"El amor es una mariposa" Mónica Villarreal (2020) (Acrílico sobre canvas, 12" x 12") |
Sumario
• Sobre el poemario “Los días que descienden sobre
nosotros para habitarnos” de Osmari Reyes García. (Moisés Mayán Fernández)
• El mundo quechua en la obra de José María Arguedas. (Zulma
Esther Prina)
• Cartas de Kafka. Un autorretrato. “Cartas a Milena” de Franz Kafka (trad. Carmen
Gauger). (Anna Rossell)
• “Pensar no cuesta nada”: los aforismos de César Cantoni.
(Luis Benítez)
• De utopías y certezas. (Viviana Díaz)
• Sosiego y melancolía. “El libro de las ciruelas tibias”
de Jorge Novac Stojsik. (Anna Rossell)
• Belgrano o lo que se cifra en el nombre. (Agustín
Romano)
• Nuevos colaboradores de Realidades y Ficciones:
Moisés Mayán Fernández,
Zulma Esther Prina, Ciudad de Buenos
Aires, Argentina
Viviana Díaz,
Londres (Catamarca), Argentina
SOBRE
EL POEMARIO “LOS DÍAS QUE DESCIENDEN SOBRE NOSOTROS PARA HABITARNOS”
Moisés Mayán Fernández ©
Cuando toda circunstancia ajena a la sobrevida parece expatriada del corazón humano, Osmari Reyes apuesta por un libro hecho de tiempo y memoria. ¿Qué utilidad puede tener un cuaderno de poesía en medio de una pandemia que se ha cobrado ya más de doscientas mil almas? ¿Por qué en mi confinamiento debería elegir precisamente estas páginas y no otras?
Bajo el
título Los días que descienden sobre
nosotros para habitarnos, la española Avant Editorial provoca a los
lectores, asumiendo la arriesgada maniobra que es toda publicación. En poco más
de 70 páginas Osmari Reyes despliega el mapa de su trayectoria vital y nos
permite echar un vistazo. Sus poemas se afincan en un verso prolongado que
husmea en las zonas limítrofes de la prosa poética, y donde el tiempo se
convierte en inobjetable protagonista.
Aleatoriamente
me estaciono en ciertos pasajes memorables: Hoy
es otro día a la puerta de algo, / a segundos del tiempo, / a solo pasos del
paso. / La ruptura llama desde sus cavilaciones, / desde la raíz del odio a la
ciudad enferma. Y es que la poesía cuando se produce, contiene en sí los
gérmenes de lo intemporal y lo profético. Vuelvo a detenerme arrinconado por
los versos que concurren como jauría al servicio del poeta: deslumbrarse ante lo simple, / presentir que
la muerte no es ajena ni es ausencia. / Mirar por encima del hombro, / ver a
los que nunca despiertan.
La impresión
es que el texto está generándose frente a los ojos de quien lee, en diálogo
constante con lo inmediato. Osmari crea una grieta temporal, un agujero de
gusano para ir y venir desde su realidad a la nuestra como a través de una
autopista. En su proyecto se entrecruzan el pasado de la creación poética, el
presente del libro físico o electrónico, y el futuro del lector potencial. No
hay que proponerse nada más en la escritura, esa superposición de planos es un
logro que necesitamos celebrar.
Los hombres
no son los que habitan el tiempo, es el tiempo quien escoge sus humanos
guardapolvos ante un nutrido vestidor. El poeta habitado por un tiempo
convulso, discontinuo, a veces vertiginoso, a veces coagulado, nos deja
testimonio de su existencia. La poesía será siempre una herramienta de
sobrevida.
Dos
poemas del libro:
ALARGAR
EL INSOMNIO
Osmari Reyes García ©
Me atrevo a tocar lo que existe.
Elijo los restos que se anidan al
final del día
para armar un camino hacia la noche.
Me decido a continuar siendo el que se
detiene en el mejor instante
(el segundo perfecto que no ha de
repetirse),
donde olvidamos la muerte que seduce
y comienza a responder o deslumbrarnos
con las palabras que describen la nada
o el universo.
Mil veces prefiero el silencio entre
cuatro paredes,
la señal de que se avecina la hora de
regresar al comienzo,
el espacio para protestar,
resistirse,
armar el final nunca antes pactado.
Me convoco en noches como estas para
perdonarme,
para emerger desde la dispersión donde
me mantengo a salvo,
para asomarme desde el fondo de la soledad
que compartimos
y alargar el insomnio que cerrará la
puerta.
PRELUDIO
DEL TIEMPO ILUMINADO
Osmari Reyes García ©
Pronto será todo lo que mañana trae
y después de mañana seguirás siendo
rosa.
Pronto la ciudad hablará con nosotros
y nos dirá que las marcas seguirán
siendo nada.
Pronto será pasado y se caerán las
banderas
y hablaremos sin miedo
desde el humo que somos.
Pronto,
muy pronto,
me subiré las mangas para agarrar a la
ola
y resucitar al hambre que se fue
indiferente.
Pronto será mañana
y lo que mañana trae
y por fin esta fuerza terminará
dormitando
sentado en un taburete,
bajo aquel tamarindo,
de la vida que fueron los mejores
años.
Pronto arrancaré los suspiros
para sentir tu perfume danzar entre
mis dedos.
Pronto me quedaré tranquilo
para no ver más nada,
para ser el silencio que se rompe en
el llanto.
Pronto,
demasiado pronto,
cerraré los ojos
y ya no diré nada aunque sangren mis
manos.
OSMARI REYES GARCÍA
(Caridad, Mayarí, Cuba, 1972). Poeta y haijin. Pertenece a los talleres literarios Nicolás Guillén Batista, José María Heredia y Ángel Augier. En 2017 obtuvo mención en el concurso León de León, en 2018 alcanzó mención y premio, en 2019 mereció Premio, ese mismo año resultó seleccionado para el Encuentro Debate de Talleres Literarios de su Provincia. Finalista en el Premio de Poesía Dulce María Loynaz (Estados Unidos, 2018). Recibió mención en el Premio David de
Más sobre su trayectoria y obras en
Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 84:
https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2019/12/
Currículo de Moisés Mayán Fernández en esta edición de
Realidades y Ficciones – Revista Literaria, Nº 43:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2020/09/realidades-y-ficciones-revista.html
Email: moisesmayan@gmail.com
EL
MUNDO QUECHUA EN
Zulma Esther Prina ©
Introducción
José María Arguedas |
La obra, según su propia idea, es un intento para que el mundo indígena acceda a la palabra a través de una lengua que no es la suya, sino la de su conquistador, para crear la conciencia de la injusticia de un pueblo “cercado” y contribuir a romper ese cerco [1] (Epílogo de El zorro de arriba y el zorro de abajo).
Cada libro suyo es una nueva lucha,
una búsqueda, una ampliación del panorama, un enfrentamiento cada vez mayor:
las pequeñas comunidades, los ayllus de la sierra y una puja entre el principal
y el serrano. Es el mundo reducido que no se sale de la parcela de tierra y de
un grupo de hombres. Son sus primeros cuentos.
Luego se amplía el espacio con Yawar Fiesta: es el indio frente al
blanco, frente al mestizo, frente al indio; hasta llegar a Lima, donde luchan
la sierra y la costa. Es un aprehender todo el Perú y más allá, como el decía: “…no solamente el Perú sino un poco los
grandes poderes que manejan al Perú y a todos los países pequeños en todas
partes del mundo.”
Acerca de su vida
El 18 de enero de 1811 nace Arguedas
en Andahuylas, un pueblito del sur de la sierra. Hijo de padre español y madre
india; ella era de una familia muy reconocida: Altamirano.
José María habla el idioma quechua
hasta que llega a
Su lucha política le vale la cesantía como profesor en 1948 en la dictadura de Manuel Odría. En esos años recorre Perú para recoger en las escuelas de todas las ciudades, canciones, leyendas, cuentos populares, que escriben maestros y niños según los escucharon de boca de sus mayores. Reúne ese material en Mitos, leyendas y cuentos peruanos.
En 1952 recopila Cuentos mágico religiosos y canciones de fiestas tradicionales del
Valle de Mantaro.
Los ríos profundos, su obra maestra, recibió el premio Ricardo Palma. Podríamos seguir mencionando Diamantes y pedernales. El sexto, la novela que escribe en la cárcel y cuenta la vida y miserias de la época. Sus últimas novelas, Todas las sangres, El zorro de arriba y el zorro de abajo, novela póstuma.
Un libro que contiene la problemática de la colonización
Agua está conformado por tres cuentos: “Agua”, “Los escoleros” y “Warma Kuyay” (Amor de niño).
En esta obra muestra los dos problemas
más acuciantes que vive el indígena frente al colonizador: la falta de agua, ya
que el gamonal, el ahora patrón, la da o la quita según le parece.
En “Los escoleros” es el tema de los
animales. El que manda puede quitar si se le antoja.
El otro tema es el que padece el
mestizo: no es aceptado ni por el indígena ni por el español. Así deviene la
angustia, la soledad, el no pertenecer a ninguno de los dos grupos sociales.
Ante la ausencia de raíces, el hombre se siente extranjero en todas partes. Es
el caso tan tratado del extrañamiento y la soledad.
En la literatura latinoamericana
encontramos ejemplos permanentes: García Márquez en Cien años de soledad; Juan Rulfo en Pedro Páramo; José María Arguedas en El extranjero; Carlos Fuentes en La muerte de Artemio Cruz.
Esta sensación de soledad es, además
de sentirse extranjero, producto de un sentimiento de culpa, de resentimiento
y, como resultado, de la actitud de rebeldía. Rebeldía por la violencia
ejercida sobre el dominado. Violencia que se traduce en el maltrato, en la
humillación, en la violación a las mujeres y en el despojo.
Si ahondamos en el cuento “Agua”,
observaremos el drama por la tierra.
El indio queda sometido a un régimen
feudal, donde debe trabajar su tierra, esa tierra que pertenecía a la
comunidad, ahora es beneficio del misti.
Así queda el dominado reducido a su mínima expresión, sin voluntad de lucha y
aferrado a un mundo que pertenece a la memoria de otro tiempo. El rechazo a lo
extranjero no es un problema de educación sino de resentimiento y de falta de
incentivo vital.
Mariátegui expresa esta situación relacionada con el despojo de la tierra al indígena.
“
Arguedas no hace más que transmitir este estado, que como bien afirma Mariátegui, provoca “la disolución material y moral”.
Sabemos que nuestros originarios
vivían atados a su madre tierra. De ella venían y a ella volvían. Recordemos
que la tierra era de todos y no estaba en la cultura de estos pueblos la noción
de la “propiedad privada”.
Arguedas no intenta, como la
literatura indigenista, reivindicar una cultura, una raza que no conoce. No la
muestra ignorante e incapaz de asimilar el progreso, sino vencida, sin ánimos
para luchar y, por lo tanto, sometida, pero que se encuentra a sí misma, a
través de un realismo mítico-religioso.
El autor pone su acento en una lucha
por reconquistar el bien perdido; intenta hacer entender al indígena que debe
unirse y pelear contra un enemigo común.
El autor escribe “Agua” con odio y con
amor, pero su pasión no le impide transmitir un momento de la historia de los
pueblos latinoamericanos.
Él mismo señala su objetivo:
“... no tuve más ambición que la de volcar en la corriente de la sabiduría y el arte del Perú criollo el caudal del arte y la sabiduría de un pueblo al que se consideraba degenerado, debilitado o ‘extraño’ e ‘impenetrable’ pero que, en realidad, no era sino lo que llega a ser un gran pueblo oprimido por el desprecio social, la dominación política y la explotación económica en el propio suelo, donde realizó hazañas por las que la historia lo consideró un gran pueblo…” [3]
Dice: extraño e impenetrable. Seguramente ese despojo y sometimiento lo ha convertido en un ser callado y replegado hacia su interior, para salvaguardar sus raíces.
En definitiva, el indio que describe
Arguedas en “Agua” —así como el problema de la explotación— está inscripto en
un marco real, ya que él mismo compartió esa realidad y supo transmitir el alma
del hombre andino.
Coincidiendo con Leónidas Morales y
con Cornejo Polar, podemos ubicar a José María Arguedas, desde sus primeros
cuentos, dentro de la literatura realista, ya que narró sus experiencias. Se
crió con ellos, habló su lengua, aprendió sus costumbres, sintió la alegría, la
tristeza y la humillación como ellos. El indio “era el tema de su propia vida”. [4]
Al decir de Alberto Escobar acerca de
los Comentarios Reales, es “la invitación a reconocer en el quechua un rasgo de
un modo de ser, de entender la realidad y nombrarla”. [5]
La corriente indigenista estaba lejos de acercarse a la cosmovisión andina. Sus cuentos y novelas fueron escritos desde la distancia, sin conocimiento real del hombre indígena. Si bien aportó elementos de la corriente literaria de una época de la literatura, no refleja ni la realidad ni el sentimiento del indígena.
La realidad mítica
El hombre andino vive en contacto
permanente con el mito. Es una cultura que conlleva una concepción religiosa
del mundo. Ellos dividen el espacio en tres mudos: el mudo de arriba, el mundo
de aquí y el mundo de adentro.
Explica Luis Valcarcel que, según la concepción indígena primitiva, había tres elementos: el agua, la tierra, el fuego. Estos son en realidad los elementos de la naturaleza, fundamentales para la vida. Si completamos con el elemento “aire”, tendremos los cuatro elementos primitivos ancestrales.
El universo quechua estaba dividido también en tres mundos:
• Hanaq pacha: “mundo de arriba” (dioses)
• Kay pacha: “mundo de aquí” (seres vivos y espíritus)
• Ukhu pacha: “mundo de adentro” (muertos y gérmenes)
Si relacionamos estos tres mundos con
los tres temas de los cuentos “Agua”, “Los escoleros” y “Warma Kuyay”, • odemos
extraer que:
La tierra, eje central, representa el
mundo de aquí y al mismo tiempo su carácter mítico la convierte en el elemento
de unión entre “el mundo de arriba” y el “mundo de adentro”. Es la madre y, por
lo tanto, su condición de fértil se relaciona con la procreación.
El agua es necesaria para brindar el
alimento que nos da la tierra.
Los animales son tratados como
personas; se les brinda el mismo afecto y cuidado. Los ritos de enterramiento
son semejantes a los que se prodigan a los indios. Por eso el indio que no
posee un animal está considerado en una escala inferior. No puede ser comunero.
El que no tiene un animal, no existe.
El amor es símbolo de la procreación.
Es puro y mágico como la tierra, porque al igual que ella, posee el poder de
engendrar.
Las formas de vida se conectarán al
pasado: costumbres, rituales; la música y la danza los transportarán al pasado.
Solo en la memoria de otro tiempo retorna la vida.
El mito es el símbolo colectivo y
temporal. Esta cosmovisión incluye el ámbito social, político, económico y
cultural.
Arguedas intenta mostrar el mundo
desde otra visión: la naturaleza, la tierra, los dioses, que están inmersos en
sus vidas.
La importancia del mito
Hay a través de los tiempos dos tipos
de mitos: el que cuenta Cieza de León sobre la fundación de la ciudad del Cusco
(como nacimiento de todas las cosas) y el mito de Inkarri, más actual (como
renacimiento). Dice este mito popular, que este inca fue degollado y enterrada
su cabeza en la tierra. La gente del pueblo, aún hoy, en las regiones menos
urbanas, esperan que el cuerpo de Inkarri crezca y cuando termine de crecer,
volverá para salvarlos.
Este mito está más asociado a esa idea
de José María Arguedas acerca de que mito y realidad son indisolubles. Es una
cosmovisión que le permite al hombre sobrevivir.
Cuenta Pedro de Cieza de León [6] que antes de que floreciesen los incas, había otras gentes y que Ticiviracocha había sido el Hacedor de todas las cosas. Nos hace saber que Ayar Cachi manda a sus dos hermanos a fundar la ciudad imperio en el Cusco. Él explica que esta historia o leyenda se aproxima bastante a la verdad. De lo que podemos deducir que estas historias han sido confirmadas sin desmentir que casos extraños o mágicos hubieran sucedido.
Todos los grandes imperios tuvieron
historias donde un héroe —o un semidiós— fundaba en determinado lugar lo que
luego sería una gran civilización. Lo mismo sucedió con el Imperio Incaico.
Los pueblos del Perú siguen hoy conservando
estas creencias sobre historias sobrenaturales. Igualmente, los rituales y
leyendas, que para la cosmovisión andina había, continúan también para el
hombre peruano. Siguen las creencias de estas historias protagonizadas por
seres con poderes sobrenaturales.
La música y la danza constituyen
elementos mágico-religiosos. Los músicos y los danzak elegidos son seres con
ciertos poderes y están ligados a los dioses.
El hombre quechua vive en una realidad
mítica. Después de la conquista, se destruyó su cultura, su organización
social, religiosa, política y económica. La vida se transformó y este pasó a
ser un esclavo del dominador. Sin tierra, sin agua, sin sus creencias. Hubo una
necesidad de replegarse para salvar su mundo interior. La realidad era la vida
dura y sin futuro. Por eso, se refugia en el mito, que es la vida pasada, la
edad feliz.
Un nuevo lenguaje
La crisis social, política y económica
se muestra con toda su fuerza. Arguedas observa que la gente de su pueblo no
puede acceder a un tipo de vida segura; que el mestizo sigue discriminado y sin
posibilidad de insertarse en la sociedad. Por otra parte, está la imposibilidad
de hablar su propio idioma. Debe relacionarse a través del idioma español
oficial; un lenguaje que apenas domina. El hombre peruano queda desdibujado,
cada vez más alejado de su cultura, de sus raíces.
Esta preocupación lo hace buscar un
lenguaje en el que pueda el lector, el mundo entero, reconocer la idiosincrasia
de su pueblo.
A través de su narrativa, va elaborando los elementos lingüísticos que le permiten encontrar la manera de unir dos culturas. A medida que va escribiendo, va trabajando con los vocablos, la adjetivación, los diminutivos característicos del quechua, los nombres de los personajes, la estructura y aspectos profundos del idioma. Los personajes no son en realidad personajes literarios. Son el pueblo mismo, la comunidad y por eso, él los llama por sus nombres reales en su narrativa.
Una larga búsqueda, con pruebas y
errores, que va consolidando en cada una de sus obras. Los ríos profundos, una de sus obras más reconocidas, tiene la
profundidad de un discurso pleno de emociones, rituales, leyendas y elementos
de la naturaleza que están animados, con los que pueden hablar y comunicarse;
tienen vida. Luego sigue con Yaguar
Fiesta, entre otras. Hasta su obra póstuma: El zorro de arriba y el zorro de abajo.
Es un esfuerzo sostenido para encontrar un punto de enlace entre la cosmovisión del mundo quechua y la lengua impuesta por la colonización. Un discurso diferente, unas formas, giros y voces que llegan al lector desde otro espacio, aún en castellano.
Este inmenso trabajo de creatividad,
mezcla de vivencias, de historias y de relatos sobrenaturales nos hacen sentir
otros mundos, otras formas de vida. Él lo logra plenamente en su obra póstuma: El zorro de arriba y el zorro de abajo.
Queda inconclusa; podríamos pensar en un final abierto.
El autor que nos ocupa, trabajó sin cesar para lograr una unidad, para encontrar un elemento que unifique las dos culturas. Mundos tan opuestos no podían entenderse; el indio había sido doblegado, pero no asimilado. El viejo mundo no pudo desterrar la esencia quechua, esa esencia hecha de magia y de amor por la tierra. Pero debían convivir; por eso era necesario entenderse.
Tuvo que buscar en la cultura española algo que los unificara. Y el lenguaje es el único elemento unificador. Los indios debían manejar el español para poder ingresar a la nueva sociedad, pero solo hablaban español con el español en un mal lenguaje: la palabra del blanco, insertada en la construcción del quechua.
Arguedas deja su obra sin terminar
pues su dolencia y su imposibilidad de seguir luchando lo hace decidirse, esta
vez definitivamente, por el suicidio. Por eso, la solución de la muerte es la
seguridad de volver al mito, es recuperar la libertad.
Logró sí, un nuevo lenguaje. Sin
embargo, su deseo fue mucho más allá. Intentó dar vida al hombre nuevo, al
indio que, según su aspiración, surgirá redimido, para forjar un país más justo
y más suyo. Será un hombre nuevo con un nuevo destino, el de América liberada.
Una utopía que aún hoy seguimos buscando.
[…] Escribo estas páginas porque se me ha dicho hasta la saciedad que si logro escribir, recuperaré la sanidad. […] Como estoy seguro de que mis facultades y armas de creador, profesor, estudioso e incitador, se han debilitado hasta quedar casi nulas y solo me quedan las que me regalarían a la condición de espectador pasivo e impotente de la formidable lucha que la humanidad está librando en el Perú y en otras partes, no me sería posible tolerar ese destino. O actor, como he sido desde que ingresé a la escuela secundaria, hace cuarenta y tres años, o nada.” [3]
Un breve homenaje
Queremos mostrar en un breve párrafo
desde esta transcripción tomada de la web, el arraigo a la cultura quechua, que
fue lo que marcó en Arguedas esta necesidad de luchar por transmitir el alma de
su pueblo.
Dedica este himno a la mujer india que en realidad lo crio y le brindó su amor.
A
Doña Cayetana, mi madre india, que me protegió con sus lágrimas y su ternura,
cuando yo era niño huérfano alojado en una casa hostil y ajena. A los comuneros
de los cuatro ayllus de Puquio en quienes sentí por vez primera, la fuerza y la
esperanza.
————
Tupac
Amaru, hijo del Dios Serpiente; hecho con la nieve del Salqantay; tu sombra
llega al profundo corazón como la sombra del dios montaña, sin cesar y sin
límites.
Tus
ojos de serpiente dios que brillaban como el cristalino de todas las águilas,
pudieron ver el porvenir, pudieron ver lejos. Aquí estoy, fortalecido por tu
sangre, no muerto, gritando todavía.
Estoy
gritando, soy tu pueblo; tú hiciste de nuevo mi alma; mis lágrimas las hiciste
de nuevo; mi herida ordenaste que no se cerrara, que doliera cada vez más.
Desde el día en que tú hablaste, desde el tiempo en que luchaste con el acerado
y sanguinario español, desde el instante en que le escupiste a la cara; desde
cuando tu hirviente sangre se derramó sobre la hirviente tierra, en mi corazón
se apagó la paz y la resignación. No hay sino fuego, no hay sino odio de
serpiente contra los demonios, nuestros amos.
Está cantando el río,
está llorando la calandria,
está dando vueltas el viento;
día y noche la paja de la estepa vibra;
nuestro río sagrado está bramando;
en las crestas de nuestros Wamanis montañas,
en sus dientes, la nieve gotea y brilla.
¿En dónde estás desde que te mataron por nosotros? […]
Referencias
[1] Arguedas,
José María. El zorro de arriba y el zorro
de abajo. Epílogo. En José María
Arguedas - Obras completas (Lima, Horizonte, 1983. T. I a V). Nota: Todas
las citas de Arguedas, pertenecen a esta edición.
[2] Mariátegui,
José Carlos. Siete ensayos de la
interpretación de la realidad peruana (Santiago de Chile, Editorial
Universitaria, P.T.C.M. 1946, pp. 47).
[3] Arguedas,
José María. Op. cit., p. 96.
[4] Morales,
Leónidas. “José María Arguedas. El lenguaje como perfección humana”. En Estudios filológicos Nº 7 (Buenos Aires,
UBA, 1986).
[5] Escobar,
Alberto. Patio de Letras (Lima, 1986,
p. 29).
[6] Cieza de
León, Pedro. Del señorío de los incas –
Título original de la obra, Segunda parte de
[7] Arguedas,
José María. Op. cit.
Bibliografía
• Arguedas, José María. El zorro de arriba y el zorro de abajo. Epílogo. En José María Arguedas Obras completas
(Lima, Horizonte, 1983. T. I a V).
• Cieza de León, Pedro. Del señorío de los incas – Título original de la obra, Segunda
parte de
• Escobar, Alberto. Patio
de Letras (Lima, 1986).
• Mariátegui, José Carlos. Siete ensayos de la interpretación de la realidad peruana (Santiago
de Chile, Editorial Universitaria, P.T.C.M., 1946).
• Morales, Leónidas. “José María Arguedas. El lenguaje
como perfección humana”. En Estudios
filológicos Nº 7 (Buenos Aires, UBA, 1986).
Currículo de Zulma Esther Prina en esta edición de
Realidades y Ficciones – Revista Literaria, Nº 43:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2020/09/realidades-y-ficciones-revista.html
Email: zulmaprina@gmail.com
CARTAS
DE KAFKA. UN AUTORETRATO
Anna Rossell ©
Es de agradecer una reedición cuando, siendo de interés literario, perfecciona las anteriores publicaciones facilitando el trabajo filológico a los investigadores. Es el caso de estas Cartas a Milena, de Franz Kafka, que, publicadas por Alianza Editorial en 1995 y 2010, reaparecen ahora en una edición, que por primera vez en España se basa en la alemana, ampliada, de Fischer 1983. Las precedentes, basadas en la de 1949, de Willy Haas, a quien Milena entregó las cartas en 1939 para salvarlas de los nazis, presentaban algunas flaquezas que ahora se han subsanado: errores de datación, 62 pasajes eliminados y 10 cartas suprimidas. Según la traductora (cf. nota introductoria), esta, a excepción de tres artículos periodísticos de Milena que no recoge la traducción, respeta la edición de Fischer; hay que añadir alguna diferencia en el aparato de notas que Gauger ha adaptado al lector en español.
Milena Jesenská |
La relación epistolar de Kafka —también mantuvo correspondencia con Felice Bauer, su primer amor, publicada igualmente por Alianza (1997) y Nórdica (2013 y 2014)— aporta luz sobre una compleja y seductora personalidad, que, más allá de acercarnos al hombre, nos aproxima a su mundo literario. Las cartas documentan la extrema sensibilidad de un hombre altamente observador, de exquisito refinamiento intelectual, lo cual, en opinión de Milena, le incapacitaba para la vida y habría de incidir en la tuberculosis que le llevó a la muerte.
Kafka, que entonces tenía 38 años,
encontró en Milena, de 24, el ideal de mujer en la que depositar la inmensa
ternura que necesitaba encauzar. Tenían en común intereses literarios, la
difícil relación con la figura paterna y la enfermedad pulmonar, a lo que se
unía la crisis matrimonial (con Ernst Pollak) por la que ella atravesaba. Estas
cartas se leen como una vehemente relación amorosa, tanto más favorecida por el
hecho de que se mantenía sobre todo en el plano ideal —Kafka tuvo dificultades
en la relación física estable con mujeres y los encuentros con Milena fueron
muy esporádicos—.
El hecho de que las cartas de Milena
se hayan perdido, dificulta obviamente la comprensión, lo cual no desmerece lo
mucho que aportan en otros aspectos. Los ingeniosos comentarios del autor checo
sobre la vida cotidiana o sobre conocidos comunes, casi siempre acompañados de
símiles o parábolas y con finísimo humor, son impagables y dan cuenta del genio
imaginativo de Kafka, el mismo que plasma en su universo literario. Una larga
relación de temas recurrentes, también presente en su obra y en sus diarios, se
hace patente: sus miedos, su recelo hacia la carne (en sentido concreto y
metafórico), la grave situación de los judíos, el insomnio pertinaz, su
enfermedad pulmonar, que él considera una “extensión de mi enfermedad psíquica”,
sin que ninguno de ellos sea tratado con victimismo.
Carmen Gauger |
(Publicado en Quimera. Revista de Literatura, Nº 389, abril 2016, p. 62)
Currículo de Anna Rossell en Realidades y Ficciones – Revista
Literaria Nº 11:
http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com.ar/2012/12/blog-post.html
https://www.facebook.com/annarossellliteratura
http://annarossell.blogspot.com.es/
http://es.wikipedia.org/wiki/Anna_Rossell_Ibern
Email:
arossellib@gmail.com
“PENSAR
NO CUESTA NADA”: LOS AFORISMOS DE CÉSAR CANTONI
Luis Benítez ©
“Pensar no cuesta nada”, del poeta
argentino César Cantoni (1ra. edición, 2020, 98 páginas; 12 x 19 cm, ISBN 978-987-86-3665-8)
es un reciente lanzamiento de Proyecto Hybris Ediciones, sello de
Se divide en dos secciones principales: la que da título al volumen y la nombrada como “Satíricas”, que a su vez ofrece dos subsecciones: “Del hombre y la mujer” y “De esto y aquello”.
La máxima aforística, que en su
dilatada historia desde los antiguos griegos hasta la actualidad ha brindado
oraciones breves y hasta brevísimas para definir principios de manera
sentenciosa y definitiva, es una opinión en extracto, una quintaesencia del
sentido que abre una puerta a la imago
mundi de sus autores.
En el caso de un poeta de una
trayectoria como la de Cantoni, bien conocida dentro y fuera de su país,
resulta “Pensar no cuesta nada” una experiencia distinta para el lector: la
ocasión de comprobar de qué manera tan exacta logra condensar significados e
hilarlos coherentemente, para que en su conjunto se proyecten como una
polifonía que, aun abarcando definiciones tan diferentes sentencia tras
sentencia, la suma resulte todavía mayor que las partes, cuando estas se
interpelan mutuamente. Este efecto de unidad es cosa de destacar, ya que no
consiste en una coincidencia feliz tratándose de un autor como César Cantoni,
una de cuyas características es justamente la precisión formal y de sentido,
tal como lo resalta la evolución de su poesía a lo largo de más de una decena
de títulos ya publicados.
En “Pensar no cuesta nada”, aunque
metamorfoseados para la frase breve, hallamos elementos ya constitutivos de su
poética, como la ironía que accede a los filos del sarcasmo; el humor casi
siempre teñido de un desencanto lúcido; la presencia de lo social en sus
facetas más descarnadas; el objetivismo bien entendido, capaz de penetrar hasta
el hueso de la realidad y exponerlo al lector; el lenguaje muchas veces
coloquial y engañosamente directo, que no se priva de mostrarnos el sospechoso
indicio de un sentido más amplio, obligando a una segunda lectura reveladora y contundente.
El repetido fenómeno de la
identificación con muchas de las definiciones que nos brindan las páginas de
“Pensar no cuesta nada” transforma a estas en una sucesión de cajas de
sorpresa, donde la originalidad del pensamiento del autor se conjuga con una
familiaridad que se nos ofrece inesperadamente. Es que en muchas ocasiones
Cantoni completa aquellas apreciaciones que nosotros mismos alguna vez intuimos
y dejamos a medio bordar, para encontrarlas ahora en “Pensar no cuesta nada”
resueltas del modo más preciso y exacto, gracias a lo que acertadamente se da
en llamar la inteligencia poética.
El sentido del añejo dicho de que lo bueno, si breve, resulta dos veces bueno, es multiplicado por este volumen gracias, precisamente, a la inteligencia poética de la que hace gala el autor, aforismo tras aforismo.
El autor
César Cantoni nació en
Su obra publicada incluye, además, dos
cuadernillos: Intemperie y otros poemas
(2006) y Latencia: poesía y dictadura
(crónica literaria, 2013).
Figura en numerosas antologías
poéticas argentinas e hispanoamericanas. Algunos de sus poemas fueron
traducidos al inglés, francés, italiano, portugués, catalán, griego, ruso y albanés.
Administra el blog de poesía platense “Los poetas no van al cielo”. Reside en
su ciudad natal.
Así
escribe César Cantoni
Cuando los dioses no tienen nada que
hacer, crean mundos.
[…]
Podrán perdonarte que nades contra la
corriente, siempre que no tengas éxito.
[…]
Siempre habrá gente que, en presencia
de un escuerzo, se empeñe en creer que ve un faisán.
[…]
Había una vez un paraíso terrenal. Y
Adán y Eva se comieron a la serpiente.
[…]
La fama siempre termina siendo
insoportable. Sobre todo, la de los otros.
[…]
La opinión que tenemos de nuestros
enemigos es exactamente la misma que nuestros enemigos tienen de nosotros.
[…]
Si Dios no mueve un dedo para mejorar
el mundo es porque, a esta altura, ya no puede hacer nada.
[…]
La fe tranquiliza más que la
filosofía. Y, además, demanda menos esfuerzo. De ahí que haya más creyentes que
filósofos.
[…]
No te preocupes por los que se fueron
siguiendo al viento; cuando Ete cambie, estarán de vuelta.
[…]
Era un hombre de principios: nunca
terminaba nada.
[…]
En cuanto a su poesía, debo reconocer
que usted maneja muy bien los silencios y, sobre todo, los espacios en blanco.
Currículo de Luis Benítez en Suplemento de Realidades y
Ficciones Nº 64:
Email: lb20032003@gmail.com
DE
UTOPÍAS Y CERTEZAS *
Viviana Díaz©
Pareciera una utopía pensar hoy desde
donde se lee cuando el ojo todo lo percibe. Ese ojo que, por qué no, es “el
tercer ojo” de los hindúes, la puerta hacia la recepción, hacia la semiosis.
Referente a esto Roman Jakobson hizo
aportes al establecer que en todo acto comunicativo —lingüístico o no— entran
en juego, en conjunción en términos de Greimas una serie de significados y unas
ciertas competencias de enunciación y de comprensión.
Ofelia Seppia afirma que: Hay coincidencia en que la literatura debe
estar presente en todo proyecto educativo […] porque amén de su valor estético,
la literatura es un modo (virtual) de apropiarse del mundo. Pero además es una
manera —divertida y a la vez profunda— de apropiarse de los infinitos modos de
“decir” ese mundo.
Si la competencia del lector pasara
entonces por la estética, por la diversión y por “las maneras” de decir,
veríamos que la didáctica de
Si yo enseño a leer desde BE-CE-DE sin
considerar que mi alumno-oyente ya conoce esos sonidos, genero lo que de ahora
en más denominaré una lecto-dependencia.
Estos ruidos en la enseñanza comienzan a generar ruidos en la comunicación.
Recuerdo a dos madres desesperadas acudir a decirme: “por favor, puede
enseñarle a leer, desaprueba Lengua y no entiendo eso de los ruiditos que dice
la maestra”. Ahora bien, recuerdo al niño de seis años llegar a mí, casi
obligado en un día de calor, con un cuaderno bajo el brazo, saludarlo y luego
de compartir el caramelo preguntarle: “¿Qué querés que hagamos?” A lo que
respondió: “La seño dice que no sé leer, pero a mí no me gusta eso de los
ruiditos, me aburre, yo sé leer, pero los ruiditos, son aburridos.”
“Ah, así que sabés leer. ¿Y qué te
gusta?” A lo que con un grito dijo: “Los dinosauurioooossss y los héroes”.
En mi biblioteca poseo libros
clasificados, extraje uno que se llama Las
aventuras de Bebesaurio. Lo puse en la mesa. La felicidad en los ojos del
niño fue irreproducible. Tomó el libro y empezó a devorar los dibujos, a pasar
las hojas, a contarme lo que veía, a relatarme historias de otros dinosaurios,
a hablarme de los juguetes, y me dijo, yo
quiero leerlo, usted me enseña. Bebesaurio nos acompañó muchas clases y en
un mes y medio logré hasta que recitara poesías. Cada clase cerraba con una
actividad pictórica relacionada con el tema del día, una canción que
entonábamos y un caramelo. La fascinación de Eugenio por los dinosaurios y por
aprender más selló nuestro contrato pedagógico, las “fuerzas vivas”, ese acto
entre docente y alumno se había establecido propuesto por él mismo. En mi
placer de enseñar sentía una vez más que solo me dejaba llevar por su disfrute.
Eugenio comenzó a participar en clase, a demostrar alegría, y esto que parece
tan sencillo es fundamental. En principio este acto de enseñar, esta manera
rompió con la lecto-dependencia, con la sistematización, para arrancar la
enseñanza desde las competencias del alumno-oyente, de sus saberes previos, de
lo que piensa.
Hay como un afán de enseñar a leer
desde cero, ignorando los saberes previos, haciendo del alumno-oyente un
lecto-dependiente a tal punto que los jóvenes llegan a los doce años con un
rechazo total a la lectura que en el fondo solo es un rechazo a esa manera de
aprender. El alumno queda sometido los siete años de escolarización primaria a
esa lecto-dependencia. Recuerdo haber asistido al acto del 25 de mayo, entre
galeras; los actores pasaban con un cartón desde el que leían la estrofa de una
poesía que casi tartamudeaban. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando vi
ingresar a Eugenio con su frac negro y recitar su estrofa de poesía sin ningún
papel. “¿Vio como participa?” me
dijo la mamá, entusiasmada. “Lo eligen
para todos los actos por cómo recita”. El objetivo pedagógico estaba
cumplido.
Sostengo que hay que hacer un
seguimiento de la didáctica, de las epistemologías, de las hermenéuticas, ¿Para
qué y por qué leemos? ¿Cómo?
El docente-emisor pasa a aplicar la
lecto-manía de enseñar a leer sistematizando la lengua. Cuando la asociación no
funciona, aplica (a escondidas) y cuando la generadora no funciona, aplica (a
escondidas) la generadora y cuando esta no funciona pregunta al alumno: “¿Sabés
usar el WhatsApp?”, a ver si por ahí logra atraerlo.
La enseñanza carece de hedonismo, la
pasión de generar un lecto-juego que incorpore a emisores y receptores.
Leer desde lo atractivo no existe.
La década del 80 parece revolucionar
el mundo de la lectura. La modalidad de taller se inserta en la enseñanza junto
con movimientos didácticos de la denominada “Nueva Escuela”. Se desmoronan los
basamentos de Piaget quedando el niño fuera del pensamiento abstracto y las
operaciones concretas.
La corriente denominada “didáctica
crítica” genera un sinfín de libros de textos llenos de ejercicios en los que
“el alumno” debe asociar, resolver y deducir el concepto.
He visto una década de jóvenes rendir
Lengua por no llegar al concepto. Es que “al concepto” no se llega pues “el
concepto ya fue creado con antelación. Este supuesto es tan falaz como querer
afirmar “que hoy puedo pisar
La literatura en la década del 90 se
enlazó al concepto de “literatura infantil”, dando lugar al “mercado editorial
escolar”, así un conjunto de textos fácilmente reconocibles invade las
prácticas de la enseñanza de la literatura en el nivel medio. Los libros pasan
así a leerse por edad, por colecciones de colores. Lo único productivo de ese
boom editorial (como se lo denomina) es que se insertan en el canon escritores
argentinos abriendo un abanico interesante. Desaparecen así del aula los
clásicos como Caperucita, Pinocho, El
Lazarillo de Tormes, para dar lugar a autores como Elsa Bornemann, Graciela
Cabal, Graciela Montes, entre otros.
Critico de esta etapa la manera de
agrupar, de clasificar, de dar a unos y no a otros la posibilidad de leer tal o
cual obra clasificada arbitrariamente por un grupo editorial.
López y Bombini afirman en aquel
entonces: “Frente a la repetida sentencia
los jóvenes no leen (y sus posibles variantes), editores, pedagogos y
profesores y una cohorte de los denominados especialistas parecen haber
encontrado la fórmula magistral, el antídoto: la literatura infantil”.
Así la lecto-manía y la
lecto-dependencia se olvidan del sujeto llenando las bibliotecas escolares de
textos que nadie lee. El Ministerio de Educación de
En los albores del 2000 ya no se habla
de reforma educativa pero sí de cambios de planes de estudio. Las escuelas de
La escuela primaria vuelve a ser de
siete años intentando aplicar un método de observación y experimentación. Por
ejemplo: a los seis años observo un pez, leo lo que veo (como puedo, solito, e
intento escribir), a los ocho años veo una lagartija y a los doce un volcán.
Las ferias de Ciencias invaden los colegios y “la hora de Lengua” pasa a ser la
hora integrada con Naturales y Sociales. Así
En la década del 2000, el Gobierno
Nacional intenta modificar los planes de estudio de los profesorados de
enseñanza primaria y profesorados en Letras. Así surgen títulos de profesores
de dos años, profesores de tres años, profesores con especialidad en Polimodal,
laboralmente esos títulos devienen en enseñar a jóvenes entre los 12 y los 18
años.
Finalmente, al no haber una política
gubernamental curricular, cada docente enseña lo que puede o lo que quiere.
En el año 1990 se implementan los
operativos nacionales para medir la calidad educativa. Lo revolucionario de
dichos operativos es que se comienza a hablar de “comprensión lectora”, ahora
el dilema parece ser que “leen, pero no comprenden”.
La deserción escolar irrumpe en las
aulas. El próximo gobierno decreta “la obligatoriedad de la escuela secundaria”
y estrategias de aprendizaje. Ahora el foco deja de estar en “cómo enseño” para
pasar a estar en “cómo aprende” y esto se pone en juego en el 2010 inventando
Planes de Mejora institucional, así cada establecimiento educativo debe generar
la propia manera de enseñar y de sacar adelante los alumnos. Se genera un
sistema exhaustivo de estadísticas en el que cada niño, cada joven debe aprobar
a cómo dé lugar.
Volviendo al problema ontológico de
base hoy “se lee, pero no se comprende”. La didáctica descansa por tal vez diez
años, dando lugar a debates gubernamentales con cero de contenido epistemológico.
* Texto expuesto en el III Encuentro
Internacional de Literatura Infantil y Juvenil (EILIJ 2019), realizado del 24
al 26 de abril de 2019 en Riobamba, Ecuador.
Bibliografía
consultada
• López, Claudia – Bombini, Gustavo. Literatura juvenil o el malentendido adolescente.
• Seppia, Ofelia. El
taller de lectura.
• Cuadernillos de
Operativos de Evaluación del Ministerio de Educación de
Currículo de Viviana Díaz en esta edición de Realidades y
Ficciones – Revista Literaria, Nº 43:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2020/09/realidades-y-ficciones-revista.html
Email: vivianadiaz8@hotmail.com
SOSIEGO
Y MELANCOLÍA
Anna Rossell ©
Jorge Novak Stojsic |
El lenguaje poético de Novak es en extremo metafórico. Pletórico de figuras retóricas —sinestesia, prosopopeya, hipérbaton, juegos lingüístico-poéticos—, las palabras fluyen con pasmosa naturalidad. La voz poética personaliza la ciudad de sus orígenes, Montevideo deviene amada y amante: ay señora / si supieras cómo me gustas/ […] y la añoranza impele a la escritura poética, es permanente anhelo que se desea eterno para perpetuarse en el placentero lugar de la nostalgia: me seduce brutalmente / tu lejanía // también sé / que si todo fuera a estar en ti / no habría poemas/ […] (para andar amándonos de cansancio); y solo los versos te permiten / vivir lo que ya no es (te has hecho viejo poeta). Lo inalcanzable es la ubicación ideal del sujeto poético: dónde andará tu sombra / tu línea esbelta / tu risa azul y naranja / […] // mejor no encontrarte / /así me dejarás vivir siempre contigo / […] (niña de las madreselvas); el recuerdo, su tabla de salvación: y sentir / cómo se escapa / la tristeza sin retorno / tratando de encontrar cobijo / en los recuerdos // […] (mapa de imposibles). La poesía de Novak es estrictamente sensual, la sinestesia, herramienta predilecta: escuchar tu desnudez / en la penumbra (mujer de mis orillas); susurran sonidos / con olor / a ciruelas calientes / de la tarde / […] (eres bruma, lágrima y verso). Esenciales las percepciones sensoriales —olfato, oído, gusto y tacto—. Los olores, los colores, los roces, la piel, los sonidos (o la ausencia de ellos, el silencio) son savia, nutriente vital: tengo sed de tocarte / amante de agua limpia (tengo sed de tocarte); mujer mía // escóndeme / silencios diferentes / y guárdalos distantes // […] // y cada tanto / respírame al oído / para irte descubriendo (despiértame misterios). Sus temas: la ausencia, la soledad, la reposada y plácida tristeza en la evocación del ocaso —del paisaje y de la vida—, la remembranza del Sur: moriría de tristeza / si no pudiera recordar // y se me eriza la piel / si me tocas / desde los atardeceres / de mi pelo blanco // […] (te has hecho viejo viejo poeta); sus versos rinden homenaje al poso emocional de lo vivido: y era azul tu verso // roce / de risa dulce / […] // y tu piel ajada // voz para mis manos / habladoras // […] // y serás arruga / y amorosa sombra / recostada en mi pelo blanco (voz para mis manos habladoras). Sus recurrencias son sintomáticas: la luz, la luna, la lluvia y sus afines (agua, orilla): mi amiga // la de la luna azul / y los ojos de agua / amaneció lluviosa […] // dice que se le voló / el recuerdo / […] // qué tristeza // pájaro de oscura luz […] (qué tristeza), los colores (sobre todo azul y sepia), las estaciones del año: por verano // entre aralias / y una aucuba // azul / de azules y lilas // […] // si no te desnudas hoy / amiga mía // ya no dispondré de otoños // […] (por verano), las manos: andan volando tus manos / hebras finas (eres bruma, lágrima y verso), las frutas: que le pongas a la luna / un mantel / de azules y naranjas // […] // ciruelas frescas // sandías gritonas / abiertas // y melones sin pecas // […] (quiero sentarme contigo), el aire (viento, brisa), la voz: y si al silencio tuyo / lo cubre mi voz cansada / […] // es que la soledad / me cala hasta los huesos (la soledad me cala hasta los huesos).
El poemario, precedido del prólogo de
Ignacio Gamen, viene enriquecido con sugerentes dibujos del autor, que cultiva
además la pintura.
Currículo de Anna Rossell en Realidades y Ficciones –
Revista Literaria Nº 11:
http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com.ar/2012/12/blog-post.html
https://www.facebook.com/annarossellliteratura
http://annarossell.blogspot.com.es/
http://es.wikipedia.org/wiki/Anna_Rossell_Ibern
Email:
arossellib@gmail.com
BELGRANO
O LO QUE SE CIFRA EN EL NOMBRE
Agustín Romano ©
En 1794 Manuel Belgrano llegó de
España con el propósito de instalarse en el Río de
Traía el
mandato de la corona española de organizar una institución todavía inexistente
aquí, el Consulado. Sin duda el deseo de sus mandantes era controlar de un modo
más eficiente el comercio monopólico que habían instalado, pero que gracias al
contrabando de los ingleses y otros países europeos se veía seriamente
afectado.
Sin embargo,
esta doble economía había logrado hacer de Buenos Aires una ciudad próspera en
donde comerciantes, funcionarios del virreinato y la misma Iglesia gozaban de
un notable bienestar económico. Su propia familia era una de las más
favorecidas por tal situación.
No resulta
difícil pensar que al joven abogado le hubiese costado muy poco hacer de
aquella institución un organismo burocrático y venal como los ya existentes.
Como era, seguramente, el deseo de todos.
Pero las cosas
sucedieron de otra forma. Nuestro propósito es indagar por qué. Lo haremos a
partir del desciframiento del nombre del flamante doctor.
Nos valdremos
para este fin de metodologías que a muchos les parecerán extrañas, a otros poco
pertinentes, a varios un intento de pretender estar en consonancia con ciertas
modas psicoanalíticas y no faltarán quienes lo consideren un juego meramente
literario, al modo borgeano, dado que dice Borges:
Si
(como afirma el griego en el Cratilo)
el
nombre es arquetipo de la cosa
en
las letras de ‘rosa’ está la rosa
y
todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’.
Así que
podríamos imaginar que en las letras de B-e-l-g-r-a-n-o está Belgrano.
Recordemos que era hijo de Domingo Belgrano Peri (castellanizado Pérez) y de
María Josefa González. Su nombre completo era Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano González.
Manuel Belgrano por François-Casimir Carbonnier |
Pero antes se
hace necesario preguntarnos qué son los nombres y cuál es su relación con
aquello que nombran.
Fue Platón,
en su diálogo Crátilo, el que trató
por primera vez el asunto, donde plantea un problema que ha mantenido en vilo a
la humanidad hasta nuestros días. Infinidad de pensadores y artistas trataron
el tema, como Cervantes o Shakespeare. Pero bástenos nombrar algunos modernos,
aparte de Borges, para comprobar su vigencia actual: Foucault, Frege. Russel,
Wittgenstein, Lacan, Louis Carroll, García Márquez, Umberto Eco.
Y son muchas
las soluciones que se han dado, por lo cual resulta imposible desarrollar aquí
el tema como sería pertinente.
Tomaremos,
sin embargo, una solución rápida: para el concepto de nombre entenderemos que
es una designación verbal que se les da a las personas, animales, plantas,
lugares o cosas.
En cuanto a
su relación con lo nombrado, tomaremos tres posibilidades. La primera es la que
establece una relación íntima y de carácter mágico, como propone, por ejemplo,
la cábala judía. La segunda la que considera esta relación como algo puramente
arbitrario. Y la tercera es la que seguiremos nosotros, que denominaremos de configuraciones dinámico-diacrónicas y
que se mostrará a lo largo de este trabajo.
Partamos del
matrimonio Belgrano-González. Este tipo de matrimonio ítalo-argentino fue y es
muy común en nuestro medio y a simple vista no parece decirnos mucho. Sin
embargo, encierra un trasfondo que haría las delicias de un Lévi-Strauss.
Lo primero
que podemos decir, desde un punto de vista semejante a este autor, es que es un
tipo de matrimonio permitido por las leyes virreinales vigentes, a diferencia
de otros que estaban prohibidos.
Para entender
esto debemos considerar una ley o estatuto que desde muy antiguo primó en la
sociedad española, los estatutos de
limpieza de sangre.
Esta
concepción se basa en que es a través de la sangre que se heredan los
principios éticos fundamentales como son el honor, el sentido del deber, la
lealtad y otras características que se consideran propias del cristianismo
católico.
Es necesario,
además, distinguir que no es lo mismo el antijudaísmo que el antisemitismo. El
primero es una consideración religiosa cuyos inconvenientes pueden subsanarse
con una conversión. El segundo es mucho más grave, en tanto tiene que ver con
lo racial. De este modo los judíos conversos no dejaban de ser peligrosos en
tanto que, si se mezclaban, su “sangre baja o impura” degradaría a los
verdaderos cristianos viejos.
Así es que, a
fin de impedir esta contaminación, se implantó —para poder casarse, ocupar
cargos importantes, ingresar en el ejército o en funciones eclesiásticas,
estudiar en universidades importantes o simplemente trasladarse a América— comprobar la limpieza de sangre. Es
decir, demostrar que por seis generaciones no se tenían antepasados judíos,
árabes o de cualquier otra “raza baja o impura”, como se decía por entonces.
Domingo, que
se había naturalizado español, tuvo que pasar esta prueba. Gracias a esto pudo
venir a Buenos Aires, donde se casó con una niña en igualdad de condiciones de
“pureza de raza”.
Si observamos
los nombres de Domingo y María Josefa, es fácil verificar que son nombres de
cuño católico, muy común entre los españoles: Domingo es el día en que los cristianos honran a su Dios, María es el nombre de
Esta
preferencia por nombres de carácter religioso lo podemos comprobar en los
dieciséis hijos que tuvo la pareja. En todos los nombres de los hijos, menos en
uno, están presentes los nombres de María o de José, o ambos. En nueve de ellos
se repite el nombre de José y en cinco el de María.
De esta
manera de nombrar a sus hijos, podemos deducir algunas conclusiones. La primera
es que estamos en un medio cultural en que predomina el catolicismo. La
segunda, que la familia está muy integrada a este medio y/o quiere afirmar su
limpieza de sangre. No se nos escapa que esto se logra preferentemente gracias
al nombre materno. Luego volveremos sobre este particular.
Si analizamos
el nombre Manuel José Joaquín del Corazón
de Jesús, es fácil comprobar que todos estos nombres responden a las
características ya señaladas: Manuel
(derivado del hebreo Emmanuel) es uno
de los nombres de Cristo, José el de
su padre adoptivo, Joaquín el del
padre de María y qué decir de la combinación del Corazón de Jesús.
Somos
conscientes del carácter conjetural de nuestra tarea. Y además queremos
advertir que nos permitimos tomar ciertos tipos de análisis psicológico
inspirado en Freud o en Lacan. O bien, en otros conocimientos ancilares, como
las neurociencias o las teorías de campo de Bourdieu.
Al utilizar
este tipo de análisis, deseamos advertir que lo haremos libremente, en tanto
nos sirva para entender ciertos procesos belgranianos, que es lo mismo que
decir que no nos esforzaremos por hacer entrar a Belgrano en una supuesta
ortodoxia propia de Lacan, ni reducirlo a meras ligazones sinápticas.
Pero consideramos,
que antes, es necesario hacer algunas observaciones previas.
Al analizar
el nombre Manuel José Joaquín del Corazón
de Jesús Belgrano González, podemos detectar claramente que está dividido
en dos zonas manifiestamente diferenciadas. Por un lado, los apellidos tanto
paterno como materno; y por otro, el de los nombres de pila.
De los dos
apellidos, el más importante parece ser el paterno, como en todos los casos, y
esto se debe a la influencia del derecho romano en donde el páter familias era el centro alrededor
del cual se organizaba la familia y por el cual se adquirían los derechos
civiles. Y que a nosotros nos sirven para organizar generalmente las
genealogías.
Es por este
lado, que el apellido nos ubica en una perspectiva sincrónica; es decir, temporal
e histórica.
Esto lo ha
sabido captar muy bien Borges cuando en su poema Al hijo dice;
No
soy yo quien te engendra. Son los muertos
Son
mi padre, su padre y sus mayores;
son
los que un largo dédalo de amores
trazaron
desde Adán…
Por el lado
del apellido materno, si aceptamos lo que hemos dicho más arriba, nos ubicamos
en una perspectiva de simultaneidades o
diacronías.
Desde el lado de los apellidos, como ya hemos visto, podemos llegar a establecer sus orígenes lingüísticos y armar el árbol genealógico.
Inspirados en
Lacan tomamos de él la idea del Otro del
gran Otro. Es decir, el concepto
del nombre del padre, que para este
autor es un lugar vacío en el que pueden caber múltiples significados, en donde
se pueden dar los conocimientos y desde donde se impone la ley. Para nosotros,
es el corredor por donde circula la novela familiar que se va elaborando de
padre en padre. Es un lugar esencialmente simbólico y de carácter temporal, por
donde se reciben un tipo de lenguaje (el diacrónico) ligado a lo temporal e
histórico, a los valores tradicionales y a los relatos que configuran la novela
familiar. Para nosotros es algo colectivo, que puede ir variando a lo largo del
tiempo y cuyas secuencias pueden ser olvidadas o reemplazadas por otras.
Esta novela
le aportará a los Belgrano, como veremos, la imagen de un antepasado mítico,
guerrero y agricultor. Y un símbolo como el trigo, sinónimo de la belleza y la
vida.
Lo que a
continuación diremos tiene que ver con las características fundamentales de
nosotros mismos en cuanto seres humanos. Los estudios de las neurociencias
confirman que tanto las funciones diacrónicas como sincrónicas son posibles
gracias a las sinapsis de nuestras neuronas, células que pueden generar lugares
donde nuestros recuerdos quedan registrados.
De este modo,
se posibilitan distintos tipos fundamentales de memorias, como la semántica y la episódica. Que se pueden articular con lo imaginario materno y lo
simbólico paterno.
En cuanto a
la madre, que para Lacan su función es esencialmente imaginaria, posee más bien
un carácter espacial, que tiene que ver con el primer contacto del lenguaje que
nombra lo inmediato, la casa-máquina para habitar (en el sentido le
coubuseriano), la ropa, el orden en el hogar, la higiene personal, los ritos
religiosos, etc.
Sin dudas,
gracias a estos nombres, que la pareja puso a su octavo hijo, es que podemos
comprobar mejor lo que venimos diciendo.
Luego de
estas consideraciones, la clave más importante para nuestro propósito es
analizar, siguiendo el árbol paterno, el origen del apellido Belgrano
Cuéntase que
a mediados del siglo XVI uno de los duques de Saboya, llamado Manuel
Filisberto, salió a recorrer sus dominios.
De pronto se
encontró con un hermoso trigal sumamente cuidado. Le preguntó a un labrador de
quién era ese lugar, a lo que el campesino le contestó:
—Es mío,
señor.
—¿Siempre has
sido agricultor?
—No, señor;
antes fui soldado. Y el duque dijo:
—Feliz el
país que tiene hijos como tú, capaces de defenderlo en la guerra y de
enriquecerlo en la paz.
Y
despidiéndose, agregó:
—Bel grano il
tuo —aludiendo al esplendor de los trigales.
Aquellas
palabras le deben haber sonado como una música al buen hombre, llamado Pompeyo,
ya que decidió adoptarlas como apellido familiar, sin saber qué esa música
sería historia.
Este suceso quedó en la tradición familiar como uno de sus orgullos, hasta tal punto que cuando crearon su escudo, en el siglo XVIII, el apellido aparece simbolizado en forma de tres espigas de trigo. Y si comparamos este escudo con el de otras familias españolas católicas, podremos comprobar que en estas no existen símbolos relacionados con la agricultura.
Escudo original y versión moderna |
La pregunta
que podemos hacernos ahora es: ¿Si la familia del padre de Manuel hubiese sido
española, habría adoptado un apellido y un escudo semejantes?
Creemos que
no. Veamos.
Es por todos
sabido que durante muchos siglos convivieron en el territorio español las tres
grandes religiones monoteístas. Es decir, los cristianos, los judíos y los
moros.
Los
cristianos y los árabes se dividieron el territorio organizando distintos
feudos. No así los judíos, pues no hubo ningún feudo con tales características.
En general
las tres religiones convivieron, no sin conflictos, pero se toleraron bastante
hasta los Reyes Católicos. Los judíos se dedicaban a las tareas jurídicas,
financieras y administrativas, los cristianos a la ganadería y los árabes a la
agricultura.
Los feudos de
los cristianos y el de los árabes estaban colocados unos frente a otros,
habiendo entre ellos una franja de tierra, que a veces tenía hasta cien
kilómetros. A esta franja se la denominó tierra
de nadie. Por ella podía transitar cualquiera sin problemas. Los árabes se
sirvieron de esta tierra para instalar sembradíos. Por otra parte, los
ganaderos cristianos aprovecharon esta franja para movilizar sus ganados en
busca de pastos naturales. Iban de norte a sur o viceversa, según las épocas
del año.
Los
ganaderos, para organizar estas tareas, habían creado un gremio,
Para
solucionar este problema se establecieron rutas fijas, llamadas cañadas, que
evitaban enfrentarse. Todo esto funcionó bien hasta que los Reyes Católicos
expulsaron a los judíos y a los árabes. Hecho que provocó, entre otras cosas,
la ruina de la agricultura española.
Y debido a
estas medidas extremas, lo que hasta ese momento había sido una convivencia
bastante aceptable, se transformó en odios raciales que derivaron en la
vigencia de los estatutos de limpieza de sangre. Judíos y árabes pasaron a ser
enemigos declarados o conversos sospechosos.
Teniendo en
cuenta esto, es que nos aventuramos a decir que los españoles católicos jamás
hubieran aceptado un apellido ligado a la agricultura, pues esta era la tarea
de los, ahora, enemigos.
Pero no así
para esta familia de origen italiano, los Belgrano, para quien un apellido
semejante pasó a ser parte de su identidad, transmitida por la novela familiar,
de generación en generación. Las consecuencias de este orgullo de familia, como
veremos, fueron imprevisibles para sus contemporáneos, pero que nosotros
trataremos de mostrar su importancia.
Desde ahora
en adelante, deberemos internarnos en algunas características biográficas de Manuel Belgrano, que nos servirán para
entenderlo mejor. Iniciamos, pues, la marcha que nos conducirá a una época de
coincidencias que llamaremos zona Omega.
Como todos
los niños pertenecientes a su clase social, aparte de aprender a leer y
escribir, recibió una educación católica que lo llevó a cumplir con sus
prácticas y sus ritos. Su principal biógrafo, el historiador Bartolomé Mitre,
observa:
Belgrano
creció en años y en inteligencia bajo el amparo del ala materna,
Luego ingresó
en el Real Colegio de San Carlos. Allí, Manuel logró su título habilitante para
ingresar en alguna universidad.
Este colegio
había sido fundado por Vértiz, por entonces gobernador de Buenos Aires, debido
al vacío educacional creado por la expulsión de los jesuitas. Sus materias eran
el latín, la teología, la filosofía y la gramática. Su materia fuerte era la
lógica, de duración anual. Aclaremos que esta lógica tenía que estar basada en
la dialéctica platónica o en el silogismo aristotélico, con el agregado de
algunas innovaciones o variantes medievales, como el tomismo.
Era norma de
la época que los únicos que podían recibir educación eran los hijos varones de
las familias notables y de raza blanca. Es decir, regían allí los famosos
estatutos.
Esto
tengámoslo en cuenta para lo que vendrá.
Sus padres
decidieron mandarlo a estudiar a España. Allí ingresó en
Tengamos en
cuenta que en ambas casas de estudio regían los estatutos de limpieza de sangre
desde 1522. A este respecto, Manuel no tuvo ningún problema.
Belgrano fue
un alumno brillante que gozó de la plena confianza, tanto de la universidad,
del gobierno, como de
En el tiempo
de la estadía de Belgrano en España, en Europa se estaban dando cambios
fundamentales que trasformarían el mundo. Los parisinos produjeron la llamada Revolución francesa bajo las consignas
de libertad, igualdad, fraternidad.
Mientras
tanto los británicos estaban desarrollando la revolución industrial.
Adam Smith (1723-1790) |
En economía se publicaron obras fundamentales, creadoras de esta ciencia. El escocés Adam Smith escribió La riqueza de las naciones, donde postula que el origen de dicha riqueza está en el trabajo, y expone la idea del libre comercio; habla de una mano invisible que guiaría la economía en beneficio de toda la sociedad. El francés François Quesnay, fundador de la fisiocracia, escribió Máximas generales del gobierno económico de un reino agrícola, proponiendo, en cambio, que esta fortuna tiene su origen en la naturaleza, especialmente en la agricultura, aunque coincide con Smith en la idea del libre comercio. Por su parte, otro francés y fisiócrata, Vincent Gournay, acuño la frase: laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar). Las regulaciones estatales, resultaban muy indeseables desde estos puntos de vista.
Belgrano nos
cuenta en su Autobiografía:
Como
en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de Francia hiciese
también variación de ideas, y particularmente en los hombres de letras con
quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad,
seguridad, propiedad.
En las
tertulias que solía frecuentar, se fue compenetrando del pensamiento de
Campomanes, Jovellanos y otros liberales españoles.
Eran tiempos
en que por todos lados se filtraban las ideas de Rousseau, Voltaire y
Montesquieu. Según dice José ingenieros en La
evolución de las ideas argentinas, no solo se estaban difundiendo por toda
Europa, sino que iban llegando al país mediante un segundo contrabando, el de
las ideas, en forma de libros introducidos clandestinamente por los masones.
François Quesnay (1694-1774) |
Pero a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús le sucederá algo singular, que hará que descubra la recóndita clave de sus años, en el estudio de aquellas ciencias nuevas. La música de aquel Bel grano e il tuo que alguien había pronunciado hacia varios siglos atrás y que para su familia se había transformado en parte fundamental de su identidad. Gracias a su antepasado mítico halló perfecta correspondencia con las teorías de Quesnay.
Es aquí donde
se da esa zona Omega que anunciáramos
más arriba,
Desde 1786 a
1794 se van a fusionar en Manuel Belgrano la cultura que traía de América
(incluidas sus ideas religiosas) con el derecho, las ideas del liberalismo
francés y los conocimientos de las ciencias económicas.
La intención
de utilizar estos saberes explicará todo lo que intentó hacer en el Consulado,
que es, en definitiva, lo que marcó su ingreso en el campo político.
Fue la corona
española, sin que él lo solicitara, quien le pidió que se hiciera cargo, de por
vida, del Consulado del Río de
Grande fue la
tarea que se le presentaba y poco los recursos materiales disponibles. Pero, él
contaba con medios propios, su capital simbólico o su hábitus, entendido en términos de Bourdieu.
Al referirnos
a los saberes belgranianos debemos considerar cinco tipos: el religioso, el liberal francés, el militar, el jurídico y el
económico. Del primero ya hablaremos más tarde. El segundo será el marco
general que orientará toda su vida. Del tercero, él mismo nos informa de su
ignorancia casi total en su Autobiografía.
En cuanto al cuarto, si bien Belgrano nunca ejerció como abogado en forma
privada, este saber le fue muy útil para el manejo técnico de sus funciones en
el Consulado. Respecto del quinto, no cabe duda que su visión le llevó a
adquirir conocimientos asombrosos sobre agricultura, que abarcan todos sus aspectos:
desde el modo de sembrar o cómo usar los abonos, a la manera de distribuir las
tierras en enfiteusis.
Al hacerse
cargo del Consulado muy pronto notó dos cosas. La primera, que los únicos
intereses que tenían los lugareños encargados del comercio era su propia
ambición de comprar a cuatro para vender a ocho, como él afirma en su Autobiografía, a lo que podemos agregar
la vinculación de la mayoría de ellos con el contrabando. La segunda, la falta
de gente idónea para lograr sus fines.
Es aquí donde
podemos hacer una disquisición que nos viene de las neurociencias y de la
sociología y que tiene que ver con la toma de decisiones. En este caso, lo
primero que se hace es el reconocimiento del medio, o dicho de otro modo el
reconocimiento del campo, tal como lo concibe Bourdieu.
Que
generalmente se presenta como constituido por un sistema de fuerzas en tensión,
en donde hay una que sustenta la hegemonía, que, en este caso, como ya hemos
señalado es el catolicismo y sus contenidos objetivos y simbólicos.
El joven
Belgrano realiza este reconocimiento a partir de su hábitus logrado en Europa. Luego de esto se da la evaluación y
luego la toma de una decisión. La pregunta que debemos hacernos es por qué
decidió lo que decidió. Ya veremos.
De Quesnay,
que era médico, había aprendido que los fenómenos económicos son, al igual que
los del cuerpo humano, fenómenos dinámicos complejos. Cuyas partes se influyen
mutuamente, como expone el francés en su famoso libro Tablas económicas.
Así es que,
para Manuel Belgrano, su objetivo principal era el bien común, al modo liberal y no los fines individuales de la mayoría de sus conciudadanos. Por
lo tanto, para él la economía fue una totalidad integrada por la agricultura,
la industria y el comercio puestos al servicio de la comunidad.
Dijimos que
Manuel Belgrano hubiese podido seguir otro camino más fácil, uno que no se
opusiera al deseo de los ricos comerciantes. El no hacerlo, por supuesto, le
trajo serios conflictos familiares. Aunque su padre, Domingo Belgrano, murió en
1795.
Domingo
Belgrano, según demuestra Jorge Gelman en su libro De mercachifle a gran comerciante, era un hombre astuto,
inteligente e inescrupuloso. Había logrado abrirse paso desde humildes
funciones militares, pasando por otras oficiales administrativas hasta llegar a
constituirse como una figura independiente bajo el rol de gran comerciante.
Compraba y vendía desde medias, yerba mate, cueros, ganado, telas y
principalmente esclavos. Había logrado una de las fortunas más grandes de
Buenos Aires gracias al monopolio y sus vinculaciones con el contrabando. Era
la encarnación perfecta de lo que su hijo, Manuel Belgrano, dice criticando a
los comerciantes virreinales.
La figura del padre real, como suelen
afirmar los lacanianos, no coincidía con
lo recibido a través de la leyenda familiar paterna.
Don Domingo,
aparte de ser un hombre de la misma laya que los demás comerciantes, se había
involucrado en una estafa que lo llevó a la cárcel y a la pérdida, por una
orden legal, de todos sus bienes. Si bien, tardíamente, pudo ser sobreseído y
recuperar parte de su fortuna. Desde España, Manuel luchó decididamente a su
favor en lo que tuviera que tramitarse allí.
Si
consideramos lo que tiene que ver con lo inmediato, con el entorno y con sus
usos, podremos comprobar que en Manuel Belgrano se dará un cambio de visión
notable.
Según él
mismo lo dice, su nombramiento como secretario del Consulado le causó una gran
esperanza con lo que se podría hacer.
Las personas
que encontró al volver eran sus familiares, sus amigos, y muchos de los que
había conocido y tratado antes de marcharse.
Pero él
comenzó a ver las cosas de un modo distinto a todos ellos. Su capital cultural y simbólico hizo que
resignificase todo.
Percibió las
carencias del campo al que ingresaba
y pudo llegar a ver la realidad social de su momento y también someter a la
crítica la figura de su propio padre. Y comprobar que su enorme fortuna no
provenía de la agricultura en combinación con el trabajo, sino de
especulaciones financieras, tanto legales como ilegales.
Dada su
elaborada visión, lo primero que vio, con respecto al medio (y que debió
afrontar), fue la carencia de saberes, habilidades y oficios.
Las
enseñanzas impartidas por el colegio San Carlos no preparaban a nadie para las
tareas administrativas que ahora se requerían. El silogismo no sirve para
llevar una contabilidad o para diseñar un barco.
Si leemos, ya
desde sus primeras Memorias, a las
que estaba obligado rendir sobre su actividad en el Consulado a las autoridades
españolas, vemos cómo sus ideas sobre la agricultura, la industria y el
comercio le llevan a proponer la creación de escuelas de comercio, de dibujo
técnico, de náutica, de matemáticas, de hilanza, acompañados de escuelas
públicas gratuitas. Dice en su Autobiografía:
Me
propuse al menos echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos,
ya porque algunos estimulados del mismo espíritu se dedicasen a su cultivo, ya
porque el orden mismo de las cosas las hiciese germinar.
Este
fragmento es sumamente importante. En él, como vemos, se asume metafóricamente
como un sembrador que arroja las semillas, capaces de dar frutos. Es notorio y
evidente que estos frutos pueden ser eso que se cifra en su nombre, el decir:
el trigo. Que toma ahora el significado de espléndidos logros futuros.
También
podemos observar que esta germinación puede darse por causas externas
imprevisibles, idea muy afín con sus ideas fisiocráticas. Por último, es
indudable que aquí Manuel Belgrano se asume bajo una de las formas del padre
mítico.
Este cambio
de perspectiva es fundamental. No es solo un cambio moral sino un auténtico
giro copernicano con la intención de instaurar nuevos paradigmas intelectuales,
que superen la ideología oficial vigente, marcadamente encerrada en cánones
conservadores católicos.
De lograrse
esto, no solo se introducirían nuevos paradigmas culturales, sino que darían la
posibilidad para que emerjan sujetos capaces de lograr los cambios reales.
Su capital
simbólico le permitió reelaborar los conceptos de libertad e igualdad más allá
de meras ideas románticas e individualistas y le posibilitó una visión real del
campo en el que debía entablar su lucha. Dice en uno de sus escritos de 1810:
He
visto con dolor sin salir de esta capital una infinidad de hombres ociosos en
donde no se ve otra cosa que la miseria y la desnudez.
Para luego
hablar de:
los
miserables ranchos donde ve uno la multitud de criaturas que llegan a la edad
de pubertad sin haber ejercido otra cosa que la ociosidad.
Retengamos
con particular atención este texto de
el
sexo femenino, sexo en este país, desgraciado, expuesto a la miseria y
desnudez, a los horrores del hambre y estragos de las enfermedades que de ella
se originan, expuestos a la prostitución, de donde resultan tantos males a la
sociedad, tanto por servir de impedimento al matrimonio, como por los funestos
efectos con que castiga la naturaleza este vicio, expuesto a tener que andar
mendigando de puerta en puerta un pedazo de pan para su sustento.
Si bien es
cierto que estas nuevas perspectivas no son todavía revolucionarias, en su
mente comienzan a darse oposiciones notables. Por un lado, su fidelidad a la
corona española y por otro sus ideas renovadoras.
La prueba de
lo primero lo comprobamos en el hecho que cuando los ingleses, en su primera
invasión (1806), exigieron que tanto los funcionarios españoles como criollos
juraran fidelidad a la corona inglesa, Manuel Belgrano se refugió en el Uruguay
para no hacerlo.
En cuanto a
lo segundo, vio como sus intentos renovadores fueron permanentemente rechazados
por la oposición de sus compañeros (miembros del Consulado), por el Cabildo y
por la misma corona española que comprendió lo peligroso de estos proyectos, a
tal punto que le ordenó cerrar las escuelas que había logrado instalar.
Así es que la
chispa de la independencia se fue abriendo paso en su mente, dado que de parte
de los españoles nada podía esperar.
Es en este
momento que comienza a encontrar apoyo en un grupo de jóvenes que habían sido
ganados por las ideas renovadoras; logradas en algunos de ellos, por sus
estudios universitarios, y en otros por ese contrabando cultural que ya
mencionáramos.
En su primo
Juan José Castelli —que sería su mano derecha en el Consulado—, en Mariano
Moreno, Hipólito Vieytes, Domingo French, Antonio Berutti, Juan Larrea y otros,
encontró colaboradores dispuestos a llevar adelante sus ideas. Y comenzaron a
funcionar secretamente, al modo de los masones.
Sin embargo,
a pesar de sus esfuerzos no lograba más que fracasos.
No nos
interesa aquí hacer el recuento de sus vicisitudes, sino mostrar su evolución
subjetiva. Es por eso por lo que pasaremos a dar los siguientes testimonios.
Hay en su Autobiografía textos notables que nos
permiten entrar en sus procesos mentales de un modo más profundo. Y que confirma
nuestra observación anterior sobre los cambios:
he
ahí que sin que nosotros hubiésemos trabajado para ser independientes, Dios
mismo nos presenta la ocasión con los sucesos de 1808 en España y en Bayona. En
efecto, avívanse entonces las ideas de libertad e independencia en América y
los americanos empiezan por primera vez a hablar con franqueza de sus derechos.
Y también:
Mas
si se recuerda el deplorable estado de nuestra educación, veo que todo es una
consecuencia precisa de ella, y sólo me consuela el convencimiento en que
estoy, de que siendo nuestra revolución obra de Dios, él es quien la ha de
llevar hasta su fin, manifestándonos que toda nuestra gratitud
la debemos convertir a S. D. M. y de ningún modo a hombre alguno.
En estos
textos vemos cómo sus ideas religiosas están presentes. Que según nuestra
interpretación tiene que ver, como ya señaláramos, con el aporte materno.
Sí. Belgrano
fue un hombre religioso, apegado a las formas rituales del culto, hasta el
grado de instaurar en sus tropas prácticas muy estrictas de moral y liturgia.
Llegó a nombrar a
Pero si
observamos detenidamente esto, veremos que su idea de Dios no es la misma que
la aprendida en su infancia, en la que este Dios estaba casi siempre al lado de
los reyes y de los padres. El Dios de Belgrano es un Dios democrático que
quiere la libertad del hombre y mueve sus hilos para favorecerlo. Es un Dios
abstracto y activo. Ya veremos cómo bajo la forma de Jesús tendrá otra
importancia.
No hay
ninguna dificultad, entonces, en afirmar que su Dios es el Dios que conciben
las logias masónicas.
En cuanto a
su idea de igualdad la podemos comprobar en su propuesta de crear una monarquía
encabezada por un inca.
Nos queda por
contestar por qué Belgrano eligió enfrentarse al régimen español y, en
consecuencia, a su padre real.
Imaginemos
que al ocupar su cargo en el Consulado se hubiese adaptado a los deseos de no
innovar, que en definitiva era lo que casi todos querían.
Sus
conocimientos musicales y literarios, su elegancia y sus relaciones familiares,
le daban las condiciones para ser uno de los jóvenes más brillantes y
codiciados por las niñas casaderas y sus familias de similares condiciones
raciales.
Hubiese
podido muy bien integrarse plenamente al mundo de su padre.
En este caso
hubiese tenido que echar por la borda todos sus ideales de juventud y todos los
saberes adquiridos de economía, de agricultura y de política liberal. Sus
conocimientos de derecho le hubiesen bastado para dirimir pleitos menores que
no chocasen con los fundamentos del régimen vigente. Por ese camino hubiese
llegado a ser mucho más rico que su padre.
Es evidente
que el joven Manuel no transitó por ese camino. Su inteligencia y su formación
intelectual lo predisponían para otra cosa. Prefirió frecuentar lugares
pequeños y secretos, como la jabonería de Hipólito Vieytes, donde se reunían
para conspirar.
Pero, aquí se
hace necesario mencionar un factor que, junto a los otros, va a marcar toda su
vida. Traía de Europa una enfermedad fatal que contribuyó a que toda su vida
social se viera afectada, y que con frecuencia le obligaría a tomar largas
licencias por enfermedad. Distinguidos médicos locales como Miguel O’Gorman y
el licenciado José Ignacio Atocha, el 16 de noviembre de 1796, diagnosticaron
su afección como vicio sifilítico,
prescripción que hasta hoy se sigue discutiendo.
Pensemos lo
que puede sentir alguien afectado con semejante diagnóstico, independiente o no
de que sea verdadero o falso. Seguramente culpa, miedo y vergüenza, que lo
llevarían a apoyarse en la religión como modo compensatorio. Recordemos el
fragmento de
Lo cierto es
que Belgrano padeció enfermedades a lo largo de toda su vida.
Aquí es donde
debemos hacer nuevamente un alto reflexivo.
Trataremos de
ahora en más, de mostrar como su nombre pudo haberle dado un reconocimiento de
sí mismo, a la manera de un espejo
Las
neurociencias nos dicen que en toda toma de decisiones entran dos factores, uno
de carácter emocional y otro de carácter racional. Visto de este modo resulta
clara la situación de Belgrano: por un lado, los temores y sentimientos creados
por su enfermedad y, por otro, su inteligencia y todo lo aprendido en Europa.
Ya hemos
visto cómo a partir de su hábitus
pudo evaluar la situación que encontró en Buenos Aires a su regreso y lo que se
propuso para superarla.
Ya hemos
visto, también, su concepción de Dios, transformada por las ideas liberales y
masónicas.
Lo que
debemos tener en cuenta, ahora, por el lado de lo divino es su adhesión a una
forma femenina, como es el culto a María.
Lo que vamos
a exponer en este momento tal vez no resulte tan extraño si recordamos el caso
de Freud conocido como Botticelli-Signorelli, al cual me remito, pues juegan
allí factores que tienen que ver con las relaciones de los nombres entre sí,
sus desplazamientos, reemplazos y construcción de significados.
María es el nombre de su
madre. A quien, por su segundo nombre, Josefa,
él se halla ligado también por su segundo apelativo: José.
Así es que
por José está ligado lingüísticamente a la función primaria materna que
corresponde a la etapa preedípica.
Pero esta
madre real y de función protectora se verá desplazada en la batalla de Tucumán
por
¿A qué se
debe esta transposición anagógica de la función materna? Sin duda a la
necesidad de amparo provocada por el peligro de muerte.
Ya hemos
visto cómo la figura del padre, sometida a los análisis que le permiten hacer
su hábitus, resulta una figura
negativa. Totalmente opuesta a la del antepasado mítico.
La relación
de Belgrano con el culto a María le viene desde la infancia. Sus padres estaban
ligados a la orden de los dominicos, a cuyo terciarios su padre y él pertenecieron
y que, como se sabe, esta orden es una de las propagadoras del rosario,
práctica eminentemente mariana.
A su regreso
a Buenos Aires todas las sesiones del Consulado que presidió se iniciaban bajo
la advocación de María.
Siempre que
pudo, destacó su aspecto maternal y sobre todo el carácter mediador que ella
tiene frente a su Hijo Jesús.
En cuanto a
sus funciones militares, ya hemos señalado su exagerado celo religioso, que
consistía en imponer a sus soldados una moral que excluía el trato con mujeres,
el juego y el alcohol. Y entre otras prácticas religiosas impuso el uso de
escapularios y el rezo del rosario.
"Batalla de Tucumán" de Francisco Fortuny |
La batalla de Tucumán tiene un valor especial porque gracias a ella alcanza su máxima manifestación visible algo que viene sucediendo en Manuel Belgrano.
En Jujuy,
ante la precariedad de sus fuerzas, ha ordenado retroceder. Pío Tristán, el
general al que debe enfrentar, posee una fuerza de más de 3000 hombres y él
apenas 1500.
Es así como
los realistas comienzan una persecución que concluirá el 24 de septiembre de
1812, día de
Belgrano,
según cuenta la tradición, estuvo orando largo tiempo ante el altar de
El
general Belgrano, católico ejemplar que creía en la divinidad y en los milagros
de
La batalla
tuvo un desarrollo donde no faltaron hechos extraños, como la aparición de una
oleada de langostas, que en un momento cubrió totalmente el cielo. Pero, debido
a los errores tácticos de ambas partes, el resultado fue sorprendente.
Pío Tristán,
creyó, como era lógico, haber triunfado y Belgrano tuvo la certeza de haber
sido vencido. Pero ambos estaban equivocados. A medida que los oficiales venían
con noticias, se pudo comprobar que el triunfo había favorecido al ejército
patriota.
A los pocos días Belgrano organizó una
ceremonia ante la imagen de
No escapará a
los lacanianos las múltiples posibilidades interpretativas de este acto.
Incluido un sentido fálico. Nosotros tomaremos para nuestra interpretación que,
así como antes de la batalla de Tucumán rogó por un milagro, durante toda su
vida esperó algo similar con respecto a su enfermedad. Que dado el conflicto
con la figura paterna se encausó por el lado materno. De no ser así podía haber
optado por figuras masculinas como la de Cristo o de los santos. Y es aquí
donde el carácter de espejo de los nombres alcanza su más alta función
especular.
Cristo
aparece dos veces en su nombre: en Manuel
y en del Corazón de Jesús.
Fue el
profeta Isaías quien en el Antiguo
Testamento anunció:
por
eso, el Señor mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un
hijo, y lo llamarás Emanuel.
(Is. 7: 14)
Y en el Evangelio de Mateo encontramos:
Y
dará a luz un hijo, y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por
medio del profeta, cuando dijo: he aquí, una virgen concebirá y dará a luz un
hijo, Y lo llamarás Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. (Mat. 1: 21 a 24)
Si bien es
cierto que los dos nombres, en la versión católica, son sinónimos y se refieren
a la misma persona, los teólogos consideran sin embargo que Emanuel hace referencia al carácter mesiánico y Jesús a su calidad más de persona.
Visto de esta
manera podemos decir que estos nombres fueron el espejo que tuvo Belgrano para
constituirse,
Por el lado
de Emanuel se forjará como un mesías,
pero no en el sentido cristiano, sino a la manera judía para la cual un mesías
es un hombre especial, cuya misión es liberar a su pueblo de la servidumbre
extranjera.
En cuanto al nombre de Jesús, podemos decir que en esta imagen está representado todo su drama. No es la imagen del Mesías cristiano, es la imagen de un ser doloroso cuyo corazón esta coronado de espinas, sin dudas metáfora de sus sufrimientos.
Una pregunta
que nos parece pertinente es cómo pudo llegar, Belgrano, a conocer estos
nombres y sus probables sentidos. En primer lugar, por el ámbito familiar, que
a su vez lo debe haber tomado de las órdenes o organizaciones religiosas del
lugar.
No es raro
que alguna vez haya preguntado o le hayan explicado el porqué de estos nombres,
especialmente el de del Corazón de Jesús.
Veremos,
entonces, cómo, desde su casa a la universidad pudo tener esos conocimientos. No
olvidemos que en el colegio San Carlos se estudiaba latín y teología y por
último el tema de los nombres en Salamanca era o había sido un tema que
circulaba por allí.
Uno de sus
más famosos doctores había escrito una obra al respecto.
Nos referimos
a fray Luis de León y a su tratado De los
nombres de Cristo.
La figura de
Fray Luis nos resulta particularmente interesante por ser un converso y por ser
traductor al castellano del libro del Cantar
de los Cantares. Por lo cual fue denunciado ante
Sabiendo esto
podemos calcular las posibilidades que pudo tener Belgrano para llegar a saber
sobre sus nombres.
Los mismos
constan de tres términos: Manuel, corazón
y Jesús.
La unión de
corazón y Jesús no cabe duda de que fue realizada por su familia en la
infancia, tal vez, mediante el relato de sus apariciones a santa Margarita en
1673, en donde Jesús mostraba su corazón doliente, del que había brotado agua y
sangre.
La unión de
Manuel y Jesús fue más tardía, para lograrlo tuvo que conocer el texto de Mateo
que ya citamos. En este caso las posibilidades son tres: 1) o lo leyó en
No sabemos, a
ciencia cierta, si Belgrano pudo llegar a integrar Manuel y Jesús, pero sí es
altamente probable que la figura del Jesús doliente lo haya impactado.
En cuanto al
texto De los nombres de Cristo,
recordemos que en esta obra el eminente poeta y teólogo descifra catorce de los
nombres de Cristo con que se lo designa en las escrituras.
Quienes
quieran aventurarse en la lectura de este texto se encontrarán que es una obra
de capital importancia y que ha influido poderosamente en el desarrollo
posterior.
Luis de León
era un cristiano nuevo. Por lo tanto,
no escapará a nadie que está influido por la cábala judía en donde el problema de los nombres es de capital
importancia, especialmente el nombre de Dios,
Pero no solo
este nombre le preocupa a fray Luís, sino también el nombre secreto de los
hombres. En el libro del Apocalipsis
(Ap. 2:17) encuentra un fundamento. Escribe:
Y
por esto dice San Juan, en el libro del Apocalipsis, que Dios a los suyos en
aquella felicidad, además de que les enjugará las lágrimas y les borrará de la
memoria los duelos pasados, le dará a cada uno una piedrecilla menuda, y en
ella un nombre escrito, el cual sólo el que la recibe le conoce.
Como varios
sospecharán, su influencia sobre Borges es notoria. Y por lo tanto se podrá
comprender mejor el título de este trabajo y su epígrafe borgeano.
Ahora podemos
entrar de lleno a tratar de comprender los procesos que determinaron la
conducta de Manuel José Joaquín del
Corazón de Jesús Belgrano González.
Como hemos
visto son múltiples los factores que hemos tratado de rastrear y muchas las
preguntas que podríamos hacernos. Pero elegiremos tan solo algunas que
consideramos fundamentales.
Factores que
tienen que ver con lo psicológico, lo familiar y lo histórico
Desde lo
psicológico podemos preguntarnos qué hubiese pasado si Belgrano no hubiese
tenido los sentimientos de culpa, miedo y vergüenza que lo aislaron del
galanteo normal que su medio le ofrecía con fáciles conquistas o con fines
matrimoniales. No obstante, Manuel Belgrano tuvo dos hijos, ni ellos ni sus
madres tuvieron huellas sifilíticas, lo cual da pie para que algunos aleguen
que ese no era el origen de su enfermedad, pero hay otros, fundamentando
razones médicas, opinan lo contrario. Lo innegable es que esos amores y esos
hijos fueron secretos. Lo cierto es que la enfermedad lo acompañó durante toda
su vida.
Desde el
punto de vista familiar qué hubiera sucedido si su familia hubiese sido
española, gente de a caballo, para quién la agricultura era propia de gentes
sin linaje.
¿Qué hubiese
sucedido históricamente si en España se hubiesen impuesto las ideas de
Campomanes y Jovellanos, y todos sus proyectos hubiesen sido aprobados?
Teniendo como
trasfondo estas preguntas es que podemos intentar dar una respuesta.
El hecho de
pertenecer a una familia italiana con una leyenda o historia donde el fundador
y creador del apellido tiene como características ser soldado y agricultor, lo
preparó para aceptar plenamente las teorías económicas de Quesnay; a las que
unió las teorías de Adam Smith, las teorías liberales de
Por otro
lado, la enfermedad que traía, que determinó un diagnóstico tan contundente,
acertado o no, lo preparó para una vida más bien aislada o solitaria y
cuidadosa en cuanto al trato femenino. Y lo inclinó a buscar en la religión una
solución para su problema.
Su notorio
conflicto con la figura paterna real, tan distinta del arquetipo, lo indujo a
buscar ayuda en el culto a
El
general Belgrano, católico ejemplar que creía en la divinidad y en los milagros
de
Una
alternativa que pudo optar, desde el principio, fue apoyarse en su enfermedad
para hacer lo mínimo e integrarse a la sociedad tal como estaba. Pero eligió lo
contrario. Avalado por el arquetipo ideal prefigurada por lo dicho por aquel
otro Manuel (Feliz el país que tiene
hijos como tú, capaces de defenderlo en la guerra y de enriquecerlo en la paz),
se determinó a asumir su rol militar cuando fue necesario, con la esperanza
que los trigales florecieran en su patria.
Así como la
batalla de Tucumán nos lo ocultan y revela, hay otro momento significativo que
nos lo mostrará tal como es.
Meses antes
de los acontecimientos de Tucumán, a Belgrano le habían encargado la custodia
del río Paraná. Así es que se instaló en
A
modo de conclusión
Decíamos más
arriba que la relación de un nombre con lo nombrado podía ser una relación
mágica, de tal modo que un nombre al ser manipulado le daba al manipulador un
poder, como postula la cábala.
También mencionamos la teoría de que no hay ninguna relación entre el nombre y
lo nombrado.
Pero asimismo
mencionamos una tercera posibilidad que habría de ser la teoría de que los nombres
son configuraciones diacrónico-sincrónicas, que sería la adoptada por nosotros.
Así es que lo
largo de nuestro trabajo hemos tratado de mostrar cómo los nombres pueden
influirnos de múltiples maneras en los procesos mentales o cómo también pueden
llegar a contribuir en la marcha histórica gracias al pensamiento y la acción
de los hombres.
Con Manuel
Belgrano hemos tenido la oportunidad de encontrar un caso excepcional.
Por la
etimología de su apellido y todo lo referente al arquetipo ancestral, transmitido
por su familia, pudo llegar a conocer y
aceptar como suyas las teorías económicas y sociales de su época. Por el
lado de la unión de los significantes Corazón y Jesús, pudo reconocerse enfermo. Por el lado de la unión de lo
significantes Manuel y Jesús, es probable que haya logrado unirlos. No lo
sabemos. Lo que sí es cierto es que en el significante Manuel se cifra su parte militar y en Jesús su lado sufriente. Y ambos unidos a
Belgrano nos muestran las claves para entender su vida y la magnitud de su
esperanza representada en las tres espigas de su escudo familiar.
Comenzamos
borgeanamente, con humildad queremos terminar de la misma manera.
Si
(como afirma el griego en el Cratilo)
el
nombre es arquetipo de la cosa
en
el nombre Belgrano está Belgrano
que
nos marca el camino con su trigo.
Fuentes orales
• González, Rosa.
Mi abuela materna, que me contaba la historia del alférez Francisco González,
su abuelo, que había sido soldado de San Martín en todas sus campañas.
• Llorca Bosco,
María Isabel. Mi esposa, la memoria viviente de la familia Bosco, a quien
los familiares suelen pedirle información sobre los parentescos.
Romano, Agustín. Mi padre, que solía contarme
sobre el origen de nuestro apellido, que le había contado su padre.
Romano, Mariano.
Mi abuelo,
que con frecuencia hablaba de que su padre y su abuelo habían sido de los carbonari siciliani (carbonarios sicilianos); que yo, en mi inocencia, creí
que eran de oficio carboneros. Mucho más tarde, me enteré que eran miembros de
una sociedad secreta revolucionaria de tipo masónica.
Seguidamente, ofrezco una bibliografía de consulta,
señalando que me fue de mucha ayuda la colaboración de mi amigo Héctor Zabala.
Agustín Romano
Biblografía
•
Aristóteles. Analíticos (Madrid,
Aguilar, 1967).
• Belgrano, Manuel. Escritos
Económicos (Buenos Aires, Hyspamèrica, 1988).
• Biblia (Antiguo
y Nuevo Testamento; varias versiones:
José Miguel Petisco y Félix Torres Amat,
Madrid, Apostolado de
• Borges, Jorge Luis. Obras
completas (Buenos Aires, Sudamericana, 2011).
•
Bourdiau, Pierre. Las estrategias de la
reproducción social (Buenos Aires, Siglo XXI, 2011).
• Carroll, Lewis. Obras
completas (con Prólogo de Jorge L.Borges, Buenos Aires, Corregidor, 1976).
• Catuara Solarz, Silvina. Las neuronas espejo: aprendizaje, imitación y empatía (Barcelona,
Salvat, 2019).
• Cela, Camilo y Ayala, Francisco. El cerebro moral. Las claves
cerebrales de los juicios éticos (Barcelona, Salvat, 2019).
• Cervantes, Miguel de. Don Quijote de
• Colacilli de Muro, María Angélica / Colacilli de Muro,
Julio César. Elementos de lógica moderna
y filosofía (Buenos Aires, Estrada, 1978).
• Cotrufo, Ticiana y Ureña Bares, Jesús. El cerebro y las emociones. Sentir, pensar,
decidir (Barcelona, Salvat, 2019).
• De León, fray Luis. De
los nombres de Cristo (Madrid, Cátedra, 1977).
• De Saussure, Ferdinand. Curso de lingüística general (Buenos Aires, Losada, 1945).
• Dierssen, Mara. ¿Cómo
aprende (y recuerda) el cerebro? Principios
de la neurociencia (Barcelona, Salvat, 2019).
• Eco, Umberto. El
nombre de la rosa (Barcelona, Lumen, 2005).
• Foucaul, Michel. Las
palabras y las cosas (Buenos Aires, Siglo XXI, 1968).
• Frege, Gottlob. Estudios
sobre semántica (Barcelona, Orbis, 1984).
• Freud, Sigmund. Obras
completas (Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978).
• García García, Emilio. Somos nuestra memoria (Barcelona, Salvat, 2018).
• García Márquez, Gabriel. Cien años de soledad (Buenos Aires, Sudamericana, 1967).
• de Andalucía Gelman, Jorge. De mercachifle a gran comerciante: los caminos del ascenso en el Río de
• Ingenieros, José.
La evolución de las ideas argentinas (Buenos Aires, El Ateneo, 1951).
• Joignant, Alfredo. Hábitus,
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• Lacan, Jacques. De
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• Lacan, Jacques. Seminario
1: Los escritos técnicos de Freud, 1953-54 (Barcelona/Buenos Aires, Paidós,
1981).
• Lacan, Jacques. Seminario
4: La relación de objeto, 1956-57 (Buenos Aires, Paidós, 1994).
• Lacan, Jacques. Seminario
5: Las formaciones del inconsciente, 1957-58 (Buenos Aires, Paidós, 1999).
• Lacan, Jacques. Seminario
9: La identificación, 1961-62
(Buenos Aires, Paidós, 1988).
• Lacan, Jacques. Seminario
11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, 1964 (Buenos
Aires, Paidós, 1995).
• Lacan, Jacques. Seminario
16: De un Otro al Otro, 1968-69 (Buenos Aires, Paidós, 2002).
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21: Los desengañados se engañan o los nombres del padre, 1973-74 (Buenos
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• Manes, Facundo. El
cerebro humano. El desarrollo de nuestro cerebro (Buenos Aires, Clarín,
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• Manes, Facundo. El
cerebro humano. La ciencia de la inteligencia (Buenos Aires, Clarín, 2016).
• Manes, Facundo. El
cerebro humano. La ciencia de la
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• Manes, Facundo. El
cerebro humano. La ciencia de la toma
de decisiones (Buenos Aires, Clarín, 2016).
• Mariño, Xurxo. El
misterio de la mente simbólica. Cerebro,
lenguaje y evolución (Barcelona, Salvat, 2019).
• Mitre, Bartolomé. Historia
de Belgrano y de la independencia argentina (Buenos Aires, El Ateneo,
2014).
• Moreno Bote, Rubén. ¿Cómo
tomamos decisiones? Los mecanismos
neuronales de la elección (Barcelona, Salvat, 2019).
• Pereda Pérez, Inmaculada. El mapa del cerebro. Un paseo anatómico por la máquina de pensar
(Barcelona, Salvat, 2019).
• Platón. Diálogos
II: Gorgias. Menéxeno. Eutidemo. Menón. Crátilo (Madrid, Gredos, 1987).
• Quesnay, François. El
Tableau economique y otros escritos fisiócratas (Barcelona, Fontamara,
1974).
• Russell, Bertrand. El
conocimiento humano (Barcelona, Planeta-Agostini, 1992).
• Shakespeare, William. Romeo y Julieta (Madrid, Aguilar, 1951).
• Smith, Adam. Riqueza
de las naciones (Barcelona, Bosch, 1955) [Traducción de An Inquiry into the Nature and Causes of the
Wealth of Nations (Una investigación sobre la naturaleza y causas de la
riqueza de las naciones)].
• Wittgenstein, Ludwig. Tractatus logico-philosophicus - Investigaciones filosóficas
(Madrid, Gredos, 2017).
• Sobre la tradición del origen del apellido Belgrano,
ver:
http://eldespertadorteofilantropico.blogspot.com/2009/06/bel-grano-il-tuo.html
Currículo de Agustín Romano en Realidades y Ficciones –
Revista Literaria Nº 26:
http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2016/09/
Email: polis_literaria@yahoo.com.ar
Nuevos colaboradores
MOISÉS MAYÁN FERNÁNDEZ
(Holguín, Cuba, 1983). Poeta, narrador y editor. Licenciado en Historia y egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso (2003). Es miembro de
Aparece en la
selección de jóvenes narradores holguineros, Memoria de los otros (Ediciones
Obras:
• Fábula
del cazador tardío (Ediciones
• El
monte de los transfigurados (Ediciones El mar y la montaña, 2009).
• Cuando
septiembre acabe (Ediciones
• El
cielo intemporal (Ediciones Holguín, 2013).
• Raíz
de yerba mate (Casa Editorial Cuadernos Papiro, 2015).
• Estética
de la derrota (Ediciones Ancoras, 2017).
• El
factor discriminante (Casa Editora Abril, 2019).
• Mentalidad
de enjambre (Ediciones Matanzas, 2019),
• Carga
al machete (Ediciones El Mar y
Premios:
Mención en el Premio David de
ZULMA ESTHER PRINA
Reside en
Escritora. Profesora de Música y
Danzas Folklóricas Latinoamericanas. Musicóloga. Profesora en Letras
(Universidad de Buenos Aires - UBA). Mgtr. en Análisis del Discurso (UBA) y en
Literatura para Niños (Universidad Nacional de Rosario - UNR). Estudios de
investigación en LIJ y en
Es profesora de Oratoria y Lectura Comprensiva
en
Expresidente, miembro de honor y de
número de
Coordina el programa “Una mirada en el
tiempo” en AM 1010 Onda Latina www.zulmaprina.com.ar
VIVIANA DÍAZ
Nació el 28/2/1966 en Olivos, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Reside en Londres, Provincia de Catamarca, desde el año 2017.
Profesora en Letras por
Fue profesora de lengua desde 1986 a
2008 y ocupó diversos cargos directivos en instituciones educativas. Miembro de
Trabaja en la promoción de la lectura
desde el año 1986 en bibliotecas y congresos a nivel nacional e internacional.
Creó los siguientes talleres de
escritura, entre otros: Introducción a la
narración oral, Estilísticamente
hablando, Introducción al cuento
policial, Juegos de escritura, El personaje, Intertextualidad: desde dónde hasta cuándo.
Obras:
•
Al escribir proponte: no que alguien te llegue a entender, sino que nadie te
deje de entender, abril 1990 [1]
• Propuestas
sobre ortografía, 1993
• Redacción
administrativa, 1996
• Con
la lengua afuera, agosto 1996 [2]
• Pautas
para la organización del 3er. Ciclo de
• Apéndices
estructuralistas, febrero 2000
• Lectura
y comprensión de textos, marzo 2000
• Aprendiendo
• Leer
con todo 7,8 y 9, antologías, marzo 2000 [4]
• Situándonos
en la comprensión lectora, septiembre 2000
• Un
poco de todo (7º año), Un poquito de
todo (8º año), De todo un poco
(9º año), antologías, marzo 2001 [1]
• Estrategias
de Lectura, material trabajado en taller docente para EGB 1 y 2, agosto
2001
• Escuchar
la lengua 7, febrero 2002
• Módulos para la enseñanza de
• Indefectiblemente.
Lírica, 2008. Declarada de interés municipal y provincial
• Mi
vida sin Ti. Lírica, marzo 2010
• Continuidad
del ser, agosto 2011
• Aciertos
y desaciertos, mayo 2013
• El
silencio de
• Espacios
de aquí y de allá, noviembre 2016
• Tadeo,
el de las pailitas, cuento infantil, 2017
• Lourdes,
la de la almohada pegada, 2019
• Integra las antologías de Escritoras patagónicas (Encuentro de
Escritoras de Vista Alegre, Neuquén, 2015), En
alas del viento (U.N. de
Premios y nominaciones:
• Julio 2007. Participó en el 16º
Certamen Nacional —Poesía y Narrativa— de Zona Editorial. Sus obras fueron
seleccionadas y publicadas en
• 4/11/2009, declarada Indefectiblemente de interés municipal
(Res. 699/09 - 023/09, H.C.Deliberante de Pico Truncado.
• 28/12/2009, declarada Indefectiblemente de interés provincial
y educativo (Decl. 193/09, H.C.Diputados de Prov. Sta. Cruz).
• Miembro de
• 2017. Embajadora cultural de
Fundación Yatay, Perú.
• 2017. Miembro Destacado de SADE
Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires, Argentin.
• 2018. Participó en
• 2019. Ciudadana ilustre de Ecuador.
• 2019. Participó en México en
[1] con Vilma
Beroiza.
[2] con Adriana
Nolasco
[3] con otros
autores
[4] con Vilma
Beroiza y Ángela Gentili
https://escritoravivianadiaz.blogspot.com
REALIDADES Y FICCIONES
—Revista Literaria—
Nº 43 – Septiembre de 2020 – Año XI
ISSN 2250-4281
Exp. RE-2019-93086258-APN-DNDA#MJ del 15/10/2019, Dirección Nacional del Derecho de Autor / República Argentina.
Propietario y director: Héctor Zabala
Av. Del Libertador 6039 (C1428ARD)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
http://hector-zabala.blogspot.com/
Currículo
en revista Realidades y Ficciones Nº 40:
https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2019/12/realidades-y-ficciones-revista.html
Colaboradores
Corrección general:
Noelia
Natalia Barchuk Löwer
Resistencia
(Chaco), Argentina
http://noelia-barchuk-literatura.blogspot.com.ar/
Currículo
en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 78:
Ilustración de carátula y emblema:
Mónica
Villarreal
Scottsdale
(Arizona), Estados Unidos
Monterrey
(Nuevo León), México
@mon_villarreal
https://www.facebook.com/monvillarreal22
Currículo
en revista Realidades y Ficciones Nº 17:
http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com.ar/2014/06/
COLABORARON EN ESTE NÚMERO:
• Moisés Mayán Fernández,
• Zulma Esther Prina, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
• Anna Rossell, Barcelona (Cataluña), España
• Luis Benítez, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
• Viviana Díaz, Londres Provincia de Catamarca, Argentina
• Agustín Romano,
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
• Noelia Natalia Barchuk, Resistencia (Chaco), Argentina
• Mónica Villarreal, Scottsdale
(Arizona), Estados Unidos – Monterrey (Nuevo León), México
• Héctor Zabala, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
El listado completo de colaboradores se encuentra a la derecha del blog
bajo el acápite COLABORADORES de Revista REALIDADES Y FICCIONES.
REVISTA: http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/
@RyFRevLiteraria
SUPLEMENTO: http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/
@RyF_Supl_Letras
Las opiniones vertidas en los artículos de esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor pertinente.
“Realidades y Ficciones” Mónica Villarreal (2014) acrílico y óleo sobre papel-lienzo, 30 cm x 30 cm |