, seguido de Duplicaciones (Editorial Joaquín Mortiz, México 1973, con una reedición mexicana, dos en España y otra en Panamá), mi obra más reconocida, escrita mediante beca internacional bajo la tutela crítica de los escritores mexicanos Juan Rulfo y Salvador Elizondo. Desde entonces no he parado. Creo que son 35 las colecciones de cuentos que he publicado hasta el momento, y tengo tres libros más inéditos.
Pero simultáneamente seguí escribiendo y publicando poemarios, y también libros de ensayos literarios y numerosas antologías sobre diversos aspectos de la literatura panameña, centroamericana y mexicana. En cada uno de estos géneros he encontrado gran satisfacción… El único que hasta el momento desafía obstinadamente mi capacidad creativa es la novela, aunque a mis 80 años empiezo a retar un poco esa persistente incapacidad.
• Los que conocemos tu pluma sabemos que su tinta nunca se seca, y que salen a la luz varios libros tuyos cada año. Háblanos sobre la reciente publicación de tres nuevos libros, y cómo encajan en el conjunto de tu obra.
E.J.L.: Lo de que publico cada año varios libros sólo ha pasado dos veces: después de la pandemia, porque me encerré a escribir como si el mundo se acabara al día siguiente; y el año pasado —2024—, en que en Querétaro escribí dos libros y logré que se publicara otro que tenía guardado. Pero no deja de ser cierto que mientras se mantenga mi creatividad siempre estoy escribiendo… Los tres libros a los que te refieres son los siguientes: Anclajes: 150 minicuentos, con un hermoso prólogo del gran poeta panameño Manuel Orestes Nieto, publicado en Bogotá por Grupo Editorial Ibáñez; Si los dioses no disponen otra cosa poemario escrito en la ciudad de Querétaro, en donde ahora vivo por razones de salud al cuidado de una de mis hijas mexicanas; y un Manual para la creación de cuentos y minicuentos imaginativos (con tu solidario apoyo en el diseño gráfico del libro), que simultáneamente fue preparado en esta ciudad, ambos publicados en Amazon a finales de 2024. Todo lo que sé sobre escritura de ficciones breves lo he vertido de una forma u otra en ese libro para beneficio de nuevos y talentosos cuentistas.
• Hablemos ahora de tu trabajo como gestor cultural. Mi alma mater, la Universidad Tecnológica de Panamá —fundada por tu tío, el profesor Víctor Levi Sasso— fue beneficiaria de tu labor cultural durante décadas. Muchos escritores de Panamá pasamos por sus aulas. ¿Qué reflexión te merece el legado que deja tu larga gestión en esa casa?
E.J.L.: Tras haber dado clases como profesor visitante en una universidad en Corvallis, estado de Oregón y en otra en San Bernardino, California, fui profesor titular en la recién creada Universidad Autónoma Metropolitana en Iztapalapa, México, durante ocho años. Y en efecto, laboré después durante veinticinco años consecutivos en el área de Cultura en la Universidad Tecnológica de Panamá, tras habérseme robado una cátedra ganada en buena lid en la Universidad de Panamá (de donde soy egresado como profesor de inglés), para dársela a otra persona favorecida bajo cuerda por un vicerrector.
En la UTP habría de fundar tres premios literarios importantes que aún se convocan anualmente, entre ellos el Premio Centroamericano de Literatura “Rogelio Sinán”; además de un Diplomado en Creación Literaria que desde 2001 se sigue convocando bianualmente y de donde han egresado numerosos excelentes nuevos escritores. Igualmente, fundé el “Directorio de Escritores Vivos de Panamá” que la UTP mantiene en la red, y que se actualiza a cada rato.
Y en 2008, traspasé a la UTP la revista literaria bianual “Maga”, que yo había fundado por mi cuenta en 1984, y me pidieron seguir siendo su director, lo que ocurrió hasta 2022.
Adicionalmente, algo que pocos recuerdan ya, recién entrado a dicha institución fundé una colección de libros que se coeditaban entre la UTP y cada autor, denominada “Cuadernos Marginales”, con el apoyo solidario y entusiasta del ingeniero y escritor José Luis Rodríguez Pittí, la cual habría de ser el antecedente para la fundación poco años más tarde de una auténtica Editorial Universitaria de la UTP, que siguió publicando obras literarias a la par de libros de índole científica y tecnológica.
• Parte de tu promoción de la literatura ha sido a través de numerosos talleres de cuento que has impartido durante décadas. En ese tiempo, me parece, has destilado una serie de lecciones sobre tu ‘receta’ para crear cuentos. Sospecho que tu intención en publicar el año pasado el “Manual para la creación de cuentos y minicuentos imaginativos” es preservar y difundir ese método, para que te sobreviva. ¿Cuál fue tu motivo para escribir el Manual, y cómo se relaciona con tus legendarios talleres?
E.J.L.: Aunque ya mencioné en una pregunta anterior la importancia que tiene para mí la minuciosa escritura de ese Manual, sólo añado ahora que idealmente quienes imparten talleres de cuento y quienes los toman, en Panamá o en cualquier parte del mundo (pero sobre todo en los países de Centroamérica), encontrarán en sus páginas numerosas explicaciones conceptuales y sobre diversas técnicas narrativas, así como muchos ejemplos, tareas a desarrollar y una muy extensa y variada bibliografía.
Llevo 65 años creando cuentos de todo tipo; tanto los realistas y fantásticos como los eróticos, de horror, de crítica sociopolítica, oníricos, metafísicos, de ciencia-ficción, minificcionales y de metaficción me producen una especial fascinación. En realidad, todo lo que sé sobre la escritura de cuentos está plasmado en ese Manual. Lo ideal sería que profesores y alumnos de talleres de cuento se interesaran en pedirlo en Amazon, para confirmar lo que aquí expreso entusiasmado.
• Hablemos de tu trabajo como antologista. Has sido, durante décadas, un incansable y generoso promotor de la literatura que se escribe en Panamá. Dichas antologías se han publicado en varios países, principalmente en Panamá y en México, y tratan a menudo de temáticas o demografías específicas. Tu trabajo en este frente, como el de Sísifo, parece no terminar nunca. Sé que preparas ahora una nueva antología muy ambiciosa. Cuéntanos sobre ella.
E.J.L.: En efecto, me encanta preparar antologías, sobre todo de cuento y poesía, lo cual exige antes un estudio pormenorizado de épocas, tendencias y estilos. La primera que publiqué fue en un ya lejano 1971, en México, titulada Antología crítica de joven narrativa panameña; en ella incluí y comenté cuentos de los autores que surgían en ese momento en Panamá en ese género: Moravia Ochoa López, Pedro Rivera, Bertalicia Peralta, Enrique Chuez, Dimas Lidio Pittí, Griselda López, Benjamín Ramón y yo mismo, entre otros… Las más recientes fueron: Semblanza múltiple del cuento en Panamá (2020); Ofertorio: Secuencias y consecuencias (Mujeres cuentistas de Panamá: Siglo XXI), 2021; y Consumación de Eros (Antología del cuento erótico en Panamá), 2021. Todos con prólogo y bibliografía míos. Y ahora preparo: Cuentistas de Panamá: Antología selecta, que pretende recorrer cinco generaciones de buenos cuentistas vivos que tengan al menos dos libros publicados en ese género. Por supuesto, tú estás incluido en este nuevo esfuerzo de investigación.
ֽ• Viajemos al pasado ahora, a aquel periodo en que estuviste en México entre 1971 y 1982, y durante el cual tuviste la oportunidad de conocer a importantes escritores mexicanos. Ahora, medio siglo después, ¿qué es lo que más recuerdas de esa experiencia?
E.J.L.: La experiencia en México, al ganarme en 1971 la Beca Centroamericana de Literatura, la primera y última vez que se convocó por parte del ya desaparecido Centro Mexicano de Escritores, fue extraordinaria, En todos los sentidos. Supuestamente fui por un año, me la renovaron un segundo año. Y luego me fui quedando, motivado por las numerosas oportunidades que fui encontrando, tanto en el campo docente como en las oportunidades de poder publicar en suplementos culturales dominicales de diversos periódicos, en revistas literarias y en excelentes editoriales mexicanas.
En México aprendí a impartir talleres literarios y también a ser editor, entre otras cosas que luego aplicaría en Panamá. Además, en México nacieron mis tres hijas. Fue fascinante poder conocer y tratar brevemente a Juan Rulfo, Salvador Elizondo, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Rosario Castellanos, José Emilio Pacheco y Elena Poniatowska, entre otros excelentes autores.
• Sé también que años antes ya habías realizado otras iniciativas a nivel nacional, que me parece están bastante olvidadas en cuanto a darte hoy el crédito que mereces. Por un lado, recuerdo que fuiste director del Departamento de Letras del antiguo Instituto Nacional de Cultura (INAC), y después director de la Editorial Universitaria de la Universidad de Panamá, siendo su Rector el Dr. Carlos Iván Zúñiga. En ambas entidades publicaste libros de autores nacionales. ¿Qué otras iniciativas realizaste en esos tiempos?
E.J.L.: Es correcto. En el INAC fundé el Premio de Poesía Joven “Gustavo Batista Cedeño”, tres semanas después de su fallecimiento. Dicho certamen continúa convocándose anualmente por parte del Ministerio de Cultura. Otros premios que en diversos momentos convoqué fueron el “Premio Stella Sierra de Poesía”, el “Premio Rodrigo Miró” al mejor libro publicado cada año, y el premio “Rafael De León Jones” de minicuento. Su duración en cada caso fue efímera, por falta de apoyo económico. Por cinco años consecutivos tuvo muy buenos resultados anualmente el “Premio Sagitario Ediciones de Novela Corta”, que logré que patrocinara Grupo Melo, gracias al apoyo del escritor Eduardo Jaspe Lescure, que ahí labora, hasta que llegó la pandemia. Y el más reciente que fundé es el “Premio Ariel Barría Alvarado” de cuento y novela, tres meses después del prematuro fallecimiento de ese gran novelista y cuentista y gran amigo. El primer año fue financiado por mí, y lo ganó como cuentista la escritora Cheri Lewis; después se lo traspasé al Ministerio de Cultura, que lo ha seguido convocando anualmente.
También fundé una Asociación de Escritores de Panamá, que tuvo una duración de tres años; y ya en la UTP logré, en mis primeros años de laborar en la UTP, con el decidido apoyo de esa institución, que la Asamblea Nacional creara el Día del escritor panameño cada 25 de abril, fecha del nacimiento de Rogelio Sinán. Y sigue vigente.
• A propósito de tu viaje a México, con una beca, cuéntanos cómo se materializa. Entiendo que se debe a un incidente poco conocido con el general Omar Torrijos. ¿Cómo se abrió aquella puerta?
E.J.L.: Ocurrió que la noticia de que había ganado el Premio Centroamericano de Literatura, convocado por primera y única vez por el ya desaparecido Centro Mexicano de Escritores, a los 24 años, compitiendo con 14 otros autores del área (poetas, cuentistas, novelistas, dramaturgos, ensayistas), me fue enviada mediante un cable a mi apartado postal en Calidonia, y no a la dirección de mi casa, como debía ser. Por tanto, no me enteré del asunto hasta cinco días después. Al sexto día recibo una llamada en mi casa desde México diciéndome que como no había confirmado mi interés en aceptar la beca y viajar de inmediato, se la estaban dando a la persona que quedó en segundo lugar, un guatemalteco cuyo nombre no recuerdo.
Mi padre, que era muy amigo de Torrijos cuando este era jefe de la policía de Colón y miembro honorario del Club de Leones de esa ciudad, al igual que mi papá, decidió que fuéramos a esperar a Torrijos a las 5:00 a.m. hasta que saliera de su casa, para plantearle el asunto y ver si se podía hacer algo al respecto. Para ello le enseñamos el cable que había ido a dar a mi apartada postal, sitio que yo solo visitaba los fines de semana.
De inmediato tomó “cartas en el asunto”: dio categóricas instrucciones tanto al ministro de Relaciones Exteriores y al Embajador de Panamá en México para que ambos dieran allá las explicaciones del caso y se recuperara a tiempo para mí aquella beca. ¡Para nuestra sorpresa y alegría, al día siguiente supimos que el problema estaba resuelto! Fui becado por un año, de enero a diciembre de 1971, y habría de quedarme doce años.
• El nombre de Torrijos está asociado al tema del Canal de Panamá. En 1976, cuando estaban en Panamá cortando mi cordón umbilical y discutiendo los detalles de los tratados Torrijos-Carter, tú estabas en México prologando y publicando simultáneamente tres oportunas compilaciones de ensayos de reconocidos estudiosos panameños, en importantes editoriales mexicanas. Lamentablemente, ese trío de libros es poco recordado. ¿Cómo conseguiste coordinar y publicar tan valiosa colección de ideas, tan relevantes en ese momento, de manera tan oportuna, estando fuera de Panamá?
E.J.L.: El hecho de que Panamá estaba en las noticias internacionales al encontrarse negociando un nuevo tratado con los norteamericanos, me abrió tres puertas simultáneamente, en tres excelentes editoriales mexicanas, para mi propia sorpresa. Estas son las tres compilaciones, con prólogos míos, a las que te refieres: El Canal de Panamá: Origen, trauma nacional y destino (Ed. Grijalbo, 1976); Una explosión en América: El Canal de Panamá (Siglo XX editores, 1976); y El Canal de Panamá (Fondo de Cultura Económica, 1976). Tengo entendido que dos de estos libros se usaron durante un año en la Universidad de Panamá, después no supe más.
• El tema del Canal de Panamá, medular para la identidad de los panameños, ha vuelto a aparecer en titulares noticiosos en el mundo entero, pero de mala forma, como objeto de codicia del presidente Donald Trump, quien —al momento de escribir estas líneas— vaticina que Estados Unidos volverá a tomar control de la franja canalera. Tú sabes lo que yo pienso de Trump, y cómo abandoné a inicios de 2017 mi plaza de trabajo en MIT, en Boston, por no vivir bajo su mando. Quisiera saber tu opinión sobre las recientes acciones de Trump en relación con el Canal de Panamá, con otros países, y con su propio país.
E.J.L.: Ahora, nuevamente, nuestro país está en las noticias internacionales, defendiéndose de las mentiras y los chantajes mediáticos constantes del sicópata de Donald Trump. El tipo es un fascista oportunista. A mi entender, está desquiciando al mundo entero con sus desmedidas ansias de poder. En su propio país empieza a crecer un temor y un odio más que justificados hacia él y hacia su compinche multibillonario Elon Musk. En “La Estrella de Panamá” he publicado recientemente un par de artículos sobre este tema, saliéndome de mis habituales temas culturales.
• Ya para terminar, mi querido Enrique, quiero hacerte una pregunta más personal. Sé, porque somos amigos, que tu salud no ha sido la mejor últimamente. Aunque la energía y la motivación no te abandonan, las capacidades físicas y mentales de la juventud ya son sólo un recuerdo. Quiero preguntarte: ¿qué te motiva a seguir trabajando a pesar del paso (y el peso) del tiempo? ¿Por qué sigues escribiendo tanto? Y, si me permites una segunda parte en esta pregunta, cuando ya no estés, ¿cómo quisieras que se te recuerde en Panamá?
E.J.L.: Es lo que mejor sé hacer: escribir cuentos y poemas, sobre todo. Lo hago casi a diario. Más que nunca, aunque parezca mentira… Y también investigar; promover cultura; editar buenas obras. A Dios gracias, mi creatividad por el momento se mantiene. Tengo varios libros de cuentos inéditos escritos por acá (Querétaro, México). Creo que si dejo de escribir no tardaría en morir…
Cuando ya no esté me gustaría que se me recuerde como un escritor, sin duda obsesivo, convencido del alto valor emocional, intelectual y cultural de la buena literatura. Un escritor amigo de los escritores y enemigo de los dictadores de cualquier signo ideológico…
Y, modestia aparte, me encantaría que algún día se creara, en recuerdo mío y en beneficio de talentosos escritores panameños, un premio literario con mi nombre.
• ¡Muchas gracias por tu tiempo, Enrique!
E.J.L.: Muchas gracias, Roberto, por esta entrevista.
Nota: Entrevista por Roberto Pérez-Franco a Enrique Jaramillo Levi: La Zebra N° 106, 14 de Junio de 2025.
ENRIQUE JARAMILLO LEVI
Nota: El Suplemento de Realidades y Ficciones ha publicado obras de Enrique Jaramillo Levi en los siguientes números:
• https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2018/06/blog-post.html [N° 77]
EL CANTAR DE LOS CANTARES, LA BIBLIA Y LA CENSURA
Héctor Zabala ©
EL AUTOR
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Salomón escribe los Proverbios (Gustave Doré) |
Consolidado por las decisivas anexiones de países y distritos vecinos que hiciera David, su padre y antecesor en el trono, el reino hebreo no sufrió guerras durante el gobierno de cuarenta años de Salomón [2].
Poseedor de enormes riquezas, este rey supo también tejer alianzas con muchos reyes vecinos, garantizadas mediante sucesivos y convenientes enlaces matrimoniales con princesas de dichos reinos. Hasta la hija del Faraón fue una de sus muchas esposas.
Según el profeta Jeremías en el libro Primero de Reyes y el escriba Esdras, al que se le atribuyen los de Crónicas (I y II), este rey de tiempos de la edad del bronce tardío fue famoso por su sabiduría y ecuanimidad, tanto en sus funciones monárquicas como judiciales.
Hombre ilustrado, se interesó por las ciencias —habría sido un gran disertante sobre temas botánicos y zoológicos—, pero en especial por sus conocimientos literarios y religiosos. Se le atribuyen varios textos de la Biblia, a saber: Eclesiastés, El Cantar de los Cantares, gran parte del libro de Proverbios (unos treinta capítulos sobre un cúmulo de treinta y dos) y un Salmo [3]. No faltan quienes le atribuyen también el libro Sabiduría (deuterocanónico para el catolicismo y directamente apócrifo para judíos, protestantes y otras confesiones cristianas), pero esta autoría es cuanto menos muy dudosa [4].
Pese a todas esas expresiones de alabanza al dios verdadero —según gustaban llamarlo los judíos antiguos—, hacia el final del reinado, su celo para Jehová se entibió y terminaría mezclando dicha devoción con las ofrecidas a deidades extranjeras; las muchas que introdujeron en el país sus tantísimas mujeres. Un texto bíblico (Primero de Reyes 11:3) asegura que este gran monarca llegó a tener setecientas esposas, princesas, y trescientas concubinas. Realmente el hombre no era partidario de la monogamia.
Después de la muerte de Salomón, su hijo Roboam —mal aconsejado por algunos jóvenes de su corte— pretendió mantener los altos impuestos que creara su padre y el reino se escindió definitivamente, quedándole al legítimo sucesor solamente las tribus de Judá y la más pequeña de Benjamín, así como un resto de la de Leví, tribu sacerdotal que nunca tuvo territorio propio. El resto de las tribus hebreas (las diez del norte) eligieron como monarca al caudillo Jeroboam, que organizó el reino de Israel, nombre que lo diferenciaría del reino del sur o de Judá. No sería temerario decir que aquí comienza la decadencia política del antiguo pueblo hebreo, pues nunca más lograron unificarse. [5]
LA OBRA
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Codex Amiatinus Maiestas Domini, el manuscrito completo más antiguo de la Vulgata. |
Los antiguos tampoco numeraban párrafos ni frases para que sirvieran de referencia rápida. Fueron los masoretas [6] quienes dividieron la Biblia en versículos. Ellos también agregaron puntos vocálicos y signos de acentuación al antiguo texto hebreo, exclusivamente consonántico y de abreviaturas frecuentes. Hasta entonces era el lector, según su cultura, quien debía agregar las vocales al pronunciar cada palabra. También es importante recordar que hasta muy avanzada la era actual tampoco se usaba espacio en blanco entre las palabras.
La partición en capítulos es de tiempos más modernos; se debe a un impresor, Robert Estienne (o Estéfano), quien en 1553 editó la Biblia completa tal como se la divide y conoce actualmente, en capítulos y versículos.
El Cantar de los Cantares trata del intento frustrado del rey Salomón (soberano magnífico en riqueza y sabiduría, que llegó a impresionar a la mismísima reina de Saba [7]) por seducir a una simple campesina de quien se enamoró. A la joven pastora nada le importaría que él fuera un rey prestigioso, respetado hasta por el propio Faraón y por cuanto sujeto anduviera gobernando por el vecindario político, y que ya ostentara para entonces en su colección íntima unas sesenta reinas y ochenta concubinas, que paseara en litera dorada y púrpura ni que le prometiera muchísimo oro y una vida de novela, como se diría hoy. Ella solo amaba a su hombre, un simple pastor. El muchacho parece que sin corona ni fama ni muchos siclos de plata en el bolso, igual se las traía como galán y cómo.
CENSURA DE LA OBRA
Más allá de lo bello de este texto —incluso parece que en hebreo su poesía es superlativa [8] —, creo que El Cantar de los cantares es otro ejemplo más de la inutilidad y estupidez (aunque peligrosa) de la censura, la haga quien la haga. Y digo inutilidad y estupidez porque si usted quiere que algo se difunda, entonces empiece por prohibirlo.
La versión El Cantar de Cantares (escrito así, sin el artículo los), del español Fray Luis de León (Belmonte, Cuenca, 1528 - Madrigal de las Altas Torres, Ávila, 1591) le trajo enormes problemas a este gran literato. Él la tradujo al castellano por los años ‘60 del siglo XVI, sin intención de publicarla, tras el pedido de una monja y prima suya que no sabía latín.
Al poco tiempo, un familiar de la religiosa hizo circular este texto privado a partir de unas copias hasta que —conocido el asunto— la Inquisición detuvo a Fray Luis en 1572, junto a otros dos hebraístas, tras la denuncia de un rival religioso. Como vemos, el tema no pasó tanto por lo técnico sino por lo político, lo jurídico-religioso y quizá hasta por la envidia, que, como la Divinidad misma, parece eterna.
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Jerónimo de Estridón (342-420) por el Greco. |
Si bien la bellísima traducción de Fray Luis parece un tanto libre y quizá acentúa ligeramente el erotismo, el problema principal no fue ese, como se podría imaginar a priori. El verdadero “delito” de nuestro héroe fue que partió de textos hebreos en lugar de la aceptada y tardía versión latina de la Vulgata de Jerónimo de Estridón (iniciada a fines del siglo IV y completada en el año 405), versión no escrita en el latín de Cicerón sino en otro más corriente. Las acusaciones contra Fray Luis de León fueron graves. La jerarquía católica había prohibido que se hicieran traducciones de la Biblia (de toda, no solo de El Cantar de los Cantares) a lengua contemporánea, cuestión confirmada por el accidentado Concilio de Trento (1545-1563). Fray Luis no solo había desdeñado la Vulgata como base, lo cual presuponía una falta de fe absoluta en el texto sagrado y consagrado oficialmente por la alta jerarquía eclesiástica, sino que con esto violaba además el juramento de obediencia como religioso. Su ascendencia judía, por otra parte, empeoraba la cosa al predisponer a los inquisidores. Tampoco le fue de gran ayuda su rango de profesor de la Universidad de Salamanca, ni que fuera un hebraísta notable; lo más seguro es que al principio hasta le jugara en contra.
Felizmente tanto para él como para los amantes de la literatura no fue condenado, si bien no pudo salvarse de unas largas vacaciones en prisión, cosa que aprovecharía para escribir una obra importante, Nombres de Cristo. En aquel tiempo, en que —según parece— primero decidían la condena y recién después se dignaban a comenzar los interrogatorios, casi siempre bajo tortura, el asunto hubiera podido llegar a mucho peor término, como seguidamente veremos en otros casos no tan felices.
CENSURAS A LA BIBLIA
El caso de Fray Luis de León no fue único ni la censura para traducir la Biblia se limitó solo al castellano.
Antes de fines del siglo XIV, los censores estaban tranquilos porque no solo El Cantar de los Cantares sino la Biblia en su conjunto era de muy difícil acceso para la gente común [9]. Las razones eran varias.
Para empezar, la gran mayoría de la población no sabía leer. Eso permitía que quienes estaban en posición de leerles desde un púlpito tuvieran libertad de elegir qué textos sí y qué textos no. En segundo lugar, la única traducción editada de la Biblia fue durante siglos la Vulgata Latina [10]. Pero caído el Imperio Romano (año 476 de nuestra era), el latín vulgar fue derivando poco a poco en las lenguas romances, que después se conocerían como castellano, portugués, francés, italiano, rumano y varias otras; al punto que con los siglos fue imposible para la gente común entender el latín. Por aquellos tiempos (medievo y edad moderna), solo los muy cultos y adinerados accedían a su aprendizaje. Todavía peor estaban los pueblos eslavos y germanos, cuyos lenguajes eran ajenos casi por completo al idioma latino.
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John Wycliffe (¿1320?-1384) |
Lo que el pobre John Wycliffe no pudo impedir fue que el Concilio de Constanza (1416) lo declarara hereje y ordenara la quema de sus libros, así como la de su cadáver. Sus huesos fueron exhumados en 1428 y puestos en la hoguera, para después tirar sus cenizas al Támesis como señal de castigo post mórtem por la “herejía” de traducir las Santas Escrituras. Y pensar que hoy nos quejamos de alguna respuesta enojosa que un funcionario somnoliento de cualquier país occidental le haga a la prensa.
El problema era que la jerarquía católica se encontraba en un difícil brete allá por los siglos XIII al XVI. Por un lado, no podía decir abiertamente que no deseaba que la Biblia se tradujera a lenguajes modernos (no olvidemos que la Biblia es la base del Cristianismo), pero por otro no podía permitirlo ante las evidentes contradicciones (aparentes o ciertas) que ya se percibían entre las doctrinas bíblicas de los primeros cristianos y las tradiciones de quince siglos de eclecticismo religioso. Por otra parte, a partir de las noventa y cinco tesis de Lutero (1517) la reforma protestante empezó a ganar cientos de miles de adeptos en países de habla germánica, así como en Francia, amenazando un sisma que finalmente se produjo.
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William Tyndale (1495-1536) |
En 1536 William Tyndale sería víctima de la hoguera por haber traducido y publicado gran parte de la Biblia al idioma inglés (1525) a partir de textos hebreos y griegos (y en menor cuantía, arameos), es decir, de sus lenguajes originales, según el texto de que se trate. Aunque parezca absurdo, así eran las cosas en aquella época. Por supuesto, los cargos inquisitoriales fueron otros, pero a pocos historiadores les cabe duda de que fue esa la razón principal, sumada al carácter levantisco de este buen inglés. [11]
Estos fueron, entre otros, los motivos de lo que se conoce históricamente como la Contrarreforma, que endureció las persecuciones hacia los cristianos disidentes y suprimió casi toda libertad de imprenta, si es que en algún momento la hubo realmente por aquellos años. Es común encontrarse en las primeras hojas de los libros de aquel tiempo (y aun hasta varios siglos después) con el imprimátur; es decir con la necesaria autorización de algún funcionario eclesiástico para que el texto pudiera editarse.
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Casiodoro de Reina (1520-1594) |
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Cipriano de Valera (1532-1602) |
Habría que esperar hasta fines del siglo XVIII para que la Iglesia Católica autorizara la edición de una Biblia completa en castellano. Se trata de la versión de Felipe Scío de San Miguel, obispo de Segovia, publicada en 1793, en Valencia, y traducida desde la Vulgata por encargo del rey español Carlos IV.
Pero, bueno, no cabe duda de que todo terminó en un final feliz para las escrituras. En la actualidad, y pese a los esfuerzos de tanto inquisidor dando vuelta durante siglos, la Biblia es hoy el libro más difundido del mundo, amén del más traducido. Se ha calculado que deben existir por lo menos unos cinco mil millones de ejemplares en todo el mundo, es decir a razón de más de un ejemplar por cada dos seres humanos. Si tenemos en cuenta que el segundo libro en difusión a nivel planetario es Don Quijote de la Mancha, con sus quinientos millones de ejemplares, podemos apreciar el fracaso estrepitoso de la censura de siglos.
Aquellas advertencias bíblicas: de Dios nadie se puede mofar, dichas por un ex fariseo (Gálatas 6:7), y pobre del que se le oponga, vertidas por otro que seguía siendo de esa secta (Hechos 5:38, 39), no dejan de tener gran actualidad como corolario profético.
LA OPORTUNIDAD PERDIDA
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Fray Luis de León (1528-1591) |
Lamentablemente, por las mezquinas cuestiones político-religiosas de aquel siglo XVI, a las que ya se hizo referencia, el idioma castellano perdió la gran oportunidad de que tengamos traducida toda la Biblia (o al menos el llamado Antiguo Testamento) por un escritor de la talla de Fray Luis de León; hombre en el que se reunían los profundos conocimientos de las lenguas originales y el exquisito sentido artístico del literato eximio. No hay más que leer los diez o veinte primeros versos de su estupenda versión y compararla con otras para entender lo que habría sido su aporte de haber gozado de plena libertad para efectuarla.
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Felipe Scío de San Miguel (1738-1796) |
¿Tendremos semejante oportunidad otra vez?
CANTAR DE CANTARES
Versión de Fray Luis de León [14]
En octava rima
(Se respetó la grafía del siglo XVI) [15]
Capítulo I
ESPOSA
Bésame con su boca á mí el mi amado,
son mas dulces, quel vino, tus amores:
tu nombre es suave olor bien derramado,
y no hay olor, que iguale tus olores:
por eso las doncellas te han amado,
conosciendo tus gracias, y dulzores:
llévame en pos de ti, y correremos,
no temas, que jamas nos cansaremos.
Mi Rey en su retrete me ha metido,
donde juntos los dos nos holgaremos:
no habrá allí descuido, no habrá olvido,
los tus dulces amores cantaremos:
en ti se ocupará todo sentido,
de ti, por ti, en ti nos gozaremos:
que siendo sin igual tu hermosura,
á ti solo amará toda dulzura.
Morena soy, mas bella en lo escondido,
ó hijas de Sion, y muy hermosa:
porque allí en lo interior no ha podido
hacerme daño el sol, ni empecer cosa:
á tiendas de Cedar he parescido:
que lo que dentro está, es cosa preciosa,
velo de Salomón, que dentro encierra
la hermosura, y belleza de la tierra.
Mi color natural bien blanco ha sido:
que aquesta tez morena me causára
el sol, que andando al campo me ha herido:
fuerza de mis hermanos me forzára,
de aquellos, que la mi madre ha parido,
que unas viñas suyas yo guardára:
guardé sus viñas con mucho cuidado,
y la mi propria viña no he guardado.
Dime, amor de mi alma, ¿dó apascientas
el tu hermoso ganado, y tu manada?
¿adónde haces tu siesta, dónde asientas?
¿dónde tienes tu albergue, y tu majada?
que no es justo, mi Esposo, que consientas,
qu'entre pastores tantos yo ande errada:
qu'en tierra, dó apascientan mil pastores,
¿cómo podré yo hallar los mis amores?
ESPOSO
Si no sabes, bellísima pastora,
el valle, dó apasciento el mi ganado,
toma tus cabritos, y á la hora
seguirán el camino mas hollado;
caminando por él vernás dó mora
el tu dulce pastor, y desposado;
allí podrán pascer los tus cabritos
entre los de los otros pastorcitos.
A la yegua de mi carro presciada
paresces en el brio, Esposa mia,
bella, gentil, lozana, bien tallada,
y lleno ese tu rostro de alegría,
tu mexilla es de perlas arreada ,
y el cuello con collar de pedrería:
zarcillos de oro fino te daremos,
y un esmalte de plata les pondremos.
ESPOSA
Quando estaba el Rey mio en su reposo,
mi nardo dió su olor muy mas crescido:
manojuelo de mirra es el mi Esposo,
por eso entre mis pechos le he metido,
racimo de Copher muy oloroso,
qu'en viñas de Engaddi se ha cogido:
para mí quiero yo los sus olores,
pues sé que están en él los mis amores.
ESPOSO
¡O cómo eres hermosa, amiga mia!
¡ó cómo eres muy bella, y muy graciosa!
tus ojos de paloma en la alegría.
ESPOSA
O dulce Esposo mio , y que no hay cosa
que iguale á tu belleza, y gallardía:
no hay cosa acá en la tierra ansí olorosa:
nuestro lecho es florido, y la morada
de cedro, y de cipres está labrada.
Capítulo II
ESPOSA
Yo soy rosa del campo muy hermosa,
y azucena del valle muy preciada.
ESPOSO
Qual entre las espinas es la rosa,
tal entre las doncellas es mi amada.
ESPOSA
Como es ver un manzano, estraña cosa,
entre robles, y encinas estimada;
tal es á mí la vista de mi Esposo,
qu'entre todos los hijos es gracioso.
Debaxo de su sombra he deseado
sentarme, y me asenté, y ansí he cogido
la hermosa, y dulce fructa, que él me ha dado:
la cual por su dulzor bien me ha sabido.
A la casa del vino me ha llevado,
y el su divino amor allí he sentido:
cercadme de manzanas, y de olores,
que herida, y muy enferma estoy de amores.
La mano de mi amor izquierda quiero
para me reclinar, y esto me place:
presto, no se detenga, que me muero,
y con la su derecha que me abrace.
ESPOSO
¡O, hijas de Sion! de aquí os requiero
por cabra, y corzo, que en el monte pasce,
no desperteis mi amada, que ya duerme,
fasta que ella de suyo se recuerde.
ESPOSA
Voz de mi amado es esta; vedle, viene,
los montes, y el collado atravancando:
ninguna sierra, ó monte le detiene,
las cabras, y los corzos semejando;
vedle como se allega, y se detiene ,
detras de mi pared está acechando:
¿no veis como se asoma al agujero,
ya se quita, y se pone muy ligero?
Hablado me ha el mi amado, y mi querido:
Levántate del lecho, amiga mia,
vénte conmigo, qu' el invierno es ido,
y las flores nos muestran ya alegría:
el campo está muy bello, y muy florido,
y el tiempo del podar se descubria,
voz de la tortolilla ha ya sonado,
despierta con su voz nuestro cuidado.
La higuera muestra ya el fructo sabroso,
las viñas, que florescen, dán su olor:
levántate, quel tiempo es deleytoso,
y vén, paloma mia, vén, mi amor,
gocemos deste campo tan hermoso:
que en aquellas penas de mayor altor,
en unos agujeros abscondidos
haremos nuestro albergue, y nuestros nidos.
Descúbreme tu vista amable, y bella,
muéstrame tus facciones tan hermosas,
suene tu voz suave, hermosa estrella.
ESPOSA
Cazadme, dixe yo, aquellas raposas,
las raposas pequeñas, que gran mella
hacen en mi viña las rabiosas:
á todas las tomad, haced que huyan,
ántes que la mi viña me destruyan.
Mio es el Esposo, mio, y muy amado,
y yo soy toda suya, y él me quiere
de aquel, qu' entre las flores su ganado
apascienta, seré mientras viviere.
Quando las sombras huyan por el prado,
vendraste á mí, mi amor, si te pluguiere,
como la cabra, ó corzo bien ligero,
saltando por los montes, que te espero.
Capítulo III
ESPOSA
En mi lecho en las noches he buscado
al que mi alma adora, y no le hallando,
torné á buscarle con mayor cuidado,
y saltando del lecho sospirando,
entré por la ciudad, y he rodeado
las plazas y las calles caminando;
de tanto caminar cansada estaba,
mas nunca pude hallar al que buscaba.
Halláronme las guardas, que rondando
andaban la ciudad la noche escura;
y yo acerquéme á ellas preguntando,
¿habeis visto á mi amado por ventura?
y desque un poco dellos alejando
me voy, hallé el mi amor y mi hermosura:
túvelo yo abrazado, y bien asido,
y en casa de mi madre lo he metido.
O hijas de Sion, yo os ruego y pido
por la cabra, y el ciervo y el venado,
no hagais bullicio alguno, ni ruido,
porque no desperteis mi dulce amado,
que sobre el lecho mio se ha dormido;
esperad qu' el despierte de su grado:
juntaos aquí conmigo, y velaremos,
y este su sueño dulce guardaremos.
COMPAÑERAS
¿Quién es esta, que sube del desierto
como coluna bella, y muy hermosa,
qu' el humo del encienso ha descubierto,
hasta dar en las nubes olorosa?
el cielo de su olor lleno está cierto:
¡ó cómo es la su vista hermosa cosa!
la mirra, y los perfumes olorosos
en ella muestran ser muy mas preciosos.
Cercad bien con los ojos aquel lecho
del gran Rey Salomon tan adornado;
sesenta fuertes hombres muy de hecho
le tienen todo en torno rodeado,
hombres de gran valor, y fuerte pecho,
y en armas cada qual bien enseñado:
todos tienen al lado sus espadas
por temor de la noche y empuñadas.
Una morada bella ha edificado
para sí Salomón de extraña hechura;
el su monte de líbano ha cortado,
para de cedro hacer la cobertura;
de plata las colunas ha labrado,
y el techo de oro fino, y la moldura,
y el estrado de púrpura adornado,
y en medio dél mi amor está asentado.
ESPOSA
Salid, hijas de Sion, salí á porfía,
vereis á Salomon Rey coronado
con la corona rica, que en el dia
de su gozo su madre le habia dado,
quando con regocijo, y alegría
conmigo desposó el mi lindo amado:
salid, vereis la cosa mas hermosa,
que' mundo tiene acá, y mas graciosa.
Capítulo IV
ESPOSO
¡O cómo eres hermosa, dulce amada!
y tus ojos son bellos y graciosos,
como de una paloma muy preciada,
entre esos tus copetes tan hermosos:
tu cabello paresce una manada
de cabras, y cabritos, que gozosos
del monte Galaad vienen baxando,
el pelo todo liso, y relumbrando.
Los tus hermosos dientes parescian
un rebaño de ovejas muy preciado,
las quales de lavarse ya venian
del rio, el vellon viejo trasquilado,
tan blancas, tan parejas, que se vian
pasciendo por el campo, y por el prado:
estéril entre todas no la habia,
dos cordericos cada qual trahia.
Hilo de carmesí bello, y polido
son los tus labios, y tu hablar gracioso:
tus mexillas á mí me han parescido
un casco de granada muy hermoso:
y aquese blanco cuello liso y erguido ,
castillo de David fuerte, y vistoso:
mil escudos en él están colgados,
las armas de los fuertes, y estimados.
Los tus pechos dos blancos cabritillos
parescen, y mellizos, que pasciendo
están entre violetas ternecillos,
en medio de las flores revolviendo:
mientras las sombras de aquellos cerrillos
huyen, y el dia viene reluciendo,
voy al monte de mirra, y al collado
del encienso á cogerle muy preciado.
Del todo eres hermosa, amiga mia,
no tiene falta alguna tu hermosura,
del líbano desciende, mi alegría,
vente para mí, y esa espesura
de Hermon, y de Amana, que te tenia,
dexayla de seguir, qu' es muy obscura,
donde se crian onzas, y leones
en las obscuras cuevas, y rincones.
El corazon, Esposa, me has robado
en una sola vez, que me miraste,
con el sartal del cuello le has atado;
¡quán dulce es el amor, con que me amaste!
mas sabroso quel vino muy preciado:
¡ó quán suave olor, que derramaste!
panal están tus labios destilando,
y en leche, y miel tu lengua están nadando.
Tu vestido, y arreo tan presciado
en su olor al del Líbano paresce,
eres un huerto hermoso, y bien cerrado
que ninguno le daña, ni le empesce:
fuente sellada, qu' él que la ha gustado ,
en el tu dulce amor luego enternesce:
jardin todo plantado de granados
de juncia, mirra, y nardos muy presciados.
Donde tambien el azafran se cria,
canela, y cinamomo muy gracioso,
y toda suavidad de especería,
linaloe con todo lo oloroso:
fuente eres de los huertos, alma mia,
pozo de vivas aguas muy sabroso,
que del líbano baxan sosegadas,
y en este pozo están muy reposadas.
Sus vuela, cierzo, ea, no parezcas
por mi hermoso huerto, que he temor,
que con tu dura fuerza me le empezcas,
llevándome mis fructos, y mi olor:
vén, ábrego, que ablandes, y enternezcas
mis plantas, y derrames el su olor:
ESPOSA
Venga á mi huerto, y coja sus manzanas,
mi amado, y comerá las muy tempranas.
Capítulo V
ESPOSO
Vine yo al mi huerto, hermana Esposa,
y ya cogí mi mirra, y mis olores,
comí el panal, y la miel sabrosa,
bebí mi vino, y leche, y mis licores:
venid, mis compañeros, que no es cosa,
que dexeis de gustar tales dulzores:
bebed hasta embriagaros, que es suave
mi vino: el que mas bebe, mas le sabe.
ESPOSA
Yo duermo, al parescer, muy sin cuidado,
mas el mi corazon está velando:
la voz de mi querido me ha llamado.
ESPOSO
Abreme, amiga mia, que esperando
está la tu paloma este tu amado:
ábreme, que está el cielo lloviznando:
mi cabello, mi cabeza está mojada
de gotas de la noche, y rociada.
ESPOSA
Todas mis vestiduras me he quitado,
¿cómo me vestiré, que temo el frio?
y habiéndome tambien los pies lavado,
¿cómo me ensuciaré yo, amado mio?
Con su mano mi Esposo habia probado
abrirme la mi puerta con gran brio ,
por entre los resquicios la ha metido,
el corazon en mí ha estremecido.
Levantéme yo á abrirle muy ligera,
de mis manos la mirra destilaba,
la mirra, que de mis manos cayera,
mojó la cerradura, y el aldaba:
abríle; mas mi amor ya ido era,
qu'el alma, quando abria, me lo daba:
busquéle, mas hallarle no he podido;
llaméle, mas jamas me ha respondido.
Halláronme las guardas, qu' en lo obscuro
de la noche velaban con cuidado:
hiriéronme tambien los que en el muro
velaban, y aun el manto me han quitado.
O hijas de Sion, aquí os conjuro,
digais, si acaso viéredes mi amado,
quán enferma me tienen sus amores,
quán triste, y quán amarga, y con dolores.
COMPAÑERAS
¿Qué tal es ese, que tú tanto amaste,
ó hermosa sobre todas las mugeres,
aquel por quien ansí nos conjuraste?
Dinos las señas dél, si las supieres,
que aquel que con tal pena tú buscaste,
hermoso debe ser, pues tú le quieres.
ESPOSA
Mi amado es blanco, hermoso, y colorado:
vandera entre millares ha llevado.
La su cabeza de oro es acendrado,
son crespos y muy negros sus cabellos,
los ojos de paloma á mi amado,
grandes, claros, graciosos, y muy bellos,
de paloma qu' en leche se ha bañado,
tan lindos que bast' á herir con ellos,
en lo lleno del rostro están fixados,
del todo son hermosos, y acabados.
Son como heras de plantas olorosas
de confeccion suave sus mexillas,
sus labios son violetas muy hermosas,
qu' estilan mirra, y otras maravillas,
reiletes de oro muy preciosas
sus manos, quando él quiere descubrillas:
su vientre blanco de marfil labrado,
de zafíros muy ricos adornado.
Colunas son de un mármol bien fundadas
en basas de oro fino muy polido,
sus piernas, fuertes, recias, y agraciadas;
y el su semblante grave, y muy erguido
como plantas de cedro, que plantadas
en el líbano están, me ha parescido;
su paladar manando está dulzura,
y todo él es deseo, y hermosura.
Tal es el mi querido, tal mi amado,
tales son sus riquezas, sus haberes,
por este tal os he yo conjurado,
porque en él solo están los mis placeres.
COMPAÑERAS
¿Dó fué ese amado tuyo tan presciado,
ó hermosa sobre todas las mugeres?
dinos, ¿dó fué? que todas nos iremos
juntas contigo, y te le buscaremos.
Capítulo VI
ESPOSA
Mi amado al huerto suyo ha descendido,
á las heras de plantas olorosas:
su ganado en mi huerto le ha metido,
á apascentarlo allí, y coger rosas,
á solo aquel mi amado he yo querido,
y el tambien á mí sola entre sus cosas:
el mi querido es solo entre pastores,
qu' el ganado apascienta entre mil flores
ESPOSO
Como Thirsa, mi amada, eres hermosa,
y como Hierusalem polida y bella,
como esquadron de gente eres vistosa,
y fuerte, mil vanderas hay en ella:
vuelve de mí tus ojos, dulce Esposa,
tu vista me hace fuerza solo en vella:
tu cabello paresce á las manadas
de cabras, que de Galaad salen pintadas .
Una manada, linda mia, de ovejas,
me han tus hermosos dientes parescido,
que trasquiladas ya las lanas viejas,
del rio de bañarse han subido,
tan blancas, tan lucientes, tan parejas,
cada qual dos corderos ha parido:
tus mexillas un casco de granada
entre esos tus copetes asentada.
Sesenta reynas todas coronadas,
y ochenta concubinas me servian,
las doncellas no pueden ser contadas,
que número, ni cuento no tenian;
mas una es mi paloma, y humilladas
todas á mí perfecta obedescian:
y única á su madre aquésta fuera,
esta es sola, que otra no pariera.
Las hijas que la vieron, la llamaron
la bienaventurada, y la dichosa,
reynas, y concubinas la loaron
entre todas por bella, y graciosa:
todos los que la vieron, se admiraron,
diciendo, ¿quién es esta tan hermosa,
que como el alba muestra su frescura,
y como luna clara su hermosura?
Como el sol entre todas se ha escogido,
fuerte como esquadron muy bien armado.
Al huerto del nogal he descendido,
por ver sí daba el fructo muy preciado,
mirando si la viña ha florescido,
y el granado me daba el fructo amado.
ESPOSA
No sé cómo me pude ir tan ligera,
que mí alma allá en un punto me pusiera.
Carros de Aminadab muy presurosos
los mis ligeros pasos parescian,
y los que me miraban deseosos
de verme, ó Sunamita, me decian,
vuelve, vuelve esos ojos tan graciosos,
ten tus ligeros pies, que ansí corrian:
decian, Sunamita, que mirastes,
que como un esquadron os adornastes.
Capítulo VII
COMPAÑERAS
Quán bellos son tus pasos, y el de tu andar,
los tus graciosos píes, y ese calzado,
los muslos una aljorca por collar,
de mano de maestro bien labrado:
tu ombligo es una taza circular,
llena de un licor dulce muy preciado,
monton de trigo es tu vientre hermoso,
cercado de violetas, y oloroso.
Tus pechos son belleza, y ternura,
dos cabritos mellizos, y graciosos;
y torre de marfil de gran blancura
tu cuello, y los tus ojos tan hermosos
estanques de Esebon de agua pura,
qu' en puerta Batrabim están vistosos:
tu nariz una torre muy preciada,
del líbano á Damasco está encarada
Tu cabeza al carmelo, levantado
sobre todos los montes, parescia:
y el tu cabello roxo, y encrespado,
color de fina púrpura tenía:
el Rey en sus regueras está atado,
que desasirse de ahí ya no podía:
¡ó quán hermosa eres, y agraciada,
amiga, y en deleytes muy presciada!
Una muy bella palma, y muy crescida
parece tu presencia tan presciada,
de unos racimos dulces muy ceñida,
que son tus lindos pechos, desposada.
Dixe, yo subiré en la palma erguida,
asiré los racimos de la amada,
racimos de la vid dulces, y hermosos
serán tus pechos lindos, y graciosos.
Un olor de manzanas parecia
el huelgo de tu boca tan graciosa,
y como el suave vino bien olia:
tu lindo paladar, ó linda Esposa,
qual vino que al amado bien sabia,
y á las derechas era dulce cosa,
que despierta los labios ya caidos,
y gobierna la lengua y los sentidos.
ESPOSA
Yo soy enteramente de mi Esposo,
y él en mí sus deseos ha empleado:
ven pues, amado dulce, y muy gracioso,
salgamos por el campo, y por el prado,
moremos en las granjas, qu' es sabroso
lugar para gozar muy sin cuidado,
muy de mañana nos levantarémos,
y juntos por las viñas nos irémos.
Verémos, si la vid ya florescia,
y al granado nos muestra ya sus flores,
si el dulce fructo ya se descubria:
allí te daré yo los mis amores,
la mandrágora allí su olor envia,
y allí las fructas tienen sus dulzores;
que yo todas las fructas, dulce amado,
allá en mi casa te las he guardado.
Capítulo VIII
ESPOSA
¿Quién como hermano mio te me diese,
qu' el pecho de mi madre hayas mamado?
dó quiera que yo hallarte pudiese,
mil besos, mil abrazos te habria dado,
sin que me despreciase el que me viese,
sabiendo que en un vientre hemos andado:
en casa de mi madre te entraria ,
y allá tu dulce amor me enseñaria.
Del vino que adobado yo tenia,
haria que bebieses que es preciado,
y el mosto de granadas te daria;
la su mano siniestra del mi amado
baxo la mi cabeza la ponia,
y con la su derecha me ha abrazado.
O hijas de Sion, no hagais ruido,
porque mi dulce amor está dormido.
COMPAÑERAS
¿Quién es esta, que sube recostada
del desierto, y echada la su mano
sobre su amado tiene, y delicada?
ESPOSA
Allí te desperté só aquel manzano,
adonde te parió tu madre amada;
allí sintió el dolor, que no fué vano.
ESPOSO
Sobre tu corazon me pon por sello,
amada, y sobre el brazo, y en tu cuello.
Ansí como la muerte es el amor,
duros como el infierno son los zelos,
las sus brasas son fuego abrasador,
que son brasas de Dios, y de sus cielos,
muchas aguas no pueden tal ardor
apagar los ríos con sus hielos;
el qu'este amor alcanza, ha despreciado
quanto haber este mundo le ha enviado.
ESPOSA
Pequeña es nuestra hermana, aún no tenia
pechos; mientras le nascen ¿que haremos,
quando se hablare della, vida mia?
ESPOSO
Una pared muy fuerte labrarémos,
y un palacio de plata yo le haria;
y las puertas de cedro le pondremos;
y dentro del palacio ella encerrada,
estará muy segura, y muy guardada.
ESPOSA
Yo soy bien fuerte muro, Esposo amado,
y mis pechos son torre bien fundada.
ESPOSO
Bien segura estará puesta á mi lado.
ESPOSA
No hay donde pueda estar mejor guardada:
que luego que á tus ojos he agradado,
quedé yo en paz, temida, y aceptada;
y ansí con tal Esposo estoy segura,
que no me enojará de hoy mas criatura.
En Bal-hamon su gran viña tenia
Salomon, entregada á los renteros,
cada qual por los fructos que cogia,
de plata le trahia mil dineros;
mas me rentará á mí la viña mia,
que me la labraré con mis obreros:
mil dan á Salomon, y ellos ganaban
docientos, de los fructos que sacaban.
ESPOSO
Estando tú en el huerto, amada Esposa
y nuestros compañeros escuchando,
haz que oya yo tu voz graciosa,
que al tu querido Esposo está llamando.
ESPOSA
Vén presto, amigo mio, que tu Esposa
te espera, vén corriendo, vén saltando,
como cabras, ó corzos corredores,
sobre los montes altos, y de olores.
Finis hujus operis
Referencias:
[1] El nombre propio Jehová es traducido también como Yavé, Yaveh, Yaweh, etc. porque corresponde al Tetragrámaton (הוהי), cuatro letras hebreas, todas consonantes, pues los antiguos hebreos al principio no hacían referencia alguna a las vocales. Está formado por las letras Yod (י), He’ (ה), Waw (ו) y He’ (ה), equivalente a YHVH o YHWH o JHVH o JHWH, solo que en hebreo (como en todos los idiomas semitas) las palabras se escriben de derecha a izquierda.
[2] Jerónimo de Estridón (o Eusebio Sofronio Hierónimo) es conocido en el catolicismo como san Jerónimo. Nació en Estridón, Dalmacia, en el año 342 y murió en Belén, Palestina, el 30/9/420.
[3] El salmo compuesto por Salomón es el Salmo 72.
[4] Si bien en el inicio de uno de los capítulos se hace referencia a la autoría de Salomón, los antiguos judíos no lo consideraban obra de este rey. Incluso, el libro Sabiduría nunca formó parte del canon hebreo ni del cristianismo primitivo. Recién se lo declara canónico en el Concilio de Trento (1545-1563), época en que lo incorpora a la Biblia el catolicismo romano junto con otros seis libros y algunos textos de dudosa atribución al profeta Daniel más otros de Ester, libro atribuido a Mardoqueo. Reconocidos autores católicos como Aurelio Agustín de Hipona, san Agustín (Tagaste, 13/11/354 - Hipona, 28/8/430), y Jerónimo de Estridón (san Jerónimo), tampoco consideraron que Sabiduría hubiera sido escrito por el rey Salomón ni aceptaron su carácter sagrado.
[5] Estos dos reinos sucumbieron unos siglos después del reinado de Salomón. El de Israel, a manos del rey asirio Salmanasar (siglo VIII a.C), que luego de la toma de su capital Samaria, deportó en masa a la población israelita (esto dio origen a lo de las diez tribus perdidas) y trajo inmigrantes al distrito samaritano. Más tarde (c. fines del siglo VII a.C), los babilónicos deportarían a su vez a buena parte de la población de Judá y Benjamín. Nuevos levantamientos judíos, hicieron que Nabucodonor destruyera Jerusalén y su templo, y completara el destierro del resto. Una vez liberados por el rey persa Ciro el Grande, tras unos setenta años de cautiverio en Babilonia (siglo VI a.JC), los judíos volvieron a reedificar Jerusalén, pero ya nunca más gozarían de real independencia en la Antigüedad.
El contacto con sus vecinos samaritanos, hizo que estos adoptaran normas bíblicas, aunque solo a medias. De ahí que los hebreos contemporáneos de Jesús de Nazaret (cinco siglos más tarde) todavía consideraran a estos como extranjeros. Muchos samaritanos adoptaron en el siglo I la fe cristiana, pese a que Jesús de Nazaret predicara muy escasamente en su territorio.
Una nueva destrucción de Jerusalén tuvo lugar en el año 70 d.C por Tito Vespasiano, general de su padre, el emperador Flavio Vespasiano. El pueblo judío se salvó de la total aniquilación gracias a la diáspora (comunidades judías en diversas ciudades foráneas), que entretanto se venía produciendo por todo el Mediterráneo.
[6] Los masoretas fueron judíos copistas que sucedieron a los soferim en la era cristiana y hasta el siglo XI aproximadamente.
[7] Saba era el actual Yemen, sur de la península Arábiga.
[8] Al menos así le pareció al rabino Akiba (siglo I d.C) que dijo de El Cantar de los Cantares: “El mundo entero no era digno del día en que esta canción sublime le fue dada a Israel”.
[9] Una de las causas de que la Biblia sobreviviera, se debe a que los textos del Antiguo Testamento fueron transcriptos con una voluntad encomiable durante siglos. En efecto, los copistas hebreos mantuvieron un gran celo en su transcripción exacta, al no dudar de la santidad del texto. Alguien que coadyuvó también a conservarla fue Jerónimo de Estridón, que sin lugar a dudas fue muy honrado intelectualmente. Cuando el papa Dámaso le solicitó recopilar y traducir los textos bíblicos al latín, el espíritu científico de este noble clérigo, que indudablemente buscaba la verdad por sobre toda otra cosa, hizo que tradujera cuanto texto hebreo encontró relacionado con la historia sagrada del antiguo Israel, así como griego del cristianismo primitivo. Incluso, tradujo varios rollos que los antiguos siempre consideraron apócrifos, dejando constancia de este hecho.
[10] Existen algunas pocas traducciones parciales de la Biblia a idiomas romances que datan del medioevo, especialmente al español durante el reinado de Alfonso X, el sabio (1252-84). Estas traducciones directas del hebreo fueron costeadas en su mayoría por nobles castellanos para uso particular, aunque nunca se difundieron masivamente. En 1430, Don Luis Guzmán, Maestre de la Orden de Calatrava, encargó a Moisés Arragel, de Guadalajara, la traducción del Antiguo Testamento, cosa que este rabino cumplió en 1433. El manuscrito, ornamentado por los franciscanos de Toledo, no se aparta de la Vulgata, salvo cuando hay evidentes diferencias con los textos de lengua hebrea. Esta versión desapareció con la expulsión de los judíos de España en 1492 y reapareció en 1622 en la biblioteca del Palacio de Liria, residencia del Duque de Alba; de ahí que se la conozca como Biblia de Alba.
[11] Se dice que, en medio de una disputa con un clérigo prominente, William Tyndale (1495?-1536) le habría dicho: “Si Dios me da vida, haré que el peoncito que guía el arado conozca las Escrituras mejor que tú”, aunque hay historiadores que atribuyen la frase a John Wycliffe. De todas formas, no cabe duda que al valiente Tyndale no le importó exilio ni una muerte humillante con tal de cumplir su objetivo.
[12] El monasterio era el de San Isidro del Campo.
[13] Los judíos, por su parte, jamás reconocieron como canónicos los veintisiete textos, entre libros y epístolas, del Nuevo Testamento, es decir desde el Evangelio de Mateo al Apocalipsis o Revelación.
[14] Hay versos que en algunas copias presentan pequeñas variantes que no se incluyen aquí porque sería demasiado largo para editar.
[15] La grafía desde la época de Fray Luis de León ha variado, producto de la evolución del español. Por ejemplo, hasta el siglo XIX los acentos no tenían una regla absolutamente estricta; de ahí las muchas palabras graves con tilde terminadas en vocal, S o N, cosa hoy prohibida. Algo análogo ocurría con los vocablos agudos (corazón = corazón; jamas = jamás, etc.), con muchos monosílabos (á = a, vén = ven) o con determinados hiatos (vgr. envia en lugar de envía). También que la interjección oh se escribiera ó y que se utilizaran muchas contracciones ya perdidas, como della (de ella) o qu’en (que en). En algunos casos se agregaban ciertas letras, como S antes de C (paresce) o C antes de T (fructos) o bien existían ciertas permutas, como X en lugar de J (debaxo) o Q en vez de C (quales). También se anteponía artículo al demostrativo (el mi amado, la mi amada), etc. Algunos vocablos del siglo XVI ya en desuso: aljorca (ajorca), ansí (así), atravancando (pasando de prisa), oya (oiga), raposa (zorro), reiletes (aritos); só (bajo).
Nuevos colaboradores
STEFANIA AGOGLIA
Hoy practica el pluriempleo, trabaja escribiendo notas sobre ciencia y tecnología aplicada al agro en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) mientras maneja las redes sociales de Ediciones Corregidor. A su vez, lleva adelante una labor independiente que se desprende de su página de contenido literario en Instagram “Somos Historias” (un proyecto que duró seis años), actualmente la transformación tiene el nombre de “Lengua Madre” y hace lo mismo que antes (crear contenido y difusión de libros), pero ahora con un estilo enfocado en editoriales independientes argentinas y la difusión alternativa de la escena cultural y literaria.
También escribió artículos sueltos para varias revistas culturales como MásPoesía, La Linterna y Muu+, concurrió a varios talleres y festivales sobre periodismo y literatura en Casa de Letras y revistas como Anfibia.
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